Silenciando
a los mensajeros: El Padre Fuentes (1959 - 1965)
El
26 de diciembre de 1957, el Padre Agustín Fuentes, quien se estaba documentando
para iniciar la postulación de las causas de beatificación de Francisco y
Jacinta Marto, se entrevistó con la Hermana Lucía en su convento de Coimbra,
Portugal. Allí pudo conversar con la vidente de Fátima con todo detalle. De
regreso a su México natal, dio una conferencia sobre la entrevista, en la que
relató las palabras de la Hermana Lucía.
El
Padre Alonso, archivista oficial de Fátima durante 16 años, subrayó que el
relato de esa conferencia fue publicado “con toda garantía de autenticidad y
con la debida aprobación episcopal, incluida la del Obispo de Fátima”. El Padre
Fuentes afirmó que el mensaje vino “de los propios labios de la vidente
principal”. Fuentes: Este relato ha sido documentado con todo detalle por el
Hermano Michel de la Sainte Trinité en el Volumen III de su serie Toute la
Verité sur Fatima [“Toda la verdad sobre Fátima”]. El texto siguiente es
traducción de la publicación en la revista The Fatima Crusader, tomado desde la
misma obra en su versión inglesa (The Whole Truth about Fatima, Vol. III -The
Third Secret-, pp. 336-338). Los subtítulos han sido agregados para su mayor
comodidad.
El
relato del Padre Fuentes “Yo deseo solamente contar a ustedes
de la última conversación que tuve con la Hermana Lucía el 26 de diciembre del
año pasado. Me reuní con ella en su convento. Estaba muy triste, muy pálida y
demacrada. Me dijo, “Nadie ha prestado ninguna atención” “Padre, la Santísima
Virgen está muy triste porque nadie ha prestado ninguna atención a Su Mensaje,
ni los buenos ni los malos. Los buenos continúan su camino, pero sin dar
ninguna importancia a Su Mensaje. Los malos, no viendo realmente caer el
castigo de Dios sobre ellos, continúan su vida de pecado sin atender siquiera
el Mensaje. Pero créame, Padre, Dios castigará al mundo y eso será de una
manera terrible. El castigo del Cielo es inminente.”
El
Secreto no revelado
“Padre, ¿cuanto tiempo hay antes de que llegue
1960? Será muy triste para todos, ninguna persona se alegrará de nada si antes
el mundo no reza y hace penitencia. No puedo dar ningún otro detalle, porque
esto es todavía un secreto. De acuerdo a la voluntad de la Santísima Virgen,
solo al Santo Padre y al Obispo de Leiria les está permitido conocer el
secreto, pero ellos han elegido no saberlo, para no ser influenciados. Es la
tercera parte del Mensaje de Nuestra Señora, la que permanecerá secreta hasta
1960.”
Rusia,
el flagelo de Dios
“Dígales,
Padre, que muchas veces la Santísima Virgen dijo a mis primos Francisco y
Jacinta, tanto como a mi, que muchas naciones desaparecerán de la faz de la
tierra. Ella dijo que Rusia será el instrumento de castigo elegido por el Cielo
para castigar al mundo entero si antes nosotros no obtenemos la conversión de
esa pobre nación.”
“La
batalla decisiva” entre María y Satán: la apostasía de las almas consagradas y
de los sacerdotes
La
Hermana Lucía también me dijo: “Padre, el diablo está obstinado en emprender
una batalla decisiva contra la Santísima Virgen. Y el diablo sabe qué es lo que
más ofende a Dios, y lo que ganará para él en el más corto plazo de tiempo el
mayor número de almas. Así, el diablo hace todo lo posible para vencer a las
almas consagradas a Dios, porque de esa forma, logrará dejar abandonadas de sus
guías las almas de los fieles; con ésto se apoderará de ellas aún más
fácilmente.” “Lo que aflige al Inmaculado Corazón de María y al Corazón de
Jesús es la caída de las almas religiosas y sacerdotales. El diablo sabe que
los religiosos y sacerdotes que apostatan de su hermosa vocación, arrastran
numerosas almas al infierno... El diablo quiere tomar posesión de las almas consagradas.
