Fuente: entrevista a Mons. Faure de 5-9-13
"Durante el Capítulo de 2012, el Padre Jorna distribuyó y
comentó una hoja (anverso y reverso), demostrando ante todos los capitulares
(excepto Monseñor Williamson, quien fue excluido del capítulo) que la Declaraciónde Monseñor Fellay no era otra cosa que la hermenéutica de la continuidad.
Después de esta exposición del director del seminario de Ecône, la cual se hizo sin una reacción y en medio del más profundo silencio, la conclusión se impuso por sí misma: esta Declaración debía ser condenada por su autor.
Después de un momento, el director del seminario de La Reja se levantó para romper el silencio. El Padre Pagliarani (¿en concierto con la Casa General?) intervino entonces en favor de Monseñor Fellay: “¡Estimados cofrades! No vamos a infligirle una bofetada a nuestro superior exigiéndole una retractación; esto se hará implícitamente por la Declaración final del Capítulo”.
Luego de esta intervención, un capitular hizo alguna broma y el Capítulo pasó a otro asunto.
Este fue un golpe maestro de Monseñor Fellay y de sus partidarios.
La Casa General manipuló al capítulo para que no sancionara al Superior General y logró engañar a los capitulares, haciéndoles creer que la Declaración había sido enterrada por una desaprobación implícita de su autor.
Monseñor Tissier también fue engañado como todos los otros (excepto los partidarios de Monseñor Fellay)."
Después de esta exposición del director del seminario de Ecône, la cual se hizo sin una reacción y en medio del más profundo silencio, la conclusión se impuso por sí misma: esta Declaración debía ser condenada por su autor.
Después de un momento, el director del seminario de La Reja se levantó para romper el silencio. El Padre Pagliarani (¿en concierto con la Casa General?) intervino entonces en favor de Monseñor Fellay: “¡Estimados cofrades! No vamos a infligirle una bofetada a nuestro superior exigiéndole una retractación; esto se hará implícitamente por la Declaración final del Capítulo”.
Luego de esta intervención, un capitular hizo alguna broma y el Capítulo pasó a otro asunto.
Este fue un golpe maestro de Monseñor Fellay y de sus partidarios.
La Casa General manipuló al capítulo para que no sancionara al Superior General y logró engañar a los capitulares, haciéndoles creer que la Declaración había sido enterrada por una desaprobación implícita de su autor.
Monseñor Tissier también fue engañado como todos los otros (excepto los partidarios de Monseñor Fellay)."