Estimados fieles: aunque la situación es terrible, tengamos confianza porque la victoria absoluta de Cristo es cierta, indudable, inevitable: es una verdad revelada por el mismo Dios. Nosotros hagamos nuestra parte: “a los soldados toca combatir y a Dios dar la victoria”, decía Santa Juana de Arco: nuestro deber es combatir hasta el final, y para eso contamos con las armas invencibles de Dios: la fe íntegra, el santo Sacrificio de la Misa y el Santo Rosario. "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo". P. René Trincado.
UNASE A LOS CRUZADOS DEL CORAZÓN INMACULADO AQUÍ.