Trata de corromperlas, para adormecer las almas de los laicos y llevarlas así a
la impenitencia final. El emplea todos los trucos, yendo incluso tan lejos como
para sugerir demorar la entrada en la vida religiosa. Resultado de esto es la
esterilidad de la vida interior, y entre los laicos, frialdad (falta de
entusiasmo) en la renuncia a los placeres y a la dedicación total de si mismos
a Dios.”
Lo
que santificó a Jacinta y a Francisco
“Dígales
también, Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se sacrificaron, porque en
todas las apariciones de la Santísima Virgen María, siempre La vieron muy
triste. Ella nunca nos sonrió. Esa tristeza, esa angustia que notamos en Ella,
penetró nuestras almas. Esa tristeza es causada por las ofensas contra Dios y los
castigos que amenazan a los pecadores. Y así, nosotros, niños, no supimos que
pensar, excepto inventar diversos medios de rezar y hacer sacrificios.” “La
otra cosa que santificó a esos niños fue ver la visión del Infierno.”
La misión de la Hermana Lucía
“Padre,
es por ello que mi misión no es indicar al mundo los castigos materiales que
ciertamente vendrán si el mundo no reza y hace penitencia antes. ¡No! Mi misión
es indicar a todos el peligro inminente en que estamos de perder nuestras almas
por toda la eternidad si permanecemos obstinados en el pecado.”
La
urgencia de la conversión
La
Hermana Lucía me dijo también: “Padre, no debemos esperar un llamado al mundo
que venga de Roma, de parte del Santo Padre, para hacer penitencia. Ni debemos
esperar que el llamado a penitencia venga de los Obispos de nuestras diócesis,
ni de las congregaciones religiosas. ¡No! Nuestro Señor ya ha usado muy a
menudo esos medios y el mundo no ha prestado atención. Por eso ahora es
necesario a cada uno de nosotros comenzar a reformarnos espiritualmente. Cada
persona debe, no solamente salvar su propia alma, sino también ayudar a salvar
todas las almas que Dios ha puesto en su camino.” “El diablo hace cuanto está
en su poder para distraernos y quitarnos el amor por la oración; seremos
salvados juntos o seremos condenados juntos.”
Los
últimos tiempos
“Padre,
la Santísima Virgen no me dijo que estamos en los últimos tiempos del mundo,
pero Ella me lo hizo comprender por tres razones.
La
batalla final
“La
primera razón es porque Ella me dijo que el diablo está empeñado en una batalla
decisiva contra la Virgen. Y una batalla decisiva es la batalla final, donde un
bando será victorioso y el otro sufrirá la derrota. Por lo tanto, de ahora en
adelante debemos elegir los bandos. O estamos con Dios o estamos con el diablo.
No hay otra posibilidad.”
Los
últimos remedios
“La segunda razón es porque Ella dijo a mis
primos y a mi misma, que Dios está dando los dos últimos remedios al Mundo.
Estos son: el Santo Rosario y la Devoción al Inmaculado Corazón de María. Estos
son los dos últimos remedios, lo cual significa que no habrá otros.”
El
pecado contra el Espíritu Santo
“La
tercera razón es porque en los planes de la Divina Providencia, Dios siempre,
antes de castigar al Mundo, agota todos los otros remedios. Entonces, cuando ve
que el Mundo no presta atención a pesar de todo, como decimos en nuestra
imperfecta manera de hablar, El nos ofrece con una ‘cierta inquietud’ el último
medio de salvación, Su Santísima Madre. Y es con una cierta inquietud, porque
si nosotros despreciamos y rechazamos estos últimos medios, no tendremos ningún
otro perdón del Cielo, porque habremos cometido un pecado que el Evangelio
llama ‘el pecado contra el Espíritu Santo’. Ese pecado consiste en rechazar
abiertamente, con todo conocimiento y consentimiento, la salvación que El
ofrece. Recordemos que Jesucristo es un muy buen Hijo, y que El no permite que
ofendamos y despreciemos a Su Santísima Madre. Debemos tener en cuenta, que a
través de muchos siglos de la historia de la Iglesia, los obvios testimonios
demuestran, por los castigos terribles que han acontecido a aquellos que han
atacado el honor de Su Santísima Madre, cómo Nuestro Señor Jesucristo siempre
ha defendido el honor de Su Madre.”
