P. Maurizio Chiodi
Adiós "Humanae
vitae". Francisco liberaliza la píldora
Adiós "Humanae vitae". A medio siglo de
distancia, la encíclica contra los métodos artificiales de regulación de la
natalidad que marcó el momento más dramático del pontificado de Pablo VI,
rechazada por episcopados enteros, criticada por innumerables teólogos,
desobedecida por miles de fieles, ahora cede el paso a una radical reinterpretación,
a un “cambio de paradigma” indudablemente querido y alentado por el papa
Francisco en persona.
La paradoja quiere
que sea Pablo VI el Papa que Jorge Mario Bergoglio más admira y alaba. Y
precisamente – son sus palabras – por "la
genialidad profética" con la que escribió esa encíclica y por su
"valentía de alinearse contra la mayoría, de defender la disciplina moral,
de ejercer un freno cultural, de oponerse al neomaltusianismo presente y
futuro".
Pero precisamente,
"todo depende de cómo se interprete la Humanae vitae", no deja de
comentar cada vez el papa Francisco: porque “la cuestión no es cambiar la
doctrina, sino profundizar y hacer efectivamente que la pastoral tenga en
cuenta las situaciones y lo que es posible hacer para las personas".
Dicho y hecho. Para
dar un rol importante al nuevo paradigma interpretativo de "Humanae
vitae", con una explicita vía libre a los anticonceptivos artificiales,
intervino Maurizio Chiodi, un teólogo de los más acreditados ante al actual
Papa, profesor de teología moral en la Facultad Teológica de la Italia
septentrional y miembro recién nombrado de la Pontificia Academia para la Vida,
ya autor en el 2006 de un libro, "Etica della vita", en el que
sostenía la licitud de la procreación artificial.
La importancia de
su toma de posición es corroborada por dos hechos concatenados.
El primero es el
contexto en el que Chiodi ha dictado la nueva interpretación de "Humanae
vitae": una conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana, el 14 de
diciembre, en el marco de un ciclo de encuentros todos dedicados a esa
encíclica en el cincuentenario de su publicación, promovidos por la Facultad de
Teología Moral de la universidad, dirigida por el jesuita argentino Humberto
Miguel Yáñez, pupilo de Bergoglio.
De esta conferencia
ha dado un detallado informe la periodista estadounidense Diane Montagna en
Life Site News, en su edición del 8 de enero, al cual han seguido las
vivaces reacciones de los defensores de la
debatida encíclica:
Pero ahora hay más.
El domingo 28 de enero la conferencia de Chiodi fue publicada nuevamente con
gran relieve en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana,
"Avvenire", en el suplemento mensual "Noi, Famiglia &
Vita", con una nota introductoria que lleva por titulo "Da papa Montini
a Francesco, sviluppo nella fedeltà", [Del papa Montini a Francisco,
desarrollo en la fidelidad], en la que se lee:
"Es una
posición [la de Chiodi] que se inserta acreditadamente en el debate en curso, y
que no se entiende como una superación o una crítica a 'Humanae vitae', texto
que es y permanece como fruto de una elección profética y valiente para el
tiempo y para la situación histórica en la que el papa Montini la concibió, no
sin tormentas y no sin haber aclarado que se trataba de magisterio que no era
ni infalible ni irreformable. En esta perspectiva, la reflexión del teólogo se
entiende como una propuesta que pretende representar el desarrollo de una
tradición. Y una tradición, para ser viva y continuar hablando a las mujeres y
a los hombres de nuestro tiempo, no se esclerotiza sino que se hace dinámica,
es decir, se hace coherente con una sociedad que cambia. Don Chiodi tiene la
valentía de definir el problema que se plantean desde hace algunas décadas
teólogos y expertos de pastoral. ¿Verdaderamente los métodos naturales se entienden
como el único camino posible de planificación familiar?".
La nota, como se
ve, termina con un interrogante, pero que es totalmente retórico. Las tesis
expuestas por Chiodi en su conferencia, en efecto, no son hipotéticas, sino
asertóricas. Hay circunstancias – sostiene – que no solo consienten, sino que
"requieren" otros métodos, no naturales, para la regulación de la
natalidad.
El texto íntegro de la conferencia de
Chiodi publicada nuevamente en "Avvenire" – con algún recorte insignificante respecto a la
pronunciada en la Gregoriana – está en esta otra página de Settimo Cielo:
Después de haber
rediscutido "la responsabilidad subjetiva de la conciencia y la relación
constitutiva entre norma y discernimiento" en el surco de la exhortación
postsinodal del papa Francisco, Chiodi plantea "la pregunta si los métodos
naturales pueden/deben ser la única forma de generación responsable".
