Hace unos días LA SAPINIÈRE publicó este extraordinario documento. Les recomendamos a todos su lectura y les suplicamos lo promuevan entre sus familiares y amigos, además, y sobre todo, entre los sacerdotes o seminaristas de la Fraternidad.
1.
¿Hay verdaderamente una
crisis ?
Sí. Monseñor Fellay habla de una
« prueba muy grande en la Fraternidad », una « prueba
mayor » (Ecône, 7-9-2012) “una prueba dolorosa” con “problemas graves” (Cor
unum, nov. 2012) “La más grande que hayamos tenido jamás”. (Ecône, 1-11-2012)
2.
¿Por qué hablar de estos
problemas en público?
Por la simple razón de que no hay
que “decir jamás que estas discusiones teológicas son un asunto de
especialistas y no nos conciernen. Hay que insistir para demostrar que es todo
lo contrario: porque ellas tocan la fe, estas cuestiones nos conciernen a todos
eminentemente, clero y laicos. Nosotros debemos entonces tratar de entender y
hacer comprender lo que está en juego”. (Padre de Cacqueray, Suresnes,
31-12-2008)
3.
¿Por qué tratar estos
problemas bajo la forma de catecismo ?
Porque como dijo Monseñor
Fellay : « consciente de la necesidad vital para las almas de
predicar a tiempo y a destiempo las verdades de la fe, la Iglesia católica
siempre ha velado para hacer accesible a sus hijos la enseñanza de las verdades
eternas… Puedan las páginas de este Catecismo esclarecer las almas de buenas
voluntad…” (Prefacio al catecismo de la doctrina cristiana).
4.
¿En qué consiste la crisis
en la Fraternidad ?
« Ha habido una impugnación
de la autoridad, una impugnación radical porque ella acusa de ya no conducir a
la Fraternidad hacia su fin” (Monseñor Fellay, Cor unum, nov. 2012)
5.
¿Pero esta prueba no ha
sido superada desde el Capítulo de julio de 2012?
No. « Hay un recelo hacia la
autoridad ». (Ecône, 7-9-2012).
6.
¿Por qué no se ha hecho la
curación?
Porque, como el mismo Monseñor
Fellay lo reconoció: “Estoy muy consciente que esto no se hace de un día para
otro y que no sirve para nada decir: “tengan confianza”. Es con los hechos, por
las acciones, que poco a poco podrá llegar”. (Ecône, 7-9-2012).
7.
¿No hubo actos notables por
parte de Menzingen desde entonces ?
Sí, por supuesto. La expulsión de
Monseñor Williamson.
8.
Pero, esto es
suficiente para concluir que la crisis perdura? Habría que probar que, además
de sus fallos disciplinarios, Menzingen continúa con su doctrina errática.
Esto es lo que nosotros vamos a hacer:
explicar en qué y por qué Menzingen continúa
yendo por mal camino.
9.
¿Por qué Menzingen va por el
mal camino?
¡Porque las autoridades de la
Fraternidad se niegan a retirar la ambigüedad que ellas han creado!
10.
¿Cuál es esta
ambiguedad ?
Es doble y concierne a la
impostura de dos actos realizados por Benedicto XVI que favorecen la Tradición
sólo materialmente y que Mons. Fellay presenta como actos que serían
categóricamente a favor de la Tradición.
11.
¿Qué quieren decir estas
palabras bárbaras?
Cuando usted tiene cemento, arena
y grava, usted tiene una casa material pero no formalmente. La diferencia es
enorme.
12.
¿Cuál es el primer acto
realizado por Benedicto XVI que plantea un problema?
Se trata del Motu Proprio de
Benedicto XVI sobre el uso de la Liturgia romana anterior a la reforma de 1970.
Monseñor Fellay pretende que “por el Motu Proprio Summorum Pontificum, el Papa
Benedicto XVI ha restablecido en sus derechos la misa tridentina, afirmando con
claridad que el Misal Romano promulgado por San Pio V jamás ha sido abrogado”.
(Menzingen, 7-7-2007)
13.
¿Dónde está la ambigüedad?
El Motu Proprio dice en realidad
que la Misa Tradicional no ha sido jamás abrogada en cuanto forma
extraordinaria pero que ella ha sido abrogada en cuanto forma ordinaria. Por
esta acción, Benedicto XVI hace perder al rito romano de la Santa Misa, de
jure, su condición de única forma ordinaria y oficial y la relega a la
condición de “forma extraordinaria”, después de haberla humillado comparando su
santidad con la del “rito bastardo”. A pesar de estos hechos, no existe ningún
documento oficial de Menzingen condenando este concubinato litúrgico.
14.
Pero esto es su manera de
verlo.
No, esto ha sido visto y dicho
también por el Padre de Cacqueray en la Carta a los Amigos y Benefactores 2009.
El Motu Proprio, dice, no “corresponde y responde mas que en su materialidad,
al primer preámbulo sugerido por la Fraternidad”. (Suresnes, 31-12-2008)
Además, Monseñor Lefebvre, después
de darse cuenta de su error después del acuerdo con Roma en mayo de 1988, nos
puso muy en guardia luego de las consagraciones: “Ustedes se dan cuenta que él
quería llevarnos a la Iglesia Conciliar… ellos quieren imponer esas novedades
para terminar con la Tradición. Ellos no acuerdan nada por estima de la
liturgia tradicional, sino simplemente para engañar a aquellos a quien se las
acuerdan y disminuir nuestra resistencia, introducir una cuña en el bloque
tradicional para destruirlo. Es su política, su táctica…” (Ecône, 9-9-1988)
15.
Entonces, ¿qué debería
haber respondido Monseñor Fellay ?
Lo que la Fraternidad respondió a
su tiempo respecto a una acción similar de Roma (indulto del 3-10-1984). El
Superior General de la FSSPX recordó que este indulto era “ruinoso para la
metafísica del derecho”. No podía tratarse allí más que de un “argumento ad
hominem” porque “sus condiciones son inaceptables”. El “católico no puede, si
tiene el sentido de la Iglesia, considerar al indulto como fundamento verdadero
de su petición” (Cor unum, junio de 1985)
16.
Por lo tanto, en sentido
estricto, la primera condición previa de la Fraternidad no fue alcanzada.
En efecto, la declaración del Capítulo
del 2006 hablaba de “la necesidad de dos condición previas” en las
“negociaciones con Roma”. Una nota recordaba la primera: “La libertad completa
y sin condiciones para la Misa tridentina”. Sin embargo, la liberalización de
la misa aparte del engaño ya anotado, no fue sin condición. El artículo 2 del
Motu Proprio otorga esta libertad sin “ninguna autorización ni de la Sede
apostólica ni de su Ordinario” pero solamente por las “misas celebradas sin el
pueblo”.
17.
¿No debimos, pues, ir mas
lejos en los contactos romanos?
Si se hubiera respetado el plan
establecido en el Capítulo de 2006, sí. Pero Monseñor Fellay hará lo contrario ya
que escribió, después de haber recordado “el enfoque hegeliano de Benedicto XVI
según el cual el cambio, que es necesario, no puede sin embargo estar en
ruptura con el pasado”: “Respecto a Roma, no sabiendo mucho cómo y cuándo las
cosas pueden evolucionar, preferimos preparar el terreno de las discusiones por
un grupo ad hoc y no dejarnos sorprender, si acaso hay sorpresa”. (Cor unum
16-7-2007)
18.
¿Cuál es el segundo acto
realizado por Benedicto XVI que plantea un problema?
