Consagración
de Fátima – I
Cuando
el hombre moderno de Dios se apartó,
A Nuestra Señora, tratando de ayudar, solo despreció.
A Nuestra Señora, tratando de ayudar, solo despreció.
Cuando
en mayo pasado los cuatro obispos en Vienna, Virginia, en los Estados Unidos,
hicieron lo que pudieron para consagrar Rusia al Corazón Inmaculado de María,
ellos utilizaron una fórmula para la Consagración que nunca había sido
utilizada anteriormente, y que era un tanto diferente de las fórmulas usuales.
Incluyó una breve historia del pedido de Nuestra Señora para la Consagración,
mostrando cómo los líderes de la Iglesia fallaron, y todavía fallan, en
responder adecuadamente a la simple solución del Cielo para los problemas sin
precedentes de la Iglesia y el mundo de hoy. El propósito de esta fórmula fue
ayudar a que todos se dieran cuenta que estos problemas, de otra manera
insolubles, son culpa no de Dios Todopoderoso sino de la falta de fe por parte
de los hombres de Su Iglesia. Ellos deben hacer lo que les pidió Nuestra Señora
que hicieran, a pesar de lo que el Vaticano II los haga querer hacer. ¿Qué
desastres se necesitarán para hacer que finalmente hagan lo que Ella quiere,
para salvarnos a todos? He aquí la primera mitad de aquella Consagración de
Virginia:—
Santísima
Madre de Dios, Inmaculado Corazón de María, Trono de Misericordia, Trono de
Bondad, Trono del Perdón, puerta segura por la cual las almas entran al Cielo,
mira de rodillas ante Ti a los cuatro hijos de Mons. Lefebvre, cuatro obispos
tratando de hacer lo que pueden para ayudarte a obtener del Papa y los Obispos
de la única verdadera Iglesia de tu Divino Hijo, la Consagración de Rusia a tu
Corazón Dolorido e Inmaculado pues esta solamente puede obtener la paz para la
humanidad, actualmente bajo la sombra de una espantosa tercera Guerra Mundial.
En Fátima, Portugal, hace cien años, Tú primero advertiste a la humanidad de la
Segunda Guerra Mundial por venir, del hambre y persecuciones, si la gente no
dejaba de ofender a Dios. Para prevenir estos desastres, Tú prometiste regresar
para pedir la Consagración de Rusia a Tu Inmaculado Corazón, y la Comunión
Reparadora de los Primeros Sábados. Si tus pedidos fuesen atendidos, Rusia se
convertiría y habría paz. De lo contrario, los desastres seguirían y Rusia
diseminaría sus errores por todo el mundo. Doce años más tarde tú regresaste
como lo prometiste, e hiciste la doble petición.
Sin
embargo, confiando en los medios humanos para resolver los graves problemas de
la Iglesia, los clérigos no hicieron inmediatamente lo que tú solicitaste. Dos
años más tarde tu Divino Hijo advirtió a la humanidad a través de la Hermana
Lucía de Fátima, que ya que Sus ministros retrasaban el cumplimiento de Su mandato,
sufrirían graves consecuencias: Rusia difundiría sus errores por el mundo,
causando guerra y persecuciones a la Iglesia y el Papa sufriría mucho. Aún así
el Papa prefirió sus medios humanos al tratar con Rusia.
En
1936 Nuestro Señor explicó a la Hermana Lucía que la conversión de Rusia
dependía de su consagración a tu Corazón Inmaculado porque Él quería que toda
la Iglesia reconociera que esta conversión sería un triunfo de tu Corazón, de
modo que la devoción a tu Corazón se situara junto a la devoción a Su Sagrado
Corazón.
Todavía
los hombres de Iglesia dudaron, y entonces en 1939 estalló la terrible Segunda
Guerra Mundial, y en todo el mundo el Comunismo extendió su poder.
Inmediatamente después de la guerra, tus estatuas peregrinas de Fátima tuvieron
gran éxito, pero aún así los hombres de iglesia no harían exactamente lo que tú
pediste, y así en 1957, antes que la Hermana Lucía fuera silenciada por los
hombres de Iglesia, ella expresó tu tristeza porque ni los buenos ni los malos
atendieron el mensaje de Fátima. Tú dijiste que los buenos no le daban
importancia, mientras que a los malos no les importaba. Pero tú nos advertiste
una vez más de que el terrible castigo era inminente.
Para
este castigo, vea los “Comentarios Eleison” de la próxima semana.
Kyrie eleison.