DEBATE VIVAZ
El problema de la autoridad
mutilada (ver estos “Comentarios” del 1º y 29 de Junio) está provocando
algunas reacciones vivaces entre los lectores. Por un lado, católicos valientes
me dicen que yo SOY un obispo y por consiguiente debo ACTUAR como un obispo,
poniéndome al comando del movimiento de “Resistencia”. Por otro lado, un
sacerdote valiente con larga experiencia en el “sedevacantismo” me advierte no
desencadenar iglesias paralelas consagrando aún más obispos, excepto en el caso
de Guerra Mundial, persecución física o vejez paralítica (bueno, existen
aquellos que alegarían que esto último ya ha sobrevenido...).
Por supuesto, el problema se
remonta al Vaticano II, cuando al aterrizar en el fondo final de un deslizadero
que duró 700 años, los oficiales de iglesia Conciliares abandonaron la Doctrina
católica y así divorciaron la Verdad Católica de la Autoridad Católica. Este
divorcio desacreditó de tal manera la autoridad oficial de la Iglesia que almas
como las mencionadas arriba ya no ven más la necesidad de tal autoridad. Pero,
la autoridad central de la Iglesia es, dados la diversidad natural y el pecado
original de toda la humanidad, absolutamente necesaria para asegurar la unidad
de la Iglesia (y con eso su supervivencia) no solamente en la Verdad sino
también en los sacramentos y en el gobierno de la Iglesia.
Es por ello que un obispo o un
sacerdote necesita no solamente el poder sacramental de su Orden Sagrado ,
poder que él nunca puede perder por toda la eternidad, sino también el poder de
jurisdicción, el cual es el poder de decir (dictio) el derecho, o lo que es
justo (ius, iuris). Este segundo poder no viene con su Orden Sagrado y él no se
lo puede otorgar a sí mismo, solamente puede recibirlo de arriba, de un
Superior de la Iglesia, en última instancia del Papa, y el Papa de Dios. Por
consiguiente cuando almas valientes me dicen que yo SOY un obispo (por mi Orden
Sagrado) y entonces soy un delincuente si yo no ACTÚO como tal, diciéndole
(dictio) a la “Resistencia” qué hacer (ius), lo más probable es que ellos están
confundiendo los dos poderes diferentes del obispo.
Sin embargo, ellos pueden
instintivamente estar encontrando otra doctrina de la Iglesia como del sentido
común, a saber la de jurisdicción supletoria: en una emergencia donde por cualquier
razón los Superiores no están proveyendo de la necesaria jurisdicción para la
salvación de las almas, la Iglesia la suple. Por ejemplo, un sacerdote puede no
tener la jurisdicción que es normalmente necesaria para escuchar Confesiones,
pero si un penitente le pide escuchar su Confesión, entonces, en caso de
necesidad, el sacerdote puede escucharla y el sacramento será válido. Ahora,
cierto y seguro, la vasta emergencia creada en la Iglesia por el Vaticano II,
ha sido aún agravada más por la Declaración Doctrinal de mediados de Abril del
CG de la FSPX, lo cual es prueba documentaria del desmoronamiento de la última
fortaleza en pie de la verdadera Fe.
Pero, la jurisdicción
supletoria tiene una debilidad porque, no siendo oficial, está mucho más expuesta
a la disputa. Por ejemplo, la Roma Conciliar niega que exista tal cosa como una
emergencia de la Iglesia creada por el Vaticano II, y ejerce la presión
correspondiente, toda bien exitosa, sobre la Fraternidad San Pío X para que
ésta se someta a sí misma a la autoridad Conciliar. Tal es la necesidad de la
autoridad para ser oficial. Incluso el Arzobispo Lefebvre perdió tal vez un
cuarto de los sacerdotes que él ordenó porque no tenía el poder de pararlos
cuando simplemente se alejaban. Tal es esta increíble crisis de la Iglesia.
Así, si un sacerdote o laico me pide darle comandos, puede él mismo disputarlos
unos meses más tarde o tan pronto como él recibe lo que él considera ser un
comando que él no precisa obedecer.
Pero la crisis permanece real y
no hará otro que empeorar hasta que Dios intervenga para traer al Papa a sus
sentidos católicos, lo cual Dios hará cuando suficientes católicos Le estén
implorando que abra los ojos del Papa. Entre ahora y entonces, la emergencia
siempre peor está configurada más y más para fortificar la autoridad no
oficial, pero que Dios Todopoderoso nos ayude a evitar toda innecesaria
anarquía.
Kyrie eleison.