viernes, 31 de agosto de 2018

DOS NOTICIAS DE HOY


27 personalidades católicas piden al Papa que se oponga a los planes de gran parte del episcopado alemán de dar la comunión a protestantes (acá).

Arzobispo de EE.UU. pide al Papa que cancele el Sínodo de la Juventud debido a la crisis de los abusos (acá).

SANDRO MAGISTER: FRANCISCO REINCIDENTE

Francisco con Ricca, sodomita notorio


Francisco reincidente. No encubrió sólo a McCarrick

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POR ENCUBRIR ABUSOS, EL CARD. WUERL PODRÍA SER ARRESTADO - EL VATICANO LO PROTEGE


Wuerl y McCarrick

(Extracto)

WASHINGTON, D.C., 30 de agosto de 2018 (LifeSiteNews) - El Papa Francisco ha ordenado al Cardenal Donald Wuerl que abandone los Estados Unidos "antes de ser arrestado" por las autoridades, reportó esta noche Michael Voris, de Church Militant.
El cardenal de Washington, D.C. - sucesor del desgraciado ex cardenal Theodore McCarrick - y ex obispo de Pittsburgh, donde un reciente informe del gran jurado dice que ayudó a camuflar y encubrir a sacerdotes abusadores sexuales, está escondido mientras se ejecutan "los planes finales para sacarlo a escondidas del país", reportó Voris.
Según Voris, quien dice que recibió esta información de fuentes confiables, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos podría abrir un caso R.I.C.O. contra la Iglesia Católica. R.I.C.O., la Ley de Organizaciones Corruptas y tráfico de influencias (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), es una ley anti crimen organizado y antichantaje de 1970.
Debido a que Wuerl sería el objetivo principal de tal caso, según Voris, el Papa Francisco lo quiere fuera del país para que no revele "todo lo que sabe", porque cualquier caso potencial del DOJ conduciría al Vaticano.
"Están tratando de sacarlo del país bajo el secreto diplomático del Vaticano", dijo Voris, señalando que Wuerl se ha retirado de una serie de eventos públicos después de que se conociera la noticia de Pensilvania, y especuló que podría estar escondido en un hotel en la capital de la nación. Voris dijo que los sacerdotes de la arquidiócesis recibieron una carta de Wuerl diciendo que estaba deseando verlos durante el fin de semana del Día del Trabajo (3 de septiembre, nota de NP).
Esta acción potencial del gobierno federal, que sería enorme si se lleva a cabo, se debe a la crisis de abuso sexual del clero que ha sacudido a la iglesia estadounidense con la publicación del informe del gran jurado de Pensilvania que expuso décadas de abuso sexual clerical y encubrimiento de la Iglesia. También se suma al escándalo el reciente testimonio detallado del Arzobispo Carlo Viganò, quien dice que el Papa Francisco y varios cardenales, obispos y sacerdotes de alto rango sabían de la depredación de McCarrick, pero aún así lo colocaron en posiciones de influencia y le permitieron el acceso a los seminaristas. Viganò dijo en su testimonio que Wuerl "miente descaradamente" al negar que era consciente del abuso de McCarrick.
Los rumores sobre el paradero de Wuerl han estado corriendo por los círculos católicos de Washington, D.C., y algunos especulan que puede que ya esté en Roma.

jueves, 30 de agosto de 2018

ACUSACIONES DE MONS. VIGANÓ: MÁS EVASIVAS DESDE EL VATICANO

FRANCISCO, ANTE LAS GRAVES ACUSACIONES DE MONS. VIGANÓ, ESTA RECURRIENDO NUEVAMENTE A LA DESHONESTA PERO EFICAZ ESTRATEGIA DEL SILENCIO, COMO EXITOSAMENTE HIZO ANTES EN EL CASO DE LAS DUBIA Y DE LA CORRECTIO FILIALIS, EPISODIOS DE LOS QUE YA POCOS SE ACUERDAN. 



«ES MEJOR NO ENTRAR EN DETALLES SOBRE ESAS COSAS»

Card. Parolin dice que el Papa no confirma ni desmiente las acusaciones de Viganó

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ARTÍCULO DE R. DE MATTEI SOBRE EL ASUNTO VIGANÓ


miércoles, 29 de agosto de 2018

CARTA DE MONS. VIGANÓ: OCHO OBISPOS ESTADOUNIDENSES EXIGEN RESPUESTAS SERIAS


"En el momento de escribir este artículo, son ya ocho los obispos americanos que han dado un paso al frente, exigiendo que se tome en serio el Informe Viganò y que el Papa dé una respuesta a los cargos."

DESDE EL VATICANO REVELAN QUE EL PAPA FRANCISCO DEPUSO AL CARD. MÜLLER PORQUE ÉSTE CUMPLÍA LAS NORMAS ECLESIÁSTICAS SOBRE CASOS DE ABUSO


