AUTORIDAD MUTILADA
Un número de buenas almas
desean que una Congregación sea fundada para reemplazar a la Fraternidad San
Pío X. Pero, si bien comparto el temor de ellas que la FSPX está actualmente
bien avanzada en el camino para inhabilitar su antiguamente gloriosa defensa de
la Fe y vida católicas; y, si bien por consiguiente simpatizo con su deseo de
ver otra Congregación como ella para tomar su lugar, no creo que ello sea
posible y pienso que merece explicarse porque.
Cuando en 1970 el Arzobispo
Lefebvre escribió la carta constitucional de acuerdo con la cual la futura FSPX
se fundaría y funcionaría, a saber sus Estatutos, fue para él de gran
importancia obtener la aprobación oficial para ellos por el obispo de la
diócesis católica en la cual la casa original de la FSPX estaba situada. En
cuanto a él le tocaba, obtener o no obtener esa aprobación significaba toda la
diferencia entre fundar una Congregación de la Iglesia Católica y lanzar una
asociación privada por su propia cuenta. El tenía todo el interés en fundar una
Congregación católica, mucho menos interés en lanzar una institución privada.
De hecho, cuando fue a ver al
Obispo Charrière de la Diócesis de Ginebra, Lausana y Friburgo para obtener esa
aprobación, no tenía esperanzas. La Revolución Conciliar estaba por entonces
bien en camino y era directamente contraria a lo que los Estatutos proyectaban.
Sin embargo, providencialmente el Obispo Charrière dio su aprobación, tal vez
porque sabía que se iba a jubilar pronto después. De cualquier manera, Mons.
Lefebvre volvió alborozado a Ecône y un reporte incluso habla de él flameando
triunfalmente en el aire los Estatutos nuevamente aprobados.
Lo que eso significó para él
fue que de allí en más, en cuanto a él le concernía, él tenía la autoridad de
la Iglesia para construir una Congregación de la Iglesia. Si bien unos años más
tarde, Roma iba a intentar retirarle tal autorización, este intento era
intrínsecamente tan injusto según la ley de la Iglesia, que Mons. Lefebvre
nunca dudó en continuar ejerciendo dentro de la FSPX toda la autoridad de un
Superior clásico de una Congregación. Esa autoridad católica clásica tiene tal
poder que enganchándola con arneses al carro de mentiras, los Papas Conciliares
han sido capaces de destruir virtualmente la Iglesia Universal y, por estar
siendo enganchado con arneses a un acuerdo práctico con Roma Conciliar, está
ahora virtualmente destruyendo la FSPX. Por otro lado, sobre sacerdotes, monjas
y laicos fuera de la FSPX, el Arzobispo Lefebvre nunca se arrogó a sí mismo
ninguna autoridad otra que la de padre, consejero y amigo.
Pero, los días del Obispo
Charrière hace tiempo que se fueron. ¿Cuántos obispos sanos quedan en la
Iglesia oficial? Y, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprobar hoy estatutos
Tradicionales y anti-Conciliares? Es como si justo después que el Arzobispo se
escapó del castillo católico con los Estatutos católicos en su mano, el portón
levadizo Conciliar de hierro se desplomó detrás de él. “Ellos están mentalmente
enfermos, pero tienen la autoridad”, dijo uno de los cuatro teólogos de la FSPX
acerca de los teólogos Romanos después de las Discusiones doctrinales de
2009-2011. La FSPX es con seguridad la última en la línea de las Congregaciones
clásicas a poder ser fundada, al menos hasta después del Castigo. Y duró solo unos
cuarenta años.
Es por eso que, en mi opinión,
“Lo que no puede ser curado debe ser soportado”. Y es por eso que, en este
momento, me contemplo como siendo no más que padre, consejero y amigo para
cualesquiera almas que llamen al liderazgo y apoyo de un obispo. Incluso esa es
tarea suficiente. Que Dios esté con todos nosotros.
Kyrie eleison.