Se trata del Decreto del
levantamiento de la excomunión latae sententiae de los obispos de la
Fraternidad, (21-1-2009) que tampoco corresponde a la segunda condición previa
emitida por el Capítulo de 2006, a saber: “el retiro del decreto de excomunión
de los cuatro obispos de la Fraternidad”.
Porque, como en 1988, « para
Roma, el objetivo de los coloquios de reconciliación, como lo dijo el cardenal
Gagnon, es el regreso del rebaño disperso al aprisco. Pero cuando pensamos en
la historia de las relaciones de Roma con los tradicionalistas de 1965 a
nuestros días, estamos obligados de constatar que es una persecución cruel y sin
tregua para obligarnos a la sumisión al Concilio. La Roma conciliar y
modernista actual no podrá tolerar jamás la existencia de una rama de la
Iglesia católica que la condena por su vitalidad.” (Monseñor Lefebvre, Ecône,
19-6-1988)
19.
Pero « retiro » o
« levantamiento » poco importa, ¿no ?
« La Fraternidad se niega a
pedir un « levantamiento de las sanciones ». Ella busca obtener “el
retiro del decreto de las excomuniones” y es evidente que los términos que ella
ha empleado para traducir su petición han sido intencionales. Ella quiere que
se manifieste su convicción de la nulidad de las sanciones” (Padre de
Cacqueray, Suresnes, 31-12-2008)
20.
¡Pero el resultado está
allí a pesar de todo, y es positivo!
« Si se trata realmente del
retiro del decreto –y no de un levantamiento de las excomuniones- entonces será
el comienzo de la reparación de la injusticia inaudita que conocemos y podremos
regocijarnos. Si, en cambio, se tratara de un “levantamiento de excomuniones”,
las cosas serían otras. No correspondería a nuestra segunda condición previa y
no lavaría a nuestros obispos del mal juicio que se les ha hecho. Dejando
entonces creer que las penas pronunciadas no eran nulas y que ellas quizás eran
incluso merecidas, ¿no resultaría, en cierto sentido por lo menos, un nuevo mal
y más profundo? Roma entonces hubiera levantado, con una apariencia
misericordiosa, las sanciones que se encontrarían, por el mismo acto,
confirmadas como válidamente, o legítimamente impuestas”. (Padre de Cacqueray,
Suresnes, 31-12-2008)
21.
¿Cómo reaccionó Monseñor
Fellay públicamente al levantamiento de las excomuniones ?
El expresó su « Expresamos
nuestra gratitud filial al Santo Padre por este acto que, más allá de la
Fraternidad Sacerdotal San Pío X, representará un beneficio para toda la
Iglesia… Además de nuestro reconocimiento al Santo Padre, y a todos los que le
ayudaron a realizar este valeroso acto, nos congratulamos que el decreto del 21
de enero juzgue necesarias la realización de "reuniones" con la Santa
Sede… En este nuevo ambiente, tenemos la firme esperanza de arribar pronto a un
reconocimiento de los derechos de la Tradición católica”. (Menzingen,
24-1-2009)
22.
¿Este comunicado fue
impugnado en esa época?
Si, durante una reunión de
priores, uno de ellos hizo la observación que ese comunicado era mentiroso,
engañaba a nuestros fieles y que se debía aclarar las cosas. El tomó esta
imagen: “Cuando yo pido un pastel de peras y me traen un pastel de manzana, yo
no tengo derecho de decir que obtuve lo que pedí”.
23.
Monseñor Fellay ¿rectificó
públicamente la posición tomada?
No. El prior, el año siguiente,
fue cambiado y nombrado vicario en un nuevo puesto. Mientras tanto, Monseñor
Fellay escribió en el boletín interno de la Fraternidad: “En el mismo momento
en que le entregué al Cardenal el ramillete para el Papa Benedicto XVI, recibí
de sus manos el decreto firmado del cardenal Re y fechado el 21 de enero. ¿Cómo
no ver allí la mano de Nuestra Señora? Admito que todavía hoy estoy
estupefacto. Esto sobrepasa las expectativas humanas, incluso si el decreto
habla de la remisión de las excomuniones y no de anular el decreto de 1988,
incluso si el texto arregla las cosas de tal manera que la Santa Sede no quede
en ridículo. Lo esencial reside en el
hecho de que las excomuniones –que nosotros siempre impugnamos- ya no existen y
que el camino preconizado por nosotros de discusiones sobre el fondo (doctrina,
fe, etc.) es reconocido como necesario. En las circunstancias actuales, me
parece ilusorio esperar más de las autoridades oficiales”. (Cor unum,
8-2-2009).
24.
¿No es en efecto lo esencial ?
No, porque « lo esencial
reside en el hecho de que las excomuniones ya no existen” es lo mismo que decir
que nos contentamos con una cosa materialmente siendo que la queremos
formalmente.
25.
¿Así que a pesar de este
« incluso si », Monseñor Fellay consideró la segunda condición previa
como cumplida?
Oui. Non
seulement il allait enclencher les discussions romaines, mais il parlait déjà
aux membres d’une « situation canonique, quand elle sera possible » où « il
faudra nécessairement tout un système de protection, comme l’envisageait si
sagement Monseigneur Lefebvre, avec au sommet une commission de défense de la
Tradition à Rome. » (Cor unum, 8-2-2009)
Si. No solamente empezaría con las
discusiones romanas, sino que hablaba ya a los miembros de una “situación
canónica, cuando sea posible” donde “será necesario todo un sistema de
protección, como lo previó sabiamente, Monseñor Lefebvre, con un comité de
defensa de la Tradición en Roma”. (Cor unum, 8-2-2009)
26.
Entonces empezamos las
discusiones romanas sobre bases falsas.
Exacto, porque « nosotros no
tenemos la misma manera de concebir la reconciliación. El cardenal Ratzinger la
ve en el sentido de reducirnos, de llevarnos al Vaticano II. Nosotros la vemos
como un regreso de Roma a la Tradición. No podemos entendernos. Es un diálogo
de sordos”. (Monseñor Lefebvre, Fideliter, sept.-oct. 1988)
27.
Pero ya no estamos en la época
de Juan Pablo II
“Ahora bien, ¿el pensamiento de
Benedicto XVI es mejor comparado con el de Juan Pablo II? Basta leer el estudio
de uno de nosotros sobre La Foi au Péril de la Raison para
darse cuenta que el pensamiento del Papa actual está igualmente
impregnado de subjetivismo. Es toda la fantasía subjetiva del hombre
en el lugar de la realidad objetiva de Dios. Es toda la religión
católica sumisa al mundo moderno.” (Monseñores Williamson, Tissier de
Mallerais, de Galarreta, 7-4-2012)
28.
Por lo tanto, aunque las
condiciones previas no fueron cumplidas estrictamente, mediática y
psicológicamente demostraron que Benedicto XVI fue realmente benevolente hacia
la Fraternidad y su doctrina.
“Pero, se nos dirá, Benedicto XVI es bondadoso
hacia la Fraternidad y su doctrina. En tanto que subjetivista puede serlo,
porque los liberales subjetivistas pueden tolerar la misma verdad pero no si ella se
rehúsa a tolerar el error. El nos aceptará en el marco de un pluralismo
relativista y dialéctico, a condición de permanecer en la “plena comunión “hacia la autoridad y hacia las otras “realidades eclesiales”. He
aquí el por qué las autoridades pueden tolerar que la Fraternidad continúe
enseñando la doctrina católica, pero no soportarán absolutamente que ella
condene a la doctrina conciliar. He aquí el por qué un acuerdo incluso puramente práctico haría
necesaria y progresivamente callar, por parte de la Fraternidad, toda crítica
del concilio o de la nueva misa. Dejando de atacar estas victorias
que son las más importantes de la Revolución, la pobre Fraternidad cesaría
necesariamente de oponerse a la apostasía universal de nuestra lamentable época
y se hundiría ella misma” (Monseñores Williamson, Tissier de Mallerais, de
Galarreta, 7-4-2012).
