Más y más ambigüedad. Ahora la FSSPX publica un artículo titulado "¿Firmar
o no firmar la Corrección filial?", en
el que la Fraternidad se limita a dar la palabra a dos clérigos liberales de ¨línea media”:
los Padres Blake y Bux.
El P. Ray Blake es un “conservador” inglés projudío que, según él mismo confiesa, no se
atrevió a firmar la Correctio por temor a represalias. Un liberal moderado que
sí se atreve a escribir esto, en su blog, el 4 de octubre, hablando sobre la misma
Correctio: "Una de las agencias de
noticias 'semioficiales', Rome Reports (...) afirmó que los firmantes
'rechazaron el Vaticano Segundo'. Aunque tengo dificultad para interpretar el
significado real de ciertos pasajes ambiguos, yo podría haber estado inclinado
a firmar la Correctio precisamente porque acepto el Vaticano II. No estoy
seguro de si es prudente que esté ahí el nombre del obispo Fellay, pero
personalmente me alegra que así sea; es más: él dice que acepta el 98% del
Consejo, que es probablemente mucho más que su prelado medio tanto en Roma como
en las periferias."
El P. Nicola Bux, por su parte, es otro sacerdote “liberal de
derecha” muy cercano a Benedicto XVII, que es o ha sido consultor de la
Congregación para la Doctrina de la Fe y de otros dicasterios romanos. Ferviente
partidario del acuerdo traidor entre la FSSPX y Roma, escribió en marzo de 2012
una carta
melosa por la que animaba a Mons. Fellay a dar el paso suicida: “Venid con seguridad a Roma, a la
casa del Padre común, que nos has sido dado como perpetuo y visible principio y
fundamento de la unidad católica. Venid a participar de este bendito futuro,
del cual, aún en medio de persistentes tinieblas, ya se ve el amanecer. Vuestro
rechazo aumentaría el espacio de las tinieblas, no el de la luz."
¿Firmar o no firmar la Corrección filial?
La Corrección
filial dirigida, el 24 de septiembre de 2017, al papa
Francisco, respecto a los pasajes heterodoxos de Amoris laetitia, cuenta hasta hoy con 235 firmas de clérigos y
universitarios laicos. Los primeros 62 signatarios hicieron saber, desde el
principio, que ellos representaban “igualmente a otras personas que no tienen
la libertad de expresión necesaria para firmar».
Esto es lo que confiesa con toda humildad en su blog, el 28 de
septiembre, el Padre Ray Blake de Brighton (Reino Unido), que firmó la Carta de
los 45 teólogos al cardenal Angelo Sodano en 2016, y que renunció a firmar la
Corrección filial en 2017: «Se me pidió firmar la Corrección filial. Yo firmé
el año pasado la carta de los 45 universitarios y pastores, y casi
inmediatamente encontré el automóvil del cardenal Nichols (arzobispo de Westminster,
NDLR) estacionado en mi jardín para informarme de su disgusto, el cual era
bastante ligero en comparación de la suerte de los otros signatarios laicos que
fueron despedidos de sus empleos en instituciones católicas, siendo el más
prestigioso de ellos el Dr. Josef Seifert. Lo admito, tengo miedo de firmar y
conozco a otros sacerdotes que comparten mi temor. Muchos de los que hubieran
podido firmar tienen, en el curso de los últimos cuatro años, un cierto temor
respecto a su posición en la Iglesia. (…)
«El clima es malo en toda la Iglesia, en Roma es positivamente tóxico.
Bajo Francisco, el Vaticano se ha convertido en un lugar de miedo y de opresión
arbitraria, como lo atestigua la evicción del cardenal Muller por el papa, y
anteriormente el despido de dos sacerdotes de la Congregación de la fe, y entre
los laicos, Libero Milone, antiguo Verificador general de las cuentas, y muchos
otros. No es solamente en teología que 2+2 = 5 o no importa cuál cifra elegida
por el papa ese día, esto se extiende a la moralidad y a la decencia humana
ordinaria, y esto es finalmente un ataque grave contra la racionalidad de la fe
católica y el rigor intelectual. (…) La Iglesia de Jesucristo no es una
multitud, el gran defecto del papa Francisco es que en lugar de reunir el
rebaño, lo dispersa, enviando a muchos al desierto, o a la confusión y el
miedo”.