29 de Agosto de 2018 (LifeSiteNews) – Una fuente altamente calificada del Vaticano le dijo a LifeSiteNews que el Cardenal Gerhard Müller, junto con sus muy experimentados tres sacerdotes de la CDF, fueron depuestos por el Papa Francisco porque todos ellos habían tratado de seguir fielmente las reglas de la Iglesia con respecto a los clérigos abusivos. En un caso específico, Müller se opuso al deseo del Papa de reintegrar a Don Mauro Inzoli, un inequívoco cruel abusador de muchos niños; pero el Papa no quiso escuchar a Müller. En otro caso, el Papa decidió no dar un apartamento en el Vaticano a uno de los secretarios de Müller, sino al ahora tristemente famoso Monseñor Luigi Capozzi, a pesar de que alguien había advertido al Papa sobre los graves problemas de Capozzi. La fuente vaticana también dijo que varias personas en el Vaticano sabían que el Papa Benedicto XVI impuso restricciones al Cardenal McCarrick, lo que confirma la propia afirmación de Viganò.
Cuando LifeSiteNews contactó a esta fuente vaticana muy confiable y bien informada, preguntándole acerca de la historia de Viganò y las acusaciones del arzobispo acerca de que el Papa Francisco sabía del abuso habitual de McCarrick, él respondió: "El Cardenal Müller [como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF)] siempre había dado un seguimiento firme y contundente a estos casos de abuso, y por eso fue depuesto, al igual que sus tres buenos colaboradores [los tres sacerdotes de la CDF]".
En mi seguimiento con esta fuente, él nuevamente explicó que el Cardenal Müller, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, siempre había seguido fielmente las leyes de la Iglesia con respecto a los casos de abuso, de los cuales la CDF es responsable. De acuerdo con la fuente, Müller también "resistió" al Papa Francisco en 2014 cuando quiso reincorporar al agresor en serie de los niños, el sacerdote italiano Don Inzoli, permitiéndole realizar algunas funciones del sacerdocio. En oposición a Müller, "el Papa decidió otra cosa", continuó la fuente. Es decir, el Papa Francisco no siguió el consejo del Cardenal Müller.
En 2012, Inzoli había sido declarado culpable por un tribunal eclesiástico de abusar de niños tan pequeños como de 12 años, incluso en el confesionario. Fue entonces suspendido a divinis, prohibiéndole todas las funciones sacerdotales. El historiador Henry Sire dice en su libro El Papa Dictador que en 2014, el Papa " siguiendo una petición de los amigos de Inzoli en la Curia, el Cardenal Coccopalmerio y Monseñor Vito Pinto "  redujo la pena del sacerdote a una " vida de oración”. A Inzoli, sin embargo, también se le ordenó "que se mantuviera alejado de los niños, [mientras] se le daba permiso para celebrar la Misa en privado". Sin embargo, en 2015, como informó Michael Dougherty, Inzoli ya estaba participando de nuevo en una conferencia sobre la familia en Lombardía, Italia. Este escandaloso caso sólo se hizo público porque un tribunal italiano juzgó y condenó a Inzoli a cuatro años y nueve meses de prisión, un grave hecho público que el Vaticano no podía ignorar responsablemente. Inzoli fue declarado culpable, en 2016, de más de "cien episodios", explica Henry Sire. En respuesta a esta impactante noticia, "el Vaticano inició un nuevo proceso canónico."
Como también comentó Dougherty, es obvio que el Papa pasó por alto a la CDF, y con ella al Cardenal Müller, al tratar con casos de abuso: "En cualquier caso, en lo que respecta a los abusos, la justicia impartida por la CDF de Müller parece ser demasiado dura para el Papa y sus aliados. Y por eso el Papa espera hacer a la CDF irrelevante en estos casos".
Es interesante notar que el mismo Cardenal Müller fue depuesto por el Papa Francisco sin previo aviso a finales de junio de 2017, sólo un mes después de que el Cardenal había criticado públicamente por primera vez al Papa. En una entrevista del 25 de mayo con Raymond Arroyo de EWTN, confirmó públicamente un informe anterior publicado por primera vez por Marco Tosatti, según el cual el Papa despidió a tres de los mejores sacerdotes de la CDF de Müller, y esto también sin previo aviso ni explicación. "Y yo soy el Papa, no necesito dar razones para ninguna de mis decisiones. He decidido que tienen que irse y tienen que irse", son las palabras explícitas del Papa, según informó Tosatti.
El propio Müller comentó el 25 de mayo este repentino despido de algunos de sus mejores colaboradores con estas palabras: "Es cierto que estoy a favor de un mejor tratamiento de nuestros funcionarios en la Santa Sede, porque no sólo podemos hablar de la doctrina social sino que también debemos respetarla, y el mismo Papa dijo que teníamos algunas conductas antiguas de los tribunales y estoy absolutamente en contra de este tratamiento". El cardenal alemán añadió que "sólo podemos desponer a las personas si cometen un error y el criterio para nuestros colaboradores en nuestra Congregación debe ser la ortodoxia y la integridad de la vida moral y sacerdotal y la competencia en la materia y otros `criterios', debe hablar italiano o necesitamos personas de diferentes lenguas y culturas".
Era la primera vez que el Cardenal Müller reprendía públicamente al Papa, y no se trataba de él mismo, sino de la repentina destitución de tres de sus mejores colaboradores-sacerdotes en la CDF.
Henry Sire comenta en su libro sobre este evento, como sigue:
Se rumoreaba que Francisco tenía la intención de revertir la competencia para casos de abuso sexual del Cardenal Müller en la Congregación para la Doctrina de la Fe hacia la Rota y la Congregación para el Clero. En cambio, Francisco simplemente cambió el personal. Destituyó sumariamente a dos miembros del personal de la Congregación para la Doctrina de la Fe a cargo de los casos de abuso sexual (negándose a dar razones al Cardenal Müller) y luego despidió al propio Müller como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en julio de 2017.
Citando a Nicole Winfield de Associated Press, Sire muestra que Inzoli no fue el único caso en el que el Papa Francisco mostró misericordia hacia los delincuentes graves:
Winfield escribió que "dos abogados canónicos y un funcionario de la iglesia" le dijeron que el énfasis del Papa en la "misericordia" había creado un ambiente en el cual "varios" sacerdotes bajo sanciones canónicas impuestas por la CDF habían apelado exitosamente a Francisco por clemencia a través de poderosas conexiones curiales. El funcionario anónimo señaló que tales llamamientos rara vez habían tenido éxito con Benedicto XVI, que había destituido a más de 800 sacerdotes del ministerio.
La mencionada fuente bien posicionada en el Vaticano también confirmó que había varios miembros de la curia en lugares de alto rango que sabían de las restricciones impuestas a McCarrick bajo el pontificado del Papa Benedicto XVI. Así que, si ellos lo sabían, el mismo Papa Francisco también lo sabía.
Por último, consideremos una historia que llegó a LifeSiteNews de otra fuente bien informada en Roma. Esta fuente escribió a LifeSiteNews hace unos días como sigue:
El Cardenal Müller intentó conseguir un apartamento para uno de sus secretarios en el Palazzo del Sant'Ufficio, donde también se encuentra la Congregación para la Fe. Había un apartamento libre, y el cardenal lo pidió para su secretario. Pero luego vino de la casa de huéspedes Santa Marta, del pontifex, una nota informando personalmente al Cardenal Müller que este apartamento no está disponible para su secretario porque el Cardenal Coccopalmerio lo necesitaba para su secretario Luigi Capozzi. Y así es como ocurrió.
Y continúa diciendo con franqueza esta fuente, "ese es el mismo apartamento que –en el verano de 2017, y tras las quejas de los vecinos- fue allanado por la policía, para terminar una fiesta homo con grandes cantidades de cocaína, que el propio Capozzi –en el Palazzo del Sant'Ufficio- había organizado para sus amigos homosexuales".
Esta fuente nos dice que el mismo Papa Francisco se aseguró de que un secretario homosexual de su amigo el Cardenal Francesco Coccopalmerio obtuviera un apartamento privilegiado en el Vaticano. Como LifeSiteNews informó en su momento, fue este mismo Cardenal Coccopalmerio quien, en 2014, habló de los "elementos positivos" en las relaciones homosexuales.
Como nos asegura nuestra otra fuente bien posicionada en el Vaticano, "el Papa Francisco había sido informado por alguien sobre los problemas de Luigi Capozzi, pero de todos modos le dio el apartamento".