29.
Pero cuando Roma nos llame
para discutir, corremos ¿no ?
¡No! no hay que precipitarnos :
« Yo pondría mis condiciones para retomar eventualmente los coloquios con
Roma” (Monseñor Lefebvre, Fideliter sept.-oct. De 1988). Noten bien que estas
condiciones son planteadas para retomar las discusiones, ¡no para firmar un
acuerdo!
30.
Quelles étaient ces
conditions à une reprise éventuelle des colloques avec Rome si sagement
envisagées par Monseigneur Lefebvre ?
« En ese momento soy yo el
que pondría las condiciones. Yo no aceptaría estar en la situación en la que
estamos luego de los coloquios. Se acabó. Yo colocaría la cuestión en el
plano doctrinal. "¿Están de acuerdo con las grandes encíclicas de todos
los Papas que les han precedido? ¿Están de acuerdo con la Quanta Cura de Pío
IX, Immortale Dei, Libertas de León XIII, Pascendi de San Pío X, Quas Primas de
Pío XI, Humani Generis de Pío XII? ¿Están ustedes en plena comunión con estos
Papas y sus afirmaciones? ¿Aceptan todavía el juramento antimodernista? ¿Están
a favor del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo? Si no aceptan la
doctrina de sus predecesores, entonces es inútil hablar. Mientras no acepten
una reforma del Concilio teniendo en cuenta la doctrina de estos Papas que les
han precedido, no hay diálogo posible. Es inútil. Las posturas serían más
claras. (Monseñor Lefebvre, Fideliter n°66, noviembre de 1988)
Hemos creído ser mas fuertes que
nuestro fundador, y hoy en día las cosas no son claras.
31.
¿Le faltó claridad al trabajo
de nuestros teólogos?
Absolutamente no. « Por
nuestra parte, nuestros expertos han demostrado perfectamente la oposición
entre la enseñanza de la Iglesia perenne y la enseñanza del Vaticano II y sus
consecuencias”. (Monseñor Fellay, Cor unum, marzo 2012)
32.
¿Cuál fue el resultado de
estas discusiones ?
« Las discusiones
manifestaron un desacuerdo profundo sobre casi todos los puntos
abordados » (Monseñor Fellay, Cor unum, marzo 2012)
33.
¿Entonces, por qué esta
« proposición de la Congregación romana de reconocer la Fraternidad por un
estatuto jurídico de prelatura personal a condición de firmar un texto
ambiguo?” (Monseñor Fellay, Cor unum, marzo 2012)
Las discusiones romanas han manifestado
« que no están listos para renunciar al Concilio Vaticano II” y que ellos
quieren “llevarnos a él”, sin embargo, el regreso de la Fraternidad podría “ser
útil” a la Iglesia conciliar “para avalar la renovación de la reforma con la
continuidad”. (Monseñor de Galarreta, Albano, 7-10-2011)
34.
¿Pero Monseñor Fellay
estaba consciente de eso ?
Sí. « Nosotros hemos recibido
una proposición que intenta hacernos entrar en el sistema de la hermenéutica de
la continuidad.” (Monseñor Fellay, Cor unum, marzo de 2012) Y en el mismo
documento, dice estar sorprendido de esta proposición de Roma.
35.
Sorprendido o no, ¿qué
decide él ?
Por principio reunir a los
superiores de la Fraternidad (salvo a Monseñor Williamson) en Albano para tomar
consejo (oct. 2011)
36.
¿Qué le dijeron durante
esta reunión?
Las ofertas de Roma son
« confusas, equívocas, falsas y malvadas en lo esencial”. “Su preámbulo
doctrinal” es “peor que el protocolo de 1988 en particular respecto al Concilio
y al magisterio pos-conciliar”. “Dadas las circunstancias, hay certeza de al
fin, luego de muchas palabras, no llegaremos absolutamente a nada”. Continuar
los contactos va “a engendrar necesariamente males para el bien común que
poseemos, para la Fraternidad y para la familia de la Tradición” (Monseñor de
Galarreta, Albano, 7-10-2011)
37.
¿Siguió estos consejos
Monseñor Fellay ?
No.
38.
Por lo tanto ¿ha faltado
gravemente a la prudencia ?
Sí, pero no fue su única falta. Porque
haciendo esto, debió ir en contra de las voluntades del Capítulo de 2006. Por
lo tanto hubo, además de una loca imprudencia, una desobediencia grave.
39.
¿Es decir ?
En Marzo de 2012, el Superior
general escribió a todos los miembros de la Fraternidad lo siguiente:
Los pocos actos de Benedicto XVI
en este sentido, actos ad intra que afectan a la liturgia, la disciplina, la
moral son pues importantes, aunque su aplicación deja todavía que desear… Entre
los obispos jóvenes, algunos de los cuales nos expresan claramente sus
simpatías… ¡Es tal vez en Roma en donde estas cosas son más manifiestas!
Tenemos ahora contactos amigables en los dicasterios más importantes, ¡también
entre los más allegados al Papa!”
Monseñor Fellay piensa asistir a “la
restauración de la Iglesia. Aunque no hay que excluir el regreso de un “Juliano
el Apóstata”, no creo que este movimiento pudiera ser detenido. Si esto es
cierto, y de eso estoy seguro, eso exige de nosotros una nueva posición en
relación con la Iglesia oficial….. Se trata de una mirada sobrenatural sobre la
Iglesia y el hecho de que ella permanece en manos de Nuestro Señor Jesucristo,
aún desfigurada por sus enemigos. Nuestros nuevos amigos en Roma afirman que el
impacto de tal reconocimiento sería extremadamente poderoso para toda la
Iglesia, como una confirmación de la importancia de la Tradición para la
Iglesia. Sin embargo, tal realización concreta requiere dos puntos
absolutamente necesarios para asegurar nuestra supervivencia: El primero es que
no se le pida a la Fraternidad concesiones que afecten la fe y lo que emana de
ella (la liturgia, los sacramentos, la moral, la disciplina). El segundo es que
se le conceda a la Fraternidad una verdadera libertad y autonomía de acción, y
que éstas le permitan vivir y desarrollarse concretamente… Serán las
circunstancias concretas las que nos muestren cuando será el tiempo de
"dar el paso" hacia la Iglesia oficial. Hoy en día, a pesar del
acercamiento romano del 14 de septiembre y debido a condiciones impuestas, esto
todavía nos parece imposible. Cuando Dios lo quiera, ese tiempo vendrá. No
podemos tampoco excluir, porque el Papa parece poner todo su peso en este
asunto, que esta situación conozca un súbito desenlace” (Cor unum)
40.
¿Cómo pudo justificar un tal
cambio de dirección?
Despreciando todas las
advertencias amigables y anulando las decisiones del Capítulo de 2006 que le
obligaban.
41.
¿A qué se refiere por
advertencia amigable?
