Siguiendo el ejemplo de la iglesia Ortodoxa rusa,
LA IGLESIA COPTA SUSPENDE EL DIÁLOGO CON LA IGLESIA CATÓLICA POR CAUSA DE "FIDUCIA SUPPLICANS"
5 de marzo de 2024
La dictadura comunista soviética repetía machaconamente sus consignas para que calaran bien en la población. Del mismo modo, la obsesiva repetición del término «sostenible» y la ubicua presencia del logo multicolor de la Agenda 2030 son signos del nuevo totalitarismo que nos están colando por la puerta de atrás en una sociedad debilitada por la Cultura del Miedo y por la pérdida de referentes morales. A esto hay que sumar el poder de la corrección política, concepto creado por el marxismo-leninismo, la cual marca unas lindes ―infranqueables bajo pena de linchamiento u ostracismo― hoy decididas por una misteriosa Autoridad Superior y transmitidas por los obedientes medios de comunicación. Hay que reconocer que la corrección política ha cumplido con su misión: asfixiar el libre pensamiento y crear un miedo generalizado a disentir.
En el caso de la Agenda 2030, la mayoría de las empresas e instituciones repite la consigna como muestra de virtud social, aunque nadie conozca muy bien su contenido. ¿Qué es la Agenda 2030? Y, si es tan importante, ¿por qué no ha sido votada por nadie?
La «Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible» es un acuerdo propiciado por la ONU en el año 2015 para sustituir a la olvidada Declaración del Milenio (2000-2015). Una diferencia importante entre ambos textos estriba en que ésta pasó desapercibida mientras que la Agenda 2030 ha sido embutida, encajada, empujada, encastrada, empotrada en la sociedad con tanta fuerza que, en comparación, la alimentación forzada de las ocas parece un acto de libre albedrío de los pobres animales.
La Agenda posee 17 objetivos y 169 metas con la aparente finalidad de «poner fin a la pobreza y el hambre (…) y proteger al planeta». Su lenguaje es voluntarista y rimbombante: «Aspiramos a un mundo sin pobreza, hambre, enfermedades ni privaciones» con un crecimiento «sostenible, inclusivo y sostenido» (soniquete que se repite como un mantra). De hecho, el texto es completamente utópico, lo que por sí mismo debería ser una primera fuente de preocupación, no en balde las utopías del s. XX ―en especial, el comunismo― mataron a más de 100 millones de personas en todo el mundo.
El lenguaje del documento ofrece bastantes indicios sobre su verdadera naturaleza. En sus cuarenta páginas[1] la palabra «sostenible» aparece mencionada 223 veces y la palabra inclusivo, 23. Por el contrario, el término «libertad» sólo se menciona en 3 ocasiones, «familia» sólo en 1 y «propiedad privada», ninguna, o sea, 0, coincidiendo con el eslogan del Foro Económico Mundial de Davos (WEF), «socio estratégico» de la Agenda 2030: «No tendrás nada y serás feliz».
Una de las tres únicas veces en que se menciona la palabra libertad es para afirmar que la Agenda busca «fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad». Es ésta una expresión inquietante, dado que el término libertad no requiere de nuevas reinterpretaciones. Así, dada la naturaleza orwelliana del texto, resulta imperativo acudir a la «neolengua» descrita en la novela 1984, en la que el Ministerio del Amor se dedicaba a la represión y el de la Verdad, a la propaganda más engañosa. De este modo, la traducción real de la frase anterior sería la siguiente: «La Agenda 2030 tiene como objeto fortalecer la dominación universal dentro de un concepto más restringido de libertad». Se comprende mejor, ¿verdad?
Para discernir la verdad sobre la oscura sombra que proyecta esta iniciativa de la ONU ―es decir, del globalismo― es necesario distinguir entre los objetivos que propugna, aparentemente loables, y los medios que propone para alcanzarlos, completamente opuestos a la consecución de dichos fines. Recuerden que el abismo existente entre unos fines aparentemente benéficos y unos medios perversos ha sido precisamente lo que ha caracterizado a las utopías más destructivas de la Historia.
La primera crítica que puede hacerse al utópico programa de la Agenda 2030 es su carácter totalitario, pues aspira a controlar la totalidad de la vida de los individuos ―incluyendo qué y cuánto comen, y qué y cuánto consumen―. Como hemos mencionado, el concepto de libertad brilla por su ausencia y es remplazado por un acérrimo estatismo. En efecto, la libertad individual y la iniciativa privada son ninguneadas a favor de un constante intervencionismo estatal al que se atribuye un carácter benéfico y una capacidad sobrehumana de solucionar todos los problemas.
