jueves, 12 de julio de 2018

DECEPCIONANTE PRIMERA ENTREVISTA DEL NUEVO SUPERIOR GENERAL DE LA FSSPX



La FSSPX ha publicado una entrevista de poco más de 6 minutos al P. Pagliarani, la primera que da como Superior General.

Pues bien, es triste constatar que en ella el Padre habla como cualquier clérigo conservador o como un superior más de congregación Ecclesia Dei, esto es, recalcando algunas verdades de siempre, PERO SIN TOCAR CIERTOS PUNTOS QUE PUEDEN MOLESTAR A ROMA: SIN HACER NINGUNA MENCIÓN A LA CRISIS DE LA IGLESIA, AL COMBATE EN DEFENSA DE LA FE, AL VATICANO II O A MONS. LEFEBRVE. Cero. Nada. Silencio absoluto.  

Los adversarios acuerdistas seguramente dirán que nos apresuramos a criticar al P. Pagliarani, que no le damos una oportunidad, que desde el primer momento lo atacamos, que buscamos pretextos para condenarlo; pero ¡por favor!, ¿cómo se explica que el nuevo superior de la más importante congregación que todavía se opone (al menos oficialmente) al liberalismo y al modernismo imperantes en la Jerarquía católica desde hace 50 años, omita referirse, EN EL MOMENTO EN EL QUE LOS OJOS DE LOS CATÓLICOS DEL MUNDO ENTERO ESTÁN DIRIGIDOS HACIA ÉL, a lo que es absolutamente prioritario para la Iglesia de Cristo en la hora actual, enfocando, en cambio, su discurso en ciertas ideas usuales sobre la santidad sacerdotal?

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA
El Padre Davide Pagliarani, recién elegido como el nuevo Superior General de la Fraternidad San Pío X, tuvo a bien responder algunas preguntas para FSSPX.Actualidad en una videoentrevista. He aquí la transcripción de sus palabras.
Reverendo Superior General, ¿cómo se siente después su elección?
Digamos que, desde luego, ya había escuchado algunos rumores con antelación. Pero me preguntaba hasta qué punto se trataba de una broma o si los rumores tenían algún fundamento. Así que estaba esperando este día. Debo admitir que, aun en este momento, no sé muy bien qué fue lo que sucedió el día de hoy.
Fue un día muy largo; pero en la semana que lo precedió, durante el retiro, puse todo en manos de la Santísima Virgen y de la Providencia. Pienso que es ella quien está detrás de toda la historia de la Fraternidad. Y es ella también quien guiará nuestro Capítulo General. Pero, tal vez, es muy pronto para que pueda responder esta pregunta.
¿Podría hablarnos un poco de usted, por favor?
Soy de Rimini, una ciudad de la costa adriática de Italia, donde hay un priorato de la Fraternidad desde hace mucho tiempo. Ahí fue donde conocí a la Fraternidad San Pío X. Ingresé a Flavigny en 1989. Posteriormente, realicé mi servicio militar. Fui ordenado sacerdote en 1996. Pasé 7 años en mi ciudad natal desempeñando mi ministerio sacerdotal, 3 años en Singapur, regresé a Italia y desde hace 6 años y medio me encontraba en Argentina. Y ahora estoy aquí...
Hasta el día de hoy, usted era el Rector del Seminario de Argentina...
Creo que lo más difícil para mí será abandonar ese lugar. Me parece que es el sitio más bello para un sacerdote, y, particularmente, para un sacerdote de la Fraternidad. Los seminarios son el corazón de la Fraternidad. ¡No Menzingen! Creo que sabe a lo que me refiero...
Es ahí donde formamos a los sacerdotes y vemos cómo la gracia, aún hoy en día, es capaz de transformar completamente a esos jóvenes. Cada vocación es un milagro, y creo que cuando se trabaja en uno de los seminarios se puede comprender perfectamente lo que es la Fraternidad.
¿Qué espera de sus dos Asistentes?
Debo admitir que son dos hombres por los que siento una gran admiración. Los conozco muy bien, porque al Padre Bouchacourt lo conocí en Argentina, y a Monseñor de Galarreta ya lo conocía antes. Me considero muy afortunado de poder trabajar con personas mayores que yo, que serán buenos consejeros y, debo decir, con un padre tan simpático como el Padre Bouchacourt...
¿Tiene algún proyecto para la Fraternidad San Pío X?
Creo que el objetivo de la Fraternidad es la formación de sacerdotes. Pero, al mismo tiempo, un sacerdote debe seguir madurando, formándose y santificándose durante toda su vida. Pienso que es aquí donde debemos concentrar todos nuestros esfuerzos para ayudar a los sacerdotes a perseverar en esta búsqueda de la santidad.
Me parece que cada uno de los sacerdotes, cada vida sacerdotal se parece un poco a una cuerda de violín a la que hay que cuidar mucho para que esté bien estirada y afinada, para que siempre pueda producir la nota correcta... la nota que Dios espera de cada uno de nosotros. En este sentido, pienso que entre la vida del seminario, la formación del seminario y lo que esperamos posteriormente del sacerdote en su ministerio, existe una cierta unidad, una continuidad que no debe dejar de existir en esta búsqueda de la santidad. Pienso que ésta es la solución a la mayoría de nuestros problemas.
¿Qué espera de los fieles y qué piensa que ellos esperan de usted?
Esa es una buena pregunta. Es más fácil responder a la primera parte. Primero, quiero agradecer a los fieles por todas las oraciones que hicieron por este Capítulo. Y quisiera decirles que el Capítulo apenas está comenzando. Pues ahora debemos empezar a tratar todos los temas y discusiones. Por tanto, les agradezco todas sus oraciones hechas desde el mes de enero, y les pido que redoblen generosamente sus esfuerzos.
Ahora, ¿qué es lo que ellos esperan de mí? Pienso que esperan que la Fraternidad sea fiel a la razón por la que fue fundada. Ya he dicho que fue fundada para formar sacerdotes, pero el sacerdocio existe para la santificación de las almas, por lo que la fidelidad de los sacerdotes a su sacerdocio y a su santificación afecta inevitablemente a los fieles. Eso es lo que los fieles esperan, no sólo de mí, sino de todos los sacerdotes de la Fraternidad.