A esta en particular: « Ir en
el sentido de un acuerdo práctico, sería renegar de nuestra palabra y nuestros
compromisos ante nuestros sacerdotes, nuestros fieles, Roma y ante todo el
mundo. Un tal paso manifestaría una grave debilidad diplomática de parte de la
Fraternidad, y de hecho, más que diplomática. Sería una falta de coherencia, de
rectitud y de firmeza, que tendrían como efecto la pérdida de credibilidad y de
la autoridad moral que disfrutamos. El simple hecho de comprometernos en esta
vía, engendrará desconfianza y división entre nosotros. Muchos de los
superiores y de los sacerdotes tendrán un problema de conciencia y se opondrán.
La autoridad y el mismo principio de autoridad serán puestos en cuestión y
socavados. En consecuencia, no es el momento de cambiar la decisión del
Capítulo de 2006 (no al acuerdo práctico sin la solución de la cuestión
doctrinal)”(Monseñor de Galarreta, Albano, 7-10-2011).
42.
¿Qué decía esta decisión
del Capítulo de 2006?
« Los contactos que la
Fraternidad mantiene episódicamente con las autoridades romanas, tienen como
único objeto ayudarlas a recuperar la Tradición que la Iglesia no puede renegar
sin perder su identidad, y no la búsqueda de una ventaja para ella misma, o de
llegar a un imposible “acuerdo” puramente práctica. El día en que la Tradición
recupere todos sus derechos, el problema de la reconciliación no tendrá razón
de ser y la Iglesia encontrará una nueva juventud”. (Cor unum, octubre 2006)
43.
¿Qué piensa Monseñor Fellay
de las condiciones del Capítulo de 2006?
« El capítulo de 2006 da una
línea, se puede decir que clara, pero me atrevo a decir que demasiado
abstracta. Ella es clara, decimos: las discusiones con Roma son para ayudar a
reencontrar la Tradición, no se busca en esas discusiones un acuerdo práctico.
Cuando Roma haya regresado, eso ya no será un problema. ¿Cómo se puede juzgar?
¿Hasta dónde llega? ¿Es total o parcial ? ¿Sobre qué puntos ? »
(Ecône, 7-9-2012)
44.
¿Que hizo él de estas
decisiones claras ?
Las arrojó oficialmente a la
basura en marzo de 2012 en el Cor unum.
45.
¿Cómo ?
Por un sofisma.
46.?
¿Cuál ?
Este: la pretendida « nueva
situación » exige una nueva « dirección”; la decisión del Capítulo de
2006 no es un “principio” sino “una línea de conducta que debe regir nuestra
acción concreta”.
“Estamos aquí frente a un razonamiento en el
que la premisa mayor es la afirmación del principio de la primacía de la fe
para permanecer católicos. La premisa menor es una constatación histórica sobre
la situación actual de la Iglesia; y la conclusión PRÁCTICA se inspira en la
virtud de la prudencia que regula el actuar humano; nada de buscar un acuerdo
en detrimento de la fe. En 2006, las herejías siguen surgiendo, las mismas
autoridades propagan el espíritu moderno y modernista del Vaticano II y lo
imponen a todos como una aplanadora (es la premisa menor). Es imposible llegar
a un acuerdo práctico a menos que las autoridades se conviertan; de lo
contrario seriamos aplastados, despedazados, destruidos o sometidos a presiones
tan fuertes que no podríamos resistir (es la conclusión). Si la premisa menor
cambiase, es decir, si hubiese un cambio en la situación de la Iglesia en
relación con la Tradición, esto podría llevar a un cambio correspondiente de la
conclusión, ¡sin que nuestros principios hubieran cambiado en nada! Como la
Providencia se expresa a través de la realidad de los hechos, para conocer Su
voluntad, debemos seguir con atención la realidad de la Iglesia, observar,
examinar lo que sucede. Ahora bien, no hay ninguna duda que desde 2006, estamos
asistiendo a un desarrollo en la Iglesia, a un cambio importante y muy
interesante, aunque poco visible.” (Monseñor Fellay, Cor unum marzo 2012)
47.
¿Dónde está el error de
este razonamiento ?
En una ceguera que se niega a ver
la realidad tal como es : las autoridades propagan todavía, en 2012, el
espíritu moderno y modernista del Vaticano II.
Para el cardenal Ratzinger,
« no hay Tradición. No hay depósito que transmitir. La Tradición en la
Iglesia es lo que dice el papa hoy en día. Ustedes deben someterse a lo que el
papa y los obispos digan hoy en día. Eso es lo que para ellos es la Tradición,
la famosa tradición viva, el único motivo de nuestra condenación… Es la tiranía
de la autoridad” (Monseñor Lefebvre citado por Monseñor de Galarreta, Albano,
7-10-2011)
48.
Respecto a esta ceguera,
¿ha habido reacciones u oposiciones ?
Sí, y de muy buena calidad. Como
lo predijo Monseñor de Galarreta « muchos superiores y sacerdotes »
han tenido « un problema de conciencia » y se han
« opuesto ». Pero fueron pocos numerosos en cantidad, ya que “¿no se
ven ya en la Fraternidad los síntomas de esta disminución en la confesión de a
Fe?” (Monseñor Williamson, Tissier de Mallerais, de Galarreta, 7-4-2012)
49.
¿Monseñor Fellay no ha sido
inducido al error por « la contradicción que reina en Roma? (Monseñor
Fellay, DICI 264)
Roma siempre ha utilizado el mismo
lenguaje erróneo, pero claro y preciso. A cambio, el Superior General en el
curso de los últimos años, ha usado la ambigüedad y la imprecisión en sus
comunicados oficiales y sus intervenciones en la prensa.
50.
¿No podemos equivocarnos en
cuanto a las intenciones del papa ?
¡No !
51.
¿Por qué ?
Porque el miércoles 20 de abril de
2005, al día siguiente de su elección, Benedicto XVI, ante 114 cardenales,
dirige su primer mensaje al mundo. Él alabó al papa Juan Pablo II, “su
enseñanza y su ejemplo”:
“Justamente el Papa Juan Pablo II indicó ese
concilio como "brújula" con la que orientarse en el vasto océano del
tercer milenio. Por lo tanto, yo también, cuando me preparo al servicio
que es propio del sucesor de Pedro, quiero reafirmar con fuerza la voluntad
decidida de proseguir en el compromiso de realización del Concilio Vaticano II,
siguiendo a mis predecesores y en continuidad fiel con la tradición bimilenaria
de la Iglesia… Con el pasar de los años los documentos conciliares no han
perdido actualidad; por el contrario, sus enseñanzas se revelan particularmente
pertinentes en relación con las nuevas instancias de la Iglesia y de la
sociedad actual globalizada”. (Osservatore Romano, 21-4-2005)
52.
¿Qué pensó Monseñor Fellay de
Benedicto XVI al momento de su elección?
« Para resumir brevemente
nuestro pensamiento en una imagen : si nosotros tomamos la alegoría de la
caída libre para calificar el pontificado de Juan Pablo II, podemos presagiar
que Benedicto XVI tratará de abrir un paracaídas, del cual no conocemos todavía
la grandeza. El efecto del paracaídas es de frenar mas o menos la caída, pero
la dirección sigue siendo la misma, se continúa descendiendo. Esta situación
podría engañar a más de uno y hacer creer que el tiempo de la restauración de
la Iglesia ha llegado. Al menos que se dé un milagro, este no es el caso. Es el
Vaticano II que continúa siendo la norma y las grandes directrices siguen
siendo la colegialidad, el ecumenismo y
la libertad religiosa, dándosele énfasis al ecumenismo con los “mas cercanos”,
sean ortodoxos, anglicanos y los judíos. Sobre la cuestión litúrgica, hay que
esperar un refuerzo de Ecclesia Dei y
una tentativa de “reforma de la reforma” (Cor unum, junio de 2005).
