sábado, 17 de febrero de 2018

DEMOLICIÓN MODERNISTA DE LA OBSERVANCIA CUARESMAL



"En el Concilio Vaticano II, los obispos solicitaron una disminución tal del ayuno y de la abstinencia que las prescripciones prácticamente han desaparecido. Hay que reconocer que el hecho de esta desaparición es una consecuencia del espíritu ecuménico y protestante, que niega la necesidad de nuestra participación para la aplicación de los méritos de Nuestro Señor, a cada uno de nosotros, para el perdón de nuestros pecados y la restauración de nuestra divina filiación. En el pasado los mandamientos de la Iglesia prescribían: ayuno obligatorio en todos los días de Cuaresma, con la excepción de los domingos, durante los tres días de las témporas y para muchas vigilias; la abstinencia era para todos los viernes del año, los sábados de Cuaresma y, en numerosas diócesis, todos los sábados del año. Lo que queda de estas prescripciones es: el ayuno del Miércoles de Ceniza y del Viernes Santo y la abstinencia para el Miércoles de Ceniza y los viernes de Cuaresma." (Mons. Lefebvre, sermón de 14-02-1982).


“La observancia de la Cuaresma es el lazo de nuestra milicia; por ella nos diferenciamos de los enemigos de la Cruz de Jesucristo; por ella esquivamos los azotes de la cólera divina; por ella, amparados con la ayuda celestial durante el día, nos fortalecemos contra los príncipes de las tinieblas. Si esta observancia se relaja, cede en desdoro de la gloria de Dios, deshonra de la religión católica y peligro de las almas cristianas; y no hay duda que este descuido sea fuente de desgracias para los pueblos, desastres en los negocios públicos e infortunios para los individuos.” (Benedicto XIV, Constitución Non Ambigimus, 30-05-1741)