sábado, 27 de marzo de 2021

DOMINGO DE RAMOS: Himno "Gloria, laus et honor"

SERMÓN PARA EL DOMINGO DE RAMOS - P. Trincado

 

La entrada de Cristo en Jerusalén, H. Flandrin, s. XIX

Lo esencial, en una Semana Santa, es que tratemos de comprender el motivo de la Pasión de N. S. Jesucristo; que grabemos en nuestras almas esta suprema verdad: que Cristo quiso morir para librarnos del pecado y reconciliarnos con Dios, y que resucitó para abrirnos las puertas de la vida eterna.

La palabra “redención” significa “liberación”. Cuando decimos que Cristo es nuestro Redentor, decimos que es nuestro Libertador. Así, Nuestro Señor ha querido morir por nosotros, ante todo, para redimirnos, para liberarnos; pagando, con su muerte, la deuda que toda la humanidad tiene para con la Justicia Divina, pues todos los hombres estamos condenados a muerte por causa del pecado original cometidos por nuestros primeros padres Adán y Eva, quienes, al momento de cometerlo, eran toda humanidad  

La ofensa hecha a Dios por el pecado es, desde cierto punto de vista, infinita, porque la majestad de Dios, ofendida por el pecado, es infinita. Por eso, para pagar por esa ofensa infinita se requería una Persona que pudiera hacer actos infinitamente meritorios delante de Dios.

Antes de la muerte de Cristo, el Cielo estaba cerrado y ningún hombre ni todos los hombres juntos podían abrirlo, pues ninguna persona humana tiene méritos infinitos, sino sólo una Persona Divina. La muerte de los mejores hombres no tiene un valor infinito delante de Dios.  La muerte de todos los hombres tampoco tiene un valor infinito delante de Dios porque sólo Dios es infinito y nosotros no somos más que barro.

Por eso Cristo, que nos ama, viendo nuestra incapacidad y nuestra nada, quiso venir a la tierra a morir para pagar por nosotros la deuda. Pero para poder morir por nosotros, el Verbo necesitaba encarnarse, es decir, hacerse hombre, revestirse de nuestra debilidad. Por su inmenso Amor se hizo hombre mortal y de hecho murió, y desde aquél día por siempre bendito -el primer Viernes Santo- la muerte no es más el fin, sino una transformación y -para los que quieren amar a Dios- la puerta al Cielo.

No era absolutamente necesario que Jesús padeciese tanto como padeció, porque el menor de sus padecimientos hubiera sido suficiente para nuestra redención, siendo cualquiera acción suya de valor infinito. Pero Él quiso padecer tan grandemente para satisfacer o pagar más abundantemente a la divina justicia, para mostrarnos mejor su amor, y para inspirarnos sumo horror al pecado.

Con su muerte Cristo ha vencido a la muerte y nos ha liberado de la esclavitud del demonio, bajo la cual nos pusimos con el pecado original y nos volvemos a poner con cualquier pecado grave personal. Habéis sido comprados a gran precio, glorificad a Dios y llevadlo en vuestros cuerpos, dice San Pablo en 1 Cor 6, 20. Debemos esforzarnos por vivir en gracia de Dios y evitar el pecado, a fin de que no vaya a suceder que, por el mal uso de nuestra libertad, quedemos al margen de los efectos de la muerte salvadora de Cristo.

Queridos hermanos: la Santa Madre Iglesia quiere que tengamos ante los ojos estas grandes verdades durante la Semana Santa que comienza. Y de los ojos al corazón: que por la intercesión de su Madre y nuestra Madre Santísima, Dios nos conceda tener siempre los mismos sentimientos de Cristo. Y salve nuestras almas, pues por ellas padeció y murió.

viernes, 26 de marzo de 2021

CON TODA RAZÓN LA VIRGEN MARÍA ES LLAMADA CORREDENTO­RA

 

 Pieta, Bouguereau, 1876.

 

De la SUMA DE LA SAGRADA TEOLOGÍA ESCOLÁSTICA por Padres de la Compañía de Jesús, (obra de la primera mitad del s. XX), Vol. III, Ttat. II, TRATADO DE MARIOLOGíA o DE LA MADRE DEL REDENTOR por el R.P. José Antonio de Aldama S.I, Cap. IV, Art. III, De la Corredención:

 

DE LA CORREDENCIÓN

 

LA B.VIRGEN MARÍA FUE ASOCIADA A CRISTO REDENTOR EN LA REALIZACIÓN DE LA OBRA DE LA REDENCIÓN Y POR TANTO ES LLAMADA CON TODA RAZÓN CORREDENTO­RA.