Oración
y sacrificio, y el Santo Rosario
La
Hermana Lucía me dijo: “Los dos medios para salvar al Mundo son la oración y el
sacrificio”. Respecto al Santo Rosario, la Hermana Lucía me dijo: “Mire, Padre,
la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en los que vivimos, ha dado una
nueva eficacia al rezo del Rosario. Ella ha dado esa eficacia hasta tal punto,
que no hay ningún problema, ni cuestión por difícil que sea, tanto temporal o
sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras
familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o incluso
de la vida de los pueblos y de las naciones, que no pueda ser resuelto por el
Rosario. No hay problema, le digo, ni asunto por difícil que sea, que nosotros
no podamos resolverlo con el rezo del Santo Rosario. Con el Santo Rosario nos
salvaremos. Nos santificaremos. Consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la
salvación de muchas almas.”
La
devoción al Inmaculado Corazón de María
“Finalmente,
la devoción al Inmaculado Corazón de María, nuestra Santísima Madre, consiste
en considerarla como la sede de la Misericordia, de la bondad y del perdón, y
la puerta cierta por la cual entraremos al Cielo.”
La
reacción eclesiástica por la entrevista arriba relatada
Un
año después de publicada, la entrevista del Padre Fuentes con la Hermana Lucía
produjo una fuerte reacción por parte de la curia episcopal de Coimbra,
diócesis donde está ubicado el convento. Desde esa curia se publicó una nota
anónima que acusaba al Padre Fuentes de haber inventado esas revelaciones de la
Hermana Lucía, proclamando que la propia religiosa desautorizaba, por falso, el
testimonio publicado. La curia había declarado que el Padre Fuentes había
fabricado en su totalidad los comentarios citados más arriba. Hasta el momento,
nadie ha querido asumir la responsabilidad por esa nota. En esas condiciones,
dicha nota es legalmente nula e inválida. En México, el Arzobispo Manuel Pío
López y el Cardenal José Garibi y Rivera defendieron al Padre Fuentes, pero de
nada valió. El sacerdote fue relevado de la postulación para la beatificación
de Jacinta y de Francisco, y reemplazado por el Padre Luis Kondor.
Comentario
¿Que
ocurrió para causar tal alboroto? Alguien está mintiendo respecto a la
entrevista entre el Padre Fuentes y la Hermana Lucía. Tanto el Padre Kondor
como el Padre Alonso creyeron que el Padre Fuentes no falsificó el relato de su
entrevista con la Hermana Lucía. Luego de designado archivista oficial de
Fátima en 1966, el Padre Alonso adoptó en un principio la creencia que el Padre
Fuentes había fabricado las declaraciones que atribuyó a la Hermana Lucía. Sin
embargo, luego de diez años de estudiar los archivos de Fátima y de reunirse
con la Hermana Lucía, el Padre Alonso no solo cambió su postura, sino que
incluso procuró rehabilitar al Padre Fuentes. El estudioso afirmó que el texto
de la conferencia del P. Fuentes “no dice nada que la Hermana Lucía no hubiera
dicho en numerosos escritos destinados al público”; también declaró que “el
texto genuino... no contiene, en mi opinión, nada que pudiera justificar la
nota condenatoria emitida desde Coimbra”. Por lo tanto, podemos concluir con
seguridad, que la respuesta de la curia a la entrevista publicada por el Padre
Fuentes es señal de que el mensaje de la Hermana Lucía es materia que alguien
quiso silenciar.
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