MONS. VIGANÓ SE DEFIENDE


FUENTE

Viganó se defiende de las calumnias de los ‘defensores del Papa’

Monseñor, ¿cómo está?
Gracias a Dios muy bien, con gran serenidad y paz de conciencia: es la recompensa de la verdad. La luz siempre vence a las tinieblas, no puede ser reprimida, especialmente para aquellos que tienen fe. Por eso tengo mucha confianza y esperanza en la Iglesia.
¿Cómo valora las reacciones a la publicación de su memorándum?
Como sabe hay reacciones opuestas.
Hay quienes ya no saben de donde sacar el veneno para destruir mi credibilidad. Hay hasta quién ha escrito escribió que he sido hospitalizado dos veces para tratamiento obligatorio por consumo de drogas; hay quienes imaginan conspiraciones, complots políticos, complots de todo tipo, etc…
Pero también hay muchos artículos de agradecimiento, y he visto mensajes de sacerdotes y fieles agradeciéndome este testimonio; que ha sido para ellos un destello de nueva esperanza para la Iglesia.
¿Qué responde a quién en estas horas objetan que tendría razones de rencor personal contra el Papa y por esta razón habría decidido escribir y difundir el memorándum?
Tal vez sea ingenuo,  y piense siempre lo mejor de la gente, pero confieso que es un regalo que me hizo el Señor, y que nunca he tenido sentimientos de venganza durante todos estos años en que he sido puesto a prueba de tanta calumnia y falsedad contra mí.
Como escribí al comienzo de mi testimonio, siempre creí que la jerarquía de la Iglesia encontraría en sí misma los recursos para sanar tanta corrupción. También lo escribí en mi carta a los tres cardenales enviados por el Papa Benedicto para que investigaran el caso Vatileaks. En una carta que acompañaba el informe que les entregué, les dije: “Ustedes lo sabían, pero guardaron silencio. Al menos ahora que tienen esta orden del Papa Benedicto, tengan el coraje de informar fielmente sobre lo que han descubierto relativo a tantas situaciones de corrupción.
¿Por qué decide publicar y difundir su testimonio?
Hablé porque la corrupción ha llegado a lo alto de la jerarquía de la Iglesia. Y apelo a los periodistas: ¿por qué no preguntan qué pasó con el caso de los documentos que, como todos sabemos, fueron entregados en Castelgandolfo por el Papa Benedicto XVI al Papa Francisco? ¿Todo fue inútil? Hubiera sido suficiente seguir mi informe y el informe que fue puesto a mi disposición antes del de los tres cardenal a cargo de la investigación del caso Vatileaks (Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi) para empezar a hacer algo de “limpieza” en la curia.
¿Pero saben lo que el Cardenal Herranz me respondió cuando le llamé desde Washington, dado que había pasado mucho tiempo desde que el Papa Benedicto nombró a esta Comisión, sin haber sido informado de nada por ellos? Le dije: “¿No crees que tengo algo que decir sobre la cuestión de mis cartas, publicadas sin mi consentimiento?” Él respondió: “Ah, si realmente quieres”.
¿Qué responde a quién afirma que usted sería el “cuervo”, o uno de los “cuervos”, en el origen del caso Vatileaks?
¿Yo el cuervo? Como has visto con mi testimonio, ¡suelo hacer cosas a la luz del día! Estuve en Washington un tiempo y ciertamente tenía otras cosas en qué pensar. Por otro lado, siempre he tenido la costumbre de sumergirme por completo en mi nueva misión. Así lo hice cuando fui enviado a Nigeria: ya no leí las noticias italianas. Tanto es así que cuando, después de seis años, fui llamado a la Secretaría de Estado por San Juan Pablo II me tomó unos meses darme cuenta de dónde estaba metido antes, a pesar de que ya estuve en la Secretaría de Estado once años entre 1978 y 1989.
¿Qué responde a los que dicen que habrían sido expulsado ​​de la Gobernación y que esto también provoca sentimientos de rencor y deseo de venganza en usted?
Como ya dije, el rencor y la venganza son sentimientos que no me pertenecen. Mi resistencia a dejar mi trabajo en la Gobernación fue motivada por un profundo sentimiento de injusticia por una decisión que sabía que no correspondía a la voluntad que el Papa Benedicto XVI me había manifestado.
El cardenal Bertone sólo para alejarme había cometido una serie de graves abusos de autoridad; en relación a la comisión inicial de tres cardenales que el Papa Benedicto había designado para investigar las graves acusaciones hechas por mí como Secretario General y por el Secretario General Adjunto, monseñor Giorgio Corbellini, por los abusos cometidos por Monseñor Paolo Nicolini. En lugar de esta comisión, el cardenal había creado una comisión disciplinaria alterando en su composición la institucional de la Gobernación; y antes incluso de crear esta comisión, me había convocado para decirme que el Santo Padre me había nombrado nuncio en Washington; y a pesar de que dicho comité disciplinario había decidido el 16 de julio de 2011 el despido de Monseñor Paolo Nicolini, Bertone había manipulado abusivamente dicha decisión para evitar su publicación.
Al hacerlo, me había impedido continuar el trabajo de lucha contra la corrupción en la administración de la Gobernación.
¿Qué responde a quién habla de su  fijación por  convertirse en cardenal y afirma que ahora ataca al Papa también porque no ha recibido el cardenalato?
Puedo decir con toda sinceridad ante Dios que en realidad he renunciado a ser cardenal.
Después de mi primera carta al cardenal Bertone, que le envió al papa porque hizo lo que él pensaba que era más apropiado, el Papa Benedicto me llamó y me recibió en audiencia el 4 de abril de 2011, e inmediatamente me dijo estas palabras: “Creo que sé que nombramiento podría servir mejor a la Santa Sede como presidente de la Prefectura para asuntos económicos, en lugar del cardenal Velasio De Paolis”.
Le agradecí al Papa la confianza que me mostró y agregué: “Santo Padre, ¿por qué no espera seis meses o un año? Porque si ahora me promociona, el equipo que ha confiado en mí para sanar la situación en la Gobernación será inmediatamente dispersado y perseguido (como de hecho sucedió).
También agregué algo más: Al final de la audiencia, el Papa me dijo nuevamente: “Sin embargo, sigo opinando que el lugar donde mejor puedes servir a la Santa Sede es como presidente de la Prefectura para asuntos económicos”. El Cardenal Re puede confirmar esta noticia. Entonces renuncié al cardenalato por el bien de la Iglesia.
¿Qué responde a quienes involucran a su familia hablando de “saga” bajo la bandera de grandes intereses económicos?
El 20 de marzo de 2013 mis hermanos prepararon un comunicado de prensa, y yo me opuse a la publicación para evitar involucrar a toda la familia. Puesto que ahora se sigue repitiendo la acusación a mi hermano Lorenzo, a saber, que le habría mentido al Papa Benedicto escribiendo sobre mi necesidad de irme porque tenía que cuidar a mi hermano enfermo, he decidido hacer pública ahora la declaración. De su lectura se hace evidente que sentí la grave responsabilidad moral de cuidar y proteger a mi hermano.

