domingo, 24 de octubre de 2021

LAETITIAE SANCTAE - Encíclica de León XIII sobre el Santo Rosario



1. Agradecimiento a María.

A la santa alegría que nos ha causado el feliz cumplimiento del quincuagésimo aniversario de nuestra consagración episcopal, se ha añadido vivísima fuente de ventura; es a saber: que hemos visto a los católicos de todas las naciones, como hijos respecto de su padre, unirse en hermosísima manifestación de su fe y de su amor hacia Nos. Reconocemos en este hecho, y lo proclamamos con nuevo agradecimiento, un designio de la providencia de Dios, una prueba de su suprema benevolencia hacia Nos mismo y una gran ventaja para su Iglesia. Nuestro corazón anhela colmar de acción de gracias por este beneficio a nuestra dulcísima intercesora cerca de Dios, a su augusta Madre. El amor particular de María, que mil veces hemos visto manifestarse en el curso de nuestra carrera, tan larga y tan variada, luce cada día más claramente ante nuestros ojos, y tocando nuestro corazón con una suavidad incomparable, nos confirma en una confianza que no es propiamente de la tierra. Parécenos oír la voz misma de la Reina del cielo, ora animándonos bondadosamente en medio de las crueles pruebas a que la Iglesia está sujeta, ora ayudándonos con sus consejos en las determinaciones que debemos tomar para la salud de todos; ora, en fin, advirtiéndonos que reanimemos la piedad y el culto de todas las virtudes en el pueblo cristiano. Varias veces se ha hecho en Nos una dulce obligación responder a tales estímulos. Al número de los frutos benditísimos que, gracias a su auxilio, han obtenido nuestras exhortaciones, es justo recordar la extraordinaria propagación de la práctica del santísimo Rosario. Se han acrecentado aquí cofradías de piadosos fieles; allá se han fundado nuevas; hanse esparcido preciosos escritos sobre esto entre el pueblo y hasta las bellas artes han producido obras maestras de arte.

2. El rosario y los males de nuestro tiempo.

Pero ahora, como si oyésemos la propia voz de esta Madre amantísima decirnos: clama, ne cesses, queremos ocupar de nuevo vuestra atención, venerables hermanos, con el Rosario de María, en el momento próximo al mes de octubre, que Nos hemos consagrado a la Reina del cielo, y a esa devoción del Rosario, que le es tan grata, concediendo con tal ocasión a los fieles el favor de santas indulgencias. Mas el objeto principal de nuestra carta no será, sin embargo, ni escribir un nuevo elogio de una plegaria tan bella en sí misma, ni excitar a los fieles a que la recen cada vez más. Hablaremos de algunas preciosísimas ventajas que de ella se pueden obtener, y que son perfectamente adecuadas a los hombres y a las circunstancias actuales. Pues Nos estamos tan íntimamente persuadidos de que la devoción del Rosario, practicada de tal suerte que procure a los fieles toda la fuerza y toda la virtud que en ella existen, será manantial de numerosos bienes, no sólo o para los individuos, sino también para todos los estados.

Nadie ignora cuánto deseamos el bien de las naciones, conforme al deber de nuestro supremo apostolado, y cuan dispuestos estamos a hacerlo, con el favor de DIOS. Pues Nos hemos advertido a los hombres investidos del poder que no promulguen ni apliquen leyes que no estén conformes con la justicia divina. Nos hemos exhortado frecuentemente a aquellos ciudadanos superiores a los demás por su talento, por sus méritos, por su nobleza o por su fortuna, a comunicarse recíprocamente sus proyectos, a unir sus fuerzas para velar por los intereses del Estado y promover las empresas que pueden serle ventajosas.

Pero existe gran número de causas que en una sociedad civil relajan los lazos de la disciplina pública y desvían al pueblo de procurar, como debe, la honestidad de las costumbres. Tres males, sobre todo, nos parecen los mas funestos para el común bienestar, que son: el disgusto de una vida modesta y activa, el horror al sufrimiento y el olvido de los bienes eternos que esperamos.

sábado, 9 de octubre de 2021

SOBRE LA AGENDA 2030 DE LA ONU


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Nuestro bloguero Gabriel Calvo Zarraute está dedicando una serie de artículos a analizar la Agenda 2030 de la ONU. Les ofrecemos el primero de ellos:

Gobierno único y pensamiento débil

No es posible difundir la verdad y el bien sin combatir la mentira y el mal. Analizar y categorizar las difundidas y dispersas corrientes de pensamiento del mundo moderno y posmoderno, tan arraigadas en todos los órdenes y en tan breve tiempo, constituye un ejercicio imprescindible de cara a su identificación y posterior refutación. La bibliografía citada en cada artículo servirá al lector interesado para profundizar en las cuestiones tratadas. De manera particular recomendamos:

a) El ensayo de José Antonio Bielsa Albiol, Agenda 2023. Las trampas de la nueva normalidad. El autor disecciona, con profusión de datos, el experimento totalitario de la Agenda de la ONU.

b) La revista Naves en llamas, dirigida por Raúl González y cuyo n. 14, titulado: El gran reinicio comunista, ofrece, monográficamente, una información detallada al respecto.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030), también conocidos por sus siglas ODS, son una iniciativa impulsada por esa fosa séptica del pensamiento occidental que son las Naciones Unidas. Su finalidad es dar continuidad a la agenda de desarrollo tras los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Son 17 objetivos y 169 metas propuestos como continuación de los ODM incluyendo nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible y la paz entre otras prioridades. Tras un proceso de negociación sobre los ODS que involucró a 193 estados miembros de la ONU, el 25 de septiembre de 2015, los 193 dirigentes mundiales aprobaron en una cumbre celebrada en Nueva York en reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General, una Agenda que lleva por título «Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», y que entró en vigor el 1 de enero de 2016

La «Agenda 2030», denominada por otros ideólogos «Gran reinicio», «Gran reseteo» o incluso «Cuarta Revolución industrial», es implementada por George Soros (que no es más que el rostro visible de la criptocracia que se esconde tras él) y sus numerosas e influyentes fundaciones en todo el planeta. En España, le sigue su lacayo psicópata, Pedro Sánchez, así como sus escuderos del PSOE y sus múltiples terminales mediáticas, también Podemos y demás aliados narco comunistas de Iberoamérica, junto con el partido Ciudadanos, próximo ya a la extinción. Por último, y, aunque con menor grado de convencimiento que socialistas y comunistas, pero no con mayor inteligencia, casi todos los dirigentes nacionales y autonómicos del PP.

