Card. Sarah
Riposte Catholique (extracto)
Después del cardenal Sarah, el cardenal Burke. En un artículo publicado por Osservatore Romano del pasado 12 de junio, y cuya traducción francesa integral fue publicada por L’Homme Nouveau del 4 de julio, el cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto divino, volvió al tema de la “reforma de la reforma”, que algunos –a veces con altos puestos- estiman obsoleta: “sería deseable que se insertara en el anexo de una futura edición del misal, el rito penitencial y el ofertorio del usus antiquior, con el fin de subrayar que las dos formas litúrgicas se iluminan, en continuidad y sin oposición".
Card. Burke
Aprovechando la ocasión, el cardenal Raymond Burke,
en una entrevista que le otorgó al P. Claude Barthe, declaró: “Estoy completamente de acuerdo con la idea de
recuperar las oraciones como las que son conservadas en el ofertorio de la
forma extraordinaria, porque ellas son muy expresivas del gran misterio
sacrificial celebrado. Todo en la misa debe atraer la atención sobre la acción
divina que se cumple en el altar, y estas oraciones lo hacen particularmente.
En un importante artículo del cardenal Sarah, Prefecto del Culto divino en el Osservatore Romano el 12 de junio, éste
escribe que sería deseable insertar el rito de la penitencia [quiere decir las
oraciones al pie del altar] y el ofertorio del usus antiquior como anexo de una futura edición del misal. A
propósito de las oraciones al pie del altar, el salmo utilizado, el 42 de la
Vulgata (“Me acercaré al altar de Dios, a Dios que es la alegría de mi
juventud”): era cantado por los sacerdotes antes de entrar en el Templo de
Jerusalén, vueltos hacia el altar: es por lo tanto una bella expresión de la
unidad de culto “en espíritu y en verdad” (Jn 4, 23) de la Antigua Alianza, el nuevo
culto completando y perfeccionando el antiguo”.
P. Bux
Nunca se insistirá demasiado en que la difusión de
la liturgia tridentina y la “reforma de la reforma”, cuyo objeto es el de
operar una transmutación del interior de la liturgia de Paulo VI, están
ligadas. Como dijo Nicola Bux: “No será más que por una mayor difusión de
la Misa antigua que este “contagio” de la antigua sobre el nuevo rito será
posible. Es por eso que reintroducir la Misa “clásica”, si ustedes me permiten
la expresión, puede constituir un factor de gran enriquecimiento. Por lo tanto
hay que poner en obra una celebración festiva regular de la Misa tradicional,
por lo menos en cada catedral del mundo, e incluso en cada parroquia”.
(Entrevista a Mons. Nicola Bux, Disputationes theologicæ, 28 abril 2010). «En
cada catedral del mundo…» dice Nicola Bux. Y Robert Sarah explica
justamente que el “contagio” podría ser favorecido: “Tal manera de hacer
[tornarse hacia el Oriente por la oración eucarística] podría oportunamente
implantarse en las catedrales donde la vida litúrgica debería ser ejemplar”.
¿Y QUÉ DICE MONS. FELLAY DE ESTA COMBINACIÓN DE LA MISA TRIDENTINA Y EL RITO BASTARDO?
PUES, COMO BUEN LIBERAL, LO MISMO QUE DICEN LOS LIBERALES SARAH, BURKE Y BUX:
"¿Qué piensa usted de la proposición del cardenal Sarah de introducir el ofertorio tradicional en la nueva misa?
PUES, COMO BUEN LIBERAL, LO MISMO QUE DICEN LOS LIBERALES SARAH, BURKE Y BUX:
"¿Qué piensa usted de la proposición del cardenal Sarah de introducir el ofertorio tradicional en la nueva misa?
Esta idea no es nueva, hace ya unos diez años que circula en Roma. Estoy feliz que sea retomada. Algunos critican esta proposición diciendo que sería mezclar lo sagrado con lo profano. Al contrario, en una perspectiva de saneamiento de la Iglesia, pienso que esto constituiría un gran progreso, porque el ofertorio es un resumen de los principios católicos de la misa, del sacrificio expiatorio ofrecido a la Santísima Trinidad, dirigido hacia Dios en reparación de los pecados por el sacerdote, acompañado de sus fieles. Y esto llevaría gradualmente a los fieles hacia la misa tradicional que perdieron" (entrevista de 27 de julio pasado).