martes, 28 de agosto de 2018

CARTA DE MONS. VIGANÓ: LOS CARDENALES ESTADOUNIDENSES DEFIENDEN A FRANCISCO


Los cardenales estadounidenses rechazan las afirmaciones del diplomático vaticano sobre el encubrimiento generalizado de los abusos. 

Algunos obispos de EE.UU., sin embargo, lo apoyan.


Cardenales de Estados Unidos emitieron declaraciones separadas rechazando las acusaciones, hechas por el ex embajador del Vaticano en Estados Unidos, de un encubrimiento generalizado de la conducta sexual inapropiada del ex cardenal de Washington Theodore McCarrick.
El Cardenal Joseph Tobin de Newark, Nueva Jersey, dijo que la carta de 11 páginas publicada durante el fin de semana por el Arzobispo Carlo María Vigano está llena de "errores de hecho, insinuaciones y una temible ideología".
Tobin, quien ahora dirige la arquidiócesis que McCarrick dirigió de 1986 a 2001 y que a mediados de la década de 2000 pagó compensaciones a dos hombres que dijeron que McCarrick los había agredido sexualmente años antes cuando eran seminaristas, expresó "conmoción, tristeza y consternación" por la carta de Vigano.
Sin embargo, algunos obispos de la jerarquía estadounidense dijeron que consideraban que las acusaciones de Vigano eran "creíbles" y que Vigano era "un hombre de veracidad, fe e integridad".
Vigano afirma que los funcionarios de la iglesia, incluyendo al Cardenal Donald Wuerl, el actual arzobispo de Washington, y el Papa Francisco, no actuaron en contra de McCarrick después de que Vigano les informó a los funcionarios de la mala conducta sexual de McCarrick, y que el Papa Benedicto XVI había impuesto sanciones a McCarrick.
En un comunicado del 27 de agosto, Wuerl contradice directamente al ex nuncio y "negó categóricamente" que Vigano le haya dicho que se habían impuesto restricciones a su predecesor.
La declaración de la arquidiócesis dice que "durante todo su mandato como Arzobispo de Washington", Wuerl nunca recibió ninguna queja o acusación sobre el comportamiento abusivo de McCarrick, afirmación que ha hecho varias veces desde que McCarrick anunció su retiro de su ministerio público y su renuncia del Colegio de Cardenales.
"El único motivo para que el Cardenal Wuerl desafiara el ministerio del Arzobispo McCarrick habría sido la información de Mons. Viganò u otras comunicaciones de la Santa Sede. Tal información nunca fue proporcionada", dice la declaración.
El 16 de agosto, el Cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, pidió una investigación del Vaticano, conocida como visitación apostólica, que trabajaría con una comisión nacional de laicos a la que se le otorgaría autoridad independiente para investigar las "muchas cuestiones que rodean al Arzobispo McCarrick".
DiNardo reiteró ese llamado el 27 de agosto (ver artículo relacionado) y dijo que estaba "ansioso por una audiencia" con Francisco para discutir el plan de los obispos para responder a la crisis de abuso sexual del clero.
Wuerl dijo el 27 de agosto que la gestión de Vigano como nuncio apostólico en Estados Unidos debería incluirse en el mandato de esa investigación.
Tobin también pidió una investigación sobre las afirmaciones de Vigano, diciendo: "Estamos seguros de que el escrutinio de las afirmaciones del ex nuncio ayudará a establecer la verdad".
Tobin dijo que la carta "no puede ser entendida como una contribución a la recuperación de sobrevivientes de abuso sexual".
"Los errores factuales, la insinuación y la temible ideología de este 'testimonio' sirven para fortalecer nuestra convicción de avanzar resueltamente en la protección de los jóvenes y vulnerables de cualquier tipo de abuso, al tiempo que se garantiza un ambiente seguro y respetuoso donde todos son bienvenidos y se rompen las estructuras y culturas que permiten el abuso", dijo.
Más allá de sus afirmaciones de facto, la carta de Vigano está entrelazada también con afirmaciones ideológicas sobre otros obispos católicos y funcionarios de la Curia. Dice que uno, por ejemplo, tiene una "ideología a favor de los homosexuales" y que otro "estaba a favor de promover a los homosexuales en puestos de responsabilidad".
Vigano también alega que McCarrick manipuló los nombramientos de ciertos obispos para ciertas sedes. También pidió la renuncia de muchos obispos, entre ellos el Papa Francisco.
El Cardenal de Chicago Blase Cupich emitió una declaración el 26 de agosto detallando errores de hecho en la línea de tiempo de Vigano sobre su nombramiento como arzobispo de Chicago.
Sin embargo, le dijo a NCR que estaba aún más sorprendido por el tono "burlón" de la carta.