A la Agenda 2030 se ha sumado entusiásticamente la actual administración vaticana. De hecho, Francisco acaba de impulsar un «Pacto Educativo Global interreligioso y ecológico», como relata inigualablemente Specola a diario en Infovaticana (6-10-2021). En el encuentro celebrado en el Vaticano, el Papa apuntó que el objetivo de dicho pacto reavivaba el compromiso para «amar a nuestra madre tierra», convirtiéndose en «la voz de la naturaleza clamando por su supervivencia».

Como no podía ser menos, en las distintas diócesis de cada país, la corte de serviles funcionarios eclesiásticos, salvo contadas y honrosas excepciones, han corrido a secundar el posicionamiento vaticano. El portal Infocatólica informaba recientemente (5-10-2021) que los obispos españoles han propuesto al Gobierno social comunista un nuevo currículo para la asignatura de Religión Católica que aboga por la capacitación para: «la igualdad, la fraternidad universal, los objetivos del desarrollo sostenible, la solidaridad, el conocimiento del propio cuerpo y el diálogo interreligioso». Con el objetivo episcopal de: «erradicar las situaciones de exclusión, pobreza, violencia e injusticia y acabar con la desigualad entre hombres y mujeres».

El modelo civilizatorio que está imponiendo la Agenda 2030, aunque no sea compartido en su integridad, sí que ha sido en buena medida inspirado en el control social perfeccionado, a lo largo de 72 años en el poder, por el Partido Comunista Chino. Por cierto, como denunciara el cardenal Zen (22-9-2020): «En los acuerdos secretos firmados entre la Santa Sede y el Partido Comunista de China, éste se ha convertido en el único Gobierno de la tierra al que Francisco ha otorgado la potestad de seleccionar los candidatos a obispos católicos, en abierta contradicción con la doctrina expresada en el concilio Vaticano II» (decreto Christus Dominus, n. 20). A lo que habría que añadir también la violación del Código de Derecho Canónico (CIC) que abrogaba el derecho de presentación episcopal por parte de los Gobiernos: «En lo sucesivo no se concederá a las autoridades civiles ningún derecho ni privilegio de elección, nombramiento, presentación y designación de obispos» (c. 377 §5).

Gabriel Calvo Zarraute

jueves, 7 de octubre de 2021

FRANCISCO SE APRESURA A CONCEDER TODO AL INFORME DE ABUSOS EN FRANCIA: «ES EL MOMENTO DE LA VERGÜENZA»

 LEER ACÁ

EL CLERO FRANCÉS NO ABUSÓ DE CIENTOS DE MILES DE NIÑOS

Jean-Marc Sauvé

La escandalosa noticia ha dado la vuelta al mundo, y los propios comentaristas y prelados católicos han aparecido en medios y redes para lamentar profundamente lo que todos los medios anunciaban: el resultado de la investigación encargada por la Conferencia Episcopal Francesa, según la cual entre 216.000 y 330.000 menores sufrieron abusos por parte de clérigos católicos desde 1950.

La cifra quita el aliento, realmente. Uno piensa -poniéndose en lo peor- en esos 330.000 niños que luego crecen con una comprensible aversión a todo lo que tenga que ver con la Iglesia Católica, y está por pensar que tres cuartas partes de las apostasías del último medio siglo largo se deben a los abusos.

Solo que la escandalosa cifra, sencillamente, no es real. Es una proyección, una estimación; al final, un número que se han sacado del bolsillo como podrían haber decidido cualquier otro. Lo incontrovertible, lo (aproximadamente) comprobable, es que de 115.000 sacerdotes franceses, entre 2.900 y 3.200 fueron denunciados como perpetradores de abusos a menores.

La cifra escandalosa que todo el mundo comenta es fruto de la mente calenturienta del juez Jean-Marc Sauvé, que es quien se ha ocupado de la investigación. Y Sauvé lo tiene todo en su historial para decantarse en lo posible en contra de los eclesiásticos. Él mismo lo fue durante dos años, jesuita por más señas, antes de hacerse socialista en los ochenta y convertirse desde entonces en leal servidor del pensamiento único.

De Infovaticana

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Nota 1: Se pidió a un total de 243.601 personas que participaran en la encuesta. Se logró recolectar 28.010 cuestionarios completados y utilizables. Nadie sabe cómo de estos 28.010 se pasó a cientos de miles.

Nota 2: Dice el artículo de Wikipedia sobre Jean-Marc Sauvé:

En , Jean-Marc Sauvé es designado por la Conferencia de Obispos de Francia para encabezar una comisión independiente responsable de arrojar luz sobre los casos de pedofilia en la Iglesia desde la década de 1950El informe de la comisión se hizo público el 5 de octubre de 2021, estimando el número de víctimas en 216.000 y el número de agresores en 3.000, que podría oscilar entre 70 y 150 menores afectados por sacerdote incriminado.

7 DE OCTUBRE: FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

 

Dijo Sor Lucía, vidente de Fátima: “En estos últimos tiempos en que vivimos, la Santísima Virgen dio una eficacia nueva a la oración del Santo Rosario; de tal modo que no hay ningún problema, por muy difícil que sea, temporal o sobre todo espiritual, en la vida personal o familiar, o en la vida de los pueblos y de las naciones, que no se pueda resolver a través del Rosario. Con el santo Rosario nos salvaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas”.

