Es
obligatorio estudiar y tratar el Complot, sin temer de ser juzgado de
"complotista". En cambio, minimizar, menospreciar y desatender el
estudio del Complot es una participación implícita y pasiva al Complot contra
Cristo, María, la Iglesia
y la Cristiandad. Mientras que estudiar para combatir el Complot, significa
participar activamente y explícitamente en el cumplimiento de la obra de la Redención ,
"instaurar y restaurar todo en Cristo" (San Pío X).
Introducción:
Las
fuentes de la Revelación
divina son la Tradición
apostólica y la Sagrada Escritura ,
las cuales son interpretadas correctamente en sus significados por el
Magisterio eclesiástico.
El
problema genérico que expongo en este artículo es el siguiente:
¿Qué
cosa dicen la Tradición ,
la Sagrada Escritura
y el Magisterio, respecto al complot de la anti-Iglesia contra Jesús y su
Cuerpo Místico, que es la verdadera Iglesia de Dios?
Además,
el problema específico es si el complot contra la Iglesia de Dios está
certificado en las Fuentes de la Revelación solo como un hecho histórico
contingente y limitado en ciertas circunstancias particulares de la vida de
Jesús y de los Apóstoles, o si es una entidad malvada que comienza desde el
inicio del mundo y termina al final de éste. En este segundo caso el complot
sería no solo un simple hecho histórico, relativo a ciertas situaciones
particulares, certificado por la Sagrada
Escritura, sino una verdad contenida en el "Depositum Fidei" que
revela la existencia de una fuerza maligna, que actúa en el curso de toda la Historia humana, desde Adán hasta el
fin del mundo, contra Dios y su Iglesia, "fuerza" que viene
presentada en la Revelación como un Doctrina respecto a una contra-Iglesia, una
especie de "Cuerpo Místico" del Maligno al cual todos los Ángeles y
todos los hombres de todas las eras deben hacer frente, desde Lucifer (Isaías,
XIV, 12) (1) y Adán en el Paraíso
terrestre (Génesis, III,15) hasta el
Anticristo final y el fin del mundo (Apocalipsis, cap. XX-XXII)-(2)
2-La Sagrada Escritura:
En
breve y a modo de introducción resumida,
el Génesis (III,15) que es el primer libro del Antiguo Testamento, habla de la enemistad entre el diablo y María
Santísima, Jesús y los Cristianos, ya en
los tiempos del primer hombre, Adán.
El
Apocalipsis, que es el último Libro del Nuevo Testamento, en su primera parte
(cap. I-III) narra las angustias de la Iglesia del I siglo perseguida en forma cruel, de
las "Puertas del Infierno" (Mt. XVI, 18), de la contra-Iglesia o
"Sinagoga de Satanás"(Ap. II, 9);
mientras en su segunda parte (cap. IV-XXII) habla de los acontecimientos
futuros hasta la Parusía ,
llenos de tribulaciones y martirios
todavía más tremendos, pero que
desembocarán en la victoria final y total de Cristo contra el Anticristo final
(conf. G. Ricciotti, una obra de La Sagrada Biblia , Florencia, Edit. Salani, 1940, Introducción al Apocalipsis de San Juan, pág.
1761.
1)
El Nuevo Testamento.
En
el Evangelio de Mateo, Jesús nos manda de elegir entre "dos señores: o
Dios o las riquezas" (VI,24); además nos
amonesta que las "Puertas del infierno" no prevalecerán contra
la "Iglesia" (Mt. XVI,18)
Al
final la posición radical entre "la
Luz y las Tinieblas" la encontramos casi por doquier en el Evangelio de
San Juan, donde (IX, 22)se lee también que "Los judíos
"conspiraban" para expulsar de la sinagoga a quien reconociera que
Jesús era el Cristo"
San
Pablo en sus Epístolas opone >>Cristo a Belial<<, el <<Templo de Dios y el Templo de los
ídolos<< ( 2ª Cor., VI,14-18).