"En todos los encuentros que he tenido [con Vigano], siempre ha sido muy cordial y agradable", dijo Cupich. "Nunca hubo ninguna indicación del nivel de desprecio que sobre mí hay en su carta. Estaba atónito. No tengo ni idea de dónde viene eso".
El Obispo Robert McElroy de San Diego dijo que la carta de Vigano es otro ejemplo de "guerreros ideológicos dentro de la Iglesia en ambos lados... usando la tragedia de las víctimas de abuso para promover sus objetivos."
La carta de Vigano, dijo el Obispo Robert McElroy de San Diego, es claramente un esfuerzo para "saldar viejas cuentas personales".
"La dedicación a la verdad integral ha sido subordinada a la selección de objetivos enemigos y a las distorsiones tendenciosas de la verdad", dijo McElroy.
Sin embargo, en una declaración enviada a las parroquias de la Diócesis de Tyler, Texas, pocas horas después de que el testimonio de Vigano fuera hecho público, el Obispo Joseph Strickland dijo que encontró "creíbles" las acusaciones de Vigano.
Strickland hizo un llamado para "una investigación completa" de las acusaciones y se comprometió a "prestar mi voz de la manera que sea necesaria para llamar a esta investigación e instar a que sus hallazgos exijan la rendición de cuentas de todos los culpables, incluso en los niveles más altos de la Iglesia".
En respuesta a una pregunta del The New York Times el 26 de agosto, el portavoz de la arquidiócesis de Filadelfia dijo que el Arzobispo Charles Chaput "disfrutó trabajar con el Arzobispo Viganò durante su mandato como Nuncio Apostólico en los Estados Unidos y encontró que su servicio estaba marcado por la integridad hacia la iglesia".
"Sin embargo -continuó el portavoz-, Chaput "no puede comentar el reciente testimonio del arzobispo Viganò, ya que va más allá de su experiencia personal".
Mons. Thomas Olmsted, obispo de Phoenix, también dijo que no tiene "ningún conocimiento de la información que [Vigano] revela... así que no puedo verificar personalmente su veracidad".
Pero Olmsted añadió: "Siempre lo he conocido y respetado como un hombre de veracidad, fe e integridad".
Olmsted dijo que conoce a Vigano desde hace 39 años. Se conocieron en 1979 cuando ambos trabajaban para la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Olmsted instó a que "cada afirmación que haga [Vigano] sea investigada a fondo".
Mons. Robert C. Morlino, Obispo de Madison, Wisconsin, comienza su declaración del 27 de agosto afirmando su "solidaridad con el Cardenal DiNardo y su declaración en nombre de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos", especialmente el llamado de DiNardo a dar "particular atención y urgencia" al examen por parte de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos de las graves faltas morales de los obispos" y a renovar "nuestro afecto fraternal por el Santo Padre en estos días difíciles".
"Con esas convicciones y sentimientos, me encuentro completamente solidario", continúa Morlino.
"Sin embargo, debo confesar mi decepción por el hecho de que en sus comentarios sobre el vuelo de regreso de Dublín a Roma, el Santo Padre eligió un rumbo de "sin comentarios", con respecto a cualquier conclusión que pudiera extraerse de las acusaciones del Arzobispo Viganò".
"El Papa Francisco dijo además expresamente que tales conclusiones deben dejarse a la "madurez profesional" de los periodistas. En los Estados Unidos y en otros lugares, de hecho, muy poco es más cuestionable que la madurez profesional de los periodistas".
"La parcialidad de los principales medios de comunicación no podría ser más clara y es reconocida casi universalmente. Nunca le atribuiría madurez profesional al periodismo del National Catholic Reporter, por ejemplo. (Y, previsiblemente, están encabezando una campaña de vilipendio contra el Arzobispo Viganò.)"
"Después de haber renovado mi expresión de respeto y afecto filial hacia el Santo Padre", dijo Morlion, "debo añadir que durante su mandato como nuestro Nuncio Apostólico, conocí al Arzobispo Viganò tanto profesional como personalmente, y sigo profundamente convencido de su honestidad, lealtad y amor a la Iglesia, y de su impecable integridad".
"Viganò ha ofrecido una serie de acusaciones concretas y reales... Por lo tanto, los criterios para las acusaciones creíbles están más que cumplidos, y una investigación, de acuerdo con los procedimientos canónicos apropiados, está ciertamente justificada", dijo Morlino.
Concluye afirmando que su "fe en la Iglesia no se ve sacudida en lo más mínimo por la situación actual".
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NUEVA DECLARACIÓN DE MONS. VIGANÒ


FUENTE (Hemos omitido la parte introductoria. Traducción de NP)

Declaración del Arzobispo Carlo Maria Viganò con respecto a la Arquidiócesis de San Pablo-Minneápolis