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El mes de octubre es el mes del Rosario. A continuación, leerán algunas citas del libro “El Secreto del Rosario”, de San Luis María Grignón de Montfort.

El nombre de “Rosario”: ese nombre fue puesto a esta oración por los fieles. Rosario quiere decir corona de rosas, porque cuantas veces se recita el Rosario como es debido, colocamos en las cabezas de Jesús y de María, una corona de 153 rosas blancas y 16 rosas rojas del paraíso, que no perderán jamás su belleza ni esplendor. Esos números corresponden al Rosario completo, con sus 15 Misterios.

La Santísima Virgen aprobó y confirmó el nombre de Rosario, en distintas revelaciones. El Rosario es, pues, una gran corona de rosas celestiales que se coloca en la cabeza de Jesús y de María.

Se dice que la rosa es la reina de las flores. La devoción del Rosario, a su vez, es la reina de las devociones.

miércoles, 6 de octubre de 2021

LA FSSPX Y EL JUBILEO DE MONS. HUONDER: ¿EL DESPERTAR DEL "AGENTE DORMIDO" DEL PAPA FRANCISCO?

 


Fuente (extracto del texto traducido usando Google)

Se recuerda que en mayo de 2019 la Fraternidad San Pío X estaba "encantada" (https://fsspx.news/fr/content/47939) de acoger en su Instituto Sancta María en Wangs (Suiza) al ex obispo de Coira, que vino a retirarse allí, con el acuerdo del Papa Francisco como lo conocemos.

Durante dos años, el obispo emérito se ha integrado bien en su nueva vida, entre los sacerdotes y estudiantes del establecimiento. Sólo celebra la Misa Tridentina porque satisface plenamente su piedad sacerdotal; del mismo modo, se ajusta a las prácticas tradicionales del Oficio divino ya las formas vigentes en la Fraternidad para la administración de los sacramentos.

Pero también recordamos que habiendo sido, en su vida anterior, obispo "conciliar" de una importante diócesis suiza, fue el impulsor en marzo de 2011 de la nueva práctica del Dies Judaicus, celebrado en la Confederación durante la Cuaresma, y ​​en algunas ocasiones lo hemos visto distribuir la comunión en condiciones espantosas (https://www.medias-presse.info/un-nouvel-eveque-pour-la-fsspx/103923/) ...


Lo más grave, de hecho, es que nunca le hemos oído condenar oficialmente los errores del Vaticano II, ni denunciar el “magisterio” postconciliar de los papas recientes, ni estigmatizar la deriva protestante del Ordo missae de Pablo VI, habiendo celebrado, por el contrario, constantemente según la nueva liturgia desde 1971, como sacerdote y luego como obispo. A diferencia del arzobispo Lazo, obispo filipino, no firmó ninguna declaración de protesta solemne que confirmara su adhesión a la fe tradicional de la Iglesia y a la lucha doctrinal del arzobispo Lefebvre. Por tanto, en estos puntos, está muy por debajo del propio monseñor Viganò. En estas condiciones, se admiten todas las dudas, en particular la de considerar a este obispo emérito como un instrumento del "astuto" Papa Francisco que le permita neutralizar a la Fraternidad San Pío X como obra de resistencia a la nueva religión conciliar. Indicios concurrentes muestran que actualmente se está llevando a cabo un proceso para promover al obispo Huonder, hasta ahora un mero "agente inactivo" del Vaticano, a un puesto clave dentro de la neo-FSSPX , y eso con discreta complicidad de autoridades actuales de la Casa General y algunos ex jerarcas de la Fraternidad.

Tres etapas recientes - "escalones" deberíamos decir - dan fe del inicio de este proceso:

- El 23 de mayo de 2021, después de dos años en perfecta reserva, el obispo Vitus Huonder celebra la Misa pontifical dominical de Pentecostés en el Seminario de Zaitzkofen en Alemania https://www.lesalonbeige.fr/mgr-huonder-a-celebre- the -masa-de-pentecote-au-seminaire-de-la-fsspx-en-allemagne / ): esta es la primera manifestación publicitada de su episcopado dentro de la Fraternidad en una ocasión litúrgica solemne.

- El 26 de agosto, concede una larga entrevista al sitio suizo de la FSSPX cuando se acerca a su jubileo sacerdotal (https://fsspx.ch/fr/publications/newsletters/interview-de-s-exc-mgr-vitus-huonder-68861): describe en detalle su camino personal, luego expresa toda su satisfacción por haberse unido a la Fraternidad y ahora ejercer un ministerio activo. Expresa su apoyo entusiasta a los objetivos y métodos de trabajo y - ¡en el colmo de la ingenuidad ... o la duplicidad! - llega a deplorar los efectos del reciente motu proprio Traditionis custodes contra la liturgia tridentina. En el mismo sentido, no deja de recordar que su nueva elección de vida le ha valido reacciones negativas de ciertos círculos del catolicismo suizo: ¡uno es siempre el "fundamentalista" de alguien! Aún más tranquilizador, él se comenta que Francisco le ha dicho enfáticamente que la Fraternidad "no es una comunidad cismática", lo que explicaría el tratamiento preferencial de que goza sobre otros grupos, y la seguridad que él siente para seguir viviendo como obispo pacíficamente dentro de sus muros… ¡en pleno acuerdo con el Santo Padre! ¿Quién puede afirmar que los responsables de la Casa General de la Fraternidad no son conscientes (y cómplices) de estas retorcidas explicaciones?