En
los Hechos de los Apóstoles (XXIII,
12-15) leemos que >>algunos Judíos se reunían y "conjuraban" de no tocar ni comida
ni bebida hasta que no hubieran matado a Pablo>>
Ciertamente,
estos son hechos históricos relativos a determinadas personas de épocas
particulares y específicas, van encuadradas en un plano más amplio y doctrinal
o teórico como lo muestran juntos la Sagrada Escritura ,
la Tradición ,
el Magisterio y la Razón
teológica.
b) El Antiguo testamento.
Además,
como ya lo he apuntado brevemente, la oposición entre Iglesia y la contra
Iglesia se encuentra ya al inicio del Antiguo Testamento al tiempo de Adán y
Eva; en el Génesis (III,15). Dios revela que habrá <<enemistad entre la
serpiente y la Madre
de Jesucristo, entre la raza del diablo y
aquella de Cristo. Ella aplastará la cabeza del diablo que, a su alrededor,
tentará de morderle el talón>>.
No
es un hecho contingente o relativo a María Santísima y Satanás, sino es una
profecía de un plan, de una doctrina/fuerza contra Dios y su descendencia desde
el inicio hasta el fin de la historia humana.
En
efecto, el último Libro de la Biblia, El Apocalipsis (XX, 7ss), narra la
derrota de Satanás y del Anticristo de parte de Jesús y la lucha entre Dios y
el Maligno, los buenos y los malvados, desde el inicio del mundo <<hasta
su fin>> (CCI, ss.), dando un mensaje de esperanza (como enseñan
unánimemente los Padres de la
Iglesia ): en medio de
las persecuciones no hay que desanimarse nunca, Dios <<al fin>>
vence con el bien, el mal, Cristo vence al Anticristo. (P.C.Landucci, Comentario
al Apocapipsis, Milano, Edit.Fabbri, 1967
pag.26)
También
aquí no se trata de hechos contingentes o relativos solo a ciertas personas y a
un particular período histórico, sino de dos entidades: El Sumo Bien (Dios) y
el maligno (diablo= que buscan de salvar o
de hundir el género humano.
La Tradición
a) Los primeros Padres Apostólicos
Los
primeros "Padres apostólicos"
han enseñado la misma doctrina. La
Didachè (90 d.C)
(documento dirigido a la enseñanza de los catecúmenos) habla en general o en
absoluto de “dos caminos”; la
Epístola de Barbana (98 c.C) dice de “el camino de la luz y
aquél de las tinieblas, de los Ángeles y de Satanás>>; sigue San Hipólito
en el siglo III (Sobre el Anticristo, VI).
También
estos no son hechos contingentes y relativos; pero representan la encarnación
de dos doctrinas y fuerzas que luchan para la salvación o la ruina de la
humanidad.
b) Los Padres Eclesiásticos.
En
el 354-430, San Agustín (La
Ciudad de Dios, XIV,28) hablaba de <<dos amores, que
han dado lugar a dos ciudades: aquella terrena que nace del amor de por sí
inclinado al odio de Dios, y aquella celeste que nace del desprecio de sí hasta
el amor de Dios>>
En
el siglo VI San Gregorio Magno (Moralia, XXXIV,4) retomaba el tema de los
caminos o fuerzas que se contraponen, no particular, relativa o de manera
contingente, sino por principio y universalmente.
El "Doctor Oficial" de la Iglesia.
Santo
Tomás de Aquino, en la Suma Teológica ,
explica que "quien gobierna debe
conducir sus súbitos al propio fin. Ahora el fin del diablo es el alejamiento
de la criatura de Dios (…) presentado
bajo forma de libertad" (S.T. III,q.8,a.7). O sea, la táctica infernal
de Satanás es aquella adoptada del liberalismo: poner la libertad como un
Absoluto y como un Fin último del hombre y no como un medio útil para tomar el
fin próximo, que es el bien (buen uso de la libertad) y no el mal (mal uso de
ella). El fin de Dios es de salvar el género humano, atraerlo hacia Él. Como se
ve, se trata de una Doctrina, de una Verdad dogmática y no solo de un hecho históricamente
limitado y contingente.
Siempre,
-según los seguidores del Doctor angélico-
como los buenos forman (en sentido estricto) el Cuerpo místico de la
Iglesia de Dios, bajo el comando de Jesús; así los
malvados forman una "suerte" (en sentido lejos) de Cuerpo místico del Infierno, bajo el
imperio de Satanás.
