domingo, 6 de noviembre de 2016

ACERCA DE LA ERRÁTICA POSTURA DE LA NEO FSSPX SOBRE EL ESCÁNDALO DE LA CONMEMORACIÓN DE LA REFORMA LUTERANA


REPRODUCIMOS EN ESTA ENTRADA UN ARTÍCULO APARECIDO EN EL SITO "ADELANTE LA FE" SOBRE DOS REACCIONES DE SUPERIORES DE DISTRITO DE LA FSSPX RESPECTO DEL GRAVÍSIMO ESCÁNDALO DE LUND
EL AUTOR DICE QUE ESTÁ "A LA ESPERA UN COMUNICADO DE LA CASA GENERAL DE LA FSSPX", PERO SUCEDE QUE MONS. FELLAY SE ENCUENTRA, COMO DE COSTUMBRE, ANTE UN DIFÍCIL DILEMA: SI DICE LO QUE DEBE RESPECTO DEL PAPA FRANCISCO, DISGUSTA A LOS ROMANOS Y PONE EN PELIGRO EL ACUERDO O RECONOCIMIENTO QUE ESPERA DE LA JERARQUÍA LIBERAL Y MODERNISTA; SI CALLA, DISGUSTA AL "ALA DURA" DE LA MISMA FSSPX.
PARA SALIR DEL ATOLLADERO, ES MUY PROBABLE QUE MÉNZINGEN HAYA ORDENADO A LOS SUPERIORES DE DISTRITO EMITIR DECLARACIONES EN CONTRA EL ESCÁNDALO DE LUND.  DE ESTE MODO MONS. FELLAY LOGRA CALMAR AL "FRENTE INTERNO" Y, AL MISMO TIEMPO, QUEDA EN CONDICIONES DE DECIR A SUS INTERLOCUTORES ROMANOS QUE NO ES ÉL SINO SUS "IMPETUOSOS MUCHACHOS" LOS QUE ELEVAN EL TONO DE VOZ MÁS ALLÁ DE LO CONVENIENTE. TAMBIÉN ES POSIBLE QUE SE CUMPLAN LAS ESPERANZAS DE SITIO "ADELANTE LA FE", Y FINALMENTE MÉNZINGEN DECLARE ALGO SOBRE EL ESCÁNDALO DE LUND, PERO EN TAL CASO NO HAY QUE HACERSE ILUSIONES: EL TEXTO ENCONTRARÁ EL MODO DE ESQUIVAR LAS DEBIDAS ACUSACIONES EN CONTRA DEL DEMOLEDOR FRANCISCO. DE HECHO, ESO ES EXACTAMENTE LO QUE HICIERON LOS PADRES BOUCHACOURT Y PETRUCCI: CUIDARSE DE DECIR COSA ALGUNA EN CONTRA DE ESTE PAPA APÓSTATA. LEAN USTEDES MISMOS LO QUE ELLOS DECLARARON:
No se puede permanecer en silencio

