¿Qué pasará en el Capítulo General de la
Fraternidad de San Pío X?
Del 11 al 21 de julio, se celebrará el
cuarto Capítulo General de la Fraternidad de San Pío X.
Muchos católicos están preocupados por la
evolución del Vaticano. Las discusiones en torno a Amoris Lætitia o los ataques
contra el celibato sacerdotal en la perspectiva del anunciado Sínodo del
Amazonas, dejan perplejos a los fieles.
Cardenales contra cardenales, obispos
contra obispos. No pocos católicos de buena voluntad reconocen ahora que el
Arzobispo Lefebvre tenía razón. Es por eso que los ojos de muchos, incluso
fuera de las filas de los tradicionalistas, se vuelven hacia el capítulo
general.
El Boletín del distrito de Alemania ha
entrevistado al Secretario General de la Fraternidad de San Pío X, el P.
Christian Thouvenot, quien está a cargo de la preparación del capítulo.
Mitteilungsblatt: Nos gustaría informar a
los fieles del proceso del Capítulo General de 2018. ¿Podría comenzar por
presentarse y explicar su función en la casa general?
P. Christian Thouvenot: Soy sacerdote
desde 2000 y ocupo el cargo de secretario general desde el 2008. Mi trabajo
consiste en supervisar la correspondencia de la casa general con seminarios y
distritos, y también con los miembros, para mantener día los archivos de los
miembros sacerdotes, hermanos, oblatos y seminaristas. Me encargo del registro
de las deliberaciones del Consejo General y transmito sus decisiones a los
superiores interesados. También me ocupo de los archivos y la comunicación de la
Fraternidad.
Mitteilungsblatt: Los estatutos redactados por Mons. Marcel
Lefebvre prevén que el Superior General debe buscar el reconocimiento
pontificio de la Fraternidad San Pío X. ¿Será discutida la cuestión de una
Prelatura personal?
P. Thouvenot: En efecto, nuestros estatutos prevén
que la Fraternidad realice “los trámites necesarios para llegar a ser de
derecho pontificio”. [Cánon 589 del Código de Derecho Canónico de 1983, que es el código que usa Ménzingen en sus negociaciones con Roma: "Un instituto de vida consagrada se llama de derecho pontificio cuando ha sido erigido por la Sede Apostólica o aprobado por ésta mediante decreto formal; y de derecho diocesano, cuando, habiendo sido erigido por un Obispo diocesano, no ha recibido el decreto de aprobación por parte de la Sede Apostólica"] Esta fue, por lo demás, la preocupación de Mons.
Lefebvre contra la injusta e ilegal supresión de la Fraternidad en 1975 y
en el momento de las propuestas de reconocimiento canónico que formuló en 1987. Pero
esta cuestión de nuestra condición jurídica es consecuencia de la situación
anormal de la Iglesia y del mal proceso que se nos hizo. (...) Para responder a
su pregunta, es probable que durante el Capítulo se plantee la cuestión del
estatuto de la Prelatura personal. Pero es sólo el Superior General quien
dirige la Fraternidad y es responsable de las relaciones de la Tradición con la
Santa Sede. [Noten -de paso- que el P. Thouvenot
pretende, abusiva y absurdamente, que Mons. Fellay es el representante de todos
los tradicionalistas del mundo (!)]
Pues veamos: la cúpula liberal de la FSSPX
ahora sostiene que el acuerdo traidor y suicida con Roma apóstata es algo
mandado por los estatutos, algo que debe ser hecho -entonces- en nombre de la virtud de la
obediencia y del respeto a la ley...
Se trata, evidentemente, de una triquiñuela fundada en un falso legalismo.
Se trata, evidentemente, de una triquiñuela fundada en un falso legalismo.
Cita de los estatutos de la FSSPX:
Cap. IV - DE LOS DIVERSOS MODOS QUE HAY PARA HACERSE
MIEMBRO DE LA SOCIEDAD:
1. La Fraternidad, en sus comienzos, dependerá
del obispo del lugar que la erigió en "pia unión" y
reconoció sus estatutos, en conformidad con las prescripciones del
derecho canónico.
2. Por consiguiente, mientras la Fraternidad sea
de estatuto diocesano, los miembros que se destinan al sacerdocio,
antes de su compromiso definitivo, deberán estar incardinados en una
diócesis, a no ser que un indulto especial concedido por la
Sagrada Congregación de los religiosos los autorice a ser incardinados en
la Fraternidad. Cuando la Fraternidad tenga casas en diversas
diócesis, hará los trámites necesarios para ser de
derecho pontificio.
¿Oportunamente olvidan ahora los acuerdistas
que, en 1975, se decretó la supresión de la FSSPX? ¿Pese a eso, Ménzingen pretende
que estas normas estatutarias mantienen su vigencia? ¿Dentro de un tiempo van a
decir que los sacerdotes de la Fraternidad deben ser incardinados en las
diócesis porque eso es lo que mandan los estatutos (en el mismo punto 2 citado)? ¿O
que para que sean incardinados en la Fraternidad se necesita el
indulto de la Congregación de los religiosos (idem)?
¿Pretenderá Ménzingen que este otro párrafo
de los estatutos también está vigente?:
El ministerio parroquial, la predicación de misiones
parroquiales, sin límites locales, son igualmente obras a las que se dedica la
Fraternidad. Estos ministerios serán objeto de contratos con los Ordinarios
locales, para permitir a la Fraternidad el ejercicio de su apostolado según su
gracia particular. (Cap.
III, n° 5)
Confrontemos ahora las palabras del P. Thouvenot con las palabras de Mons. Faure en el prefacio de los estatutos
de la SAJM:
Los estatutos de la SAJM pretenden conservar intacto el
espíritu de los estatutos dados por Monseñor Lefebvre a la FSSPX. También
pretenden conservar la letra de esos estatutos en la medida de lo posible y
atendiendo a las circunstancias presentes. Así, ciertas partes de los
estatutos de la FSSPX han debido ser suprimidas por resultar anacrónicas, como
las relativas a determinadas coordinaciones con el clero diocesano (Cap.
III, n° 5; Cap. IV, n° 1 y n° 2).
Noten los lectores que Mons. Faure suprimió el mismo parágrafo del que ahora se valen para sus fines los acuerdistas, y suprimió también los otros parágrafos reproducidos en esta entrada.
Y recuerden también que el Superior General
de la SAJM agregó a los estatutos esta importantísima norma antiliberal,
antimodernista, antiacuerdista:
Desde el concilio Vaticano II, el santo Sacrificio de la Misa, la doctrina católica y toda la vida de la Iglesia son atacados por la Jerarquía liberal y modernista. Porque el sacerdocio católico tiene el deber esencial de combatir el liberalismo y el modernismo en defensa de los derechos divinos violados, la Sociedad descarta toda posibilidad de regularización canónica por vía de acuerdo bilateral, de reconocimiento unilateral, o del modo que sea, en tanto la Jerarquía católica no vuelva a la Tradición de la Iglesia. (Cap II, n° 5)
[ADDENDUM 20-2-18: entrevista al P. Thouvenot en español]