P. Niklaus Pfluger, Primer Asistente General de la FSSPX
Entrevista con
el Padre Niklaus Pfluger sobre el próximo Capítulo General de la FSSPX
Fuente:
FSSPX.NEWS (hemos seleccionado las preguntas y respuestas que nos parecen pertinentes, y hemos subrayado ciertas palabras y agregado comentarios en rojo)
JUNIO 19, 2018
CFN: Volviendo
al tema del próximo Capítulo General, ¿podría explicarnos el origen de las
reglas que regulan el gobierno de la FSSPX? ¿Fueron escritas por Monseñor
Lefebvre? ¿Han tenido modificaciones importantes desde la muerte de Monseñor?
Padre Pfluger: Monseñor Lefebvre
escribió las reglas para la Fraternidad en una época muy particular. Tenía la
experiencia de sus años como sacerdote misionero, obispo y Superior General de la
congregación misionera más grande de ese entonces (los Padres del Espíritu
Santo), además del apoyo de los seminaristas jóvenes que le pedían "hacer
algo" contra la terrible crisis de la formación sacerdotal que tuvo lugar
después del Concilio Vaticano Segundo. Las reglas expresan perfectamente el
espíritu de la Iglesia; pero también contienen algunas características
importantes de la personalidad de nuestro Fundador. Son un instrumento
excelente para una verdadera reforma de la Iglesia de nuestros tiempos.
Básicamente son una respuesta para superar la profunda crisis en la Iglesia,
promoviendo un verdadero entendimiento del sacerdocio de Jesús, una fe viva y
un espíritu misionero.
Desde luego, el espíritu y los aspectos
esenciales de las reglas no han cambiado desde que fueron escritas por Monseñor
Lefebvre. Los últimos tres Capítulos Generales modificaron solamente algunas
cuestiones prácticas respecto a la administración y organización de la
Fraternidad.
[No. El capítulo del 2012 fue mucho más allá de “algunas cuestiones prácticas”,
porque, dando un giro en 180°, reemplazó la norma que prohibía un acuerdo práctico con Roma (sin previo acuerdo doctrinal) por otra norma que lo
permite. Ver acá]
CFN: ¿El
deseo de Monseñor Lefebvre era que el Superior General fuera el responsable de
las relaciones con las autoridades romanas?
Padre
Pfluger: Nuestros Estatutos estipulan claramente que el Superior y sus
asistentes tienen que trabajar en aras del llamado reconocimiento papal. [Luego, Mons.
Lefebvre después de mayo de 1988 violó los estatutos, el capítulo del 2006
violó los estatutos, y hasta más o menos el 2012, la Fraternidad violó constantemente sus propios estatutos] Éste es un proceso normal
[cuando la Iglesia es dirigida por una Jerarquía normal, y no por una Jerarquía anormal de traidores, de revolucionarios liberales y de herejes modernistas, como sucede desde el
fatídico Vaticano II] para cualquier
instituto nuevo que empieza únicamente como una fundación canónica en una
diócesis particular. Es un proceso normal para cualquier institución de
la Iglesia. [Ahora resulta que lo normal es que la FSSPX sea regularizada por la Roma anormal. Como antes advertimos, la cúpula de la Fraternidad intenta imponer sus planes acuerdistas
en nombre de la “santa obediencia”, de la legalidad y del respeto debido a los
estatutos] El papel del Superior es guiar
y gobernar al Instituto. Esa es la razón por la que Monseñor Lefebvre acudió a
Roma para reunirse con los Papas Pablo VI y Juan Pablo II y sus Curias. Junto
con la injusta condena de la Fraternidad surgió la indispensable necesidad de
que nuestro Fundador mantuviera las relaciones con Roma para eliminar la
condena. Aunque Monseñor designó con suficiente antelación su sucesor como
Superior General (Padre Franz Schmidberger, quien desempeñó el cargo de 1983 a
1994), como fundador de la Fraternidad y Superior General en el momento en que
se realizó la injusta acción, Monseñor permaneció íntimamente involucrado en
las relaciones con Roma. Es comprensible que, para la Santa Sede, Monseñor
Lefebvre fuera la persona con quien se debía hablar sobre el tema de la
solución canónica. Él era el fundador, conocido en todo el mundo católico;
hasta su muerte, él fue el encargado de las relaciones con Roma aunque ya no
era el Superior General. Su deseo era que, después de su muerte, este cargo
recayera en el Superior General, el Padre Schmidberger, y en sus sucesores.
Durante una
reunión de sacerdotes que se llevó a cabo en Suiza en 1988, Monseñor Lefebvre
nos explicó por qué no había elegido al Padre Schmidberger, el Superior
General, para ser consagrado como obispo auxiliar de la Fraternidad: para
facilitar el contacto y el proceso de regularización de la Fraternidad.
Monseñor consideró, en ese entonces, que sería más fácil para Roma trabajar con
el Superior General si éste no era uno de los nuevos obispos.