 

Sentencias. 1º. Algunos teólogos más recientes negaron una asociación de María con el Redentor que sea ultramaternal en el estadio de la redención objetiva.

 

Más comúnmente los teólogos actuales afirman esta asociación, aunque se diferencian bastante entre sí en la explicación ulterior de este hecho, como veremos.

 

Doctrina de la Iglesia.  

 

1) PÍO IX: "Así como Cristo, Mediador de Dios y de los hombres, asumida la naturaleza humana, borrando la escritura del decreto que nos era contrario, lo clavó triunfalmente en la cruz, así la santísima Virgen, unida a El con apretadísimo e indisoluble vínculo, hostigando con El y por El eternamente a la venenosa serpiente, y triunfando de la misma en toda línea, trituró la cabeza de ésta con su pie inmaculado" (Bula "Ineffabilis": CL 6,839).

 

2) LEÓN XIII: "Se asoció (María), con El, desde luego, a la dolorosa expiación de los crímenes del género humano" (Encícl. "Iucunda semper": ASS 27,178). "Después de haber sido cooperadora en la obra maravillosa de la redención humana, vino a ser para siempre la dispensadora de las gracias, frutos de esta misma redención, habiéndosele otorgado para ello un poder cuyos límites no pueden columbrarse" (Encícl. "Adiutricem populo": ASS 28,130). "Realmente, libre de la primera mancha la Virgen, elegida para Madre de Dios y, por esto mismo, hecha consorte de la salvación del género humano, tiene tanta gracia y potestad ante su divino Hijo, que ni la humana ni la angélica naturaleza la ha conseguido alguna vez mayor, o la puede conseguir" (Encícl. "Supremi Apostolatus": ASS 16,114; León XIII, todavía obispo de Perugia, usó ya el título de Correden­tora).

 

3) S.PÍO X: "Por esta comunión de dolores y voluntad entre María y Cristo, mereció Ella ser dignísimamente reparadora del orbe perdido y, por tanto, dispensadora de todos los dones que Jesús nos procuró con su muerte y con su sangre... Ella, sin embargo, puesto que aventaja a todos en santidad y en la unión con Cristo y fue asociada por Cristo a la obra de la salvación humana, nos merece de congruo, como dicen, lo que Cristo mereció de condigno" (D 1978a).

 

4) BENEDICTO XV: "De tal manera con Cristo paciente y muriendo padeció las penas, y casi murió con El, así abdicó los derechos maternos en su Hijo por la salvación de los hombres y para aplacar la justicia de Dios, cuanto a Sí pertenecía, inmoló a su Hijo de modo que se puede decir con razón, que Ella redimió con Cristo al género humano" (D 1978a, en la nota).

 

5) PÍO XI: "Esta sentencia de los Doctores de la Iglesia... apoyase muy principalmente en que la Virgen Dolorosa participó con Jesucristo en la obra de la redención" (Epíst. Apost. "Explorata res est": AAS 15, 1923, 104). "La Virgen María, ofreciéndose junto a Cristo como víctima, fue también y es piadosamente llamada Reparadora por la misteriosa unión con Cristo y por su gracia absolutamente singular" (Encícl. "Miserentissimus Redemptor": AAS 20, 1928, 178). "Puesto que la augusta Virgen, concebida sin la primera mancha, ha sido elegida Madre de Cristo, para ser hecha consorte en la redención del género humano" (Ep."Auspica­tus profecto": AAS 25, 1933, 80).

