Voz de Fátima, Voz de Dios - nº 27
19 de agosto de 2017
“Vox túrturis audita est in terra nostra”
(Cant. II, 12)
Sobre el “ralliement”
Traducir la palabra “ralliement” no es cosa fácil.
Esta palabra está, en lengua francesa, ligada a los acontecimientos del siglo
XIX, cuando León XIII aconsejó e incluso exhortó a los católicos franceses a
aceptar cooperar con el gobierno republicano e intentar regenerar la república
francesa desde dentro, haciendo aprobar leyes justas.
El resultado fue desastroso, pues eso era lo que la
Masonería deseaba de los católicos. Que ellos aceptaran la forma republicana y
trabajaran con los republicanos, o sea, en el caso concreto de Francia, que
trabajaran bajo la autoridad de los enemigos de la Iglesia.
Los católicos no consiguieron cambiar las leyes, y
una verdadera persecución religiosa se instaló en Francia y aniquiló las obras
de educación y de caridad ejercidas por los religiosos y las religiosas, los
cuales fueron expulsados del país.
Hoy, el término "ralliement" se utiliza
para designar a los que se acercan a la Roma neomodernista y neoprotestante
para colaborar con ella poniéndose bajo su autoridad.
Mons. Lefebvre decía que era necesario mantenerse
lejos de tales autoridades porque ellas tienen el sida espiritual, están
tomadas por estos errores y herejías que contagian a los que se acercan a
ellos.
Por esta razón nosotros no queremos seguir a Mons.
Fellay en su “ralliement”. “Ralliement” sin firma de acuerdo, pero
"ralliement" a pesar de todo; un "ralliement" por etapas.
Conservemos la posición de Mons. Lefebvre, que
decía: “La excomunión nos protege”. Sí, por más sorprendente que esto pueda
parecer, la excomunión, es decir, no estar en comunión con los neomodernistas y
neoprotestantes, nos protege. ¿De quién nos protege? Del modernismo y del
protestantismo.
Nuestra Señora de Fátima, convierte a los
neomodernistas y neoprotestantes y presérvanos de los errores modernos.
+ Tomás de Aquino OSB
U.I.O.G.D.