BILLOT I
Por años he estado brindando una conferencia sobre las Siete
Edades de la Iglesia, basada en el Comentario del libro del Apocalipsis por el
Venerable Bartolomé Holzhauser. Sacerdote alemán de la primer mitad de los años
1600, él dijo que lo escribió bajo inspiración. La conferencia ha sido popular,
especialmente porque encaja la locura de nuestra edad en un patrón armonioso de
toda la historia de la Iglesia. De lo que no me había dado cuenta, sin embargo,
es que la visión de Holzhauser es compartida por un famoso teólogo clásico,
haciendo así más difícil despedir a Holzhauser por ser un mero visionario o
“aparicionista”.
Es en un Epílogo al primer volumen de su clásico Tratado de
la Iglesia de Cristo que el Cardenal Louis Billot (1846-1931) traza con algún
detalle la correspondencia afirmada por Holzhauser entre siete períodos
principales de la historia de la Iglesia y las siete Cartas a las siete
iglesias de Asia que componen los Capítulos II y III del libro del Apocalipsis.
El Epílogo de Billot nunca menciona a Holzhauser, pero es difícil imaginarse
que no haya conexión. Sin embargo, Billot tiene cuidado al iniciar tal
correspondencia no a partir de una visión o inspiración, sino de los nombres
griegos de las siete iglesias. La adecuación de estos nombres a la historia de
la Iglesia en desarrollo es, o bien una notable coincidencia, o bien, más
probablemente, una huella de la Providencia actuando – Dios, ¡el Maestro de la
Historia!
Así, Billot dice que Efeso (Apoc. II, 1-7) significa en griego
un “inicio con ímpetu”, obviamente adecuable a la Edad Apostólica (33-70 AD)
con la cual comenzó la Iglesia. Esmirna (Apoc. II, 8-11) denomina a la segunda
iglesia y quiere decir “mirra”, correspondiente a la pasión y a los
sufrimientos de la Segunda Edad de la Iglesia (70-313 AD), la de los Mártires.
Pérgamo (Apoc. II, 12-17) era una ciudad famosa por la literatura, de manera
que “pergamum” vino a significar material sobre el cual se escribe,
correspondiendo al racimo de grandes escritores de la Iglesia pertenecientes a
la Tercera Edad de la Iglesia, la de los Doctores (313-800). Tiatira denomina a
la próxima iglesia (Apoc. II,18-29) y significa “esplendor del triunfo”
correspondiendo al triunfo de 1000 años de la Ig lesia Católica extendiéndose
desde Carlomagno (742-814) hasta la Revolución Francesa (1789).
Estos mil años pueden ser también contados desde alrededor de
la conversión de Clovis (496) a la erupción del Protestantismo (1517). Pero,
sea que uno marca la declinación del Cristianismo a partir de la Reformación o
de la Revolución, de cualquier manera Sardes, denominando a la quinta iglesia
(Apoc. III, 1-6), fue la ciudad de Creso, un hombre fabulosamente rico que
evoca la abundancia de dinero, prosperidad material y decadencia espiritual,
tal como caracteriza a los tiempos modernos. En efecto, las advertencias a la
iglesia de Sardes corresponden perfectamente a nuestra propia edad hoy en día,
como veremos con Billot en “Comentarios” adicionales.
Claramente nos movemos hacia el futuro con la sexta iglesia,
la de Filadelfia (Apoc. III, 7-13), significando “amor” (Fil-) de “hermandad”
(-adelfia). El Cardenal Billot afirma que este nombre corresponde a un gran
triunfo final de la Iglesia, marcado notablemente por la conversión de los
Judíos como la profetizó San Pablo (Rom. XI, 12 ) y por su reconciliación con
los Gentiles, hermanos por fin en Cristo (Ef. II, 14-16).
Pero la iglesia de Filadelfia es advertida que la tribulación
está viniendo (Apoc. III, 10) la cual corresponde a la séptima y última Edad de
la Iglesia, la de Laodicea (Apoc. III, 14-22) denominada por juicio (dike) de
los pueblos (laon). Será la Edad de la última y más terrible prueba de la
Iglesia, la persecución del Anticristo seguida por el Juicio General de todas
las almas que hayan alguna vez vivido y, así, de todos los pueblos.
Kyrie eleison.