Monseñor
Fellay es el superior de la FSSPX fundada por Monseñor Lefebvre. El vuelve a
Nouvelles de France para hablar sobre las tentativas de acercamiento de la
FSSPX con Roma que han marcado el pontificado de Benedicto XVI.
Monseñor, apreciaría usted el hecho de que el último
gran acto del pontificado de Benedicto XVI pudiera ser la reintegración de la
Fraternidad Sacerdotal San Pio X?
Por un breve instante, pensé que, anunciando su
dimisión, Benedicto XVI tendría un último gesto hacia nosotros como Papa. No
obstante, veo muy difícil que esto pueda ser posible. Habrá que esperar
probablemente al próximo Papa. Incluso le diré, a riesgo de sorprenderlo, que
hay problemas más importantes para la Iglesia que el de la FSSPX, y de cierta
manera, al arreglarse, el problema de la Fraternidad se arreglará.
Algunos dicen que usted desea que Roma reconozca el
rito ordinario como ilícito ¿podría aclararnos este punto?
Estamos muy consientes
que es muy difícil pedirles a las autoridades una condenación de la nueva misa.
En realidad, si lo que deba ser corregido lo fuera, sería un gran paso.
¿Cómo es eso?
Esto puede ser realizado por una instrucción de la
Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. A fin de
cuentas no es tan complicado. Yo pienso que hay cambios importantes a efectuar
a causa de las graves y peligrosas deficiencias que hacen a este rito
condenable. La Iglesia puede efectuar muy bien estas importantes correcciones
sin quedar mal o perder su autoridad. Pero actualmente noto la oposición de una
parte de los obispos a las legítimas demandas del papa de corregir, en el canon
de la misa, la traducción de “pro multis” por “por muchos” y no “por todos”,
traducción falsa que encontramos en muchos idiomas.
¿Desea volver sobre el Concilio Vaticano II ?
En lo que concierne al Vaticano II, como en la misa, nosotros estimamos
que es necesario clarificar y corregir un cierto número de puntos que son, ya
sea erróneos o que conducen al error. No obstante, no esperamos que Roma
condene al Vaticano II en poco tiempo. Ella puede recordar la Verdad, corregir discretamente los errores
salvaguardando su autoridad. Sin embargo, nosotros pensamos que la Fraternidad
aporta su piedra al edificio del Señor denunciando ciertos puntos litigiosos.
Concretamente, usted sabe bien que sus reivindicaciones
no serán satisfechas de un día para otro.
Ciertamente, pero progresivamente
lo serán, yo pienso. Llegará un momento donde la situación será aceptable y
podremos estar de acuerdo, aún cuando hoy mismo no parece ser el caso.
Usted se ha entrevistado con Benedicto XVI en sus
primeros meses de su pontificado, ¿puede decirnos cuál fue su sentimiento hacia
él en ese momento?
Puedo decir que me encontré con un Papa que tenía
un deseo sincero de realizar la unidad de la Iglesia, incluso si no llegamos a
ponernos de acuerdo. Pero créame que pido por él todos los días.
¿Cuál fue, para usted, el acto más importante de su
pontificado?
Yo pienso que sin lugar a dudas, el acto más
importante fue la publicación del Motu Proprio Summorum Pontificum que acuerda
a los sacerdotes del mundo entero la libertad de celebrar la misa tradicional.
Lo hizo, hay que decirlo, con valor porque tenía oposiciones. Yo pienso que
este acto traerá frutos muy positivos a largo plazo.