El intervencionismo que propone resulta tan exagerado que recuerda a los Planes Quinquenales de la extinta URSS. Por ejemplo, especifica objetivos concretos de crecimiento del PIB en los países menos adelantados y la «duplicación» (¿por imperativo legal?) del peso de la industria («inclusiva y sostenible») en el PIB de esos mismos países.
Las similitudes con el comunismo continúan, pues también propone reducir no sólo la desigualdad de oportunidades, sino también «la desigualdad de resultados». En esta línea, se compromete a efectuar «cambios fundamentales en la manera en que nuestras sociedades producen y consumen bienes y servicios» y formula un axioma revelador: el crecimiento económico (sostenido, inclusivo y sostenible) «solo será posible si se comparte la riqueza y se combate la desigualdad de los ingresos». Así, aboga por aumentar la progresividad de los impuestos y reforzar «la reglamentación y vigilancia de las instituciones» desde un Estado al que se le otorga «plena soberanía permanente sobre la totalidad de su riqueza, sus recursos naturales y su actividad económica».
Por último, declara pomposamente que actúa «en nombre de los pueblos a los que servimos». Exactamente, ¿cómo y cuándo se han manifestado «los pueblos» sobre la Agenda 2030? ¿Y podrían decirme en qué país el poder político sirve al pueblo en vez de servirse de él?
La semana pasada se celebró por videoconferencia una reunión plenaria de la Comisión sinodal Bíblica y Teológica de la Iglesia Ortodoxa Rusa, presidida por Hilarión Alfeyez, Metropolitano de Budapest y Hungría. En el orden del día figuraba, por deseo del Patriarca Kirill, el análisis de la declaración Fiducia Supplicas del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. El texto vaticano es un golpe de muerte al ecumenismo entre católicos y ortodoxos
(InfoCatólica) Según informa el Patriarcado de Moscú, el punto principal del orden del día de la reunión fue la discusión del texto de la declaración «Fiducia supplicans», adoptada por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Iglesia Católica Romana. La orden de analizar el documento fue dada a la Comisión Teológica Bíblica sinodal por Su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia.
La reunión comenzó con el discurso inaugural del metropolitano Hilarion, en el que hizo una breve reseña de las direcciones actuales del trabajo de la comisión, y también informó sobre las tareas que debían resolverse en el marco del pleno.
Los participantes en el encuentro expresaron sus posiciones sobre el contenido teológico de la declaración «Fiducia supplicans», que por primera vez en la historia de la Iglesia católica propone formas de bendición de las «uniones entre personas del mismo sexo». Los miembros de la Comisión Teológica Bíblica sinodal fueron unánimes en que esta innovación reflejaba un marcado alejamiento de la enseñanza moral cristiana.
El Metropolita Alfeyev ya advirtió el pasado mes de diciembre que Fiducia Supplicans anula cualquier posibilidad de unión entre su Iglesia y Roma.
Los resultados del trabajo de la Comisión Teológica Bíblica sinodal sobre este tema se enviarán para su consideración a Su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia.
La Comisión Teológica Bíblica Sinodal es el organismo teológico y doctrinal del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Creadael 28 de diciembre de 1993, es sucesora de la Comisión del Santo Sínodo para la Unidad de los Cristianos (creada en 1979), que, a su vez, fue sucesora de la Comisión de la Iglesia Ortodoxa Rusa. sobre Relaciones Intercristianas (creada el 28 de agosto de 1960).
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PAX
24 de febrero de 2024
Tradición, Fidedidad, Resistencia: ¿tres palabras, tres cosas? No, sólo una. ¿Cuál? Conservar el depósito de la fe. Ese es el papel de los obispos. Monseñor Lefebvre guardó y protegió ese depósito. Nosotros también queremos protegerlo del mejor modo posible. Esa es la Tradición.
El papel del obispo es conservar el depósito de la fe en su alma y en su entorno. Mons. Lefebvre negó ser el jefe de los tradicionalistas. Negó tener "seguidores". Era simplemente un obispo que resistía. No quería que nada demasiado humano se interpusiera en su testimonio y en su lucha. No quería que la Tradición se equiparara a una secta o a un movimiento de cualquier tipo. La Tradición es la Iglesia.