 

6) PÍO XII: "Ella [María] fue la que... estrechísimamente siempre unida con su Hijo... Lo ofreció... al mismo en el Gólgota por todos los hijos de Adán" (Encícl. "Mystici corporis": AAS 35, 1943). "Principalmente haya que traer a la memoria que ya desde el siglo II la Virgen María es propuesta por los Santos Padres como nueva Eva al nuevo Adán, aunque sometida, estrechísimamente unida en aquella lucha contra el enemigo del infierno, que como en el Protoevangelio se da a conocer de antemano se había de llegar a la plenísima victoria del pecado y de la muerte, que siempre en los escritos del apóstol de las gentes se unen entre sí... Por tanto, la augusta Madre de Dios, por uno y el mismo decreto de predestinación misteriosamente unida a Jesucristo desde toda la eternidad... compañera generosa del Divino Redentor, que obtuvo un triunfo pleno del pecado y de sus consecuencias..." (Bula "Munificientissimus Deus": AAS 32, 1950). "Con todo, debe ser llamada Reina la Virgen María Beatísima, no sólo por razón de su maternidad divina, sino también porque, por voluntad divina, tuvo parte excelentísima en la obra de nuestra eterna salvación. Ahora bien, en la realización de la obra redentora, la B.Virgen María se asoció íntimamente a Cristo... Si María fue asociada por voluntad de Dios a Cristo Jesús, principio de la salud, en la obra de la salvación espiritual y lo fue de modo semejante a aquel con que Eva fue asociada a Adán, principio de muerte, de manera que se puede afirmar que nuestra redención se efectuó según una cierta recapitulación (S.IRENEO, Adv. haer. V. 19,1 PG 7,1175 B), en la cual el género humano, sujeto a la muerte por causa de una virgen, se salva también por medio de la Virgen; si además se puede decir del mismo modo que esta gloriosísima Señora fue escogida para Madre de Cristo principalmente para ser asociada a la redención del género humano (PIO XI Ep. "Auspicatus profecto": AAS 25, 1933, 80)... se podrá legítimamente concluir que como Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro no sólo por ser Hijo de Dios, sino también por ser Redentor nuestro, así, con una cierta analogía, se puede igualmente afirmar que la B.Virgen es Reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también porque, como nueva Eva, fue asociada al nuevo Adán" (Encícl. "Ad coeli Reginam": AAS 46, 1954, 633‑635). "Ha sido voluntad del mismo Dios que en la obra de la Redención humana la Santísima Virgen María estuviese inseparablemente unida con Cristo, ya que nuestra salvación es fruto de la caridad de Jesucristo y de sus padecimientos asociados íntimamente al amor y a los dolores de su Madre" (Encícl. Haurietis aquas": AAS 48,1958,352).

 

Valor dogmático. La tesis es doctrina católica cierta, propuesta constantemente durante un siglo íntegro por todos los Sumos Pontífices de toda la Iglesia.

 

jueves, 25 de marzo de 2021

EL PAPA FRANCISCO, DEMOLEDOR DE LA FE, VUELVE A NEGAR QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA ES CORREDENTORA

“Nuestra Señora es una madre que ampara a todos bajo su manto, Jesús nos la confió como madre, no como diosa, no como corredentora, sino como madre”.

 LEER ARTÍCULO DE INFOCATÓLICA ACÁ 

De ese artículo: 

En tiempos de san Pío X, la Sagrada Congregación del Santo Oficio promulgó un decreto concediendo indulgencias a una oración a la Virgen Santísima en la que se dice:

Oh Virgen bendita, Madre de Dios, desde Vuestro trono celestial donde reináis, dirigid Vuestra mirada misericordiosa sobre mí, miserable pecador, indigno servidor Vuestro. Aunque bien sé mi propia indignidad, deseo reparar por las ofensas cometidas contra Vos por lenguas impías y blasfemas, y desde lo más profundo de mi corazón, Os alabo y exalto como a la creatura más pura, más perfecta, más santa, de entre todas las obras de las manos de Dios. Bendigo Vuestro santo Nombre, Os alabo por el exaltado privilegio de ser verdaderamente la Madre de Dios, siempre Virgen, concebida sin mancha de pecado, Corredentora de la raza humana.

Este es el primer documento magisterial de la Iglesia en el que aparece el término Corredentora.

El día 30 de noviembre de 1933, fue Pio XI el primer Papa que usó ese adjetivo, en unas palabras que dirigió a peregrinos llegados a Roma desde Vicenza:

«Por la naturaleza de su obra, el Redentor debía asociar a su Madre con su obra. Por esta razón, Nosotros la invocamos bajo el título de Corredentora. Ella nos dio al Salvador, lo acompañó en la obra de redención hasta la cruz, compartiendo con Él los sufrimientos, la agonía y la muerte en los que Jesús dio cumplimiento cabal a la redención humana».

25 DE MARZO: FIESTA DE LA ANUNCIACIÓN

La Anunciación, Murillo, hacia 1660. 
 