Junto a aquellos que no tuvieron la libertad de firmar la Corrección
filial, están también los que, sin firmarla, le aportan su apoyo intelectual y
moral, como Mons. Nicola Bux, sacerdote italiano muy cercano a Benedicto XVI,
quien concedió una entrevista, el 5 de octubre de 2017, al sitio italiano La Fede Quotidiana, retomada al día
siguiente en forma de resumen por Maike Hickson en el sitio americano
OnePeterFive:
«Don Bux subraya que “el derecho canónico reconoce que los fieles tienen
el derecho -y a veces incluso el deber- de expresar sus pensamientos a los
pastores por el bien de la Iglesia”. Los “mismos pastores no son infalibles”,
agregó. Los fieles están obligados a obedecer al papa cuando enseña “de manera
definitiva” una doctrina de fe o de moral, dijo Don Bux. La misma obligación se
aplica a los documentos no falibles, es decir, “a los actos del papa que aspira
a volver más claros ciertos aspectos de la fe y de la moral reveladas por
Dios”. Sin embargo, precisa, no se debe obedecer cuando los pastores, y sobre
todo el papa, en lugar de reforzarla, debilita la fe de los cristianos con sus
pensamientos personales, por sus palabras o sus acciones”. Don Bux parece hacer
aquí una referencia indirecta a la Corrección filial que cita explícitamente no
solamente a la misma Amoris Laetitia ,
sino que igualmente concierne a las palabras y acciones del papa fuera de este
documento oficial.
«Don Bux declara entonces muy claramente que, en el caso de
debilitamiento de la fe, los cristianos “deben expresar (al papa) su oposición
con el respeto que le es debido. La autoridad del papa en la Iglesia no debe
ser falsamente confundida con un poder absoluto”. El sacerdote italiano espera
que las dos proposiciones del cardenal Gerhard Muller y del cardenal Pietro Parolin
para una discusión más profunda sobre estas cuestiones, serán tomadas en
cuenta.
«Si bien el mismo Don Bux no es “un teólogo moralista” él precisa sin
embargo que los numerosos llamados, declaraciones y dubia respecto a Amoris lætitia indican que “una aclaración es necesaria”. “Se encuentran no
solamente errores teológicos y ambigüedades, sino también errores de naturaleza
filosófica y lógica”, explica. (Ciertas de las ambigüedades y errores
filosóficos y lógicos de Amoris lætitia han sido bastante bien señalados y sin cesar explicados por
el Profesor Josef Seifert).
«Don Bux caracteriza la reacción desfavorable a la crítica de Amoris lætitia como “un debate impertinente, porque no se quiere responder a los
argumentos de fondo”. Amoris lætitia causa mucha
confusión en cuanto a su aplicación, notablemente en el caso de las personas
divorciadas y vueltas a casar y de su acceso a la santa comunión.
«A escuchar y a leer por todos, Don Bux insiste sobre el hecho de que el
papa tiene “el deber de preservar la fe tal cual ha sido confiada a la Iglesia”
y que debe “proclamarla de suerte que, en nuestros días, la gente pueda
convertirse a Cristo y no permanecer incrédula”. El pastor italiano nos
recuerda igualmente que la misión última de la jerarquía católica no es el
resolver “problemas políticos”, sino más bien “proclamar el Evangelio y
administrar los sacramentos”. La misión del sacerdote católico es “honrar a
Dios y salvar almas”. Como lo dijo Don Bux: “Jesucristo vino al mundo para
salvar las almas del pecado y conducirlas a Dios Padre”. Así, él rechaza la
idea de una Iglesia “en la cual todo el mundo, sin convertirse necesariamente a
Jesucristo e independientemente del Decálogo, continúa a vivir como quiere”.
«Don Bux reconoce que “la Iglesia se encuentra ahora en gran confusión” y
-según las palabras del Profesor Ernesto Galli Della Loggia (historiador,
editorialista en Corriere della Sera. NDLR): “que ella entre en concurrencia con la ONU, la FAO
(Organización para la alimentación y la agricultura)” que no son para nada
católicas. Don Bux concluye esta excelente entrevista con estas palabras:
“Jesús dijo que de nada le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su
alma” (Cf. Marcos 8, 36).”