53.
¿Y en el 2012 por la
celebración de los 50 años del Concilio con las indulgencias para los fieles
que asistieran a las conferencias sobre el Vaticano II?
« Se puede constatar un
cambio de actitud en la Iglesia, amparado por los gestos y las acciones de
Benedicto XVI hacia la Tradición… La jerarquía a favor del Vaticano II pierde
velocidad… Yo pude constatar en Roma cómo el discurso sobre las glorias del
Vaticano II que tanto nos repiten, está todavía en la boca de muchos, pero sin
embargo no está en todas las cabezas.” (Carta 14-4-2012).
54.
Sea honesto, hay verdad en
esta constatación
Un poco de verdad que esconde
mucho de falso. Monseñor Lefebvre, en sus propios juicios, no omitía jamás lo
esencial: los principios. En una entrevista a la Revista Jesús, el Cardenal
Ratzinger declaró que “los valores” de “dos siglos de cultura liberal” que
“nacieron fuera de la Iglesia” encontraron “lugar en la visión que la Iglesia
tiene del mundo”. Pero siendo que el clima ya no era el del optimismo de los
años sesenta, había que “buscar ahora un nuevo equilibrio”. Monseñor Lefebvre
puntualizó a este respecto:
Está claro; son los derechos del
hombre, es la libertad religiosa, el ecumenismo. ¡Es satánico! Y el Cardenal
dice: “Es una cosa cumplida, ahora tenemos que encontrar un nuevo
equilibrio”. No dice que haya que quitar esos principios y esos valores que
provienen de la cultura liberal, sino que es necesario encontrar un nuevo
equilibrio. Este nuevo equilibrio es el Opus Dei. El equilibrio del Opus Dei es
un equilibrio externo al tradicionalismo, un exterior de piedad, un exterior de
disciplina religiosa, con ideas liberales. No hay forma de luchar contra los derechos
humanos, contra el ecumenismo y la libertad religiosa, que es un derecho
esencial del hombre, por supuesto, dispensándole de aportarle un ablandamiento
exterior. Así, pienso que debemos juzgar de todos los actos de Roma actualmente
en esta perspectiva, en la óptica del Cardenal Ratzinger: Mantener las
ideas liberales, pero buscar un equilibrio. Así, para este equilibrio es
necesario golpear un poco la teología de la liberación, un poco a los obispos
franceses en ocasión del catecismo, es necesario dar, a los que tienen
realmente nostalgia de la antigua misa, una pequeña satisfacción, ¡y he aquí!
En última instancia, dan la impresión de querer volver a la Tradición, pero no
tienen la voluntad. Entonces, es necesario advertir a nuestros fieles, de modo
que no se dejen engañar, que no se dejen tomar por un exterior de reforma
tradicional, pero que inevitablemente los llevaría a la adopción del
liberalismo y las ideas liberales”. (San Nicolas de Chardonnet, 13-12-1984)
55.
Mons. Fellay dice haberse equivocado sobre el
papa porque ha sido engañado en Roma.
Puede decirlo pero sin probarlo. El
papa previno públicamente a Monseñor Fellay y a la Fraternidad:
Con esto se aclara que los
problemas que deben ser tratados ahora son de naturaleza esencialmente doctrinal,
y se refieren sobre todo a la aceptación del Concilio Vaticano II y del
magisterio postconciliar de los Papas… No se puede congelar la autoridad
magisterial de la Iglesia al año 1962, lo cual debe quedar bien claro a la
Fraternidad. Pero a algunos de los que se muestran como grandes defensores del
Concilio se les debe recordar también que el Vaticano II lleva consigo toda la
historia doctrinal de la Iglesia. Quien quiere ser obediente al Concilio, debe
aceptar la fe profesada en el curso de los siglos y no puede cortar las raíces
de las que el árbol vive. (Benedicto XVI a los obispos, 10-3-2009)
56.
¿Podría ser que Benedicto XVI
alaba al Vaticano II por política pero en el fondo no lo cree como lo aseguró
Monseñor Fellay ante los priores reunidos en Flavigny a propósito de la
beatificación de Juan Pablo II? (13-2-2012)
Si Benedicto XVI está convencido
de lo que dice, es un modernista. Si no,
es un hipócrita. En los dos casos la voluntad de tal personaje no vale nada. En
los dos casos, él debe decir por lo menos:”Por el bien común de la Fraternidad,
preferiríamos de lejos la solución actual de statu quo intermediario, pero
manifiestamente, Roma ya no lo tolera”. (Monseñor Fellay, carta del 14-4-2012)
57.
Usted no ve mas que lo que
nos divide y nunca lo que nos une. ¡Benedicto XVI condena sin embargo “la
hermenéutica de la ruptura”!
Usted habla como un neófito que
ignora todo sobre la doctrina modernista. Para ellos todo está vivo, todo es
historia. Todo es continuidad histórica pero no doctrinal ya que, para un
modernista, la verdad evoluciona con la vida de la Iglesia.
58.
¿Podría Monseñor Fellay estar
mal aconsejado ?
En Menzingen seguramente, pero no
en la Fraternidad. Superiores mayores, obispos, sacerdotes amigos y superiores
de congregación, han advertido a Monseñor Fellay. Incluso voces en Roma lo
previnieron de no seguir el camino que había tomado. Entre ellos el R.P. Ferre,
secretario del cardenal Cañizares y otros. (Fuente: Monseñor de Galarreta,
Albano, 7-10-2011)
59.
¿Pero Monseñor Fellay no hizo
ninguna concesión o compromiso con Roma?
Puede ser que si, puede ser que
no. Nosotros todavía no tenemos todos los documentos. El futuro lo dirá. En
todo caso, tenemos esta extraña confidencia de Monseñor Fellay: “La entrevista
del 13 de junio con el cardenal Levada ha confirmado completamente que el
Vaticano” nos ha propuesto “una solución canónica” sobre la base de “mi carta
del 14-4-2012” donde “había que decir al mismo tiempo que estábamos de acuerdo
y que no estábamos de acuerdo”. “Esta carta extremadamente delicada parece
haber sido aprobada por el papa y por los cardenales” (Cor unum, verano 2012)
60.
¿Debo recordarle que
Monseñor Fellay no firmó nada el 13 de junio de 2012?
« Cualquiera que mire una
mujer con codicia, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. Se puede
cometer un adulterio espiritual en pensamiento o en deseo sin haber podido
realizar su crimen.
61.
Pero usted juzga las
intenciones.
¡No !
Simplemente leo. Monseñor Fellay reprochó a los
obispos de la Fraternidad su visión “demasiado humana e incluso fatalista” de
la Iglesia (Carta del 14-4-2012)
-« Hay que aceptar que los
gestos de estos últimos años a nuestro favor han sido bajo el gobierno de
Benedicto XVI”. (Lo que es falso como ya lo hemos visto).
-« Ellos señalan una línea –no
toda derecha- pero claramente en favor de la Tradición”. (Afirmación
superficial material y subjetivista, por lo tanto, objetiva y formalmente
falsa).
