Cardenal Pie I
El Cardenal Pie
(1815–1880) fue un gran hombre de Iglesia de la Francia del siglo 19no, uno de
los grandes defensores de la Fe contra ese liberalismo que estaba devorando al
mundo desde la Revolución Francesa (1789) en adelante. El Papa San Pío X
mantenía sus obras en la cabecera de su cama y los leía constantemente. Sin
duda, el profundo asimiento que el Cardenal tenía de las ideas claves que
conducen el mundo moderno, jugó un papel primordial en permitir que San Pío X
obtuviera una remisión temporaria de 50 años, digamos desde 1907 hasta 1958,
para la desahuciada Iglesia Católica.
¿Desahuciada? ¡Pero la
Iglesia Católica no puede ser desahuciada! Cierto, por la protección de Dios
durará hasta el fin del mundo (Mt.XXVIII,20), pero al mismo tiempo sabemos por
la palabra de Dios que para ese entonces la Fe escasamente será encontrada en
la tierra (Lc.XVIII,8) y que se le habrá dado a las fuerzas del mal el vencer a
los Santos (Apoc.XIII,7). Estas son dos citas importantes para tener presente
en el 2014 porque todo alrededor nuestro hoy en día nos dice que los seguidores
de Cristo deben estar preparados para una aparente derrota tras la otra, por
ejemplo la caída de la Fraternidad San Pío X. Aquí está lo que el Cardenal Pie
escribió sobre esta cuestión, ¡hace cómo 150 años!
“Luchemos, esperanzado
contra toda esperanza, es lo que deseo decirles a todos los Cristianos
pusilánimes, esclavos de la popularidad, adoradores del éxito y turbados por el
menor avance del mal. Dado como ellos se sienten, por favor Dios que se les
exima de las agonías del juicio final del mundo. ¿Es ese juicio cercano o está
aún en la lontananza? Nadie lo sabe y no me aventuraré a anticipar una
adivinanza. Pero una cosa es cierta, a saber, que lo más cercano que estemos al
fin del mundo, lo más y más será que hombres malvados y engañosos ganarán
ventaja. La Fe apenas se encontrará en la tierra, lo cual significa que habrá
casi completamente desaparecido de las instituciones terrenales. Los propios
creyentes apenas se atreverán a profesar su creencia en público o en la
sociedad.
“La división,
separación y el divorcio de los Estados con respecto a Dios que para San Pablo
era una señal profetizando el final, avanzará día a día. La Iglesia, aún
permaneciendo siempre como una sociedad visible, estará más y más reducida a
las dimensiones del individuo y del hogar. Cuando Ella principió dijo que Ella
estaba encerrada y requirió siempre más espacio para respirar, pero a medida
que Ella se aproxima a su fin en la tierra, así Ella tendrá que pelear una
acción de retaguardia cada centímetro del camino, estando rodeada y cercada por
todos los lados. Cuanto más Ella se desplegó en épocas previas, mayor será el
esfuerzo que se haga ahora para cercenarla en tamaño. Finalmente, la Iglesia
sufrirá lo que parece una verdadera derrota y a la Bestia le será dado el hacer
la guerra a los Santos y vencerlos. La insolencia del mal estará en
su máximo”.
Estas son palabras
proféticas que día a día se vuelven más verídicas, para nada agradables de
admitir, pero ancladas en la Escritura. Un sabio Anglicano (el Obispo Butler)
dijo en el siglo 18vo, “Las cosas son lo que son. Sus consecuencias serán lo
que serán. ¿Por qué entonces buscaríamos engañarnos a nosotros mismos?” Noten
especialmente como el Cardenal prevé la imposibilidad de defender la Fe a una
escala mayor que no sea simplemente la del hogar. No todos concuerdan en que
hemos ya llegado a ese punto en el 2014. Yo quisiera desear que estén en lo
correcto, pero todavía debo ser persuadido que con gente desintegrada uno puede
hacer una sociedad integrada. Contrasta con nosotros, ciudadanos democráticos
de hoy en día, el centurión romano en el Evangelio que comprendió la cadena de
mando y reconoció como del todo natural la autoridad de Nuestro Señor
(Mt.VIII,5–18) – ¡Cómo lo alabó Nuestro Señor!
Paciencia. Vean la
próxima semana como el Cardenal mismo reaccionó a lo que él preveía. ¡No creía
por nada en la derrota!
Kyrie eleison.