Nuestro Jefe es Nuestro Señor, y es a Él a quien seguimos. Además, si seguimos a Mons. Lefebvre, es porque las cabezas, los pontífices y los santos fueron hechos para ser seguidos porque siguen a Nuestro Señor.
Monseñor Lefebvre rechazaba el título de jefe, pero de hecho él era nuestro pastor. Las ovejas comprendieron claramente que era él quien iba a salvarlas del naufragio, que era preciso seguirlo, no como "seguidores" sino como católicos, para no perder sus almas.
En lo que a nosotros respecta, decimos: somos de la Tradición, somos de Mons. Lefebvre, somos de Nuestro Señor. No somos toda la Tradición, pero somos y queremos ser de la Tradición.
Los otros nombres expresan nuestra determinación de no perder el depósito de la fe, nuestra determinación de luchar por él, no con Mons. Fellay, sino con Mons. Lefebvre. Él luchó con fuerza y caridad. Eso es la Tradición. Ese es también nuestro verdadero nombre.
+ Tomás de Aquino O.S.B.
U.I.O.G.D.Fuente
Velázquez, Cristo Crucificado, detalle.
“La observancia de la Cuaresma es el lazo de nuestra milicia; por ella nos diferenciamos de los enemigos de la Cruz de Jesucristo; por ella esquivamos los azotes de la cólera divina; por ella, amparados con la ayuda celestial durante el día, nos fortalecemos contra los príncipes de las tinieblas. Si esta observancia se relaja, cede en desdoro de la gloria de de Dios, deshonra de la religión católica y peligro de las almas cristianas; y no hay duda que este descuido sea fuente de desgracias para los pueblos, desastres en los negocios públicos e infortunios para los individuos.” (Benedicto XIV, Breve Non Ambigimus, 30-05-1741).
PabloVI, mediante la Constitución Apostólica Pӕnitemini, de 17 de febrero de 1966, destruyó la observancia cuaresmal tradicional del ayuno y la abstinencia.
Nota de NP: En su tesis de licenciatura en derecho canónico, aprobada con el máximo de votos en 1995 en la Universidad Pontificia Gregoriana, el sacerdote norteamericano novus ordo Gerald Murray sostuvo que la supuesta excomunión infligida a Mons. Lefebvre, Mons. de Castro Mayer y los cuatro Obispos consagrados en 1988 sin mandato pontificio, "desde el estricto punto de vista canónico, no es válida, al igual que la acusación conexa de cisma en sentido formal."
16 de febrero de 2024.
En su 77ª Asamblea, que se celebrará dentro de tres meses, la OMS pretende modificar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) y aprobar un Tratado de Pandemias para crear una verdadera dictadura sanitaria que convertiría la pesadilla que nos han hecho vivir durante el covid en algo recurrente. Las negociaciones se están llevando a cabo con sigilo, para evitar que salgan a la luz pública, y con una prisa inusitada, para dejar todo bien atado antes de las elecciones norteamericanas de noviembre de 2024, no se vaya a producir un cambio de gobierno hostil al golpe de la OMS. Lo más grave es que se está hurtando del debate público algo que afectaría profundamente a nuestra vida cotidiana, a nuestra libertad, salud y economía. Naturalmente, tampoco quieren que se someta a votación: se trata de una decisión que se quiere tomar a espaldas de los afectados, sin que éstos se enteren y sin que puedan opinar. La amenaza es muy seria y está siendo ignorada, cómo no, por los medios de comunicación.
La OMS es una organización de financiación público-privada crecientemente controlada por intereses privados y ocultas agendas de poder que posee un historial muy cuestionable sazonado de sospechas de colusión con la industria farmacéutica. De modo revelador, las cuotas de los países miembros sólo cubren el 17% de su presupuesto mientras el 83% proviene de «donaciones voluntarias»[1], la mayor parte de las cuales son finalistas, esto es, destinadas por el donante a un fin concreto que él mismo elige. Por este orden, los cinco mayores donantes voluntarios son EEUU, Alemania, la Fundación Bill & Melinda Gates, GAVI (Alianza Global de Vacunas e Inmunización) y la Comisión Europea[2]. A su vez, GAVI, que adquiere vacunas a la industria farmacéutica para distribuirlas por todo el mundo, fue creada gracias a la Fundación Gates, su principal financiador[3].