No
obstante no es una semejanza perfecta entre estas dos realidades; sino solo una
analogía, ya que Cristo gobierna directamente
el espíritu humano, mientras el diablo
solo indirectamente. En efecto, mientras Cristo influye directamente sobre
el intelecto y la voluntad del
hombre, el diablo no puede actuar
directamente sobre esta facultad espiritual,
así pues gobierna a sus adeptos solo desde afuera, por medio de los sentidos externos del hombre, tentándolo y llevándolo
al pecado bajo apariencia de libertad (S.T. ivi, a.7).
Por
eso Satanás puede ser bien definido como "Pater
omnium liberalistarum" mientras Jesús es el "Pater et Episcopum omnium antimodernistarum".
En
el artículo 8 de la Su Teología
(III.q.8) el "Doctor extraordinario" especifica que "el Anticristo puede ser llamado el jefe de
los malvados a causa de la plenitud de su maldad, ya que estará bajo la
influencia del diablo y tocará la cumbre
de su maldad y de la rebelión contra Dios" . Además: "En el Anticristo estará presente el jefe de
todos los malos (el diablo), no por unión personal, ni para habitar
íntimamente, ya que solo Dios Trino penetra el alma (…) sino solamente por los
efectos de su malicia" (ivi, ad 1um).
En
efecto, "como la Cabeza de Cristo es Dios,
Cristo es igualmente Cabeza de la
Iglesia (…) así, el Anticristo es miembro del diablo y aún él
mismo es Jefe de los malos (según una cierta analogía)" (ivi, ad 2um). Puesto que <en el Anticristo, el diablo
llevará a termino la propia malicia,
logrando en el Anticristo el perfecto cumplimiento de sus esfuerzos> (ivi, ad
3um).
Por
lo tanto, el Anticristo final (de
otra forma de los "Anticristos iniciales"), para Santo Tomás, que
sigue la opinión común de los Padres de la Iglesia , es una persona física y no una época o una
institución, como consideran algunos
exégetas modernistas o liberales los cuales se
alejan –así- de la
Tradición apostólica de la Iglesia (3)
El Magisterio
El
Magisterio auténtico de la
Iglesia ha precisado que es "una vasta conspiración, tramada contra el Rey y los Imperios (temporales
y espirituales, o sea el Trono y el Altar, ndr (Pío VI, Alocución al Concistorio, 17 de junio 1753).
Además,
Pío VII enseña que "se ha formado
una conjura (<conjuratio>) contra
el Depósito (4) de la Doctrina Cristiana "
(Encíclica Diusatis, 15 mayo 1800).
Pío
VII escribe que "en la alocada
esperanza de destruir la
Iglesia , la mayor parte de los enemigos de Cristo se han
unido en Sociedades secretas y Sectas ocultas, para agregar, en tal
manera, un mayor numero de adeptos a su
complot" (Encíclica Ecclesiam a Jesu Christo, 13 setiembre 1821).
Pío
IX luego habla de los "hijos de este
mundo que se esfuerzan (…) de combatir, de manera encarnizada, la Iglesia de
Cristo (…) con criminales "complots" (…) en los cuales se reúnen
todas las Sociedades secretas, salidas del
infierno para destruir el Reino de Dios por todas partes"
(Encíclica Qui pluribus, 9 noviembre 1846).
Según
León XIII, el género humano se divide (místicamente o espiritualmente) en dos
campos opuestos e enemigos: “desde el pecado de Adán (...) el mundo se ha
dividido en dos campos enemigos, los cuales no cesan de combatirse, el uno por
la verdad y la virtud, el otro por todo lo contrario” (Encíclica Humanum Genus , 1884).
El
mismo Papa continua y explica, tomando las enseñanzas de los Padres y de los
Santos, que el primer campo, partido (5),
estandarte (6) o ciudad (7) es la Iglesia, mientras el segundo
es <el reino de Satanás y
especialmente la Masonería, en la cual se encuentran todos aquellos que siguen
los ejemplos del diablo y de nuestros progenitores >(ivi).
