En
una conferencia a sus seminaristas en septiembre de 1988, Monseñor Lefebvre
respondió a la objeción de aquellos que decían: “Usted solo habla de
antiliberalismo y de antimodernismo, usted es demasiado negativo…” Estas son
las palabras del prelado:
No nos dejemos
intimidar por estos epítetos que nos dan: “¡Ustedes son antiliberales! Todo lo
que se hace en el seminario, es antimodernismo!” No se dejen impresionar por
estas reflexiones que podrían ser hechas también a todas las encíclicas de los
papas anteriores al concilio y también a toda la fe de la Edad Media, a toda la
vida de la Edad Media, que era una vida de cristiandad, donde Nuestro Señor
reinaba en la sociedad.
Y
explicaba : Para ser médicos de almas, hay que conocer las enfermedades. La
salud, nosotros la conocemos: Son los principios de la fe. Pero hay que
comprender los errores que, hoy en día, se oponen a los principios de la fe, y
especialmente al error del liberalismo que está en la raíz de todos los errores
modernos. Hay que estar armados para defenderse y prevenir a las almas que nos
son confiadas. Por otra parte, la Iglesia siempre lo ha hecho así; desde el
origen, ella ha luchado contra los errores de los judaizantes y de los
gnósticos, luego contra los cátaros, los protestantes, los jansenistas, los “filósofos”
de las luces, el laicismo, etc.
Es muy importante, continúa Monseñor Lefebvre, y en esto, no hacemos más que seguir a los papas, todos los papas, que
han estudiado y condenado el liberalismo. Es asombroso, cuando se hace el
inventario, ver el número de encíclicas, desde los papas Pio VI, Pio VII y
hasta el papa Pio XII, el número de enseñanzas que tienen por objeto la
persecución de los errores.
Por
ejemplo, para tomar solo un aspecto del liberalismo, su instrumento principal,
la masonería. Entre los siglos XVIII y XX, como verdaderos pastores de almas,
los papas promulgaron alrededor de quince documentos contra las sectas
masónicas. La encíclica Humanum Genus
de León XIII es la más conocida. ¿No es esto significativo?
Estudiar
estos errores, es comprender lo que destruye la sociedad, lo que destruye las
almas, lo que destruye la Iglesia… Si no los conocemos, seremos católicos
incapaces de contener el mal. No comprenderemos el por qué la situación es tan
dramática en el mundo y en la Iglesia. No solamente seremos impotentes de
luchar eficazmente contra esta invasión, sino que nosotros mismos nos dejaremos
ganar. Es por eso, concluye Monseñor Lefebvre, que “es una necesidad absoluta estudiar el liberalismo, conocerlo bien”.
Muchos de los que nos
han abandonado para unirse a Roma (conciliar) –añadía- no comprendieron
justamente lo que es el liberalismo y cómo las autoridades romanas, desde el
concilio Vaticano II, están infestadas de estos errores. SI lo hubieran
comprendido, hubieran huido, la hubieran evitado, se hubieran quedado con
nosotros. Pero ellos no quieren creer en estos errores ¡Es grave! Porque al
acercarse a estas autoridades, uno se contamina forzosamente.
Estas autoridades
están imbuidas (…) de los principios del liberalismo: necesariamente, ellas actúan
de conformidad con su manera de pensar. Por consiguiente, cuando ellas
comienzan a tener relaciones con nosotros, ellas imponen estas ideas, puesto
que son las autoridades. Son las autoridades, nosotros somos los inferiores,
entonces ellas nos impondrán sus ideas. Mientras ellas no se deshagan de estos
errores, del liberalismo y del modernismo, no habrá medio de entenderse con
ellas.
¿Qué hacer?
¡Estudiar!
Estudiar la verdad, por supuesto, pero también los errores, y especialmente el
error actual del liberalismo, que los papas denunciaron con tanta insistencia
en sus grandes encíclicas desde hace 250 años. Existen libros sobre estos
temas, libros que todo católico debería tener en su biblioteca y que es
necesario leer atentamente, con pluma en mano, para comprender bien toda la
importancia.
Sin
querer ser exhaustivos, damos algunos títulos actualmente disponibles en las
buenas casas editoras (nota del blog: damos solamente los títulos disponibles en pdf en
español):
Sobre
el liberalismo:
El liberalismo es un pecado de Don SARDÁ Y SALVANI.
Soy yo, el acusado, quien tendría que juzgaros, de Monseñor LEFEBVRE.
Le destronaron,
Monseñor LEFEBVRE.
Sobre
Cristo Rey :
Para que Él reine, que era la obra de base de la antigua Ciudad Católica.
Sobre
el aspecto histórico del combate de la Iglesia contra sus enemigos, hay que
leer :
La conjuración anticristiana de Monseñor DELASSUS.
Sobre
la crisis en la Iglesia, hay que leer:
La Iglesia Ocupada, de J. PLONCARD D’ASSAC
El Rin desemboca en el Tíber,
de R. WILTGEN
Para
los que leen francés, les recomendamos la lectura de la revista Le Sel de la terre de los Dominicos de
Avrillé.
Monseñor
Lefebvre concluyó así su conferencia :
Debemos tener el afán
de informarnos, de leer, de trabajar. (…) Podemos comparar el liberalismo a un
sida –un sida espiritual- que destruye la defensa del organismo espiritual como
el sida destruye las defensas del organismo corporal: (…) el cuerpo ya no tiene
defensas, la enfermedad se propaga, y no hay manera de detenerla. Pues bien, el
sida espiritual es la misma cosa: este liberalismo es un verdadero sida que
destruye las defensas del reino de NSJC, que retira la convicción, que aniquila
las defensas contra los adversarios del reino de NSJC (…) Hace caer todas las
fortificaciones de la Iglesia contra sus enemigos, las demuele. La enfermedad
entra, ya no hay defensa, y se perece absolutamente. ¡No nos metamos con ellos
o contraeremos también su sida!