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Y HACE 30 AÑOS, EL LUNES DE LA SEMANA SANTA DE 1991, MONSEÑOR MARCEL LEFEBVRE PARTIÓ A LA ETERNIDAD DESPUES DE HABER COMBATIDO HASTA LA MUERTE EN DEFENSA DE LA FE.

 

 "He combatido el buen combate, he concluido mi carrera, he conservado la fe."

II Timoteo 4,7 

lunes, 22 de marzo de 2021

COMENTARIOS ELEISON Número DCCXIV (714) - 20 de marzo de 2021

 


Impostura Covid

La impostura de Covid gotea sangre de abortos –
Si esto continúa, ¡cuidado con un Diluvio de fuego!

Hace ya casi un año que la impostura de Covid se lanzó sobre todo el mundo, de golpe, basándose en una mentira masiva según la cual una plaga mortal estaba a punto de soltarse sobre toda la humanidad. La mentira masiva se hizo evidente tan pronto como el número de muertes mostró que la llamada “pandemia” no era peor que una gripe invernal promedio. Sin embargo, los viles políticos y los viles medios de comunicación continúan hasta el día de hoy, a instancias de sus amos ocultos, diciendo una serie de mentiras sobre la “pandemia” para mantener un estado artificial de pánico entre los pueblos del mundo. Tal credulidad continua es un espectáculo vergonzoso de su parte, pero sólo tienen que culparse a sí mismos, como siempre, esta vez por su falta de sentido común que sigue a su falta de amor a la verdad, una falta que es lo que va a traer al Anticristo en poco tiempo (II Tes. II, 10). Covid no tiene nada que ver con la salud, sino con el afán de poder mundial de los amos ocultos, utilizados por Dios como azote de las múltiples maldades de la sociedad aborregada.

Sin embargo, hay almas que están haciendo lo que pueden para detener a los villanos, por ejemplo, la Fundación del Comité Corona, con sede en Berlín, que hizo público el pasado 14 de septiembre un breve informe de 28 páginas en alemán, del que se reproducen en inglés las “Conclusiones provisionales” de la página 23. Se trata de una fortificación germánica del sentido común y la verdad, elaborada por cuatro abogados de y para Alemania en particular, pero con las firmas de apoyo de otros 23 expertos, principalmente médicos, de todo el mundo. Su informe puede encontrarse en Internet en corona-ausschuss.de/wp-content/uploads/209/ 02/

Según lo que sabemos ahora, tenemos razones muy serias para pensar que el riesgo derivado de Covid fue fuertemente sobre-estimado, mientras que los riesgos y daños de las eventuales contra-medidas no se tuvieron suficientemente en cuenta. El Gobierno (alemán) declaró ya en abril de 2020 que no había realizado, ni tenía previsto, ningún estudio de las consecuencias. En un procedimiento dirigido por un abogado frente a la Administración de Baviera, la Cancillería del Estado de Baviera hizo público que hasta entonces, en contra de toda la ley estatal por la que todos los negocios del Estado deben poder ser comprobados, no había ninguna investigación, ningún peritaje escrito que calculara las consecuencias. Esto sólo puede considerarse como mínimo una grave negligencia, sobre todo teniendo en cuenta los informes cada vez más pesados sobre los daños causados por el cierre a empresas, niños, ancianos, etc.

Cuando se sopesan los riesgos, queda claro que un riesgo calculable, no más peligroso para la salud del sistema en su conjunto que cualquier otro virus de la gripe, se ha enfrentado a un conjunto de medidas muy arriesgado. Estos riesgos del bloqueo y sus contra-medidas han dejado de ser, en gran medida, riesgos para convertirse en realidades. No han dado los resultados esperados, ya que los nuevos contagios o las pruebas positivas, como muestra el número de muertes al menos en retrospectiva, ya estaban bajando cuando entró en vigor el bloqueo. Y desde finales de junio de 2020, los resultados positivos de las pruebas parecen formar parte de ese ruido de fondo de falsos positivos procedentes de las pruebas. En cuanto a las contra-medidas en curso (máscaras, distanciamiento social, pérdida de ingresos, cierre de salas de conciertos, etc., etc.), día a día están arruinando aún más la economía, la salud, la vida cultural y social de los seres humanos en Alemania. Las desventajas y ventajas de las contra-medidas son desproporcionadas entre sí. Eso hace que las infracciones que suponen contra los derechos humanos sean también desproporcionadas y, por tanto, ilegales.