El cambio que quiere realizar la OMS es de enorme calado. En efecto, el Reglamento Sanitario Internacional vigente se limita a sugerir recomendaciones no vinculantes. Pues bien, ahora se pretende que dichas recomendaciones se conviertan en normas vinculantes de obligado cumplimiento para los Estados miembros transfiriendo así el poder de decisión a la propia OMS (la «autoridad coordinadora») y concentrando el poder en una sola persona, el director de la OMS, que podría obligar a imponer confinamientos, la cuarentena y aislamiento de individuos, la exigencia de exámenes médicos obligatorios y vacunación obligatoria, el cierre de fronteras, la imposición de mascarillas o la vigilancia y seguimiento de individuos afectados[4].
El sistema de incentivos es perverso. Si el director de la OMS tiene la facultad de declarar arbitrariamente una pandemia y así obtener un poder enorme (y las empresas farmacéuticas un beneficio desorbitado), ¿cómo no esperar que declare pandemia tras pandemia para beneficio de sí mismo, de la propia OMS y de la industria farmacéutica?
La aprobación de las nuevas normas significaría repetir una y otra vez (pero de forma más draconiana) las dañinas medidas que fracasaron estrepitosamente durante el covid, pero que supusieron un rotundo éxito para las empresas farmacéuticas y para los yonquis del poder. En efecto, a éstos les sorprendió la facilidad con que se podía encerrar a los ciudadanos, obligarles a llevar inútiles mascarillas en lugares absurdos, inyectarles unas vacunas experimentales y que ellos mismos se las inyectaran a sus hijos y dejar que sus familiares murieran solos en los hospitales sin que nadie protestara. Descubrieron, en fin, que una población asustada abdica fácilmente de su libertad, de su dignidad y de su capacidad de razonar, y han decidido aprovechar la «oportunidad» (expresión utilizada por Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial). De aquellos polvos vienen estos lodos.
El proyecto de la OMS planea también la creación de una red de bio-vigilancia global, incentiva la aprobación rutinaria de vacunas de uso de emergencia (causa de la ineficacia y mortandad provocada por las “vacunas” covid), y prevé programas de vacunación masiva sin consentimiento informado, como durante el covid[5]. Más grave aún es que la OMS parece promover la investigación de ganancia de función, tecnología mediante la que los científicos juegan con fuego mutando virus que encuentran en animales para hacerlos contagiosos a los humanos y aumentar su patogenicidad. Éste es con toda probabilidad el origen del SARS-CoV-2.
Finalmente, la OMS propone eliminar la protección de los derechos humanos del artículo 3 del RSI. ¿Dónde quedan el derecho a la privacidad y a la libertad de movimientos, de expresión y de opinión[6]? Desaparecen, no en balde la OMS insiste en que los Estados se comprometan a combatir la «desinformación», es decir, a censurar toda voz contraria al relato oficial. Dado que la censura siempre es una violencia ejercida para silenciar la verdad, parece que la OMS prevé que actuará desde la mentira, y no quiere testigos.
Conviene recordar que la principal fuente de desinformación durante el covid fue precisamente el relato oficial propagado por el contubernio político-mediático-farmacéutico y la propia OMS. Por el contrario, quienes, basándonos en análisis estadísticos, en la mejor evidencia científica y en la lógica, alzamos la voz ante tanto abuso, tanta mentira y tanta manipulación, fuimos acusados de desinformar. ¿Quién defendía la verdad?
La OMS sabe mucho de desinformación. Primero se hizo eco de las mentiras del gobierno chino negando que el virus se transmitiera de persona a persona[7] y defendiendo un fantasioso origen natural zoonótico[8], premisa falsa de la que parte todo. Hoy existen pocas dudas de que el origen del covid fue un escape de laboratorio, como afirma el FBI[9] y una miríada de informes[10] y dictaba la lógica[11]. También se sabe que en los trabajos del Instituto de Virología de Wuhan estaban involucrados instituciones y científicos de EEUU, uno de los cuales fue elegido por la OMS como parte de la misión de «investigación» que envió a China como tapadera[12]. Dicho de otro modo, esto podría indicar que la OMS participó en el encubrimiento.
La OMS también contribuyó a propagar el principal bulo de la pandemia, esto es, la exageración deliberada de la mortalidad del covid para aterrorizar a la población y promover la sumisión y la posterior vacunación. Así, llegó a afirmar que la letalidad del virus (CFR) era el 3,4%[13] cuando en realidad la letalidad IFR (la verdaderamente relevante) era del 0,03% para menores de 60 años[14] (la centésima parte de lo que afirmaba la OMS) y del 0,07% para menores de 70.
