Fuente (negrita añadida por NP)
Monseñor Vitus Huonder, de 81 años, obispo emérito de la inmensa diócesis de Chur (Suiza), gran amigo de la Fraternidad San Pedro, para la que ha realizado numerosas ordenaciones, se ha retirado en 2019 a un colegio de la Fraternidad San Pío X en la Suiza alemana, el Instituto Santa María de Wangs.
Se podría haber pensado que la FSSPX habría pedido a este ilustre invitado servicios de ordenaciones, confirmaciones y visitas a prioratos de todo el mundo, los que habrían sido de considerable importancia. Del mismo modo, Mons. Huonder podría haber seguido celebrando y ordenando para la Fraternidad de San Pedro y los demás institutos ex-Ecclesia Dei. Pero parece que no había llegado el momento.
Ahora, sin embargo, ha habido signos de un "deshielo" por iniciativa del distrito alemán de la FSSPX. En Pentecostés de 2021, monseñor Huonder celebró una misa pontifical en el seminario de Zaitzkofen, una misa en el faldistorio, como obispo invitado. Para la Pascua de 2023, Mons. Huonder celebró una misa pontifical en el trono, como hacen los obispos de la FSSPX, en el mismo seminario de Alemania. Parece que se le pidió que celebrara varias ceremonias de confirmación y que predicara. Y para el Jueves Santo de 2023, todavía en Zaitzkofen, Mons. Huonder procedió a la consagración de los Santos Óleos, como hacen los obispos de la FSSPX -se puede decir que como hacen los demás obispos de la FSSPX- en América del Norte y del Sur, y en Ecône.
Esto no agradó a los "resistentes" (sacerdotes franceses de la obediencia de Mons. Williamson [Esto es manifiestamente erróneo. Nota de NP]) y tampoco a todos los sacerdotes de dicha Fraternidad: los gruñones hablan de un "lobo en el redil". Pero de un mal, un bien mayor: Piusfilm/Certamen, la productora de vídeos de la FSSPX en Alemania, acaba de publicar, quizá en respuesta a estas críticas, "La Gran Herida, Parte 1", en la que se expresa Mons. Huonder: Mi camino hacia la FSSPX - con Mons. Vitus Huonder (LaGran Herida | Parte 1) - YouTube (activar subtítulos). En él dice, a su manera característica[1], lo que podría calificarse como una declaración muy demostrativa de un obispo ciertamente emérito pero bastante "oficial". Extraemos las siguientes, reproducidas por el Foro Católico (Le Forum Catholique), para el que un lector, Chicoutimi, se tomó la molestia de transcribirlas.
"[Paulo VI], conservador en apariencia", dice Mons. Huonder, "era muy favorable a los círculos liberales y progresistas. Los favoreció. La introducción de la nueva liturgia de la misa en 1969 [...] dio a este pontificado una importancia particular. Así comenzó el gran calvario de la Iglesia, provocado desde dentro. Dura hasta nuestros días. En las últimas décadas, nada ha contribuido tanto a la disolución de la unidad de la Iglesia como el nuevo orden litúrgico”.
El obispo emérito de Chur prosigue sobre el pontificado de Juan Pablo II:
"Podemos llamarlo el pontificado de la puesta en práctica y consolidación de los impulsos del Vaticano II. Esto se refleja en numerosas encíclicas y otros escritos doctrinales, en la publicación del nuevo Código de Derecho Canónico (1983), así como en la elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica (1992). En este contexto, cabe destacar la iniciativa del Papa del llamado encuentro de Asís (27 de octubre de 1986). Se trataba de un encuentro de oración con representantes de las religiones del mundo. Para muchos creyentes, este acontecimiento supuso una enorme conmoción. Fue acompañado de una considerable pérdida de confianza en los dirigentes de la Iglesia y en su ortodoxia”.
Sobre Benedicto XVI:
"Su pontificado es un pontificado de continuidad, o al menos de deseo de continuidad. El Papa Benedicto XVI ha percibido, como pocos, el desgarro creado en la Iglesia por el Concilio Vaticano II y el período que le siguió. Ha intentado reparar esta grieta mediante una teología de la continuidad, especialmente en lo que se refiere a la liturgia. Para ello, ha desarrollado lo que se conoce como hermenéutica de la continuidad. Su pontificado es un pontificado de conciliación, o incluso un intento de curar una herida. El Papa Benedicto XVI ha intentado remediar las consecuencias negativas del Concilio. En este sentido, hay que destacar el año 2007, año de la carta apostólica motu proprio Summorum Pontificum del 7 de julio del mismo año. Con esta carta, el Papa quiso restaurar en la Iglesia la liturgia romana tradicional. También levantó la injusta excomunión del arzobispo Lefebvre [El decreto de excomunión en contra de Mons. Lefebvre nunca fue levantado, como ha reconocido el mismo Vaticano. Nota de NP] y de los obispos de la Fraternidad (2009) a los que había consagrado. Ha reparado así parcialmente una injusticia que pesaba sobre la Iglesia”.
Y para Francisco:
"Podemos llamar a su pontificado, tal como está tomando forma hoy, un pontificado de ruptura. Es una ruptura con la Tradición. Esto se refleja en el hecho de que no cesa de reprimir la Tradición y a los fieles que se adhieren a ella. Por otra parte, realiza acciones que van claramente en contra de la Tradición (por ejemplo, actos de culto sincréticos, como en Canadá). Este deseo de romper con la Tradición se manifiesta en las dos cartas apostólicas Traditionis custodes (16 de julio de 2021) y Desiderio desideravi (29 de junio de 2022). Con estas cartas, el Papa quiere erradicar la liturgia romana tradicional. Además, es un firme defensor de la llamada religión universal. Para muchos fieles, esto supone un escollo. Por último, en cuanto a la Fraternidad, es importante su decisión sobre la jurisdicción de la confesión y la facultad de celebrar matrimonios”.
Y al final, siempre con calma y serenidad, monseñor Huonder elogia a monseñor Lefebvre, enfrentado a esta terrible crisis de la Iglesia. En cierto modo, incluso toma para sí los ropajes del fundador de la SSPX, explicando que él también dijo al Papa Francisco que recibía las actas del Vaticano II, pero "en el sentido de la Tradición".
Sin duda, esta intervención debe entenderse, dentro de la FSSPX, en el contexto de las reflexiones actuales sobre la consagración de uno o varios nuevos obispos. El acontecimiento, si se produce, no será fácil de "montar", no tanto con respecto a Roma como a la propia FSSPX. Pues en 1988, fue el arzobispo Lefebvre quien designó, con su autoridad, a los cuatro obispos que consagró. Hoy serían el Padre Pagliarani y sus asistentes, o el Capítulo General, quienes los designarían, en cualquier caso no con la misma autoridad. ¿Algunos, sobre todo en Alemania, quieren mostrar que si la FSSPX ha perdido al obispo Williamson, ha ganado al obispo Huonder, y por tanto sigue teniendo cuatro obispos?
En cualquier caso, si se siguiera destacando a monseñor Huonder, se contribuiría en gran medida a normalizar la FSSPX y a devolverle cierto peso en el debate público. ¿Puede uno imaginarse que, al mismo tiempo, el antiguo obispo de Chur recibiera "permiso" para celebrar fuera de la FSSPX? Todo AMDG y para mayor beneficio de la Iglesia.
[1]. Durante la ordenación en el rito tradicional de un sacerdote de su diócesis en su catedral de Chur, el 8 de diciembre de 2018, había pronunciado un sermón en italiano a favor del ... clericalismo.
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