DI NOIA, ILUSIONISTA
Hace dos meses el Vice-presidente de la Comisión Pontifical
Ecclesia Dei de Roma, dirigió al Superior General de la Fraternidad Sacerdotal
San Pío X y a todos sus sacerdotes una carta de varias páginas accesible en el
Internet que el Padre Lombardi, vocero de la Santa Sede, designó como una
“llamada personal”. Desde entonces dicha carta ha suscitado comentarios
diversos. Claramente se trata de la última movida de la campaña de Roma para
poner a la FSPX de rodillas, y poner fin a su resistencia de 40 años a la
Revolución Conciliar. Como lo dijo Monseñor de Galarreta en Octubre del 2011,
aún si la FSPX sigue rechazando los ofrecimientos de Roma, Roma volverá siempre
a la carga para seducir a los sacerdotes de la FSPX. Lo vemos. Pero veamos
brevemente lo que el Arzobispo Di Noia escribe a “Su Excelencia y queridos
Hermanos Sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X”:–
Empieza por amonestar a los líderes de la Fraternidad,
notablemente al Padre Schmidberger, al Padre Pfluger y a Monseñor Fellay (en
ese orden) por haber dado entrevistas tan críticas acerca de Roma como para
poner en duda si la FSPX quiere realmente la reconciliación con Roma. Más aún,
las diferencias doctrinales entre la FSPX y Roma son tan insuperables como
siempre. De tal manera que se precisa un nuevo enfoque basado ahora sobre la
unidad.
La unidad de la Iglesia, recuerda Mons. Di Noia, está
impedida por cuatro vicios y favorecida por las cuatro virtudes opuestas de
humildad, mansedumbre, paciencia y caridad. Los que dividen la Iglesia son
enemigos de Dios. Lo que nos hace falta es el amor. Lejos pues de nosotros una
“retórica áspera e improductiva”. Que la FSPX cumpla con su carisma de formar
sacerdotes, pero sacerdotes que sean dóciles al Magisterio oficial, que
prediquen la Fe y no las cuestiones polémicas, y que no traten los problemas
teológicos frente a laicos, ignorantes de estas cuestiones, sino con las
autoridades competentes en Roma. El Papa es el juez supremo en cuestiones tan
difíciles. En conclusión, Benedicto XVI quiere realmente la reconciliación. La
amargura debe ser olvidada. Según las palabras de Nuestro Señor, “Que sean uno”
(Fin de la carta del Arzobispo).
Noten de paso como, según la manera típica del hombre
moderno y del modernista, el Arzobispo escamotea la cuestión esencial de la
doctrina. Pero el principal interés de su carta radica en otra parte: ¿Cómo
pudo el Arzobispo osar dirigirse a todos los sacerdotes de la FSPX sin previa
connivencia con el Cuartel General de la FSPX? ¡Es el CG que le permitió que la
carta les llegue a los sacerdotes! He aquí una indicación entre muchas otras
que hay contactos entre Roma y el CG de la FSPX que se ocultan a la vista
pública. Pero entonces se presenta la cuestión, ¿Qué motivo pudo haber tenido
el CG de la FSPX para dar al Arzobispo modernista un acceso tan privilegiado y
peligroso a todos los sacerdotes de la FSPX? ¿Quiere acaso que ellos también se
vuelvan modernistas? ¡Hay que suponer que no! Pero puede muy bien querer ayudar
a Roma en vista a la “reconciliación”.
Al transmitir el llamamiento al amor del Arzobispo, el CG de
la FSPX hace pasar el dulce mensaje a todos los sacerdotes de la FSPX sin que
nadie pueda acusar al propio CG de ser tan blando. Al contrario, la carta
Romana les hace ver a todos ellos cuán bondadosos son los Romanos. ¡Si bien es
cierto que se encuentra allí también un reproche moderado a los líderes de la
FSPX por no ser bondadosos, ¡eso servirá para mostrar cómo ellos se mantienen
firmes en la defensa de la Fe! Sobre todo, la carta habrá servido de balón de
ensayo para probar las reacciones de los sacerdotes. ¿Qué piensan ellos? Tanto
Roma como Menzingen necesitan calcular en que momento preciso se puede seguir
adelante con la “reconciliación” para llevarse una amplia mayoría de sacerdotes
y sin perder demasiados de ellos, impidiendo asi que continúe la resistencia
organizada a la religi&oa cute;n del Nuevo Orden Mundial.
Queridos sacerdotes de la FSPX, si vosotros no queréis ser
tragados vivos por la Roma del Nuevo Orden, yo les aconsejaría gentilmente
reaccionar. Hagan saber a sus Superiores, tan discretamente como quieran pero
en términos claros que vosotros no queréis nada, pero nada que ver con la Roma
Conciliar, hasta que ella claramente abandone el mortífero Concilio.
Kyrie eleison.