Asimismo, la OMS pasó de afirmar que no existía evidencia científica que apoyara el uso de mascarillas[15] a recomendar su uso[16] sin más explicaciones, y, cómo no, publicitó las vacunas y terapias genéticas que enriquecieron a sus amigos de la industria farmacéutica tildándolas aún hoy de «seguras» a pesar de los abrumadores datos sobre su peligrosidad.
Para justificar la necesidad de estos cambios, la OMS, gran beneficiaria de la Cultura del Miedo, exagera el riesgo real de ocurrencia e impacto de las pandemias, pues contrariamente a lo que nos quieren hacer creer, las pandemias graves son una rareza en la Historia[17]. De hecho, la última fue la llamada gripe española de 1918, que se cebó en los jóvenes. Aunque es cierto que la mayoría no murió de gripe sino de la neumonía bacteriana subsiguiente en una época en la que aún no existían antibióticos[18], se estima que la pandemia de 1918 provocó la muerte de entre un 1,5% y un 2,5% de la población mundial en dos años, una tasa de mortalidad bruta hasta 27 veces superior a la del covid. La diferencia fundamental entre las dos pandemias, sin embargo, es que la primera fue espontánea y natural, mientras que la segunda, recuerden, fue un escape de un laboratorio biológico gubernamental.
La OMS posee un largo historial de falsas alarmas y de colusión con los intereses de la industria farmacéutica. Por ejemplo, en el 2005 declaró una pandemia de gripe aviar que nunca llegó a transmitirse entre seres humanos y sólo causó 74 muertos en todo el mundo en dos años. Ello no fue óbice para que, animados por la OMS, los gobiernos compraran millones de medicamentos a las grandes farmacéuticas, que caducaron apilados en almacenes.
En 2009 volvió a la carga y declaró una pandemia de gripe porcina. Un mes antes había modificado la definición de pandemia de modo que sólo existiera un requisito (contagiosidad) y no dos (contagiosidad y letalidad). Así, la OMS podría declarar una pandemia, aunque se tratara de una enfermedad leve y sin importancia. El mejor resumen del escándalo de la gripe porcina (o gripe A) lo hizo un conocido periodista español al hacerse eco de la denuncia ante el Consejo Europeo de un epidemiólogo que acusaba al lobby farmacéutico y a la propia OMS de crear una ola de histeria adrede. El periodista acertó al afirmar que el pánico que había recorrido el mundo «no había sido espontáneo sino planificado» (¿les suena?) y acusar a los gobiernos, «hábilmente pastoreados por los lobbies farmacéuticos», de comprar millones de inútiles vacunas por culpa «del negocio más repugnante: el negocio del miedo»[19]. Supongo que en aquel entonces los “negacionistas” eran los buenos.
Desde 2005, la OMS ha declarado seis pandemias o Public Health Emergencies of International Concern además del covid. ¿Recuerdan alguna? La última fue la viruela del mono (dos titulares y 177 muertos en todo el mundo en dos años). Esto supone una supuesta «pandemia» cada dos años y medio, y en todas ellas la OMS obtendría poderes casi absolutos.
El mal se nutre de la incredulidad de aquellos que se resisten a creer en su existencia. De ello se aprovechan los yonquis del poder en su afán de dominación y muy particularmente el movimiento globalista, cuyo objetivo no es suplantar a las democracias occidentales sino superponerse a ellas. De este modo, las masas se contentan con una apariencia de democracia (distraídos por debates superfluos sobre asuntos secundarios) mientras lo verdaderamente relevante es decidido a puerta cerrada por una sedicente élite. Su campo experimental por antonomasia es la UE, en la que el electo Parlamento Europeo parlotea de forma inconsecuente mientras quien toma todas las decisiones es la Comisión no electa sometida a poderes fácticos que se mueven en la sombra.
Este movimiento globalista es como un golpe de Estado a cámara lenta que socava los Estados-nación y empodera organizaciones supranacionales de corte tecnocrático, más opacas y corruptibles y alejadas del foco de atención del público. En este sentido, la OMS es sólo un instrumento más: a la desproporcionada influencia de la Fundación Bill & Melinda Gates se une el oscuro influjo de los megalómanos de Davos, que tan fervientemente apoyan el (su) Tratado de Pandemias[20].
La OMS y el globalismo van de la mano. Por ejemplo, la OMS hace hincapié en la «desinformación» y el Foro Económico Mundial designa inmediatamente la «desinformación» como el mayor riesgo global de 2024[21] y la obediente presidenta de la obediente Comisión Europea se hace eco de ello[22]. Por cierto, en esta última reunión de Davos participó el director de la OMS con instrucciones de no mencionar el Tratado de Pandemias en su discurso[23].