Los gobiernos no han hecho un cálculo suficiente de las consecuencias que acompañan a las contra-medidas que han impuesto, tal y como les han recordado explícitamente los más altos tribunales del país. Por el contrario, han renunciado conscientemente a tomar nota de cualquier daño colateral. Sólo se les puede acusar de un comportamiento reprobable.

Ánimo, católicos y no católicos: la impostura aún no ha terminado.

Kyrie eleison.

 

 

viernes, 19 de marzo de 2021

SAN JOSÉ FUE DECLARADO POR EL PAPA BENEDICTO XV, EN 1920, COMO SANTO PATRÓN CONTRA EL COMUNISMO, CONTRA EL CONTAGIO DEL SOCIALISMO, CONTRA EL NATURALISMO Y CONTRA LA RELAJACIÓN MORAL


Actualmente el  mayor enemigo de nuestra Iglesia es el marxismo y su agenda anti católica que se ha infiltrado en la Jerarquía que se ha tomado el control de muchos colegios católicos; con la finalidad de corromperle la mente a muchos jóvenes católicos. Los marxistas infiltrados han estado controlándolos psicológicamente y manipulándolos  emocionalmente para que miren a la Iglesia y a Dios como los ´opresores´ y para que ellos se sientan como los justicieros que tienen la finalidad de combatirlos, para que ellos se enlistan  en la causa marxista; según ellos para ´liberar´ a las supuestas víctimas  de sus ‘opresores’, es decir liberar al mundo de Dios y de la Iglesia y así engañados se enlistan en una guerra contra Dios, contra la familia y contra la Iglesia.

Los marxistas han manipulado a los jóvenes  para que se rebelen contra las enseñanzas dogmáticas de la Iglesia, para que se rebelen contras la autoridad de sus padres, para  vean a la familia tradicional como enemiga del ´progreso´, para que se opongan al trabajo de evangelización cristiana y se avergüencen de ella, y para que en lugar de procurar  la conversión  de los pecadores  quieran construir una nueva iglesia sin Dios, una que tenga que arrodillarse ante el mundo y pedirle perdón a los hombres malos porque las enseñanzas morales de la Iglesia  que buscan su conversión para procurar su salvación se opone a sus vicios.

Estos marxistas le han sellado la mente a muchos jóvenes que han estudiado en colegios católicos y salen siendo los peores ateos y los mayores enemigos de las enseñanzas morales de la Iglesia.

Los activistas marxistas le inyectan odio  a los jóvenes para que se unan a la rebelión de la causa marxista. Estos jóvenes  seducidos por la ideología marxista  supuestamente buscaban mejoras sociales,  pero a la hora de la verdad no tienen ningún problema en convertirse en delincuentes juveniles  y en vándalos, dispuestos a dar rienda suelta a cualquier desenfreno.

Es hora de despertar y de contra atacar la ideología de genero marxista satánica que busca desterrar a Dios, atacar la familia y las enseñanzas perennes de nuestra Iglesia católica. Todos los padres de familia están en la obligación moral de educar a sus hijos y darle las herramientas necesarias para que rechacen el marxismo cultural.


El Manifiesto Comunista señaló como objetivo transformar culturalmente a la sociedad, así lo establece en el capítulo dos. Donde Marx y Engels dejaron muy claro que buscaban abolir la nación, la religión y la familia. Ellos dicen que “el comunismo abole las verdades eternas, toda religión y toda moral”. 


El Papa Benedicto XV escribió en la encíclica Humani Generis Redemptionem: “Si consideramos hasta qué punto han llegado las costumbres públicas y privadas y las instituciones de los pueblos, vemos como cada día crecen por todas partes el desprecio y el olvido de las cosas sobrenaturales; poco a poco nos alejamos de la austeridad de la virtud cristiana y cada día retrocedemos cada vez más hacia la infame vida de los paganos.”

Imploremos la Poderosa ayuda de San José  en esta guerra contra el Marxismo Cultural, especialmente en este año 2020 en el que  se cumple un siglo y medio del aniversario de la proclamación de San José, como patrón de la Iglesia Universal, que fue promulgado en 1870 por el Papa Pío IX ‘Quemadmodum Deus’. 

