Hemos traducido
este excelente documento de Sacerdos,
aparecido originalmente en AVEC L’IMMACULÉE y LA SAPINIÈRE. Lo hemos divido en
varias partes para facilidad de lectura.
Muchas cosas han sido dichas y
escritas desde hace más de un año sobre la Declaración
Doctrinal (DD) presentada a Roma por Monseñor Fellay el 15 de abril de 2012
en nombre de la FSSPX.
Sin embargo, nos parece que
sería bueno hacer un estudio
detallado del texto mismo y
de las circunstancias que lo
rodearon. Nosotros lo compararemos igualmente con otros documentos similares.
El estudio de este documento
controversial no pretende ser exhaustivo. El único objetivo es el de contribuir
a la búsqueda de la verdad y de abrir un
debate a la vez franco y directo sobre las consecuencias de este texto.
Además, este estudio se ha
vuelto necesario a fin de responder
a todos aquellos que en estos últimos tiempos han tomado la defensa de esta Declaración: no
solamente Monseñor Fellay sino también eclesiásticos y laicos.
Con el fin de comprender la
evolución de las circunstancias que rodearon a la redacción de la Declaración Doctrinal (DD), dividiremos
nuestro estudio en tres partes:
-PRIMERA PARTE: ANTES DE LA DECLARACIÓN;
-SEGUNDA
PARTE: ANÁLISIS DE LA DECLARACIÓN;
-TERCERA
PARTE: RESPUESTAS A LAS OBJECIONES.
La Primera parte no debe ser desatendida, porque sirve para situar las
diferentes etapas por las cuales
Monseñor Fellay pasó antes de redactar su Declaración
doctrinal.
La Segunda Parte, más larga, analizará la Declaración y las circunstancias que la precedieron inmediatamente.
La Tercera parte, tratará sobre todo de responder a los argumentos de aquellos que defienden la Declaración
y las actuaciones de Monseñor Fellay en estos últimos tiempos.
PRIMERA
PARTE :
ANTES DE LA DECLARACIÓN DOCTRINAL (DD)
I.
POR QUÉ HABLAR DE ESTO
La reciente publicación del Preámbulo Doctrinal (o Declaración
Doctrinal) firmado por Monseñor Fellay y presentado al Cardenal el 15 de abril de 2012, continúa
suscitando una gran controversia
entre los sacerdotes y fieles de la FSSPX así como en el mundo tradicional.
Algunos toman la defensa de Monseñor Fellay e intentan
demostrar que este Preámbulo es “ortodoxo” y que, como prueba, Roma lo rechazó
el 13 de junio de 2012. En cualquier caso, dicen ellos, Monseñor Fellay lo retiró y además prometió no volver a
referirse a este documento para futuras conversaciones con Roma. (cf. Respuestas a las objeciones)
Pero otros afirman que, al
contrario, después de un estudio atento al mismo documento, se descubre un cambio grave en las posiciones doctrinales
que Monseñor Lefebvre, la Fraternidad (y Monseñor Fellay anteriormente) han
tenido respecto al concilio Vaticano II,
de la nueva misa y del nuevo código de derecho canónico.
Es
muy importante lo que está en juego, porque este documento
doctrinal estaba considerado para expresar
la posición oficial de la FSSPX vis a vis de las novedades conciliares,
antes de avanzar hacia un posible acuerdo
práctico con la iglesia oficial, como fue prometido por Roma y deseado por
Monseñor Fellay.
Es por eso que durante la
redacción de este documento, cada
palabra debía ser cuidadosamente
pesada para estar conforme a la Teología Católica de siempre. Además, este
documento debía corresponder a la
realidad de la situación de
crisis que vive la Iglesia desde hace 50 años y sus posibles soluciones.
Hay que recordar que desde hace
24 años, la Fraternidad no había
sometido a Roma un documento de tanta importancia, un documento teniendo el
status de fundamento doctrinal para
una regularización canónica.
En efecto, desde el 5 de mayo de 1988, fecha en la cual
Monseñor Lefebvre firmó el Protocolo de
acuerdo del Cardenal Ratzinger y retractándose al día siguiente, la
Fraternidad jamás había estado tan cerca
de lograr un acuerdo doctrinal y práctico de consecuencias incalculables,
acuerdo que comprometería todo su futuro para continuar trabajando o no en
la condenación de los errores modernos, en la defensa de la Tradición y en la
restauración de la Iglesia.
Los sacerdotes sobre todo no deben dejar de estudiar las cuestiones doctrinales unidas a este
documento, por pereza intelectual o bajo pretexto de que solamente lo
“pastoral” cuenta. Sabemos cómo estas mismas
actitudes llevaron desgraciadamente, después del concilio, a la mayoría de
los sacerdotes y obispos a aceptar, lenta pero seguramente, los errores conciliares. Por lo tanto,
no hay que repetir los mismos reflejos y
los mismos errores…
Quisiera sobre todo invitar a
mis cofrades de la FSSPX que están sea perplejos,
sea desorientados, sea incluso favorables a este documento, a
interesarse en este problema serio,
porque de eso dependerá que conservemos los principios mantenidos siempre por
Monseñor Lefebvre e incluso por Monseñor Fellay no hace mucho tiempo.
Nuestro combate, en las circunstancias concretas en que
vivimos, exige que nosotros defendamos por principio la pureza de la doctrina si queremos ser fieles a nuestro deber
sacerdotal y producir frutos espirituales en las almas.
La defensa de la doctrina
demanda también la refutación y el
combate de los errores modernos, que asolan a la Iglesia desde hace más de
50 años, sin que pequemos por omisión.
Lo
que está en juego principalmente es esto: si la continuación de
nuestro combate por la Tradición está comprometido por los textos oficiales ambiguos, firmados por nuestros
superiores, si el bien común de la
Fraternidad estará en peligro por la traición
de la verdad y por un compromiso grave con las autoridades conciliares.
Continuará...