Acusaciones contra mi persona aparecieron en los medios de comunicación -en julio de 2016, cuando ya había dejado mi misión en Washington, D.C.- después de la publicación de un memorándum escrito por el Padre Dan Griffith, el entonces delegado para la protección de menores en la Arquidiócesis.
Estas acusaciones -alegando que ordené a los dos Obispos Auxiliares de Minneapolis que cerraran la investigación sobre la vida del Arzobispo John C. Nienstedt- son falsas.
El Padre Griffith no estuvo presente durante mi reunión en la Nunciatura con el Arzobispo y los dos Auxiliares el 12 de abril de 2014, durante la cual se me entregaron varias declaraciones juradas con acusaciones contra el Arzobispo Nienstedt.
Estas declaraciones juradas fueron recogidas por la firma Greene Espel, que fue contratada por el Padre Griffith en nombre de la Arquidiócesis para investigar al Arzobispo Nienstedt. Este bufete pertenece al grupo "Lawyers for All Families" (Abogados para todas las familias), que luchó contra el arzobispo Nienstedt sobre la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el estado de Minnesota.
En una de estas declaraciones, se afirmaba que Mons. Nienstedt había tenido una aventura con un guardia suizo durante su servicio en el Vaticano unos veinte años antes.
Los investigadores privados de la firma Greene Espel habían llevado a cabo una investigación en un estilo acusatorio y desequilibrado, y ahora querían extender inmediatamente su investigación a la Pontificia Guardia Suiza, sin escuchar primero al Arzobispo Nienstedt.
Yo le sugerí a los obispos que vinieron a la Nunciatura el 12 de abril de 2014, que dijeran a los abogados de Greene Espel que me parecía apropiado que se escuchara al Arzobispo Nienstedt antes de dar este paso -audiatur et altera pars- que aún no habían dado. Los obispos aceptaron mi sugerencia.
Pero al día siguiente, recibí una carta firmada por los dos auxiliares, afirmando falsamente que yo había sugerido el cese de la investigación.
Yo nunca le dije a nadie que Greene Espel debía detener la investigación, y nunca ordené que se destruyera ningún documento. Cualquier declaración en sentido contrario es falsa.
Sin embargo, le ordené a uno de los obispos auxiliares, Lee A. Piché, que retirara de la computadora y de los archivos arquidiocesanos la carta afirmando falsamente que yo había sugerido que se detuviera la investigación. Insistí en esto no sólo para proteger mi nombre, sino también el de la Nunciatura y el del Santo Padre, que se verían perjudicados innecesariamente si se utilizaba una declaración falsa contra la Iglesia.
El mismo día en que la noticia apareció en el New York Times, el 21 de julio de 2016, el Santo Padre pidió al Cardenal Parolin que llamara al Nuncio en Washington, D.C. (Christophe Pierre), ordenando que se abriera inmediatamente una investigación sobre mi conducta, para que yo pudiera ser reportado al tribunal a cargo de juzgar el encubrimiento de abusos por parte de los obispos.
Yo informé a la Oficina de Prensa del Vaticano en las personas del Padre Lombardi y del Sr. Greg Burke. Con la autorización del Sustituto del Secretario de Estado, el entonces Arzobispo Becciu, el Sr. Jeffrey Lena -un abogado americano que trabaja para la Santa Sede- fue a la Congregación para los Obispos donde encontró documentos que probaban que mi conducta había sido absolutamente correcta.
El Sr. Lena entregó al Santo Padre un informe escrito exonerándome. A pesar de ello, la Oficina de Prensa del Vaticano no consideró necesario emitir una declaración refutando el artículo del New York Times.
La Nunciatura también respondió al Cardenal Parolin con un informe detallado, que restauró la verdad y demostró que mi conducta había sido absolutamente correcta.
Este informe se encuentra en la Secretaría de Estado del Vaticano y en la Nunciatura en Washington, DC.
El 28 de enero de 2017, escribí tanto al Arzobispo Pierre como al Arzobispo Hebda (que había sucedido a Nienstedt), pidiéndoles que corrigieran públicamente el memorándum de Griffith. A pesar de los repetidos correos electrónicos y llamadas telefónicas, nunca recibí respuesta de ellos.
Agosto 26, 2018
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Carta de Mons. Piché al Card. Oullet de la Congregación de Obispos aclarando la situación acá.


Carta de Mons. Vigano al Card. Oullet acá.

NUEVAS Y DRAMÁTICAS REVELACIONES SOBRE EL CASO “VIGANÓ”; DE COMO SABEMOS QUE DICE LA VERDAD; Y DE CÓMO SE VE OBLIGADO A HUIR AL EXTRANJERO


Escribe Aldo María Valli, vaticanista.