Hace 100 años que el Papa Benedicto XV nombró a San José,  como  santo patrón contra el comunismo, contra el contagio del socialismo, contra el naturalismo y contra la relajación moral.

Antes estos ataques inminentes que estamos presenciando contra la moral católica  levantemos nosotros también el estandarte de San José y enlistémonos en el Ejercito de Jesucristo para  luchar por defender nuestra fe.

gallery-fatima-miracleSan José apareció en el Milagro del Sol de Fátima como modelo de Familia cristiana y defensor de la Paternidad.


BONUM SANE ET SALUTARE  
 

Motu Proprio de BENEDICTO XV

Sobre las solemnidades del 50º aniversario de la  declaración de San José como Patrono de la Iglesia Católica

Del 25 de julio de 1920
 
 
1. Motivo: 50º aniversario del Patronato de San José y aumento de su culto
 
Bueno y saludable para el nombre cristiano fue que Nuestro predecesor de inmortal memoria, Pío IX, declarara Patrono de la Iglesia Católica a José, castísimo esposo de la Madre de Dios  y padre nutricio del Verbo Encarnado; y, por cuanto en el próximo mes de Diciembre harán 50 años que auspiciosamente se efectuara esa proclamación,  creímos de mucha utilidad el que en todo el orbe se celebrase la solemne conmemoración de este acontecimiento.
Al tender la mirada retrospectiva sobre ese lapso del pasado, salta a la vista la aparición de una no interrumpida serie de Institutos que indican que el culto al santísimo Patriarca está sensiblemente creciendo entre los fieles cristianos hasta nuestros días. Mas al contemplar de cerca las acerbas penalidades que afligen hoy al género humano parece que debemos fomentar mucho más intensamente en el pueblo este culto y propagarlo más extensamente.
 
2. Mayor motivo de recurrir a San José: el naturalismo
 
En Nuestra Encíclica “De Pacis Reconciliatione Christiana”[1] en que considerábamos principalmente, las relaciones tanto entre los pueblos como entre los individuos, señalábamos cuánto aún falta para lograr restablecer la tranquilidad general del orden después de esa grave contienda de la guerra pasada. Pero ahora debemos atender a otra causa de perturbación mucho más grave por cuanto se infiltró en las mismas venas y entrañas sociedad humana; pues, se comprende que en ese tiempo en que la calamidad de la guerra absorbía la atención de los hombres, el naturalismo, esa peste perniciosísima del siglo, los corrompiera totalmente y que, donde se desarrollaba bien, debilitaba el deseo de los bienes celestiales, ahogaba las llamas de la caridad divina, sustraía al hombre de la gracia de Cristo que sana y eleva y, despojándolo finalmente de la luz de la fe y abandonándolo a las solas fuerzas enfermas y corrompidas de la naturaleza, permitía las desenfrenadas concupiscencias del corazón. Por cuanto demasiados hombres acariciaban ansias dirigidas exclusivamente a las cosas caducas, y que entre los proletarios y ricos reinaban celos y odios muy enconados, la duración y magnitud de la guerra aumentó las mutuas enemistades de clases y las hacía más agudas, especialmente porque por un lado, para las masas causó una intolerable carestía de víveres y por el otro, proporcionó a un grupo muy reducido una súbita abundancia de bienes de fortuna.
 
3. Relajación moral.
 
Sumóse a eso que por la guerra en muchísimos hombres había sufrido no poco detrimento la santidad de la fidelidad conyugal y el respeto a la patria potestad, por cuanto la larga separación de los cónyuges relajó los lazos de sus mutuas obligaciones y la ausencia del que las había de custodiar empujó, especialmente a los jóvenes a la temeridad de lanzarse a una conducta más licenciosa.
   Por lo tanto, hemos de deplorar mucho más que antes que las costumbres sean más libres y depravadas y que, por la misma razón, se agrave cada día más la que llaman causa social, de modo que debemos temer males de gravedad extrema.
 
4. El comunismo extiende sus amenazas.
 
Pues, en los deseos y la expectativa de cualquier desvergonzado se presenta como inminente la aparición de cierta República Universal que como en principios fijos se basa en la perfecta igualdad de los hombres y la común posesión de bienes, y en la cual no habría diferencia alguna de nacionalidades ni se acataría la autoridad de los padres sobre los hijos, ni la del poder público sobre los ciudadanos, ni la de Dios sobre los hombres unidos en sociedad.
Si esto se llevara a cabo no podría menos de haber una secuela de horrores espantosos; hoy día ya existe esto en una no exigua parte de Europa que los experimenta y siente. Ya vemos que se pretende producir esa misma situación en los demás pueblos; y que, por eso, ya existen aquí y allá grandes turbas revolucionarias porque las excitan el furor y la audacia de unos pocos.
 