Y éstas son las
conclusiones a las que llega:
"Lo que la
práctica de los 'métodos naturales de fecundidad' atestigua es el carácter
responsorial de la generación: también ellos dicen que generar no es crear.
Pero el método atestigua más de cuanto pueda garantizar por sí mismo, revela un
sentido que lo trasciende. Si la responsabilidad de generar es aquello a lo
cual remiten estos 'métodos', entonces se puede comprender cómo en las
situaciones en los que son imposibles o impracticables, es necesario encontrar
otras formas de responsabilidad: estas 'circunstancias', por responsabilidad,
requieren otros métodos para la regulación de la natalidad. En estos casos, la
intervención 'técnica' no niega la responsabilidad de la relación generante,
así como además una relación conyugal que recurre a los métodos naturales no es
automáticamente responsable.
"La
insistencia del magisterio sobre los métodos naturales no puede entonces
interpretarse como una norma que tiene fin en sí misma ni como una mera
conformidad a las leyes biológicas, porque la norma remite al bien de la
responsabilidad conyugal y las leyes físicas (physis) de la infecundidad se
inscriben en un cuerpo de carne y en relaciones humanas irreductibles a leyes
biológicas.
"La técnica,
en circunstancias determinadas, puede consentir custodiar la cualidad
responsable del acto sexual. Por eso ella no puede ser rechazada a priori,
cuando está en juego el nacimiento de un hijo, porque también ella es una forma
del obrar y, como tal, requiere un discernimiento sobre la base de criterios
morales irreductibles a una aplicación silogístico-deductiva de la norma".
Para beneficio de
los lectores, "Avvenire" sintetiza de este modo, en el centro de la
página, la reinterpretación de "Humanae vitae" hecha por Chiodi:
"Si hay
situaciones en las que los métodos naturales son imposibles o impracticables,
es necesario encontrar otros caminos, porque una generación responsable no
puede ignorar las ofertas de la técnica".
Es útil agregar que
el 27 de junio, el día anterior a la publicación de esta conferencia de Chiodi,
también monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la
Pontificia Academia para la Vida y gran canciller del Instituto Juan Pablo II,
dijo en una entrevista publicada en el diario de la Conferencia Episcopal
Italiana, aludiendo a "Humanae vitae", que se han hecho
"posteriores profundizaciones en el frente de la responsabilidad de la
generación", porque "las normas son para hacer vivir a los seres humanos,
no para hacer funcionar a los robots", y, en consecuencia, "requieren
un proceso de evaluación que debe tomar en cuenta el conjunto concreto de las
circunstancias y de las relaciones en las que se encuentra la persona".
Y ya antes que
Chiodi pronunciara su conferencia en la Gregoriana, también monseñor Luigi Bettazzi, de 94 años, uno de los
poquísimos obispos todavía vivo que participó en el Concilio Vaticano II, había
dicho en "Avvenire", el 29 de octubre del 2017, que a cincuenta años
de la "Humanae vitae", "ha llegado ahora el momento de repensar
la cuestión", porque "no son las doctrinas las que deben cambiar,
sino que somos nosotros, con el transcurrir de los años, quienes llegamos a
comprender siempre mejor el significado, leyéndolas a la luz de los signos de
los tiempos".
Además, ya está
actuando desde la primavera pasada la comisión de estudio instituida en el
Vaticano para reconstruir la génesis de "Humanae vitae" desde el
punto de vista histórico y documental.
Forman parte de esa
comisión los monseñores Gilfredo Marengo y Pierangelo Sequeri, del Instituto
Juan Pablo II; Angelo Maffeis, del Instituto Pablo Vi, de Brescia, y el
historiador Philippe Chenaux, de la Pontificia Universidad Lateranense.
Marengo y Paglia
han negado que los trabajos de la comisión respecto a los contenidos de
"Humanae vitae" sean una reinterpretación.
Pero es demasiado
evidente que la revisación del atormentado recorrido de preparación de esa
encíclica – en la que ya entonces las corrientes favorables a la anticoncepción
artificial eran mucho más fuertes y apremiantes que las contrarias, apoyadas
por Pablo VI – solo podrá beneficiar al cambio de paradigma que está teniendo
lugar.