- El 25 de septiembre, el mismo obispo Huonder celebra su jubileo sacerdotal en un santuario de la Fraternidad en Suiza con una misa, lo que da lugar a un reportaje de FSSPX-News (https://fsspx.news/fr/news-events / news / jubil% C3% A9-sacerdotal-de-mgr-huonder-69020):

  • en la solemne función litúrgica con diácono, subdiácono y sacerdote asistente, el prelado está rodeado por el padre Christian Bouchacourt, segundo asistente general; el Padre Franz Schmidberger, ex Superior General (1982 - 1994), quien se convirtió en Consejero en 2018; y el padre Niklaus Pfluger, ex primer asistente del obispo Fellay: un elenco cuidadosamente sopesado ...

  • No estuvieron presentes ese día: ni el Superior General, Padre Pagliarani (de quien se leyó un mensaje), ni el primer obispo asistente de Galarreta, ni el obispo Fellay, ex Superior General (1994-2018): ¿ausencia prudencial por parte de los principales responsables de la política "acuerdista" iniciada en 2012 y no cuestionada hasta la fecha? ¿O tienen miedo de que su apoyo exagerado al obispo Huonder despierte sospechas dentro de la Fraternidad? Uno no excluye al otro ...

  • En cuanto a la participación de dos guardias suizos, ¡también eméritos y con uniforme de gala! - en la ceremonia, no podemos evitar ver un guiño travieso de los romanos.

  • Una mezcla inteligente en la elección de los actores visibles, ausencia calculada de los verdaderos poseedores del poder: nada es obviamente el resultado de la casualidad. En su juego de escondite con la Roma conciliar, la gente de Menzingen recurre fácilmente a la combinación política, creyendo hacerlo mejor que el arzobispo Lefebvre; pero al hacerlo, descuidamos la herencia esencial del Fundador, valiente luchador de la fe y buen pastor de las almas.

¿Cuáles serán los próximos pasos en este proceso?

Lógicamente, debemos temer que el obispo Huonder sea llamado, un día u otro, para participar de los actos mayores mediante los que la Fraternidad confiere órdenes sagradas:

  • ¿ordenaciones sacerdotales en primer lugar a partir de 2022 en Zaitzkofen o en Ecône?

  • una futura consagración episcopal, ¿por qué no? ... ¡y esta vez con la aprobación de Roma!

Miradaa desde este punto de vista, la entrevista del 26 de agosto no puede dejar de preocupar, ya que al final se menciona el deseo del representante de la Fraternidad de ver al obispo Huonder "testimoniar y transmitir esta fe y también poder trabajar como obispo , a lo que el interesado simplemente responde que espera que este deseo “ realmente se haga realidad ”.

¿Habilidad de un entrevistador guiado por sus superiores? En cualquier caso, una curiosa respuesta de un obispo "retirado"…

Qui potest capere, capiat! (quien pueda entender, entienda)

martes, 5 de octubre de 2021

DECLARACIÓN DEL ARZ. VIGANÒ ACERCA DE LA OBLIGACIÓN DE RECIBIR LA VACUNA COVID QUE IMPONE LA JERARQUÍA OFICIAL



Todos hemos aprendido que en algunas Diócesis de los Estados Unidos de América, y en particular en la Arquidiócesis de Chicago, la Autoridad Eclesiástica está obligando a sus clérigos y empleados fieles a vacunarse como condición para asistir a celebraciones, actividades litúrgicas y pastorales [trabajo] e incluso por el mero hecho de ser sacerdotes con un ministerio. También se imponen medidas despóticas similares en Italia y otros países.

Los sacerdotes que incumplan las disposiciones del Ordinario serán privados de sus facultades sacerdotales y de sus medios de subsistencia. En consecuencia, se cerrarán muchas iglesias, con daños muy graves al salus animarum, debido a la falta de clérigos que puedan reemplazar a aquellos que no serán inyectados con el suero genético experimental. Por lo que se sabe, no son pocos los pastores de almas que se opondrán, como es su pleno derecho como ciudadanos estadounidenses y católicos, a una clara negativa a disposiciones sacrílegas e ilegítimas, nulas y que exponen a los interesados ​​a lo inmediato concreto. efectos secundarios graves y peligrosos, incluido el riesgo de muerte. Sin mencionar las implicaciones morales de aceptar la inoculación de un fármaco para cuya producción se utilizan líneas celulares fetales de abortos.

El sometimiento de la Jerarquía bergogliana a la farsa pandémica y la imposición de la llamada vacunación ha transformado a los Ministros de Dios en gurús de la pandemia, a los obispos en vendedores de suero experimental y a todo el cuerpo eclesial en víctima de la experimentación masiva. Esto constituye una traición sin precedentes a la misión divina de la Iglesia de Cristo, al poder de los pastores y al mandato de los sacerdotes, en un proceso de sustitución de la religión revelada por un culto pseudocientífico que raya en la idolatría. Si estos abusos ya son graves si provienen de la autoridad civil -cuya corrupción y conflictos de intereses son ahora universalmente conocidos y denunciados- aún más grave es la cooperación en este crimen global por parte de la autoridad eclesiástica.

Ante tales violaciones de la ley, es necesario denunciar sin dudarlo la deliberada complicidad de la Jerarquía en el diabólico plan globalista del Gran Restablecimiento, y resistir con firmeza y valentía esta opresión ratificada por la Santa Sede.

Renuevo con fuerza el llamamiento que lancé en el reciente evento celebrado en Dubuque (Iowa) a favor de la Coalición de Sacerdotes Cancelados , invitando a los laicos a apoyar a sus sacerdotes con iniciativas coordinadas. Es necesario crear una Fundación Internacional que recolecte donaciones y contribuciones de los fieles, distrayéndolos de las parroquias y diócesis que están confabulando con el actual régimen bergogliano. Cuando los obispos se vean afectados en la cuenta bancaria, probablemente se verán inducidos a moderar su trabajo de excluir a los buenos sacerdotes. Iniciativas como la Coalición por Sacerdotes Cancelados y otros proyectos similares son una necesidad urgente en esta hora de persecución. Cada uno de nosotros, según sus medios podrán hacer una contribución concreta, no necesariamente sólo financiera, incluso simplemente destinando nuestras ofertas a quienes las merecen y no a quienes las utilizan para hostigar a los buenos clérigos.

