¿Seré yo el mayor obstáculo al acuerdo entre el Vaticano y China? Si es un acuerdo malo, me alegro muchísimo de ser un obstáculo" (Car. Zen).
El parecido que hay entre lo que sucede entre el Vaticano y China (plan de acuerdo traidor) y lo que sucede entre el Vaticano y la FSSPX (plan de acuerdo traidor); no es casualidad...
ARTÍCULO DEL PROFESOR ROBERTO DE MATTEI
Fuente: Adelante
la Fe
Queridos amigos, quisiera llamarles la
atención hacia un suceso que nos ayuda a entender la gravedad de la
situación que enfrentamos.
Un cardenal chino conocido por su fidelidad a Roma
ha acusado al Vaticano de vender la Iglesia Católica china al régimen comunista
de Pekín. El cardenal es el arzobispo emérito de Hong Kong Joseph Zen Ze-kiun.
Para entender la situación, hay que retroceder un poco. Hay que remontarse a
cuando Mao Tse Tung se hizo con el poder en los años cincuenta e inició una
brutal represión de los católicos. El Papa, a la sazón Pío XII, protestó
enérgicamente contra la persecución, y animó a los fieles a dar testimonio de
su fe. La resistencia católica obligó al régimen chino a cambiar de estrategia.
Así pues, en 1957 creó una asociación patriótica
con miras a atraer a los católicos con lisonjas para que se adhirieran al
régimen. Y a los que seguían fieles al Papa los esperaban la cárcel y los
trabajos forzados. De ese modo surgieron dos iglesias, cada una con sus propios
obispos y sacerdotes. Por un lado, la patriótica, controlada por el gobierno
comunista, que empezó a consagrar obispos, excomulgados por Roma. Por otro, los
sacerdotes y laicos fieles a Roma, considerados subversivos por las
autoridades.
Y todavía hoy la ley sigue prohibiendo en China
toda actividad religiosa ajena a las asociaciones patrióticas por subversiva
contra el poder del Estado. Los católicos no cismáticos, fieles a Roma,
incurren por su oposición en graves sanciones penales.
Así que en China hay dos jerarquías: la legítima,
reconocida por Roma pero perseguida, obligada a operar en total clandestinidad,
y otra cismática e ilegítima que no reconoce la autoridad del Papa y obedece al
régimen comunista.
La postura de Benedicto XVI y su consejero el
cardenal Zen consistió en apoyar a los católicos que no transigían con el
régimen. Sin embargo, Francisco ha cambiado de estrategia. Ha adoptado una
política de distensión hacia Pekín, análoga a la Ostpolitik de Pablo VI hacia
los países del Este europeo, con la idea de llegar a un acuerdo, en este
acuerdo la unificación de ambas iglesias.
Pero el cardenal Zen no está dispuesto a aceptarlo.
Vino a Roma hace diez días y habló con el papa Francisco. Trascendieron algunas
cosas que se dijeron en el encuentro pero con mucha transparencia el cardenal
contó a la agencia Asia News el contenido de la conversación.
El Papa, tras escuchar las preocupaciones del
purpurado le habría respondido: “Sí, sí, he pedido a mis colaboradores que
eviten otro caso Mindszenty”. La alusión al cardenal József Mindszenty viene
muy al pelo. Recordemos que Mindszenty era arzobispo de Budapest y primado de
Hungría y pasó muchos años encarcelado por los comunistas. Durante la
revolución y la insurrección de 1956 fue puesto en libertad, y antes de que el
Ejército Rojo retomara el poder en Budapest se refugió en la embajada de EE.UU.
Pero, presionada por las autoridades comunistas, la Santa Sede le ordenó
abandonar Hungría y nombró un sucesor grato al régimen. Mindszenty nunca fue
sacrificado en aras de una Ostpolitik que después fracasó estrepitosamente.
La suerte de Mindszenty y de otros prelados chinos
legítimos corre el riesgo de parecerse mucho: obispos católicos fieles a Roma
pero de los que Roma reniega. Reniega de ellos porque son fieles a Roma. Una
Roma que prefiere tratar con obispos excomulgados. Es paradójico, pero
desgraciadamente es la dramática realidad.
Quiero leerles las palabras textuales escritas por
el cardenal Zen:
05:29 «Hay quienes que todo
esfuerzo por llegar a un acuerdo entre China y la Santa Sede tiene por objeto
evitar un cisma en la Iglesia. Esto es ridículo. El cisma ya existe en la
iglesia independiente. Los papas han evitado la palabra cisma porque
sabían que muchos fieles de la iglesia oficial no estaban en ella por voluntad
propia sino bajo una fuerte presión. La propuesta unificación obligará a
cualquiera a entrar en esa comunidad.
Así, el Vaticano bendeciría una nueva iglesia
cismática más fuerte lavando la mala consciencia de los que ya son renegados
voluntarios y de otros que están dispuestos a unírseles.»
Prosigue el cardenal Zen:
«¿Es que se puede tener algo en común con un
régimen totalitario? O te rindes, o aceptas la persecución siendo fiel a tus
convicciones. ¿Cabe imaginar un acuerdo entre San José y el rey Herodes?»
Y añade:
«¿Está vendiendo el Vaticano a la Iglesia Católica
china? Sí. Sin ninguna duda, si avanzan en la dirección claramente
indicada por todo lo que han hecho en los últimos meses y años. ¿Seré yo
el mayor obstáculo al acuerdo entre el Vaticano y China? Si es un acuerdo
malo, me alegro muchísimo de ser un obstáculo.»
Hasta aquí las palabras del cardenal Zen.
Otra voz valerosa se une a las que se alzan
últimamente por todos lados para denunciar la situación actual de la Iglesia
Católica, cada vez más confusa, contradictoria y plagada de cismas y herejías
que alcanzan lo más alto de la jerarquía.
Aceptamos la invitación del cardenal Zen a rezar la
oración tradicional que dice: Oremus pro pontifice nostro. Dominus conservet eum et vivificet eum et beatum faciat eum in terra et
non tradat eum in animam inimicorum eius.
Roberto de Mattei
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En tanto:
PARA QUE APRENDAN A SER
FIELES A LA IDEOLOGÍA COMUNISTA - La dictadura comunista china envía a más de cien
cristianos a campamentos de «reeducación» (leer esta noticia).