-« Estamos haciendo de los
errores del Concilio súper-herejías, el mal absoluto, peor que todo… Esto es
grave porque esta caricatura no está en la realidad” (Uno se pregunta si
Monseñor Fellay ha comprendido verdaderamente el combate de Monseñor Lefebvre
que dijo: “las respuestas romanas a nuestras objeciones tienden a demostrar que
no hubo cambio sino continuidad de la Tradición. Estas afirmaciones son peores
que las de la declaración conciliar sobre la libertad religiosa. Es la
verdadera mentira oficial. Ya no hay manera de entendernos, están en una
evolución continua. Se ha hecho imposible hablar”. (Monseñor Lefebvre citado
por Monseñor de Galarreta, Albano, 7-10-2011)
-« Lógicamente, terminará en
un futuro en un verdadero cisma ». (Otro sofisma deshonesto que toca la
fibra sentimental y no la reflexión fría. En una carta escrita por Monseñor
Lefebvre a Monseñor de Galarreta en 1989, leemos: “Me parece oportuno analizar
la acción del demonio para debilitar o reducir a nada nuestra obra. La primera
tentación consiste en mantener buenas relaciones con el papa o los obispos
actuales. Evidentemente es más normal estar en armonía con las autoridades que
estar en conflicto con ellas. La Fraternidad será entonces acusada de exagerar
los errores del concilio Vaticano II, de criticar de manera abusiva los
escritos y las acciones del papa y de los obispos, de apegarse con una rigidez
excesiva a los ritos tradicionales y, en definitiva, de presentar una tendencia
al sectarismo que la conducirá un día al cisma. Una vez mencionada la palabra
cisma, se servirán de ella como de un espantajo para atemorizar a los seminaristas
y a sus familias, conduciéndolos a abandonar la Fraternidad más fácilmente que
a los sacerdotes, los obispos y la misma Roma pretenden ofrecer garantías a
favor de una cierta Tradición”)
-« Este hecho es uno de los argumentos que me empuja a no tardar en
responder a las instancias romanas. Hasta el punto que, en la
cuestión más crucial de todas, la de la posibilidad de sobrevivir en las
condiciones de un reconocimiento de la Fraternidad por Roma, nosotros no llegamos a la misma conclusión
que ustedes. (no se puede ser más claro)
62.
Pero esta carta privada no
estaba destinada a hacerse pública.
¿Y luego ? ¿Tenemos derecho
de blasfemar en privado si uno se abstiene de hacerlo en público? Una intención
perversa pero privada, ¿deja de ser una perversión?
63.
Menzingen dijo que el
responsable de esta indiscreción había “pecado gravemente”
Nosotros creemos que al contrario,
no hizo mas que cumplir con su deber. Cuando el jefe pierde la razón, es bueno
que el cuerpo se dé cuenta. Y si hubo culpa: Oh feliz culpa que reveló los
pensamientos de los corazones.
64.
Estas cosas son graves. Se necesitan pruebas
indubitables.
Tenemos suficientes palabras de
Monseñor Fellay que revelan su pensamiento profundo.
65.
¿Cuáles palabras ?
A propósito del « texto que”
le “presentaron en el mes de junio” hubo modificaciones queridas
personalmente por el papa (las tres condiciones : Magisterio, Vaticano II,
Misa Paulo VI). “En cuanto me remitieron el documento, dije: “No, no firmo, la
Fraternidad no firma” (Monseñor Fellay, 1-11-2012)
66.
¿En qué condena esta defensa
a Monseñor Fellay ?
Si estas modificaciones
resolvieron a Monseñor Fellay a no firmar, es que ese día tenía algo que
firmar. Decir: “No, yo no firmo” se sobreentiende que había otra posibilidad:
“Si, yo firmo”.
Y en este caso, es decir, sin la
presencia de las modificaciones papales ¿qué pudo firmar en nombre de la
Fraternidad si no es un acuerdo práctico sin un acuerdo doctrinal? Y esto
contra la voluntad del capítulo de 2006 y sin la reunión del Capítulo
extraordinario.
67.
Entonces sin estos añadidos
doctrinales adjuntados por el papa, ¿hubiera habido un acuerdo ?
¡Todo lo indica! Y varias
indiscreciones de los asistentes generales Pfluger y Nély lo confirman.
68.
Pero Monseñor Fellay no es,
sin embargo, un modernista.
Evidentemente. Nadia ha pensado
eso jamás. Pero el Cardenal Billot enseña que el liberal es “un incoherente,
alguien que dice sí, que dice no, que no sabe exactamente, que nunca afirma de
manera clara, que siempre habla de una manera ambigua y todo por su
preocupación de agradar al mundo”. Alguien con inclinación liberal es por lo
tanto sensible a la tentación de la adhesión a Roma antes de que se convierta.
Allí es donde reside el peligro: en una voluntad acomodaticia, no en un
reconocimiento directo y teórico del Vaticano II. El peligro es esta ilusión
liberal que en la práctica busca un modus vivendi con el sistema conciliar.
69.
¿Por qué Monseñor Fellay y su
Consejo han mantenido todas estas ambigüedades ? ¿Por qué han sido tan
imprudentes que han llegado hasta la desobediencia? ¿Por qué han estado
intentando esta política tan peligrosa como suicida?
Porque Monseñor Fellay y su compañía
comparten en el fondo más la eclesiología de Benedicto XVI que la de Monseñor
Lefebvre.
VI
70.
¿Cuál es esta eclesiología de
Benedicto XVI ?
Es la del Cardenal Ratzinger, que
ya en 1988 había “insistido que la única Iglesia es la del Vaticano II”
(Monseñor Lefebvre, Ecône, 19-6-1988)
71.
¿No puso en guardia Monseñor
Lefebvre contra esta falsa eclesiología?
¡Por supuesto! « El Cardenal
Ratzinger nos ha recordado no sé cuantas veces: “¡Si no hay más que una
Iglesia!… ¡No hace falta una Iglesia paralela! Entonces, evidentemente que esta
Iglesia es la Iglesia del Concilio. Si entonces le hablamos de la Tradición, el
cardenal Ratzinger responde: “Pero el concilio es la Tradición de hoy. Usted
debe adherirse a la Tradición de la Iglesia de hoy, no la del pasado.
¡Adhiérase a la Iglesia de hoy!” Y Monseñor Lefebre comenta: “Se sentía
bastante esto en su espíritu: tomará algunos años probablemente, pero hay que
llevarnos al espíritu del Concilio…” (Ecône, 9-6-1988)
72.
¿También Monseñor Fellay
piensa que no hay más que una Iglesia, una Iglesia concreta?
¡Sí, y lo predica! « El hecho
de ir a Roma no quiere decir que estemos de acuerdo con ellos. Pero es la
Iglesia. Y es la verdadera Iglesia. Rechazando lo que es malo, no hay que
rechazarlo todo. Ella continúa siendo la Iglesia una, santa, católica y
apostólica”. (Flavigny, 2-9-2012) Esta visión es engañosa porque Roma ha
perdido la fe. Por lo tanto no podemos hablar de la Iglesia de hoy dejando de
lado un hecho de esta importancia. Los hechos –pérdida de la fe en la cúspide
de la Iglesia- son los hechos, incluso si ellos señalan el misterio de
iniquidad.
73.
¿Esto contradice verdaderamente
el pensamiento de Monseñor Lefebvre ?
Evidentemente. La Iglesia visible se reconoce por las
señales que siempre ha dado para su visibilidad: es una, santa, católica y
apostólica. Les pregunto: ¿Dónde están las verdaderas notas de la Iglesia?
¿Están más en la Iglesia oficial (no se trata de la Iglesia visible, se trata
de la Iglesia oficial) o en nosotros, en lo que representamos, en lo que somos?