Los fieles católicos abren sus casas a los sacerdotes perseguidos por la tiranía de los obispos aliados al globalismo, poniéndolos a disposición para la celebración del Santo Sacrificio de la Misa. Reunidas alrededor de estos altares domésticos, las comunidades refractarias podrán así seguir rindiendo debido culto a la Santísima Trinidad y beneficiarse de la asistencia espiritual de sus ministros. Y que la caridad fraterna, alimentada por el compartir de la única Fe y la oración, marque el comienzo de un renacimiento de la Santa Iglesia, hoy oscurecida por mercenarios y traidores.

+ Carlo Maria Viganò, arzobispo

ex nuncio apostólico en los Estados Unidos

3 de octubre de 2021

Dominica XIX Post Pentecosten
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Fuente: Infovaticana

domingo, 3 de octubre de 2021

3 DE OCTUBRE: SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS

"La santa más grade de los tiempos modernos" (San Pío X).

La Providencia ha confiado a la Santa de Lisieux una misión excepcional. Su misión esencial es un mensaje de santidad. Ha venido a recordar muy oportunamente al mundo que tenemos un Padre que vela sobre cada uno de nosotros y que quiere santificarnos como a hijos de adopción. 

Para llegar a la más alta santidad no hay necesidad de milagros ni de éxtasis; no hay que realizar ninguna acción extraordinaria; basta con aceptar, día tras día, la tarea fijada por Dios y realizarla por amor. «Dios no me pide grandes cosas, sino sencillamente el abandono y el agradecimiento». Él mismo, quiere conducirnos a la más alta santidad. Basta abandonarse a los designios de su misericordia y de su amor con la filial confianza del «pequeñuelo». 

Todos los temperamentos, todas las situaciones humanas, todas las formas del deber de estado pueden llegar a ser materia de santidad. Basta con amar y con entregarse a Dios por amor, a través de todas las cosas. «La santidad» no se encuentra en las largas fórmulas de devoción, «en tal o cual práctica». Consiste en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños entre los brazos de Dios, conscientes de nuestra debilidad y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre. He aquí, según la misma Teresa, lo esencial de toda santidad. 

«Mi camino es todo de confianza y de amor». «En mi «caminito» no hay más que cosas muy ordinarias». La santidad teresiana es sencillamente la vida cotidiana divinizada por el amor; una santidad que se puede encontrar y practicar en todas partes; en las calles, en el despacho, en la fábrica, en el almacén, en familia, en medio de los más pesados cargos; lo mismo que en el silencio del claustro y en la soledad del desierto. Se puede llegar a la más alta perfección de la caridad sin obras brillantes. 

El rasgo genial de Teresa fue el haber reducido la santidad a su pura esencia y el haber mostrado el ideal de la perfección accesible a todos por el camino común. Un santo o una santa pueden vivir entre nosotros; como nosotros, llevar nuestros trajes, nuestros calzados de casa, de montaña, de trabajo, parecer como nosotros y ser todos de Dios. Santidad al alcance de todos; pero sin minimizar en nada el ideal cristiano

Teresa ha simplificado la búsqueda de la santidad reduciéndola a sus elementos esenciales: la práctica de las virtudes ordinarias llevadas a su perfección suprema por una vida de puro amor. Todo se equilibra, todo se contrapesa en esta doctrina: «pequeñez» y grandeza de alma, vida de amor y de sacrificio, abandono total y fidelidad absoluta. Las más humildes tareas cotidianas, las funciones necesarias para la vida material, encuentran lugar en la vida de los hijos de Dios. Realismo sencillo y profundo, abnegación sonriente, perpetuo olvido de sí en el lugar fijado a cada uno por la Providencia; tal es esta nueva fórmula de santidad, capaz de conducir a las almas hacia las altas cimas de la perfección cristiana por la sencillez del deber. 

El santo no es sino también el humilde de corazón que camina sencillamente por el surco que le ha trazado la Providencia, cuya tarea cotidiana, frecuentemente oscura y dura, realizada ante las miradas hostiles o indiferentes, no tiene otro testigo que Dios

Ser fiel hasta el último detalle a la voluntad del Padre, por amor; «hacerlo todo bien» a la manera de su Hijo. El beneficio supremo de la espiritualidad teresiana es haber vuelto la santidad a su invariable esencia: el triunfo del amor. Quizá no exista en la Iglesia, espiritualidad alguna que haya insistido con tal fuerza en este elemento primordial. Textos y documentos teresianos, escritos de la Santa, actos de su vida, testimonios del proceso de canonización, conducen a esta evidencia: el mensaje teresiano continúa siendo ante todo un mensaje de amor. Todo se explica por esto. La misma Teresa nos advierte de ello: 

He encontrado en el amor la base de mi vocación. He comprendido que si la Iglesia tenía un cuerpo compuesto de diversos miembros, no podía faltarle el más noble de todos los órganos; he comprendido que tenía un corazón y que este corazón ardía de amor. He comprendido que sólo el amor hacía obrar a sus miembros; que si el amor llegara a apagarse, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio, los mártires se negarían a derramar su sangre. He comprendido que el amor lo era todo; que abrazaba todos los tiempos y todos los lugares, ¡porque es eterno! Entonces, en el exceso de mi delirante alegría, he exclamado: ¡Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación; mi vocación es el amor! Sí, he encontrado mi lugar en el seno de la Iglesia, y este lugar, Dios mío, Vos me lo habéis dado: en el corazón de mi madre la Iglesia, yo seré el amor!... Así lo seré todo. 

