miércoles, 13 de febrero de 2019

PARA QUÉ



Hoy vi un nuevo artículo, en el cada día más animoso y combatiente sitio web Adelante la Fe, acerca de la tremenda blasfemia contra la Encarnación, delante de las narices del mismísimo y complaciente Francisco, en las JMJ de Panamá (https://adelantelafe.com/la-encarnacion-del-senor-profanada/).

¿Cómo un católico, un hijo de María, puede permanecer impasible ante semejante afrenta a su Madre?

Desde la realización de esta ofensa gravísima, de esta blasfemia terrible, de este espectáculo bochornoso, de este acto incalificable, verdaderamente diabólico, han pasado ya quince días. Se pudo ver en sitios de internet el día 28 de enero, Non Possumus lo dio a conocer ya el 29 de enero. Pues bien, habiendo pasado todo ese tiempo, y aunque ha sido reflejado en numerosísimos sitios y blogs católicos tradicionalistas o conservadores de internet, hasta el día de la fecha en ninguno de los sitios oficiales ni blogs oficiosos de la (Neo) FSSPX se menciona el tema. No existe. No pasó. O se sabe que pasó pero es considerado algo insignificante y por lo tanto no merecedor de ser reseñado (la Fraternidad tiene sitios especializados en noticias, por lo tanto es imposible que tales hechos no los hayan conocido o advertido). Ninguno de sus medios de comunicación se ha preocupado o interesado por informarlo y, sobre todo, por desagraviar a Nuestra Señora. Y eso que el sitio oficial de España había publicado recientemente un artículo (del P. Lombaerde) titulado "Nunca se habla demasiado de la Virgen María", aparentemente con la intención de corregir estas deficiencias. Pues al parecer, la (Neo) FSSPX –que “predica pero no practica”- está tan preocupada mirándose a sí misma al espejo, para reflejar sus bondades intrínsecas, siempre con una apoteósica sonrisa (ver nomás las fotos que publica) que no le da tiempo ni ganas de mirar a lo que pasa afuera. GRAVE, MUY GRAVE. Y doloroso.

Por cierto, tampoco han dicho nada sobre la declaración conjunta de Francisco con los musulmanes, en Arabia Saudita... y se demoraron 26 días en decir algo sobre el asunto Viganó.

Se me ocurre pensar que si no hay celo por el honor de Dios y la Sma. Virgen, qué celo puede haber verdaderamente por el prójimo, por el más insignificante de nuestros hermanos, por los fieles que con sus atribuladas almas recurren a los sacerdotes donde pretenden ver a otros Cristos sobre la tierra…

Esto se llama, a mi parecer, fariseísmo.

Quizás una respuesta haya que buscarla en el hecho de que la Fraternidad ya no sufre, la Fraternidad ya no es perseguida, la Fraternidad ya no es pobre…como Cristo. Entonces, uno se pregunta,  ¿para qué son las ordenaciones –siempre destacadas estadísticamente en sus medios de comunicación-, para qué las vocaciones religiosas, sino para glorificar a Dios, para honrarlo, defender su Santo Nombre, para combatir por Él? ¿Para qué?

Dice Santa Teresita en una carta a su hermana Celina:

 Leí esta mañana un pasaje del Evangelio que dice «No he venido a traer la paz sino la espada»…Sólo nos queda combatir; si no tenemos fuerzas, será Jesús quien combatirá por nosotros…Pongamos todos el hacha al pie del árbol.”

Creo que esa sonrisa que aparece tanto en las fotos de la FSSPX, no es la sonrisa de gente que es feliz en el dolor, sino de gente que es infeliz en la ilusión.

Me quedo con quienes sostienen la espada, y cuando deben alzan su voz.

Sonriendo desafío la metralla
Y en tus brazos Divino Esposo mío
Cantando moriré en el campo de batalla
Con las armas en la mano…”
(Santa Teresita del Niño Jesús)

María, Reina de los mártires, ruega por nosotros.

(Carta firmada)