Puso el Señor en María la
plenitud de todos los bienes y, por lo tanto, si tenemos alguna gracia y alguna
esperanza, si alguna seguridad tenemos de salvación eterna, podemos confesar
que todo nos viene de Ella, pues está rebosando delicias divinas, Huerto de
delicias es su Alma y de allí corren y se esparcen suaves aromas, es decir, los
carismas de todas las gracias. San Bernardo.
ÚNASE A LOS CRUZADOS DEL CORAZÓN INMACULADO AQUÍ.