Para «Teresita» como para todos los santos a partir de Cristo, el deber fundamental del hombre consiste en amar a Dios. Todo el resto es accidental. El apóstol San Pablo había formulado esta enseñanza extendiéndola al amor al prójimo: 

«Aunque hablare las lenguas de los ángeles y de los hombres, mas no tuviere caridad, no soy sino un bronce resonante o un címbalo estruendoso. Y si poseyere la profecía y conociere todos los misterios y toda la ciencia y si tuviese toda la fe hasta trasladar montañas, mas no tuviere caridad nada soy. Y si repartiere todos mis haberes y si entregase mi cuerpo para ser abrasado, mas no tuviere caridad, ningún provecho saco. Ahora subsisten la Fe, la Esperanza, la Caridad, estas tres; mas la mayor de ellas es la Caridad».

Leyendo este célebre pasaje, Sor Teresa encontró la llave de su vocación. A sus ojos, como en el pensamiento de Pablo, el amor lo es todo: esencia de toda santidad, principio del mérito, manantial que impulsa todas las abnegaciones, único camino que conduce al heroísmo de las vírgenes, de los doctores y de los mártires; criterio supremo atendiendo al cual seremos juzgados en el crepúsculo de nuestra vida y en el crepúsculo del mundo. ¿No se reducía a esto todo el mensaje de Jesús? «Fuego he venido a traer a la tierra y, ¿qué quiero sino que arda?». En esta línea evangélica se sitúa la misión providencial de la gran Santa de Lisieux:

«Siento que mi misión va a empezar: mi misión de hacer amar a Dios como le amo... y de dar mi «caminito» a las alma». «Amar, ser amada y volver a la tierra para hacer amar al amor». 

El camino de la infancia espiritual es una escuela de puro amor que enseña a las almas a multiplicar los actos de amor de Dios y a «transformar las acciones más indiferentes en actos de puro amor». No todo el mundo puede llevar a cabo acciones brillantes; pero todo el mundo puede amar, y Dios no pide más: Para llegar a ser santo no es necesario realizar cosas extraordinarias, sino hacerlo todo por amor. 

El amor teresiano es humilde, activo, confiado hasta la audacia, fiel en las pequeñas cosas hasta el heroísmo; sencillo y sublime como la vida de los hijos de Dios que pasan por la tierra con la mirada fija en su Padre celestial. 

La Iglesia ha proclamado por su magisterio infalible el poder santificador de esta doctrina y ha ratificado las intuiciones de una Santa genial suscitada por Dios para establecer en el mundo el triunfo del amor. 

El mensaje teresiano subsistirá. La infancia espiritual como la doctrina de los más grandes santos está llamada a iluminar las almas hasta la última noche de la Iglesia militante. Esta Iglesia de Cristo asistida por el espíritu de Dios, ha comprendido la profundidad innovadora y el alcance universal del mensaje de Lisieux y ha hecho suya la suprema súplica de Teresa: 

¡Oh Jesús... te suplico que tu mirada divina descienda sobre un gran número de almas pequeñas! Te suplico que te elijas en este mundo una legión de pequeñas víctimas dignas de tu amor.

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El texto es un extracto de las páginas 73, 74, 75 y 76 del excelente libro del P. Philipon OP, "El Mensaje de Teresa de Lisieux"

sábado, 2 de octubre de 2021

LA NEO-FFSPX PUBLICA UNA ENTREVISTA AL OBISPO HUONDER


La entrada inmediatamente anterior es una nueva denuncia franca y valiente del Arzobispo Viganò en contra del Papa Bergoglio y su obra de demolición de la Iglesia. 

Como sabemos, es por causa su abierto combate en contra del actual y nefasto Papa y de los modernistas en general, que la Neo-FSSPX evita cuidadosamente toda aproximación con Viganò, promoviendo, en cambio, contactos con todo prelado liberal del ala conservadora que no ataque abiertamente a Francisco, como es el caso de Mons. Huonder, amigo declarado del Papa argentino (e inventor del "Día del Judaísmo", por añadidura y entre otros méritos). 

Noten los lectores cómo en esta entrevista, publicada ayer 1 de octubre por la FSSPX, Hounder se cuida de hacer la más mínima crítica al Vaticano II o al Papa Bergoglio. Llega en esto al extremo irrisorio de atribuir la responsabilidad del Motu Proprio Traditionis Custodes a los consejeros de Bergoglio, exculpando así a su amigo. No dice nada explícito contra la misa nueva, y en sus respuestas sobre el tema parece querer dar a entender que, para él, la misa de siempre es sólo mejor que la misa novus ordo, y que ambas son legítimas.   

... "me convencieron de que tenía que profundizar este contacto con la Sociedad, lo que hice al elegir a Wangs para mi retiro episcopal. Esta elección incluso fue bien recibida por el Santo Padre. Le confió a un sacerdote: "Está bien lo que hace allí"."

... "he tenido muchos contactos con el Santo Padre, también sobre el tema de la Fraternidad."

"No sé si los consejeros del Santo Padre son conscientes de lo que les están haciendo"... (respondiendo sobre el Motu Proprio Traditionis Custodes)


 NOTA: traducción automática de Google desde el sitio oficial de la FSSPX de EE.UU.

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Esta entrevista fue realizada por el P. Lukas Weber el 26 de agosto de 2021 en Wangs, Suiza. Si bien el texto tuvo que ser revisado y traducido, hemos tratado de mantener el estilo hablado tanto como sea posible.

Mons. Huonder este año celebrarás el 50 aniversario de tu sacerdocio. Enhorabuena y gracias por acceder a concedernos una entrevista para que podamos conocerte un poco mejor. Este aniversario es, por supuesto, una ocasión para echar un primer vistazo a su infancia, al niño de Trun en el cantón de Graubünden, que quería ser sacerdote. ¿Cómo surgió la idea?