A la espera de un comunicado de la Casa General de la FSSPX, informamos sobre declaraciones que han publicado el Superior del Distrito de Francia, p. C. Bouchacourt y el Superior del Distrito de Italia, don Pierpaolo Maria Petrucci, superior del Distrito de Italia, declaraciones difundidas también por el Distrito de los EE.UU.
Comunicado del Superior de Distrito de Francia sobre la declaración que Francisco firmó con los luteranos.
2 de Noviembre de 2016.
Al leer la declaración conjunta que el Papa realizó con los representantes de la iglesia luterana de Suecia el 31 de octubre, en ocasión del quinto centenario de la revuelta de Lutero contra la Iglesia Católica, nuestra tristeza ha alcanzado una nueva profundidad.
Enfrentados con un verdadero escándalo representado por tal declaración en la cual los errores históricos, los graves ataques contra la predicación de la Fe Católica y un falso humanismo, fuente de tantos males, se siguen unos a otros, no podemos permanecer en silencio.
Bajo el pretexto falaz del amor al prójimo y del deseo de una unidad artificial e ilusoria, la Fe Católica es sacrificada en el altar del ese ecumenismo que pone la salvación de las almas en peligro. Los errores más grandes y la Verdad de Nuestro Señor Jesucristo puestos en pie de igualdad.
¿Cómo podemos estar “profundamente agradecido por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma”, cuando Lutero manifestó un odio diabólico hacia el Soberano Pontífice, un desprecio blasfemo contra el Santo Sacrificio de la Misa, lo mismo que un rechazo de la Gracia Redentora de Nuestro Señor Jesucristo? El también destruyó la doctrina sobre la Eucaristía rechazando la Transustanciación, apartó a las almas de la Santísima Virgen María y negó la existencia del Purgatorio.
¡No, el Protestantismo no trajo nada al Catolicismo! Arruinó la unidad de la Cristiandad, separó a naciones completas de la Iglesia Católica, hundió a las almas en el error, poniendo su salvación eterna en peligro. Los católicos deseamos que los protestantes regresen al único rebaño de Cristo cristo que es la Iglesia Católica y rezamos por esta intención.

En estos días, cuando celebramos a todos los santos, invocamos a San Pío V, San Carlos Borromeo, San Ignacio y san Pedro Canisio que heroicamente combatieron la herejía protestante y salvaron la Iglesia.
Invitamos a los fieles del Distrito de Francia a orar y hacer penitencia por el Soberano Pontífice de modo que Nuestro Señor, de quien es Vicario, lo preserve del error y lo mantenga en la Verdad, de la cual es el guardián. [Nótese el lenguaje políticamente correcto respecto del Papa: el P. Bouchacourt dice "lo preserve del error y lo mantenga en la verdad", debiendo decir que lo saque o lo libere del error, y lo ponga en la verdad]
Invito a los sacerdotes del Distrito a celebrar una misa de reparación y a organizar una Hora Santa ante el Santísimo Sacramento para pedir perdón por estos escándalos y rogar a Nuestro Señor que aplaque la tempestad que ha venido sacudiendo a la Iglesia por más de medios siglo hasta hoy.
Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos, ¡salva a la Iglesia Católica y ruega por nosotros!
Padre Christian Bouchacourt
Superior de Distrito de la Fraternidad San Pío X
Fuente: La Porte Latine
El enésimo escándalo ante el cual no podemos permanecer en silencio
El sábado 30 de octubre un severo terremoto destruyó la basílica construida en Nurcia en el lugar de nacimiento de San Benito, dejando solo en pie su fachada. Las fotografías que muestran este triste episodio son emblemáticas y simbólicas de la Europa Cristiana, de la cual San Benito es Patrono, pero que está repudiando sus raíces. Estas fotografías son aún más simbólicas de la Iglesia que está arrancándose las entrañas de sus fundamentos, escondiendo las ruinas detrás de una fachada mediática que no puede engañar a aquellos que aman a la Esposa de Cristo y conocen su doctrina y su historia.
La visita del Papa Francisco a Suecia para conmemorar el quinto centenario de la revuelta Luterana, cuyos errores han causado la pérdida de miles de almas y provocada las guerras que hicieron estragos en Europa es solo la última y clara confirmación de esto. ¿Cómo puede uno declararse “profundamente agradecido por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma”, y agradecer a Dios por esto, como ocurrió en la liturgia ecuménica de Lund? ¿Cómo se puede decir que “luteranos y católicos han herido la unidad visible de la Iglesia” sin traicionar la propia Fe?

Agradecer a Dios por la difusión de la herejía es equivalente a atribuir a Dios mismo el mal, en un acto verdaderamente blasfemo.
Enfrentados con este enésimo escándalo no se puede permanecer en silencio, en especial si se tiene un rol importante en la jerarquía eclesiástica, porque quien calla consiente y se hace cómplice.
Don Pierpaolo Maria Petrucci