DAÑO INCESANTE – II
Además de argumentar que la
Declaración Doctrinal de mediados de Abril del año pasado fue rechazada por
Roma y por ende no tiene más interés, las personas que reclaman que no ha
habido cambio significante en la Fraternidad San Pío X también recurren a la
reciente Declaración del 27 de Junio de los tres obispos, la cual obviamente
fue designada para reasegurar a las personas que el bote salvavidas de la FSPX
permanece sin daños y todavía perfectamente en buen estado para navegar. Sin
embargo, las almas que no desean ahogarse necesitan estudiar esta segunda
Declaración con mayor detenimiento.
Es su 11 párrafo el que ha
devenido notorio. Breve, los obispos allí declaran que ellos tienen el
propósito de seguir a la Providencia en el futuro, sea que Roma retorna pronto
a la Tradición o que ella reconoce explícitamente el derecho y el deber de la
FSPX para oponerse en público a los errores Conciliares. Ahora bien esta “sea”
cláusula está fuera de cuestión porque nada menos que una intervención divina
va a hacer que los enemigos de Dios, firmemente establecidos en el Vaticano,
dejen de lado su Concilio. Llegamos a la “o” cláusula. ¿Qué pudieron los
obispos haber querido decir con Roma “explícitamente reconociendo” el “derecho
y el deber” de la FSPX de oponerse al Concilio?
El significado obvio es que
Roma concedería a la FSPX algún estatus oficial dentro de la Iglesia oficial o
alguna forma de regularización canónica. Cualquier tal reconocimiento es
obviamente lo que los líderes de la FSPX se han estado esforzando por obtener
desde que adoptaron las ideas del grupo de reflexión Parisino GREC, por
bastante más de 10 años. Pero cuando tales líderes en Abril del año pasado
aceptaron en gran parte los términos de Roma para tal reconocimiento, ellos
crearon tal tormenta de protesta dentro de la FSPX que se vieron forzados a
pretender que ellos no quieren ya más cualquier tal reconocimiento basado en
los términos de mediados de Abril. Entonces, ¿qué puede significar la “o”
cláusula del 27 de Junio?
A los pocos días, el Superior
del Distrito de Francia les planteó a los líderes exactamente esa pregunta. Se
le fue dicho que la “o” cláusula no acarrea necesariamente ningún
reconocimiento oficial, sino meramente la eventualidad de un débil pero
católico Papa que es, por una parte suficientemente católico como para
reconocer el “derecho y el deber” de la FSPX, etc., pero, por otra parte es
demasiado débil y está demasiado aislado dentro de Roma como para poder imponer
a los Romanos cualquier reconocimiento oficial, etc. Y parece al menos que el
Superior del Distrito se quedó contento con esta respuesta que él
inmediatamente transmitió a los Sacerdotes de su Distrito.
Bueno, ¡casi me da un soponcio!
Primero, ¿quien, simplemente leyendo el texto del 27 de Junio, pudo jamás haber
adivinado que esto era lo que los tres obispos tenían en la mente? Y, segundo,
¿qué hay en el texto del 27 de Junio que excluya una gama de otras
posibilidades que los obispos aceptarían en nombre de “seguir a la
Providencia”? Dado que el 17 de Junio el Obispo Fellay escribió a Benedicto XVI
que él continuaría haciendo todo lo que pudiera para proseguir una
reconciliación entre Roma y la FSPX, ¿qué cosa en el texto del 27 de Junio
excluye que los astutos Romanos eventualmente hagan a los obispos un
ofrecimiento de reconciliación tal que – siempre en el nombre de la
“Providencia”-- ellos no puedan rechazarlo?
Buena suerte para cualquiera
que acepta la interpretación de la cláusula “o” dada al Superior del Distrito
de Francia. Sin embargo muchos de nosotros permaneceremos no convencidos que el
liderazgo de la FSPX haya abandonado su loca ilusión de reconciliar los
irreconciliables. Hasta clara prueba de lo contrario, asumiremos que esos
líderes permanecen, aunque sea involuntariamente, en la intención de
transformar el bote salvavidas de la FSPX en un bote quitavidas. Y por
supuesto, cuando se ahoguen, ¡la culpa será toda del océano!
Kyrie eleison.