Nací en 1942 en Trun, no lejos de Disentis, conocido por su monasterio benedictino. Fue allí, en la iglesia de San Martín de Trun, donde fui bautizado. Puedo decir que ahí es donde recibí mi fe. Lo que marcó mucho esta vez fue la temprana asistencia a misa con mi madre. Me encantaba ir a misa, incluso cuando tenía solo 3 o 4 años. Lo que también siempre me ha impresionado son las Estaciones de la Cruz que van de Trun a Maria Licht. A menudo he contemplado este Vía Crucis y lo he grabado profundamente en mi corazón. Estos son los elementos externos que me marcaron.

Desde temprana edad, siempre he tenido un fuerte deseo de ser pastor: no solo sacerdote, sino pastor. De hecho, los sacerdotes que ejercían su ministerio allí eran el párroco y especialmente el vicario. Fue él quien, desde muy temprano, me inició en el servicio de la Misa. A los siete años ya era monaguillo, que permanecí hasta los 26-27 años. Estos fueron mis primeros pasos en la fe, que se lo debo especialmente a mi madre, porque ella tuvo un papel importante en la formación de mi fe.

Su testimonio confirma la importancia de la educación en la familia y del contacto con los sacerdotes para el despertar de las vocaciones.

Sí, bastante. Esto sigue siendo muy importante por hoy.

Luego realizó sus estudios, seguidos de su formación teológica, y luego fue ordenado sacerdote el 25 de septiembre de 1971. ¿Qué recuerdos guarda de esta ceremonia?

Fue un largo viaje para llegar allí. Nos mudamos a Thalwil, en el cantón de Zúrich, cuando tenía ocho años. Fui a la escuela primaria allí, luego a la escuela secundaria de Disentis, todavía llevando dentro de mí el deseo de ser sacerdote. Después de muchas etapas, fui ordenado sacerdote el 25 de septiembre de 1971. Lo que más me impresionó durante mi ordenación fue, por supuesto, la imposición de las manos del obispo, y luego la unción de manos, donde me di cuenta de que estas manos estaban santificadas. , que fueron ungidos, especialmente para el santo sacrificio. Eso realmente me impresionó durante la ordenación.

En cincuenta años de sacerdocio, hemos visto suceder muchas cosas. Quizás nuestros lectores estén felices de escuchar un par de anécdotas de su rica experiencia.

La vida sacerdotal en su conjunto es una hermosa experiencia, me gustaría enfatizar esto. Pero si quieres una anécdota, recuerdo que una vez, como obispo, durante las confirmaciones en una parroquia, un niño de 11 o 12 años vino a verme después de la ceremonia y me dijo: “Quiero ser sacerdote”. Eso me conmovió y me alegró mucho y también me mostró lo importante que es que los obispos visiten las parroquias, lo que permite, no necesariamente encender las vocaciones sacerdotales, pero al menos fortalecerlas. Lo que siempre me ha impresionado durante mi vida como sacerdote, y especialmente en estos tiempos posteriores, es cuando celebro la Misa. Durante el canon, durante el silencio del canon, siento que muchos jóvenes, que allí están presentes, se unen de verdad. en este silencio. Eso me impresiona mucho. Estos jóvenes de 11 a 15 años… Se nota cómo la comprensión de este silencio ya va creciendo en ellos, sobre todo cuando este silencio nos sumerge en el sufrimiento y la muerte de Nuestro Señor. Eso me impresiona cada vez.

Sin duda hay muchas experiencias en la vida de un sacerdote, pero también, por supuesto, cruces y pruebas. No han faltado en tu vida, ni sacerdotales, ni episcopales. ¿Dónde encontraste la fuerza para llevar estas cruces y superar estas pruebas?

Primero en el Santo Sacrificio de la Misa misma. Es allí donde siempre se puede encontrar la fuerza necesaria para soportar las pruebas. Luego también a través de la oración, especialmente la oración de la Iglesia. Siempre he rezado mucho y observado las oraciones de la Iglesia, el breviario, con mucha fidelidad. Y siempre he podido sentir cómo la oración me lleva, me ayuda, me fortalece, me anima también en muchas situaciones difíciles. Son momentos muy importantes en la vida de un sacerdote, para que pueda perseverar, porque esto no es fácil. Además, también es importante tener contactos fraternos, tener cohermanos que vivan la misma vida, que os acompañen por el mismo camino. Estos son soportes formidables en la vida sacerdotal.

ARZ. VIGANÒ: COMUNICADO EN DEFENSA DE LAS COMUNIDADES MONÁSTICAS CONTEMPLATIVAS


Con profundo dolor y indignación sigo las noticias relativas a las visitas apostólicas que está llevando a cabo la Congregación para los Institutos Consagrados y Sociedades de Vida Apostólica en diversos conventos de monjas contemplativas de Estados Unidos.

La manera en que se están realizando dichas visitas, vulnerando todas las normas canónicas y los más elementales principios jurídicos, la intimidación y amenazas que caracterizan los interrogatorios a los que son sometidas las religiosas, y la violencia psicológica infligida a las residentes de los mencionados conventos, contra los principios de caridad y justicia que deberían inspirar la actuación de los funcionarios de un dicasterio pontificio, manifiestan de modo inquietante los prejuicios y las intenciones de persecución que motivan a los visitadores, cínicos ejecutores de órdenes impartidas por el prefecto, cardenal João Braz de Avis, y el secretario, monseñor José Rodríguez Carballo, cumpliendo precisas instrucciones de Bergoglio. Sea cual sea la comunidad, el acoso de los visitadores con objeto de dividir a las religiosas siempre es el mismo, como también es la misma la tentativa de ejercer una fuerte presión psicológica, hasta el punto de forzar la conciencia privada de personas que están habituadas a vivir en el silencio y en el recogimiento de la oración y la penitencia.

Como en todo lo que caracteriza esta operación de la iglesia bergogliana, tras esta obra de depuración subyace un odio y una furia iconoclasta contra las comunidades de vida contemplativa, y en particular contra las que están ligadas a la Tradición y el rito de siempre; un odio que se ha convertido en práctica habitual con la infausta instrucción Cor orans y su cruel y despiadada aplicación. Destaca asimismo un malsano interés por la administración pecuniaria y las donaciones que reciben las mencionadas comunidades, de las que el Vaticano intenta apoderarse con cualquier pretexto.