La razón teológica
Es
verdad que <la contra-Iglesia> (en general) está compuesta de muchas
fuerzas aparentemente o accidentalmente
en oposición entre ellas, pero ellas están realmente o sustancialmente unidas:
1º) en cuanto a la "causa final”: es el único fin que persiguen, incluso si no siempre
de manera consciente, los supuestos de
Satanás. Es común a todos ellos el odio hacia el verdadero Dios (Padre, Hijo y
Espíritu Santo) y su Iglesia (católica, apostólica y romana), o sea, el
anti-catolicismo (conspiración contra la Iglesia de Dios).
2º)
en cuanto a la "causa eficiente
de la contra-Iglesia o <Reino de este mundo>: ella es Lucifer o el diablo
que se rebeló contra Dios gritando "non serviam" y fue precipitado al
infierno donde "conspiran" y recorren el mundo a perder las
almas" (León XIII). Él es una especie de Jefe de un perverso
"contra-Cuerpo místico" que el Apocalipsis (II,9; III,9) llama "Sinagoga
de Satanás".
Monseñor
Piero Carlo Landucci en su "Comentario al Apocalipsis", escribe:
"Habiendo rechazado al Mesías, (…) los Judíos incrédulos habían perdido
todas las promesas (del antiguo Testamento), y su herencia era traspasada al
"Israel de Dios"(Gal. VI,16) o sea, al verdadero pueblo de Dios que
es la Cristiandad
(…) viniendo a ser " hijos del diablo" (Gv. VIII, 44) para así constituir la "Sinagoga de Satanás", aparece neta la contraposición entre la
"Sinagoga" como expresión
del Judaísmo enemigo de Cristo, y la "Iglesia"
como expresión del Cristianismo (…).
A
la "Sinagoga de Satanás" se
contrapone la "Iglesia", o
sea, el Pueblo de Dios que es la
Cristiandad " (P.C. Landucci, Comentario al Apocalipsis, Milán, Fabbri,
1967, p.26).
La
"Sinagoga de Satán" no es
solo relativo al 80-90 d.C, cuando San Juan escribía el Apocalipsis y lo
enviaba a las a las "siete
iglesias" de su tiempo, sino que es la contra-Iglesia demoníaca que
combate desde el pecado original al género humano y a la verdadera Iglesia de
Dios (del Antiguo y del Nuevo Testamento) hasta el fin del mundo (Gen.III, 15;
Apoc.XX-XXII).
3º)
Tal Cuerpo místico de malvados, los
frívolos, los mundanos o "los hijos de este siglo", forman la
"causa material" del <Reino de este mundo> en oposición al
<Reino de los Cielos>
4º) La esencia o "causa formal" de la
contra-Iglesia es el orgullo, la autonomía y la independencia absoluta, o sea,
quiere ser fin en sí misma; es la esencia del pecado de Lucifer ("non
serviam") y de Adán ("eritis Sicut dil"): no querer o deber
depender de Dios y de cualquier Autoridad humana, es la auto-suficiencia
naturalista, racionalista, liberal-modernista y la auto-divinización
esotérica/panteísta del hombre.
Conclusión:
Por
esto, creo poder decir que el problema
genérico es fácilmente resumible en la oposición entre Iglesia y
contra-Iglesia, la cual se encuentra ya
testificada al inicio del Antiguo
Testamento. En efecto, en el Génesis (III, 15) Dios revela que tendrán lugar
"las enemistades entre la serpiente
y la Madre de
Jesucristo, entre la raza del diablo y aquella de Cristo. Ella aplastará la
cabeza del diablo que, acechando, intentará
morder su talón".
Como
también el último Libro del Apocalipsis (XX, ss) narra la derrota de Satanás y
del Anticristo por parte de Jesús y la lucha entre Dios y el Maligno, los buenos y los malvados, desde el inicio del mundo
hasta su fin (XXI. ss.)