Queda claro que somos nosotros quienes conservamos la unidad de la fe, que
desapareció de la Iglesia oficial. Estas notas no se encuentran en los otros…
No somos nosotros, sino los modernistas, quienes salen de la Iglesia. En cuanto
a decir “salir de la Iglesia visible”, es equivocarse asimilando la Iglesia
oficial a la Iglesia visible. Nosotros pertenecemos bien a la Iglesia visible,
a la sociedad de fieles bajo la autoridad del Papa, ya que no rechazamos la
autoridad del Papa sino lo que él hace… ¿Salir, por lo tanto, de la Iglesia
oficial? En cierta medida sí, evidentemente”. (Ecône, 9-9-1988).
74.
Pero Monseñor Lefebvre
también fue a Roma.
Ciertamente, pero con un objetivo
bien preciso y no negociable: “Yo escucho decir: “Usted exagera. Hay cada vez
más buenos obispos que rezan, que tienen la fe, que son edificantes…” Serán
santos desde que admiten la falsa libertad religiosa y por lo tanto el Estado
laico, el falso ecumenismo y por lo tanto la admisión de varias vías de
salvación, la reforma litúrgica y por lo tanto la negación práctica del
sacrificio de la Misa, los nuevos catecismos con todos los errores y herejías,
ellos contribuyen oficialmente a la revolución en la Iglesia y a su
destrucción…Una sola cosa es necesaria para la continuación de la Iglesia
católica: obispos plenamente católicos, sin ningún compromiso con el error, que
funden seminarios católicos…” (Monseñor Lefebvre, Itinerario Espiritual)
75.
¿De dónde viene el término
« Iglesia conciliar » ?
El término viene de una carta de
Monseñor Benelli a Monseñor Lefebvre (25-6-1976). Y desde Paulo VI (Consistorio
del 24-5-1976) para quien los que están “fuera de la Iglesia” son aquellos que
“rechazan las enseñanzas del concilio”, pasando por Juan Pablo II (Sacræ
Disciplinæ Leges, 25-1-1983) quien ve “en el Código un gran esfuerzo para
traducir en lenguaje canónico esta misma doctrina de la eclesiología conciliar…
que constituye la novedad esencial del Concilio Vaticano II, en continuidad con
la tradición legislativa de la Iglesia”, para llegar a Benedicto XVI, donde hay
una perfecta, aunque inicua, continuidad.
76.
¿Desde hace cuánto tiempo
que piensa así Monseñor Fellay?
Desde hace varios años. « La
identificación entre la Iglesia Oficial y la Iglesia Modernista, es un error
porque hablamos de una realidad concreta”. (Monseñor Fellay, Flavigny,
16-2-2009)
77.
¿Le han hecho notar su
error ?
Por supuesto. Durante una reunión
sacerdotal, un teólogo y antiguo profesor del seminario le pide al Superior
General suprimir esta ambigüedad sobre la Iglesia: ¿católica o conciliar? Se
escuchó que respondió: “Estoy cansado de estas querellas de palabras”.
78.
Esta respuesta es en efecto
sorprendente.
¡Más que sorprendente! ¡Es
aflictiva! Cuarenta años de combate teológico sobre la ortodoxia o la
heterodoxia de las palabras para que un sucesor de Monseñor Lefebvre llegue a esto!
Él, que en una entrevista, un año después de las consagraciones, confiaba:
Esta historia de la Iglesia
visible de Dom Gérard y M. Madiran es infantil. Es increíble que se pueda
hablar de Iglesia visible para designar a la Iglesia conciliar por oposición a
la Iglesia católica que intentamos representar y continuar. Yo no digo que
somos la Iglesia católica. No lo he dicho nunca. Pero representamos
verdaderamente a la Iglesia católica tal como era en todo tiempo puesto que
continuamos lo que ella siempre ha hecho… Evidentemente estamos contra la
Iglesia conciliar que es prácticamente cismática, aunque ellos no lo acepten.
En la práctica es una Iglesia virtualmente excomulgada, porque es una Iglesia
modernista”.
79.
He aquí el por qué
Menzingen y sus órganos de prensa (DICI…) evitan usar términos como los de
“Iglesia conciliar”, “Iglesia del Vaticano II”…
Seguramente. Y más inquietante
aún, hace poco que el Capítulo de 2012 no quiso retomar las palabras de la
Declaración del 21 de noviembre de 1974: “nos negamos y nos hemos negado siempre a
seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó
claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas
que de éste salieron”, ni las de la carta abierta al cardenal Gantin: “Nunca
quisimos pertenecer a este sistema que se califica a sí mismo de Iglesia
conciliar y que se define por el Novus Ordo Missae, el ecumenismo
indiferentista y la laicización de toda la sociedad. Sí, no tenemos parte
alguna, nullam partem habemus, con el panteón de religiones de Asís. No pedimos
nada mejor que ser declarados ex communione…”
80.
¿Pero hablar de una nueva Iglesia
es peligroso para la fe ?
No es peligroso, ¡es necesario
porque es la realidad !
« Es una nueva Iglesia que
surgió… ellos están obsesionados por la fidelidad a este concilio Vaticano II
que para ellos es la nueva Iglesia, es la Iglesia conciliar con sus
sacramentos, su fe, su culto, en fin, sus catecismos y todo, es espantoso,
espantoso. No podemos someternos a eso, imposible… ¿Entonces qué pediré, pediré
a los seminaristas prestar juramento de estar sometidos a la Iglesia conciliar?
No es posible. No, no, ahora es claro que nos enfrentamos a una nueva Iglesia,
una Iglesia que tiene doce años.” (Cospec 33B, 1976)
81.
Hoy en día, la Iglesia
conciliar tiene cincuenta años. ¿Nada ha cambiado en el fondo?
Sí, una cosa ha cambiado. Hoy en
día Monseñor Fellay, el superior de la Fraternidad fundada por Monseñor
Lefebvre quiere hacer creer a los fieles católicos que esta Iglesia conciliar
de cincuenta años es la misma realidad que la Iglesia católica, siendo que ésta
es la corrupción de aquella.
82.
¿Esto es inaceptable para
usted ?
No para mi. En sí es inaceptable.
Como fue inaceptable para todos aquellos que asistieron a las consagraciones y
que aplaudieron el anatema lanzado por Monseñor Lefebvre sobre el espíritu
conciliar.
“¿Cuál es esta verdad para ellos, si no la
verdad del Concilio Vaticano II, si no la verdad de esta Iglesia conciliar? Por lo tanto, queda
claro que para el Vaticano, la única verdad que existe hoy, es la verdad conciliar. Es el espíritu
del Concilio. Es el espíritu de Asís. He aquí la verdad de hoy. Y esto no lo
queremos por nada del mundo”. (Aplausos tupidos y largos) (Monseñor Lefebvre
30-6-1988)
83.
Para usted, ¿no hay que
moderar ni a Roma ni a Benedicto XVI ?
¡No para
mi ! Para Monseñor Lefebvre a quien yo apruebo. Para Monseñor Lefebvre se « abandona prácticamente el
combate de la fe” cuando dejamos de “atacar a Roma” (Fideliter, citado por
Monseñor de Galarreta, Albano, 7-10-2011)
84.
Bueno, si el jefe de la
Hermandad no está a la altura, ¿por lo menos Roma no intentará nada después de
la derrota sufrida y el rechazo de un acuerdo por parte de la Fraternidad?
Roma probablemente perdió una
batalla pero no la guerra. “Si ellos cortan con nosotros, una pausa en la
tensión constante que significan los contactos para la Fraternidad, sería
bienvenida y, a mis ojos, providencial. De todas maneras, conociéndolos, no tardarían
mucho en volver a hablar con nosotros”. (Monseñor de Galarreta, Albano,
7-10-2011)
85.