Ese odio no tienen la menor justificación jurídica ni disciplinaria, dado que dichos monasterios que son blanco del Vaticano se limitan a vivir según el carisma particular de su orden, fieles a sus santos fundadores y en espíritu de sincera comunión con la Iglesia. Las vocaciones van en aumento, como pasa siempre en todos los institutos que ponen en práctica la regla de sus fundadores y celebran la Misa Tridentina. El pecado de esas religiosas consiste en querer ser fieles al Magisterio inmutable de la Iglesia, a su bimilenaria Tradición y a su verdadera liturgia. Tal es, en definitiva, el pecado de todas las comunidades seglares y religiosas, masculinas o femeninas, ante la despiadada labor de destrucción bergogliana.

Considero mi preciso deber como pastor denunciar sin medias tintas la sistemática labor de demolición que está llevando a cabo la Congregación para los Religiosos, cuyos dirigentes no ocultan su particular aversión a toda forma de vida consagrada, en perfecta sintonía con quien les ha dado las órdenes y ante el verdaderamente desconcertante silencio y pasividad de los ordinarios, incapaces de proteger y defender la parte más valiosa y vulnerable del Cuerpo Místico.

No podemos olvidar que la implacable persecución vaticana se ha dejado caer con anterioridad sobre otras florecientes comunidades religiosas femeninas, hoy totalmente aniquiladas; por ejemplo, las Franciscanas de la Inmaculada (Italia), las Hermanitas de María de Saint-Aignant-sur- Roe (Francia), las hermanas de Auerbach (Alemania) y las Dominicas del Espíritu Santo (Francia), entre otras muchas.

Recuerdo igualmente que los autores de semejante fechoría son los primeros contra quienes se deberían haber tomado medidas disciplinarias a raíz de los gravísimos escándalos financieros en los que estuvo metido Carballo cuando era ministro general de los Frailes Menores. Su situación estaba tan comprometida que se vieron obligado a alojarlo en el Vaticano, cuando lo normal es que los miembros de la Curia residan extramuros. El cardenal Braz de Avis, notorio partidario de la teología de la liberación, fue nombrado por Bergoglio prefecto de la Congregación para los Religiosos, precisamente para reeducar a los consagrados conforme a los estalinianos métodos que distinguen al gobierno de la iglesia profunda bergogliana. Una purga propia de los peores regímenes dictatoriales y del clima de terror que desde 2013 impera en el Vaticano.

Exhorto a mis hermanos prelados, a los sacerdotes y sobre todo a los fieles laicos a alzar la voz contra la destrucción de la vida monástica contemplativa y las comunidades religiosas tradicionales. No sólo es necesario apoyarlas espiritual y moralmente, sino también brindar apoyo material y mediático a las víctimas de una agresión que se ha ido agravando en las últimas semanas, desde la promulgación del motu proprio Tradicionis Custodes; hay que defender a las religiosas perseguidas y desenmascarar a los responsables de una persecución tan odiosa a los ojos de Dios y de toda la Iglesia.

Viendo la perversidad de las autoridades eclesiásticas, soy consciente de lo difícil que es conjugar el voto solemne de obediencia a los superiores con la evidencia de las malvadas aspiraciones de éstos, así como lo doloroso que es oponer resistencia a quienes deberían ejercer la autoridad en nombre de Nuestro Señor. Con todo, prestarles colaboración siempre sería una forma de complicidad y connivencia culpable. La obediencia a Dios y la fidelidad a la Iglesia no pueden vincularse a un servilismo ciego que es enemigo de una y otra: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5,29). Y eso también vale para los religiosos como para los clérigos seculares, cuyo silencio ante la disolución de la Iglesia tiene que terminar ya.

En consideración a este grave dilema de conciencia que atormenta a las religiosas, hago un llamamiento especial a los fieles laicos y los benefactores de los conventos femeninos para que se ocupen, incluso por medio de los adecuados instrumentos legales, en garantizar y defender la independencia de los monasterios y sus propiedades.

A las religiosas perseguidas les garantizo mis constantes oraciones, y las invito a resistir con firmeza y valentía y ofrecer sus padecimientos por la conversión de quienes las persiguen. Que estas silenciosas esposas de Cristo se unan espiritualmente al doloroso calvario de las carmelitas mártires de Compiègne, las dieciséis monjas guillotinadas en la Francia del Terror por no haber querido abandonar su carmelo renunciando a sus votos religiosos. La heroica resistencia de aquellas hermanas consagradas, perseguidas in odium fidei por los sanguinarios de la Revolución, sírvales de ejemplo en estos tiempos de apostasía en que la persecución anticatólica y la furia ideológica procede de quienes deberían proteger a las comunidades de vida contemplativa como el tesoro más valioso de la Iglesia y el baluarte más eficaz contra las ofensivas del Enemigo. De faltar la oración constante de esas benditas almas, el cuerpo de la Iglesia estará más desarmado todavía en el momento en que arrecia con más vigor esta épica batalla.

Como las vírgenes prudentes de la parábola (Mt.25,1-13), manténganse las religiosas fieles a su divino Esposo y aguarden su llegada con las lámparas encendidas. Estos tiempos tenebrosos pasarán, y junto con ellos los renegados que con tanta furia las atacan.

Las más altas instancias vaticanas deberán responder ante Dios de estos pecados gravísimos de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, con sus inquietantes connotaciones ideológicas, así como del abuso de autoridad contra los bienes de la Iglesia y la salvación de las almas. Que el Señor abra los ojos de muchos que todavía no quieren reconocer la apostasía que aflige a la Iglesia Católica.

+Carlo Maria Viganò, arzobispo

Fuente: Adelante la Fe