miércoles, 13 de febrero de 2013

ULTIMATUM DE ROMA A LA FSSPX PARA EL 22 DE FEBRERO




¡Qué casualidad! Según nos informó “Pie” del foro Un évêques’est levé, “La Fraternidad tiene hasta finales de febrero para dar una respuesta oficial a Roma. Y las amenazas de sanciones sobre la Fraternidad son muy serias”.

En el foro “Fecit”, manejado 100% por acuerdistas muy próximos a Monseñor Fellay, se nos confirma esta afirmación:

Austremoine: ¿Qué juego juegan los obispos Di Noia y Muller, que han enviado a Monseñor Fellay un ultimátum acompañado de amenazas fuertes para finales de febrero? La concordancia de esta fecha con el final del pontificado es extraña…

En Le Forum Catholique nos dice Ennemond, es decir,  Jacques-Régis du Cray, del cual leemos en la Carta Abierta al Padre Lorans de antimodernisme.info:

                              

En internet, las intervenciones presuntuosas, aunque deficientes, del señor Jacques-Régis du Cray (Ennemond, de Prévigny…) que desde el 2007 no se ha “perdido la ocasión de asistir a las reuniones del GREC”, forman parte de la Comunicación oficial de la FSSPX? ¿Cómo este joven hombre, tan endeble en  teología como altivo, hubiera podido, sólo, aspirar a ejercer un papel de censor de la Tradición? Este profesor de historia que diserta a tontas y a locas sobre el pretendido espíritu de Monseñor Lefebvre, ¿no le permite usted, Padre Lorans, usted y la Casa General, “preparar” las opiniones diciendo en voz alta lo que ustedes piensan en voz baja?

Esto es lo que ha publicado "Ennemond":

A principios del mes de enero, Monseñor Muller envió a Monseñor Fellay una carta firmada también por Monseñor de Noia en la que se da hasta el 22 de febrero para aceptar el preámbulo revisado el 13 de junio pasado, con las tres modificaciones impuestas. En caso negativo, Roma lo solicitará a cada sacerdote de la FSSPX. Los primeros pasos de Monseñor Muller en Ecclesia Dei dejan entrever una actitud ofensiva que corre el riesgo de no atraer absolutamente a ningún sacerdote de la FSSPX, las condiciones solicitadas son más exigentes que aquellas requeridas a Monseñor Lefebvre en 1988. 

Veremos...