Además,
el problema específico es resoluble en
el sentido que el complot contra la Iglesia viene testificado en las Fuentes de la Revelación no solo como
un hecho histórico contingente o restrictivo a ciertas circunstancias
particulares de la vida de Jesús y de los Apóstoles, sino como una doctrina
preservando una entidad y una fuerza dinámica
malvada que (con el permiso de Dios, el cual extrae de cada mal un bien
mayor) desde el inicio del mundo hasta su fin contra el Altísimo y su obra de
Santificación y Redención de las criaturas
provistas del intelecto y voluntad, ayudando, no obstante, sus
consecuencias, al cumplimiento de la obra de la Redención , así como el
diablo, que –en el plan y con el permiso divino <estimula a hacer crucificar
a Jesús>, fue luego víctima de su mismo "complot": permaneció
desenmascarado y ayudó indirectamente al cumplimiento de la salvación del
género humano. Dios actúa así: se sirve de la estúpida malicia y
"astucia" de los malvados para confundir sus "fuerzas" y
exaltar a los humildes y sus pequeños hijos. La doctrina del complot de la
contra-Iglesia es el hilo conductor de toda la Historia Sacra del Génesis
hasta el Apocalipsis. Por lo tanto, parte de la Verdad dogmática y moral del
"Depósito de la Fe ".
Por
lo tanto, no es solo permisible, sino necesario, el estudio del complot sin temor
de ser ridiculizados como "complotistas". En cambio, minimizar,
menospreciar o ignorar el estudio del
complot es una participación implícita y pasiva en el complot contra Cristo,
María, la Iglesia y la Cristiandad ("S-complotismo"), Mientras
estudiar para combatir el complot ("Complotismo") significa
participar activamente y explícitamente en
el cumplimiento de la obra de la Redención, en "instaurar y restaurar todo
en Cristo" (San Pío X).
Santo
Tomás, (S.T. III, q.8, a.7) explica la Razón teológica que, como los buenos
forman (en sentido estricto) el Cuerpo
Místico de la Iglesia
bajo el comando de Jesús, así los malvados forman una "suerte" de Cuerpo
místico del Infierno bajo el imperio de Satanás.
El papa
Pío VII, por medio del Magisterio, enseña la existencia de "una conjura (<conjuratio>) contra
el Depósito de la Doctrina cristiana (8)
" (Encíclica Diu Satis, 15 mayo 1800). Mientras Pío IX habla de "hijos de este mundo que combaten contra la Iglesia de Cristo con
infernales complots para destruir el Reino
de Dios por todas partes (Enciclica Qui pluribus, 9 noviembre 1846). (9)
Estando
así las cosas, se puede decir que la doctrina del complot de Satanás (la
anti-Iglesia) contra Dios y su Iglesia forma parte del Depósito de la Fe , puesto que está testificada
en la Sagrada Escritura ,
en la Tradición ,
en el Magisterio constante de la
Iglesia y explicada con la Razón teológica del Doctor Común de la Iglesia.
Don
Curzio Nitoglia.
http: // doncurzoitogia.net/2013/02/10/239/
(1)-. <Quare
cecidisti, Lucifer?. Porqué estás caído, oh
Lucifer? (…) Tu que decías: "subiré
hasta el cielo, pondré mi trono más allá de las estrellas del Señor" (…)
"Yo quiero subir más allá de
las nubes y ser igual que el Altísimo". Por eso eres precipitado en el
Infierno> (Is. XIV, 12 s.)
.<Y se hizo una gran batalla en el Cielo. Miguel y sus
ángeles combatieron contra el Dragón; y el Dragón y sus Ángeles malvados
combatieron, pero no vencieron, y para ellos no hubo más lugar en el Cielo>
(Apoc. XII, 7). En el Apocalipsis el Dragón es Satanás) "Draco, Serpens antiqus, qui est Diabolus et
Satanas", XII,9), enemigo capital del Cordero (Jesús), vencedor en el
Cielo, de San Miguel y del ejército angélico, enfrenta sobre la tierra a la Mujer (La Iglesia y María
Santísima), pero ésta al final permanece victoriosa y el Dragón es derrotado
junto a su factor principal, el Anticristo final (Ap. XIII; XX,2). Cfs. Antonio
Romeo, voz "Dragón", en "Enciclopedia
Católica", Ciudad del Vaticano, 1950, vol. IV, coll.1921-1925.
. "Vi a Satanás caer del Cielo como un relámpago " (Lc.X, 18)
. Cfs. Santo Tomás, I, q.50, a.l; ivi, q.95,a.2.
