jueves, 23 de agosto de 2018

ARTILUGIO MASÓNICO - ¿EL GREC BAJO UNA NUEVA FORMA?


Unificar el pensamiento de los tradicionalistas por medio de reuniones internacionales: un artilugio masónico

Hace unas semanas hablamos sobre la organización de un encuentro internacional organizado por el profesor de Mattei. Esta clase de conferencias se sitúa en una línea conservadora. Algunas conferencias llegan incluso a evocar la idea de un papa hereje y el alejarse de una autoridad heterodoxa en la Fe, pero este tipo de encuentros son, en realidad, pura palabrería académica que no conduce a nada en concreto. Fue en 2018 cuando algunos se preguntaron si debían distanciarse de Roma, siendo que Mons. Lefebvre declaró desde 1974 que ya no era moral colaborar con los modernistas.
¿De qué sirven estas conferencias si no es para ablandar con palabras (sin obras) a los tradicionalistas quienes decidieron cortar con los modernistas desde hace décadas?
Estos encuentros son, sin que se diga, trampas para los tradicionalistas (y funciona) y no nos sorprende leer el informe entusiasta del Padre Citati en el sitio web oficial de la FSSPX (de Menzingen: bajo la autoridad del Padre Pagliarani).
El Padre Citati nos presenta el objetivo de estas conferencias: no se trata de cambiar las instituciones (iglesia conciliar, nuevo código, etc.), sino de transmitir la fe en el marco de estas instituciones. Estos encuentros deben crear convergencias entre los distintos movimientos de la tradición (en sentido amplio) para crear una convergencia de ideas.
En resumen, la masonería continúa su labor de unificación de la tradición en el marco de la iglesia conciliar.
El GREC no está muerto, tiene sus émulos en Roma.
Cita [del texto del P. Citati FSSPX. Nota de NP]:
Organizado por el profesor Roberto de Mattei, el sábado 23 de junio de 2018, se celebró en la sala de conferencias del Hotel Massimo d'Azeglio, en el corazón de Roma, un encuentro internacional sobre el tema "Antiguo y nuevo modernismo: las raíces de la crisis en la Iglesia". El congreso, en línea con la Correctio filialis del 16 de julio de 2017 -muchos de cuyos firmantes estaban presentes como conferenciantes o asistentes-, tuvo un alto carácter científico, como lo demuestran el currículum vitae de los ponentes y el nivel de las distintas conferencias. El profesor de Mattei especificó desde el principio que el propósito de la reunión no era proponer conclusiones prefabricadas -la última palabra se remonta al solemne Magisterio de la Iglesia- sino abrir un debate.
Al final de la jornada, el académico italiano resumió perfectamente el congreso y los aspectos esenciales de las intervenciones: 
"Teníamos la intención de abrir un debate dentro de la Iglesia, en lugar de resolverlo. No tenemos autoridad para cerrar un debate, pero tenemos todo el derecho a abrirlo, haciendo preguntas, planteando dudas y poniendo de relieve problemas reales. En mi intervención he intentado trazar un panorama histórico, empezando por el modernismo, para intentar mostrar cómo, un siglo después, seguimos inmersos en los mismos problemas, o más bien en un neomodernismo.
John Lamont analizó la relación entre modernismo y "nueva teología", haciendo útiles distinciones entre las dos fases de este fenómeno: la primera en la época de San Pío X y la segunda bajo Pío XII -sin cuestionar su continuidad fundamental-, y subrayando también una cierta debilidad de la autoridad eclesiástica, durante la segunda fase, en el modo de contrarrestar este ataque. 
Enrico Maria Radaelli recordó la gran figura e importancia de la obra de Romano Amerio, y extendió su análisis a los papas más recientes. 
El P. Albert Kallio o.p. nos recordó la importancia, en el Concilio Vaticano II, de la doctrina de la colegialidad, que tiene importantes consecuencias tanto en el plano teológico como en el práctico, porque contradice muchas verdades de la fe. 
Claude Barthe mostró que a un concilio "pastoral" corresponde también una liturgia "pastoral", y así analizó el problema litúrgico de una manera nueva e interesante. María Guarini -que aseguró que hubo otro maestro al mismo nivel de Romano Amerio, Monseñor Brunero Gherardini- desarrolló la relación entre dos problemas ya mencionados, pero que tuvo el mérito de analizar en sus relaciones mutuas, el problema de la liturgia y el de la colegialidad. 
Don Alberto Strumia trató un tema bastante nuevo en nuestros congresos: una confrontación constructiva entre las ciencias naturales y las ciencias sagradas. Subrayó un hecho paradójico, a saber, que en un momento en que los teólogos católicos se "deshelenizan" abandonando la metafísica aristotélico-tomista, muchos investigadores contemporáneos, incluso ateos, están redescubriendo a Aristóteles y utilizándolo como base para sus estudios.  
También recibimos un mensaje de Mons. Bernard Fellay, Superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, que nos demostró que las dificultades que conocemos y debatimos hoy tienen sus raíces en los años del Concilio y después del Concilio. Actualizó una documentación muy interesante, tomada de una correspondencia entre el Cardenal Ottaviani y Mons. Lefebvre. 
Concluimos nuestro trabajo con dos conferencias muy actuales, la del profesor Valerio Gigliotti sobre la cuestión debatida de la hipótesis de un papa hereje, y la de José Antonio Ureta sobre el "cambio de paradigma" que se manifestó con el pontificado del Papa Francisco.
Valerio Gigliotti no hizo referencias concretas a la situación actual, sino que abordó la cuestión del papa hereje a la luz de la historia de la Iglesia y del derecho canónico, recordando que la tradición teológica y jurídica de la Iglesia admite casi unánimemente la posibilidad de la herejía de un papa.
José Antonio Ureta nos ha propuesto una vía concreta, la de la resistencia, que puede llegar incluso a interrumpir la cohabitación con los malos pastores, porque no es posible estar en un estado de unión eclesial habitual -por poner un ejemplo- con los hombres de la Iglesia a favor de la comunión de los "divorciados que se han vuelto a casar" o de la intercomunión: ¿cómo enviar a nuestros hijos a los cursos de catecismo con estos sacerdotes?
¿Cuál es, en última instancia, el propósito y la importancia de tal encuentro? [...] La doctrina de la Iglesia no está perdida, sino que lo que se ha perdido es el sensus fidei. Creo que este tipo de iniciativas permiten, en particular, reconstruir y alimentar el sensus fidei. No nos hacemos la ilusión de que vamos a cambiar la situación institucional de la Iglesia; nuestra acción se sitúa al nivel del mundo católico, de aquellos que, entre los católicos, están todavía lo suficientemente cerca de la Tradición, precisamente para fortalecer este sensus fidei y crear, a través de estos encuentros, una red, una convergencia de ideas, de pensamiento y de espíritu, este cor unum et anima una que siempre ha caracterizado a las comunidades auténticamente católicas. […] Esta es una condición indispensable para que la doctrina encuentre una aplicación concreta en la realidad.
Este encuentro -concluye el profesor de Mattei- es una continuación ideal de la Correctio filialis. Tengan la certeza de que no será el último: otros lo seguirán."
Esta jornada de estudio y profesión de fe concluyó con la bendición de Mons. Marco Agostini, oficial de la Secretaría de Estado y ceremoniero pontificio, presente en el Congreso. 
P. Angelo Citati