¿Esto es verdad ?
En efecto, no tardó. En diciembre
de 2012, Monseñor Di Noia dirigió una carta a todos los miembros de la
Fraternidad en vista a la “reconciliación”. Para esto, hay que “trascender los
desacuerdos aparentemente insalvables sobre la autoridad y la interpretación
del concilio” para “desear realmente la unidad”. Nos invitó a no perder el “celo
de nuestro Fundador”. Para eso, hay que dejar de “corregir públicamente a los
otros en la Iglesia” y no “usurpar la misión del Soberano Pontífice”. Entonces “el
carisma auténtico” de la Fraternidad, que consiste en “formar sacerdotes” será
útil a la Iglesia. Hay que abandonar nuestro “deseo de autonomía” y “buscar una
reconciliación”. “El único porvenir de la FSSPX, pretende él, se encuentra en
el camino de una plena comunión con la Santa Sede…”.
86.
¿Qué se debe pensar?
« El Vaticano II es el
destronamiento político de Nuestro Señor Jesucristo y la denegación de Sus
derechos sobre las sociedades. El Vaticano II es una benevolencia infinitamente
dañina y escandalosa para las almas respecto de estas sociedades, guardianas
del error y del vicio y proveedoras del infierno, llamadas impropiamente “otras
religiones”. El Vaticano II es un triunfo de la democracia en la Iglesia que
vuelve toda autoridad quimérica y todo mandamiento casi imposible, que permite
la proliferación de la herejía y del cisma. El Vaticano II es en realidad el
más grande desastre que se haya producido en la Iglesia… Para recuperarse, debe deshacerse de él. De
ninguna manera la Fraternidad podrá dejar su inmenso combate de confesión de la
fe que implica obligatoriamente denunciar el error. Ella debe permanecer
humilde y respetuosa pero intrépida, impávida, para continuar diciendo todo lo
que debe decir, confesando todo lo que debe confesar, denunciando todo lo que
debe denunciar. (Padre de Cacqueray, Suresnes, 31-12-2008).
87.
Pero puesto que Monseñor
Fellay declaró por tres veces no poder firmar, ¿por qué Roma siempre dice estar
esperando su respuesta y le da todavía más tiempo a la Fraternidad?
Porque Monseñor Fellay, a causa de
su falsa eclesiología y de la tentación perpetua de la adhesión, se rehúsa a
denunciar públicamente a Benedicto XVI como fautor de error. Él permanece fijo
en los documentos de Monseñor Lefebvre que dicen: “Nosotros aceptamos ser
reconocidos por el papa tal cual somos y de aportar nuestra colaboración para
renovar la Iglesia, nosotros nunca quisimos romper con el sucesor de Pedro…”
(Carta al cardenal Gagnon del 21-11-1987). Pero se niega a ver la evolución y
la conclusión de Monseñor Lefebvre después de 1988 que dijo que llegó demasiado
lejos en sus relaciones con Roma.
88.
La condición a la cual se
aferra Monseñor Fellay « que seamos reoconocidos tal cual somos » ¿es
por lo tanto ambigua?
Sí, porque ella es conciliable con
« la hermenéutica de la continuidad” y porque esta fórmula es una forma de
ecumenismo, mezclando en la misma estructura eclesial la verdad y el error.
89.
¿Cuándo terminará esta
crisis en la Fraternidad ?
La crisis terminará cuando Menzingen:
-abandone sus ambigüedades,
-llame a las cosas por su nombre ; a un modernista, modernista, aunque sea
papa ; a una Iglesia conciliar virtualmente cismática, como una Iglesia
virtualmente cismática, aunque favorezca la sotana y el rito que llaman “extraordinario”,
-cuando se decida a exigir públicamente las
condiciones establecidas por Monseñor Lefebvre.
90.
Para terminar, ¿qué pasará
con Roma ? Excomunión… se quedará igual… o un desbloqueo de la situación…?
(Monseñor Fellay, Ecône, 7-9-2012)
Monseñor Fellay ha dado la
respuesta : « yo diría: esperen un poco de todo”.
91.
¿Que quiere decir esto ?
Esto quiere decir que no hemos
salido de la zona de turbulencia doctrinal. La prueba es esta declaración de
Monseñor Fellay cuando se trata de beatificar a Paulo VI:
« Miren qué interesante,
durante este tiempo ¿quién ha sido el más opuesto a nuestro reconocimiento? Los
enemigos de la Iglesia. Puedo decir que utilizaremos este argumento en Roma,
para intentar hacerlos reflexionar… No tengo absolutamente idea de cuándo se
hará un acuerdo, y el término acuerdo no conviene, será un “reconocimiento/normalización”…
A pesar de todo lo que no está bien, hay esperanza y soy optimista en esta
situación… Yo digo que mirando la situación de la Iglesia, todavía es invierno
pero se comienzan a ver pequeñas cosas que, apareciendo, indican la venida de
la primavera”. (New Hamburg, 28-12-2012)
92.
¿Qué hacer ?
Seguir el consejo de un cofrade: cuando
se atraviesa una zona de turbulencia, se nos dice « abrochen sus
cinturones” pero “no lo ajuste”
93.
Usted es pesimista.
No. Realista. Nuestro superior ve
el diablo por todas partes actuando en la Fraternidad salvo en Menzingen. Es
incapaz de recuperar la causa. Como bien lo dijo un cofrade, aumentando las
persecuciones injustas de la Casa General (intimidaciones, moniciones,
mutaciones, retardando las ordenaciones, expulsiones de sacerdotes y de uno de
nuestros obispos):
“A fin de cuentas, establecieron
un gobierno autoritario, inclusive una verdadera tiranía en la
Fraternidad, para eliminar cualquier obstáculo que se oponga a sus planes de
entrega a la Roma modernista. Deliberadamente ignoraron las advertencias de
gente prudente que les aconsejaban de no firmar ningún acuerdo con la Roma
modernista. Atentaron contra la unidad y el bien común de la
Fraternidad al exponerla aun peligro de compromiso con los enemigos de la
Iglesia. Y, por último, ¡se contradicen ellos mismos, al afirmar lo
contrario de lo que ellos mismos decían hace unos años! Han pues traicionado el
legado de Monseñor Lefebvre, las responsabilidades de sus cargos, la confianza
de miles de personas e incluso de aquellos que, engañados por ellos, siguen
teniéndoles confianza. Han mostrado una voluntad determinada de llevar la
Fraternidad, a toda costa, a pactar con nuestros enemigos. Poco importa si los acuerdos con la
Iglesia conciliar no se han hecho hasta hoy, o no se hagan inmediatamente, o
nunca... un peligro grave subsiste para la Fraternidad
mientras ellos no se retracten de los falsos principios que guiaron sus
acciones destructoras”. (Padre Ortiz, diciembre 2012)
94.
¿Es su última palabra ?
No. A todo señor, todo honor. Dejaré
la última palabra a nuestro Superior General a pesar de todo el mal que ha
hecho.
« Habrá que esperar a que
Roma trate de hacernos entrar en la amalgama universalista, en donde terminará
por ofrecernos un lugar “entre los otros”, un poco como han ahora declarado a
los ortodoxos como Iglesia hermana. Se puede pensar bien que la tentación de
entrar en “la oficialidad” podrá ser grande, a proporción de los ofrecimientos
que la Roma ecumenista podrá hacernos; al rechazar entrar en este juego de
confusión, pasaremos por villanos malvados. Esto por ahora no es más que una
hipótesis…”
(Monseñor Fellay, Cor unum, marzo
1995)