El Padre Laurençon
envió recientemente una carta a los amigos y benefactores para presentar la
Casa Nuestra Señora, fundada en 2011 en Montgardin.
Él sostiene que se
trata "de una casa más contemplativa,
según la expresión de nuestro venerable fundador que expresó el deseo de tal
institución".
La realidad es
completamente diferente. La Casa Nuestra Señora de Montgardin es antes que
nada, una prisión eclesiástica. Y si nuestro fundador habló de una casa “más
contemplativa”, jamás expresó un deseo de un futuro centro penitenciario en la
FSSPX.
En esta casa residen
tres clases de sacerdotes:
- Los carceleros.
- Los delincuentes. Es
respecto a ellos que el Padre Laurençon escribe: “nuestra casa está destinada también a recibir a los sacerdotes
residentes, a veces por un tiempo bastante largo por razones diversas. […] ellos no están desempleados pero” no
hacen más que “trabajos de escritura”
sin ningún ministerio. En este sentido, el Padre Laurençon tiene razón de
escribir algunos párrafos más abajo: “consideramos
como providencial nuestra proximidad” con el santuario de Nuestra Señora de
Laus, donde Nuestra Señora es “especialmente
invocada bajo la advocación de “refugio de pecadores”.
Oremos por unos y otros
y conservemos en la memoria la advertencia de San Pablo : “El que cree estar de pie, cuide de no caer…”
- Las víctimas de la
arbitrariedad de Monseñor Fellay que sufren allí una pena injusta. Denunciar,
por ejemplo, públicamente las maniobras de Menzingen, los conduce allí
infaliblemente…
Además, si en privado
el Padre Laurençon confiesa no apreciar su nominación como prior de esa
prisión, en público se creyó obligado a escribir: “Estamos muy agradecidos con nuestros superiores por haber decidido
establecernos en las condiciones ideales para la vida de retiro y oración que
nosotros llevaremos a cabo”.
Estas son las sutilezas
principales de esta comunicación de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X
respecto a la casa de Montgardin.