El tono de voz es tranquilo, pero noto cierta ansiedad. Al teléfono Monseñor Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos.
Me sorprendo. Nos hemos visto pocas veces, en actos públicos, pero no podemos decir que nos conozcamos.
Me explica que es un lector habitual, que valora mi valentía y mi claridad, así como mi ironía. Le agradezco y pregunto: ¿pero por qué quiere verme?
La respuesta es que no puede decirlo por teléfono.
De acuerdo, entonces vamos a vernos, pero ¿dónde?
Ingenuamente propongo mi despacho, o el bar a de al lado.
“No, no, por el amor de Dios. Lo más lejos posible del Vaticano,  sin miradas indiscretas”.
No me gusta conspirar, pero aprecio la seria preocupación de Monseñor.
“¿En mi casa? ¿En la cena?  Estará mi esposa y habrá algunas de mis hijas”.
“En casa está bien”.
“¿Debo ir a buscarte?”.
“No, no, iré, con mi coche”.
Y así fue.
Cuando llega el arzobispo, en una cálida noche, veo a un hombre más viejo de lo que alcanzaba a redordar. Él sonríe, pero pronto se vuelve claro que algo le preocupa. Tiene un peso en el alma.
Después de las presentaciones de mi esposa e hijas, y después de haber bendecido la mesa, para aliviar la tensión un poco bromeamos acerca de nuestras raíces lombardas comunes (él es de Varese, y nosotros de Rho). El monseñor llegó a la hora señalada, al minuto: en Roma es muy extraño que esto suceda.
Entonces Viganò inmediatamente entra en el tema. Está preocupado por la Iglesia, temiendo que en su cima haya personas que no trabajen para llevar el Evangelio de Jesús a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sino para confundir y someterla a la lógica del mundo.
Luego comienza a hablar sobre su larga experiencia en la Secretaría de Estado, a la cabeza de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano y como nuncio, en Nigeria y en los Estados Unidos. Él dice muchos nombres y cita muchas circunstancias. No es fácil para mi esposa y mis hijas seguirlo. A pesar de que he sido vaticanista por más de veinte años, me resulta difícil centrarme. Pero no lo interrumpimos porque entendemos que quiere hablar. La impresión es que él es un hombre solitario y triste por lo que ve a su alrededor, pero no nervioso. En sus palabras, nunca hay una mala sobre las personas que menciona. Los hechos son elocuentes. A veces sonríe y me mira, como diciendo: “¿Qué hacemos? ¿Hay salida?”.
Me dice que me llamó porque, a pesar de no conocerme en persona, me estima, sobre todo por el coraje y la libertad que demuestro. Agrega que mi blog es leído y apreciado incluso en los “palacios sagrados”, aunque no todos pueden decirlo firmemente.
Él es un hombre con un profundo sentido del deber. Al menos eso nos parece. En unos minutos, se establece una buena armonía entre todos.
Mi esposa, catequista en la parroquia, y las chicas, están sin palabras frente a ciertas historias. Siempre digo, bromeando pero no demasiado, que los buenos católicos no deberían saber cómo funcionan las cosas en las jerarquías, y lo confirmo en esta noche. Sin embargo, no me arrepiento de haber invitado al arzobispo a casa. Creo que el doloroso testimonio de este hombre,  anciano servidor de la Iglesia, nos dice algo importante. Algo que, incluso en el dolor y la confusión, puede ayudar a nuestra vida de fe.
El monseñor dice: “Tengo setenta y siete años, estoy al final de mi vida. No me importa el juicio de los hombres. El único juicio que importa es el del Buen Dios . Me preguntará qué he hecho. para la Iglesia de Cristo y quiero poder responder que la he defendido y servido hasta el final “.
La velada pasa así. Tenemos la clara sensación de que su excelencia ni siquiera se dio cuenta de lo que tenía en su plato. Entre un bocado y otro nunca dejó de hablar.
Cuando lo llevo de vuelta a su coche, me pregunto: pero, al final, ¿por qué quería verme? Por respeto, y por falta de confianza, no le hago la pregunta, pero antes de despedirme, él me dice: “Gracias, nos volveremos a encontrar. No me llames”. Y sube al coche.
Soy periodista y, por lo tanto, en estos casos, el primer impulso es ponerme en el ordenador y escribir todo lo que me dijo, pero me contengo. No me prohibió escribir. Por el contrario, él no me dijo nada al respecto. Pero está fuera de cuestión que me ha hecho algunas revelaciones. (…) El arzobispo quería comprobar si podía confiar en mí. Después de un mes me llama nuevamente. La petición es la misma que la última vez: “¿Podemos vernos?”. “Por supuesto que sí. Volvamos a mi casa. Sin embargo, le advierto que habrá una hija más, la mayor, y también estarán sus dos hijos, nuestros nietos”. “No importa”, dice. Viganò. “Lo importante es que en cierto momento tengamos un espacio para hablar”. Y así, su excelencia el ex nuncio en los Estados Unidos vuelve a visitarnos. Y esta vez parece un poco menos nervioso. (…)
Nuestro nieto de tres años corre alrededor del monseñor y lo llama Carlo María. Viganò se divierte y parece que por unos momentos olvida sus preocupaciones. Pero, nuevamente, después de la bendición de la mesa, el arzobispo es un río desbordado. Tantas historias, tantas circunstancias, tantos nombres. Pero esta vez se enfoca más en los años estadounidenses. Cita el caso McCarrick, el ex cardenal declarado culpable de abusos graves, y deja claro que todo el mundo lo sabía, en los Estados Unidos y en el Vaticano, durante años. Sin embargo, lo cubrieron. Pregunto: ¿todos? Con un asentimiento, el arzobispo responde que sí: todos. Me gustaría hacer otras preguntas, pero no es fácil entrar en el río ininterrumpido de fechas, noticias, reuniones, nombres…
Incluso el Papa Francisco, según Viganò, lo sabía. Sin embargo, dejó que McCarrick funcionara sin ser molestado, burlándose de las prohibiciones que le impuso Benedicto XVI. Francisco sabía al menos desde marzo de 2013, cuando el propio Viganò, respondiendo a una pregunta del Papa durante una reunión cara a cara, le dijo que hay un gran expediente sobre McCarrick en el Vaticano. En comparación con nuestra reunión anterior, han salido las noticias de los resultados de la investigación por parte del gran jurado de Pensilvania, y Viganò confirma que la conclusión del mismo es correcta. El abuso sexual es un fenómeno más extenso de lo que uno podría imaginar, y no es correcto hablar de pedofilia, porque en la gran mayoría de los casos se trata de clérigos homosexuales que buscan varones adolescentes. Más correcto, dice Monseñor, es hablar de efebofilia.
