Dos caras: dando la mano al modernista Benedicto y levantando el puño
contra el modernista Francisco. Esta última fotografía ilustra el artículo que
comentamos. ¿Y mañana qué?
El
liberal es un espíritu paradójico y confuso, angustiado y contradictorio...
“tiene doble faz”. Mons. Lefevre, "Lo Destronaron", cap. 31
DESPUÉS DE 7 MESES DE ESCÁNDALOS, MONSEÑOR FELLAY POR FIN SE
ANIMA A AFIRMAR QUE FRANCISCO ES MODERNISTA.
En una conferencia publicada en
Catholic Family News, Monseñor Fellay afirmó que Francisco es un “genuino
modernista”. ¿Y su venerado Benedicto no?
Al parecer, Monseñor Fellay se
percató de que la estrategia del silencio le iba a producir malos efectos y, dando
una pirueta, se decidió a hacer una declaración en contra de Francisco. Pero no
nos dejemos engañar. Desde antes del año 2000, Monseñor Fellay estaba dispuesto
a hacer su acuerdo con Roma. La fundación del GREC en 1997 es una prueba
fehaciente de ello.
Doble cara: hasta hace unos meses,
Monseñor Fellay hablaba de una primavera en la Iglesia y quería convencernos,
para aceptar el acuerdo, de que ya se veían los primeros brotes por todas
partes… pero ahora dice que “la situación de la Iglesia es un verdadero
desastre”. ¿Con Benedicto no?
Doble cara: sobre la espantosa Declaración
liberal del 15 de Abril del 2012, no se retracta, sino que en esta misma
conferencia la sigue defendiendo: “el texto que presentamos a Roma era un texto
muy, por así decirlo, delicado”. Luego,
todos los que formulan reparos a ese “delicado texto” son unos brutos que no
entienden nada de nada.
Doble cara: Mons. Fellay quiere aparecer
ahora como muy anti-liberal, pero no toma medida alguna respecto al Colegio de
Australia que se adhiere explícita y públicamente a los principios liberales y masónicos.
Doble cara: ¿cómo se explica que en
los mismos días en que critica a Francisco, decrete que se le debe honrar
colgando su retrato en cada Priorato de la FSSPX? ¿Por qué esperó el
advenimiento de una Papa “genuinamente modernista” para urgir a los Priores a
obedecer una norma que había dado el P. Schmidberger y que era letra muerta?
Doble cara: si Monseñor Fellay ha
abierto realmente los ojos y se ha dado cuenta de su error, ¿por qué no
restituye a Monseñor Williamson en su puesto, así como a todos los otros
sacerdotes que han sido perseguidos y expulsados por oponerse a su política
suicida? Por el contrario, siguen las expulsiones y sigue su curso el proceso
del Padre Pinaud.
Doble, triple y cuádruple cara: ¿por
qué esperó siete largos meses para criticar a Francisco, si desde el principio
era evidente que era un “genuino modernista”? ¿Por qué nunca ha dado una
explicación acerca del GREC? ¿Por qué no saca a M. Krah de sus posiciones de
influencia en la FSSPX? ¿Por qué no remueve de sus puestos a los sacerdotes que
se ha comprobado ser subversivos y revolucionarios (Lorans y Célier por
ejemplo)? ¿Por qué no reconoce ser cierta la denuncia del P. Girouard acerca
del “branding”?
Las palabras significan muy poco. Lo
que se espera son acciones, a saber: su inmediata renuncia por su probada
incapacidad para dirigir a la FSSPX; retractarse de la Declaración Doctrinal
del abril del 2012; remover a los sacerdotes subversivos de sus puestos de gran
influencia; restituir a Monseñor Williamson y a todos los sacerdotes
perseguidos a sus puestos; pedir perdón públicamente por su política del
secreto, mentira y ambigüedad deliberada… etc, etc, etc.
Por todo lo anterior, la única conclusión a la que podemos llegar
es que Monseñor Fellay sigue siendo un hombre incapaz de dirigir una
congregación, un personaje vacilante y de dos caras en el que no se puede
confiar.