Tomado de Biblia y Tradición.
Traducción de Alejandro Villarreal.
Un estudio superficial de los teólogos que han tratado el
problema de un papa hereje nos llevaría a obtener una respuesta negativa a esta
pregunta. Visto con la lente
sedevacantista, la conclusión sería que la existencia de herejías en el
Magisterio de Juan Pablo II es otra prueba de que él no es papa y que todo
ese Magisterio es nulo e inválido. Sin embargo, es un hecho que todos los
autores quienes han estudiado la posibilidad de un papa hereje sólo imaginaron
la posibilidad de un papa hereje como persona privada [32], y consideraron el
asunto de una posible herejía en un documento oficial del Magisterio como algo
imposbile, como lo registra Xavier de Silveira [33]. Según lo cual, en su
artículo sobre la Infalibilidad del papa, Dublanchy dice que no puede
concluirse que, debido a la Infalibilidad, el papa nunca podría caer en herejía
como doctor privado [34].
Sólo recientemente, después de la definición de la
Infalibilidad del Vaticano I, el tema de la infalibilidad del Magisterio
Ordinario había sido incluido dentro del debate teológico. Es muy importante
aclarar muchas ideas sobre la naturaleza del Magisterio Infalible del papa.
Permítanme recomendarles el libro Pope or Church (Papa o Iglesia) [35],
el cual contiene dos ensayos sobre la Infalibilidad del Magisterio Ordinario.
Este libro fue resumido en un artículo publicado en enero de 2002 de la revista
SiSi NoNo:
“Necesitamos ideas muy claras sobre esta cuestión,
debemos evitar el hundimiento hacia la izquierda o la derecha, ya sea por el
espíritu de rebelión o, por otro lado, por una obediencia servil e inapropiada.”
El serio error que está detrás de muchos desastres
actuales es la creencia de que el ‘Auténtico Magisterio’ no es otro más
que el ‘Magisterio Ordinario’. Es muy importante contar con el apropiado
entendimiento de lo que es infalible y lo que no lo es en las enseñanzas del
papa. Xavier de Silveira dice que no podemos excluir la existencia de una
posible herejía en un documento pontificio no-infalible [36]. Fr. Le Floch,
superior del Seminario Francés de Roma, anunció en 1926:
“La herejía que hoy está naciendo se volverá la más
peligrosa de todas: la exageración del respeto debido al Papa y la ilegítima
extensión de su infalibilidad.”
Uno de sus estudiantes fue nada más y nada menos que el
futuro Arzobispo Marcel Lefebvre.
Existe también un artículo muy completo de Fr. Álvaro Calderón de la FSSPX publicado en Le Sel de la Terre [37]. El Padre
Calderón revisa las condiciones requeridas para la Infalibilidad del Magisterio
Ordinario. El concluye que el Magisterio conciliar (Vaticano II y
postconciliar) no está cubierto por el carisma de la infalibilidad.
“Tanto en el campo del Magisterio Ordinario y el
Extraordinario, las autoridades conciliares y postconciliares no desearon
enseñar con infalibilidad. ¿Por qué? Habiendo sido infectados de
Liberalismo, las dichas autoridades se negaron a utilizar el carisma extraordinario
y previnieron que el Magisterio Ordinario fuese Universal, y así previniendo
que fuese infalible. Esta es la razón por la que el Magisterio conciliar no es
infalible, y no podría serlo de ninguna manera en tanto que las autoridades
conciliares no se aparten del liberalismo.” [38]
Recordemos que tanto el Papa Juan XXIII como el Papa
Pablo VI no desearon que el II Concilio Vaticano fuese dogmático, y que así no
realizara declaraciones infalibles, sino que fue un Concilio Pastoral que
pretendió ponerse a tono con las necesidades del hombre moderno. Tal temor de
utilizar el carisma de infalibilidad es típico de la actitud liberal. El
Arzobispo Lefebvre habló sobre el liberalismo del Papa Pablo VI:
“El liberalismo de Pablo VI, reconocido por su amigo
el Cardenal Daniélou, es suficiente en sí para explicar los desastres de su
pontificado. El Papa Pío IX en particular habló muy frecuentemente sobre los
católicos liberales a quienes él consideraba como los demoledores de la
Iglesia. El católico liberal es ambiguo y vive en un mundo de continua auto
contradicción. Mientras que le gustaría permanecer siendo católico, está
poseído de una sed por complacer al mundo. Afirma su fe débilmente, temiendo
aparecer muy dogmático y como resultado de sus acciones es su semejanza a
aquellos enemigos de la Fe católica. ¿Podría un papa ser liberal y seguir
siendo Papa? La Iglesia siempre ha reprimido con severidad a los católicos
liberales, pero ella no siempre los ha excomulgado.” [39]