5. San José remedio contra estos males.
 
Nos ante todo, preocupados, naturalmente, por el curso de los acontecimientos, no omitimos, ocasionalmente, recordar sus deberes a los hijos de la Iglesia, como en las recientes cartas al Obispo de Bérgamo y a los obispos de la región véneta. Por la misma razón, para retener en su deber a todos los hombres que se ganan el sustento por sus fuerzas y su trabajo donde quiera vivan, y conservarlos inmunes del contagio del socialismo que es el enemigo más acérrimo de la sabiduría cristiana, ante todo les proponemos fervorosamente a San José para que lo elijan como guía particular de su vida y lo veneren como patrono.
Pues, él pasó, sus años llevando un género de vida similar al de ellos; y por esta misma razón, Cristo-Dios, siendo como era el Unigénito del eterno Padre, quiso ser llamado Hijo del Carpintero. Pero con ¡ cuántas y cuán eximias virtudes adornó la humildad del lugar y de la fortuna, especialmente con aquéllas que correspondían a aquel que era esposo de MARÍA Inmaculada y que se tenía por el padre de Jesús, Nuestro Señor!
 
6. Elevar la mirada a las cosas imperecederas.
 
Por esto, aprendan todos en la escuela de San José a mirar todas las cosas que pasan bajo la luz de las cosas futuras que permanecen y, consolándose, por las incomodidades de la humana condición, con la esperanza de los bienes celestiales, a encaminarse hacia ellos, obedeciendo a la voluntad de Dios, conviene a saber: viviendo sobria, recta y piadosamente[2].
 
7. Cita de León XIII sobre el respeto al orden establecido por Dios.
 
Por lo que respecta propiamente a los obreros, plácenos citar lo que Nuestro predecesor de feliz recordación, LEÓN XIII dijo en una ocasión similar[3]: Los obreros y cuantos se ganan el sustento con el salario de sus manos, pensando en estas cosas, deben levantar los ánimos y sentir rectamente; que, aunque estén en su derecho, (cuando no se opone la justicia), de salir de la pobreza y de lograr una mejor situación, la razón y la justicia no permiten trastrocar el orden establecido por la providencia de Dios. Insensato, empero, sería el propósito recurrir a la fuerza y emprender algo semejante, mediante la sedición y el desorden, lo cual en la mayoría de los casos causaría males mayores que aquellos que se tratan de aliviar. No se fíen pues, los pobres, si quieren ser prudentes, de las promesas de los hombres sediciosos sino que confíen en el ejemplo y el patrocinio de San José, y así mismo en la maternal caridad de la Iglesia la cual en verdad se preocupa de ellos cada día más solícitamente.
 
8. Frutos de la devoción a San José para la vida del hogar y de la sociedad
 
Si crece la devoción a San José, el ambiente se hace al mismo tiempo más propicio a un incremento de la devoción a la Sagrada Familia, cuya augusta cabeza fuera: una devoción brotará espontáneamente de la otra. Pues, JOSÉ nos lleva derecho a María, y por María llegamos a la fuente de toda santidad, a JESÚS, quien por su obediencia a José y María consagró las virtudes del hogar.
Deseamos que las familias cristianas se renueven a fondo y se hagan conformes a tantos ejemplos de virtudes como ellos practicaron. Por cuanto la comunidad del género humano se ha fundado sobre la familia se inyectará, bajo la universal influencia de la virtud de Cristo, cierto nuevo vigor y una como nueva sangre en todos los miembros de la sociedad humana, cuando la sociedad doméstica, comunidad, pues, más religiosamente de castidad, concordia y fidelidad, goce de una mayor firmeza; y de allí no sólo seguirá la enmienda de la costumbres de los particulares sino también la de la vida común y del orden civil.
 