Pero el tema es que la red de complicidad, silencio, cobertura y favores mutuos se extiende más allá de todas las palabras e involucra a todos los líderes, tanto en América como en Roma. Seguimos, una vez más, confundidos. Debido a mi trabajo, es algo que habíamos intuido, pero para los católicos como nosotros, nacidos y criados en el seno de la Madre Iglesia, es realmente difícil digerir tal mordisco. Mi pregunta es por lo tanto tan ingenua como es posible: ¿por qué? Y la respuesta de Monseñor congela la sangre: “Porque esas grietas mencionadas por Pablo VI, de las cuales el humo de Satanás se habría deslizado en la casa de Dios, se han convertido en abismos.
El diablo está funcionando con toda libertad. Y no admitirlo, o volver la cara a otro lado, sería nuestro mayor pecado “. 
Le pregunté si quería que yo y él nos mudemos a otra habitación, sin esposa, hijas o nietos, pero dijo que no. Entendimos que se estaba bien. Para nosotros era como escuchar a un anciano que nos cuenta historias sobre mundos distantes, y nos hubiera gustado mucho que en algún momento dijera que era solo ficción. En cambio, el mundo del que está hablando es el nuestro. Es nuestra Iglesia. Son nuestros pastores.
La pregunta básica sigue siendo: ¿por qué el monseñor me dice todo esto? ¿Que quiere de mi?
Esta vez le pregunto y la respuesta es que él escribió un memorandum en el que están todas las circunstancias de las que nos habla. Incluida la reunión del 23 de junio de 2013 con el Papa, cuando él, Viganò, informó a Francisco sobre el dossier de McCarrick.
¿Asi que?
“Entonces – dice él – si me lo permites, te dejaré tener mi memorándum, que muestra que el Papa lo sabía y no actuó. Y luego, después de evaluarlo, decidirás si publicarlo o no en tu blog, que es tan popular. No lo hago a la ligera, pero creo que es el único camino que queda para intentar un cambio, una auténtica conversión “.
“Ya veo. ¿Me lo darás sólo a mí?”
“No. Se lo daré a otro blogger italiano, a un inglés, a un estadounidense y a un canadiense. Las traducciones se harán en inglés y español”.
Una vez más, el monseñor no me pide confidencialidad. Entiendo que confía. Por lo tanto, acordamos que, a petición suya, nos volveremos a encontrar y me pasará el memorial.
De hecho, después de unos días me llama y quedamos. No puedo decir dónde nos vimos, porque di mi palabra.
El monseñor se presenta con gafas de sol y una gorra de béisbol. Pide que mi primera lectura del documento tenga lugar frente a él, por lo que dice: “si algo no te convence, podemos debatirlo de inmediato”.
Lo leo todo. Once páginas. Él se sorprende de mi velocidad y me mira: “¿Y?”
Digo: “Es fuerte. Detallado. Bien escrito. Una imagen dramática”.
Él pregunta: “¿Lo publicarás?”.
“Monseñor, ¿te das cuenta de que es una bomba? ¿Qué deberíamos hacer?”.
“Te lo encomiendo a ti. Piénsalo”.
“Monseñor, ¿sabes lo que van a decir?”, Que quieres vengarte, que estás atormentado por el resentimiento de haber sido despedido  y otros temas. Que eres el cuervo que sacó los papeles de Vatileaks. Dirán que eres un inestable, así como un rigorista del peor tipo “.
“Lo sé. Pero no me importa. Lo único que me importa es sacar la verdad a la superficie, para que pueda comenzar una purificación. En el punto donde estamos no hay otra salida”.
No estoy angustiado. En el fondo, ya he tomado la decisión de publicarlo, porque siento que puedo confiar en este hombre. Pero me pregunto: “¿Qué efecto tendrá en las almas más simples? ¿En los buenos católicos? ¿No nos arriesgamos a hacer más daño que bien?”.
Me doy cuenta de que hice la pregunta en voz alta y el monseñor respondió: “Piénsalo. Evalúalo con calma”. Nos damos la mano. Se quita las gafas oscuras y nos miramos directamente a los ojos.
El hecho de que no me fuerce, de que no parezca ansioso de verme publicar todo, hace que confíe aún más en él. ¿Es una de sus maniobras? ¿Me está manipulando?
En casa hablo con Serena (mi mujer) y con mis hijs. Para mí, su consejo siempre es muy importante. ¿Qué hacer?
Estos son días de preguntas. Releí el documento. Es circunstancial, pero por supuesto es la versión de Viganò. Creo que los lectores lo entenderán. Propondré la versión del arzobispo después de lo cual, si alguien tiene argumentos en la dirección contraria, propondré otras versiones.
Mi esposa me recuerda: “Pero si lo publicas, pensarán que, por el solo hecho de publicarlo, estás de su lado. ¿Quieres?”.
Sí, me gusta. ¿Me juzgarán parcial? Paciencia. Después de todo, soy parcial. Cuando soy periodista solo soy periodista, intento ser lo más aséptico posible, pero en mi blog ya me he alineado bastante y los lectores saben cómo pienso sobre  el giro que la Iglesia ha tomado en los últimos años. Si alguien me propone documentos que prueben que la versión de Viganò es incompleta o incorrecta, me complacerá publicarlo también.
Escucho al Monseñor por teléfono. Le digo mi decisión. Estamos de acuerdo el día y la hora de la publicación. Él dice que el mismo día y al mismo tiempo también lo publicarán los otros. Decidió que fuera el domingo 26 de agosto porque el Papa, al regresar de Dublín, tendrá la oportunidad de responder a las preguntas de los periodistas en el avión. Me advierte que entre quienes publicarán se agregará el periódico “La Verità”.
Él me dice que ya ha comprado un boleto de avión. Se irá al extranjero Él no puede decirme dónde. No tendré que buscarlo. El viejo número de móvil ya no servirá. Nos despedimos por última vez.
Así fue. No es que las dudas dentro de mí hayan terminado. ¿Hice bien? Sigo preguntándome. Pero estoy sereno. Y leí las palabras que Monseñor Vigano escribió al final de su memorial: "Recemos por la Iglesia y por el Papa, recordemos cuántas veces nos pidió que oremos por él. Renovemos nuestra fe en la Iglesia”. nuestra Madre: ¡Yo creo en la Iglesia, una, santa, católica, apostólica! ¡Cristo nunca abandonará a su Iglesia! ¡La ha generado en su sangre y la revive continuamente con su Espíritu! María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros! Virgen María Reina, Madre del Rey de la gloria, ruega por nosotros!".


Aldo Maria Valli