1991: NO HAY ACUERDO SIN
CONVERSIÓN DE ROMA.
“Es pues un deber
estricto, para todo sacerdote que quiere permanecer católico, el separarse de
esta Iglesia conciliar, mientras ella no reencuentre la Tradición del
Magisterio de la Iglesia y de la Fe católica”.
(Mons. Lefebvre, Itinerario
Espiritual, 1991)
2006: NO HAY ACUERDO SIN CONVERSIÓN DE ROMA.
"Los contactos
que la FSSPX mantiene esporádicamente con las autoridades romanas tienen por
único objetivo ayudarlas a recuperar la Tradición... y no se dirigen a llegar a
un imposible “acuerdo” puramente práctico."
(Cor Unum n° 85, octubre de 2006)
SIN
CAMBIOS ENTRE 1991 Y 2006, PERO ESPEREN A VER...
2012: HAY ACUERDO SIN
CONVERSIÓN DE ROMA SI ÉSTA ACEPTA SEIS CONDICIONES.
"Condiciones
sine qua non que impone la Fraternidad y que declara de las autoridades romanas
antes de considerar un reconocimiento canónico:
1.- Libertad de
guardar, transmitir y enseñar la sana doctrina del magisterio constante de la
Iglesia y de la verdad inmutable de la Tradición divina; libertad de defender,
corregir, reprender incluso públicamente los fautores de errores o novedades
del modernismo, del liberalismo, del Concilio Vaticano II y sus consecuencias;
2.- El uso
exclusivo de la liturgia de 1962. Conservar la práctica sacramental que tenemos
actualmente (incluyendo las órdenes, confirmación y matrimonio)
3.- Garantía de al menos
un Obispo.
Condiciones
deseables:
1.- Tribunales
eclesiásticos propios en primera instancia.
2.- Exención de las
casas de la FSSPX en relación a los Obispos diocesanos.
3.- Comisión
Pontifical en Roma para la Tradición en dependencia del Papa , con una mayoría
de miembros y presidencia de la Tradición."
(Carta Circular del Secretario
General de la FSSPX de 18 de julio de 2012).
2015: HAY ACUERDO
SIN CONVERSIÓN DE ROMA SI ÉSTA ACEPTA UNA SOLA CONDICIÓN.
"Lo que hago
ahora es de decir a Roma: la única, la condición sine qua non para aceptar un
reconocimiento, es que nos acepten como somos."
(Mons. Fellay, conferencia a los fieles en Brasil, noviembre de 2015).
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"Sea vuestro
hablar: sí, sí o no, no; pues lo que pasa de esto, procede del maligno" (Mt 5, 37)