No es un caso
excepcional o inusual para el superior de un Instituto en la Iglesia católica
ser el responsable del proceso legal de reconocimiento de las autoridades de la
Iglesia. Ni el pueblo, ni el Capítulo, ni la mayoría deberían encargarse de
tratar con las autoridades romanas. Ese es el único deber de un Superior,
porque la Iglesia católica no es una democracia. [Leer esta
entrada, a modo de comentario acerca de la supuesta competencia exclusiva del Superior
General en cuanto a las relaciones con Roma apóstata]
CFN:
Algunos críticos de la Fraternidad, procedentes de la supuesta y autoproclamada
"Resistencia", afirman que Monseñor Fellay ha admitido a las
autoridades romanas que, si tuviera lugar un reconocimiento canónico, los
Estatutos de la FSSPX cambiarían para que Roma tuviera el poder de nombrar al
Superior General y a sus asistentes, y que ninguno de ellos pertenecería a la FSSPX.
¿Es cierto esto? [El entrevistador echa mano de una muy burda “falacia del hombre de paja”
(recurso retórico consistente en deformar los argumentos del oponente a fin de
poner a éste en una posición en la que pueda ser atacado con mayor facilidad). Nos
consta que ningún Obispo de la Resistencia ha afirmado eso, y no tenemos conocimiento -estando bastante al tanto de loo que sucede en la Resistencia- de que alguno de los sacerdotes vinculados a nuestros cuatro Obispos hubiera hecho tal cosa]
Padre Pfluger: ¡Al contrario, en la
Prelatura, la cual ha sido propuesta en varias ocasiones por Roma, el Prelado y
futuros obispos deben pertenecer a la Fraternidad! No, esta afirmación es una
mentira descarada, el tipo de difamación que suele ser difundida por personas
externas a la Fraternidad pero listas para juzgar todo lo que sucede dentro de
ella. Este tipo de afirmaciones, en vez de ser argumentos serios, carecen de
todo tipo de fundamento. Estas personas sólo hablan en contra de la justicia y
la verdad, y se oponen a cualquier forma de regularización canónica para
nuestra Fraternidad, porque han perdido el espíritu de Monseñor Lefebvre. El
espíritu de nuestro fundador es el "espíritu de Nuestro Señor Jesucristo,
de la Iglesia y del Evangelio". De hecho, sus inquietudes y oposición
visceral a cualquier forma de contacto con Roma o a una regularización canónica
están basadas en el miedo debido a una falta de esperanza sobrenatural. [Léase: los acuerdistas son gente valiente y sobrenatural, mientras que los que se oponen al acuerdo traidor y suicida son cobardes y superficiales. De nuevo el “no moriréis” con que el demonio envalentonó a Adán y Eva y continúa engañando a
legiones y legiones de ilusos hasta el fin de la historia. ¿Esta cita es un ejemplo perfecto de “miedo debido a una falta de esperanza sobrenatural”?: "Es un
deber estricto, para todo sacerdote que quiera permanecer católico, el
separarse de esta iglesia conciliar, en tanto que ella no regrese a la
tradición del Magisterio de la Iglesia y de la fe católica” (Mons. Lefebvre,
"Itinerario Espiritual", 1990). Aunque para los acuerdistas inmunes al miedo, para los
que no han “perdido el espíritu de
Monseñor Lefebvre”, esas palabras no significan absolutamente nada]
CFN: ¿Se
discutirán en este Capítulo General el estado de las relaciones con las
autoridades romanas?
Padre Pfluger: Repito que, si
intentamos ser fieles a nuestros Estatutos, debemos aceptar el rol particular
del Superior General en el manejo de las relaciones y la regularización con la
Santa Sede. El Capítulo General tiene también un papel específico, a saber, la
elección del Concilio [sic] General
y la revisión y análisis de la implementación de nuestros Estatutos en la vida
de la Fraternidad.
Como preparación para el Capítulo, todos
los miembros de la Fraternidad tuvieron la oportunidad de presentar por
escrito, con fecha límite del 31 de diciembre del año pasado, sus críticas y
preocupaciones. El Secretario General se encarga de hacer circular estas
observaciones entre siete Comisiones distintas dentro del Capítulo para
someterlas a revisión. Al inicio del Capítulo, los participantes revisan estas
observaciones para determinar si realmente se trata de temas que deberían ser
discutidos en el Capítulo (no todas las cuestiones personales o particulares
son temas adecuados para el Capítulo). Posteriormente, las siete Comisiones
encargadas de analizar las observaciones proponen los elementos a todo el
Capítulo para ser estudiados.
Desde luego, el Superior General es
motivado por un interés sincero para escuchar los distintos puntos de vista y
opiniones de todos los participantes. [¿Seguro? Recordemos, entre otros hechos, que el Superior General expulsó a Mons. Williamson y a Mons. Faure, dos capitulares que le complicaban los planes acuerdistas]