La alianza entre la OMS y el globalismo es especialmente patente en el caso de la implantación de una identidad digital como herramienta de control de la población, una vieja obsesión de la Fundación Gates y del propio Foro Económico Mundial. En este sentido, en junio del 2023 la OMS se asoció con la Comisión Europea para implementar una identidad digital global a imitación del pasaporte sanitario[24] basado, no lo olviden, en la mentira de que las vacunas prevenían el contagio y la transmisión del covid (una falsedad desde un principio[25]). El Foro Económico Mundial de Davos va más allá, pues en un documento de 2022 fantasea con la idea de una identidad digital que sería utilizada para realizar compras, monitorizar la actividad online, mostrar el historial médico, abrir una cuenta bancaria, acceder a los servicios sanitarios o viajar[26], lo que facilitaría la hipotética creación de un sistema de crédito social como en China.
La OMS y el globalismo quieren implantar un poder dictatorial para sí mismos, un enriquecimiento ilícito para unos pocos y un control tiránico y claustrofóbico para el resto de nosotros. A pesar del sigilo con el que se está llevando a cabo este verdadero golpe de Estado, la alarma creciente en todo el mundo[27] y las discusiones entre ellos sobre cómo repartirse el botín están haciendo tambalear el proceso, como reconocía abiertamente ese títere, aspirante a dictador, que dirige la OMS[28]. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Nos encontramos ante una amenaza sin precedentes.
[1] Audited financial statements 2022 (A76/17) (who.int)
[2] Ibid.
[3] The Bill & Melinda Gates Foundation (gavi.org)
[4] WGIHR_Compilation-en.pdf (who.int)
[5] The Proposed Amendments to the International Health Regulations: An Analysis – Opinio Juris
[6] WGIHR_Compilation-en.pdf (who.int)
[7] World Health Organization (WHO) en X: «Preliminary investigations conducted by the Chinese authorities have found no clear evidence of human-to-human transmission of the novel #coronavirus (2019-nCoV) identified in #Wuhan, #China. https://t.co/Fnl5P877VG» / X (twitter.com)
[8] La OMS reafirma que el virus de la covid-19 se creó de forma natural (lavanguardia.com)
[9] FBI director says China trying to thwart Covid origin probe (nbcnews.com)
[10] help.senate.gov/imo/media/doc/report_an_analysis_of_the_origins_of_covid-19_102722.pdf
[11] Desde Wuhan, una epidemia de mentiras – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)
[12] How can Peter Daszak be part of WHO’s team investigating the original source of the outbreak? | Daily Mail Online
[13] expert reaction to WHO Director-General’s comments that 3.4% of reported COVID-19 cases have died globally | Science Media Centre
[14] Age-stratified infection fatality rate of COVID-19 in the non-elderly population – PubMed (nih.gov)
[15] Face masks: WHO stands by recommendation to not wear them if you are not sick or not caring for someone who is sick | CNN
[16] When and how to use masks (who.int)
[17] WHO Pandemic Treaty Will Give it Power to Declare Pandemics, Lockdowns and Vaccine Mandates With Force of Law, Leading Experts Tell MPs – The Daily Sceptic
[18] Bacterial Pneumonia Caused Most Deaths in 1918 Influenza Pandemic, August 19, 2008 News Release – National Institutes of Health (NIH)
[19] Gabilondo Gripe A Negocio del Miedo. 7-1-10 (youtube.com)
[20] Pandemic Treaty: what is it and how will it save lives in future? | World Economic Forum (weforum.org)
[21] Global Risks 2024: Disinformation Tops Global Risks 2024 as Environmental Threats Intensify > Press releases | World Economic Forum (weforum.org)
[22] Special Address by the President: World Economic Forum (europa.eu)
[23] WHO Director-General’s remarks at the World Economic Forum – 17 January 2024
[24] The European Commission and WHO launch landmark digital health initiative to strengthen global health security
[25] Will covid-19 vaccines save lives? Current trials aren’t designed to tell us | The BMJ
[26] WEF_Advancing_towards_Digital_Agency_2022.pdf (weforum.org)
[27] The ‘Negotiating Text’ of the new WHO Treaty on Pandemic Preparedness and Response: An Initial Analysis and Underexamined Points of Concern – Opinio Juris
[28] Global pandemic agreement at risk of falling apart, WHO warns | World Health Organization | The Guardian