9. Exhortación papal a una mayor devoción a San José.
 
Nos, pues, totalmente confiados en el patrocinio de aquel a cuya vigilancia y previsión quiso Dios encomendar a su Unigénito encarnado y a la Virgen y Madre de Dios, propiciamos que todos los Obispos del orbe católico exhorten a todos los fieles a implorar el auxilio de San José, tanto más insistentemente cuanto es más adverso el tiempo a la causa cristiana.
Dado que esta Sede Apostólica ha aprobado varios modos de venerar al Santo Patriarca, ante todo, cada miércoles del año y por un mes entero determinado, deseamos que, bajo la insistente admonición del Obispo, se practiquen todos ellos de ser posible, en todas las Diócesis, en especial, empero, incumbe a Nuestros Venerables Hermanos apoyar y fomentar con todo el peso de su autoridad e interés las asociaciones piadosas, como la de la Buena Muerte, la del Tránsito de San José y la de los Agonizantes, las cuales fueron fundadas para implorar a San José por los agonizantes, porque con razón se considera a aquel como eficacísimo protector de los moribundos a cuya muerte asistieron el mismo Jesús y María.
 
10. Plegaria e indulgencia.
 
Para perpetua memoria, empero, del Decreto Pontificio que arriba mencionamos, ordenamos y mandamos que dentro del año que comienza a correr el 8 de Diciembre próximo, se hagan en todo el orbe católico solemnes súplicas, en el tiempo y modo que parezca mejor a cada Obispo, en honor de San José, Esposo de la Santísima Virgen y Patrono de la Iglesia Católica.
Todos cuantos asistan a ellas podrán ganar para sí una indulgencia de sus pecados, bajo las acostumbradas condiciones.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 25 de julio, en la fiesta de Santiago Apóstol, en el año 1920, sexto de Nuestro pontificado. Benedicto XV. 


[1]Se refiere a la Encíclica: Pacem Dei munus  

[2] Tito 2,12 

[3] EpistolaEncicl. Quamquam pluries, de agosto de 1889.

El Papa Benedicto XV hizo hincapié en que la familia es el “núcleo y la base” de la sociedad humana, y alentó a las familias a guiarse con el ejemplo de la Sagrada Familia. 

Afirmó que fortalecer la sociedad doméstica con pureza, armonía y fidelidad, no solo afectaría la mejora de la moral privada, sino también la vida moral de la comunidad.

En 1917, el Papa Benedicto XV promulgó el  Código de Derecho Canónico, el cual confirmó la bula “Cum ex apostolatus” que anula la elevación de un hereje al papado. 

Canonizó a la heroína medieval francesa Juana de Arco en 1920.

Siguiendo al Papa Pío X, Benedicto condenó al modernismo teológico y los errores de los sistemas filosóficos modernos en su Ad Beatissimi Apostolorum

Declinó readmitir a los eruditos excomulgados en los pontificados anteriores.

Durante su papado combatió a los malos sacerdotes pidió que todos los sacerdotes que son incapaces de predicar o confesar fueran removidos de sus posiciones y en su Encíclica Humani Generis Redemptionem denunció  a los malos pastores: “debemos definir vano orador, y no predicador del Evangelio, a aquel cuyo objetivo no es conducir a los hombres a un más exacto conocimiento de Dios y al camino de la salvación eterna.” 

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN LOS DOS ÚLTIMOS SIGLOS

El Pío XI cuenta especialmente con la intervención de san José. En su célebre Encíclica Divini Redemptoris, contra el comunismo, en 1937(35), donde fijaba con claridad la actitud de la Iglesia, declara: «Ponemos la gran acción de la Iglesia católica contra el comunismo ateo mundial bajo la égida del poderoso protector de la Iglesia, san José. Él pertenece a la clase obrera y él experimentó el peso de la pobreza en sí y en la Sagrada Familia, de la que era jefe solícito y amante; a él le fue confiado el divino niño, cuando Herodes envió sus sicarios contra él. Con una vida de absoluta fidelidad en el cumplimiento del deber cotidiano, ha dejado un ejemplo de vida a todos los que tienen que ganar el pan con el trabajo de sus manos. Y mereció ser llamado el justo, ejemplo viviente de la justicia cristiana que debe dominar en la vida social».

San José Patrono de la Iglesia Universal en estos tiempos de tribulaciones, le pedimos que destruya las herejías, el espíritu de rebelión que se levanta contra la Ley de Dios. San José, te suplicamos que intercedas ante el trono de tu divino Hijo por la conversión de los pecadores y por la libertad y exaltación de nuestra santa Madre la Iglesia.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.