(2) Con respecto al castigo, que precederá al triunfo de la Iglesia sobre la
contra-Iglesia (en el artículo que he publicado sobre la "Actualidad del
Diluvio Universal") he hablado solamente del Diluvio de agua en los
tiempos de Noé, ahora surge una dificultad, ya que Dios ha prometido que no habría
otro Diluvio de agua.
. Pero San Luis G. de Monfort ("Oración
Ardiente", n.16) aclara que ha habido un Diluvio de agua en el Antiguo
Testamento; luego el Diluvio de la Sangre de Cristo derramada
sobre la Cruz ,
que ha dado inicio a la
Cristiandad ; y luego habrá
una "gran apostasía" que será restaurada con un Diluvio de fuego, de
Caridad y Justicia, de parte de María Santísima y de su Esposo, el Espíritu
Santo, consustancial al Padre y al Hijo.
. La Virgen en Fátima (13 de mayo 1917) ha confirmado:
"al final mi Corazón Inmaculado triunfará"!
. San Maximiliano Kolbe (en julio de l939) ha escrito:
"vivimos en una época que podría ser llamada el inicio de la era de la Inmaculada "
(escritos de Maximiliano Kolbe, tr.Italia, Florencia, Ediciones Ciudad de Vida,
1975-1978, vol. III, p.555), En una carta al Padre Floriano Koziura (30 de mayo
1931) ha especificado." Bajo su estandarte combatiremos una grande batalla
y elevaremos sus banderas sobre las fuerzas del poder de las
tinieblas"(Ibidem, vol. I, p.550).
. El Magisterio, con Pío XII, nos ha enseñado a poner de
nuevo "una gran esperanza para que pueda surgir una nueva era, animada por
la paz cristiana y del triunfo de la religión" (Encíclica Ad Coeli Reginam, 11 octubre 1954) y a
tener "la certeza que la restauración del Reino de Cristo por medio de
María no dejará de suceder" (Radiomensaje
al Congreso Mariano de Lourdes, 17 setiembre 1958).
(3) Cfr.L. Billot, La Parousie ,
Paris, Beauchesne, 1920)
(4) Depósito de la
Fe ("Depositum
Fidei") es una expresión que aparece en las dos Epístolas de San Pablo
a Timoteo (1 Tim., VI, 20; 2 Tim. I,14). Se encuentra también en los escritos
de los Padres Apologéticos y Eclesiásticos: especialmente en Tertuliano (De praescriptione haereticorum, XXV) y
en San Vicente de Lerins (Commonitorium
primum,XXII) y está sancionada dogmáticamente por el Concilio Vaticano I
(sess. III, cap.4, DB 1798 ss.). Ella significa la Doctrina de la Fe
o la Revelación
de Dios integra y completa. Pertenecen a ella las Verdades de Fe contenidas
en la Revelación Pública
y no en las revelaciones privadas. En efecto, el "Depósito" que San
Pablo escribe "divinamente Inspirado", <sin lugar a error> ("Scriptura") asistido del "Espíritu Santo
("Tradere, Traditio") a su discípulo y colaborador Timoteo está, junto a la Revelación divina (1
Tim., VI,1; IV,6) contenida en la Tradición y en la Escritura. Jesús
ha instituido el Magisterio (que es un "Lugar teológico") para que el
"Depósito de la Fe ",
confiado a la Iglesia ,
sea siempre conservado, transmitido e interpretado fielmente .Por eso, el
derecho y el deber de conservar, explicar y defender el "Depósito de la Fe " pertenece solo al Papa
y/o al Papa y a los Obispos unidos con él, sea en el "Magisterio
Extraordinario Universal" de los Obispos en sus Diócesis, pero unidos al
Papa ("cum Petro et sub Petro").
Quien elimina o reduce la importancia
capital del Magisterio se comporta, análogamente a los Cismáticos dichos
"ortodoxos", en lo que
concierne de la sola Tradición como los heréticos protestantes, en lo
concerniente de la sola Escritura. En cambio, para la Fe católica, las dos Fuentes de
la Revelación
son interpretadas por el Magisterio y particularmente la Escritura a la luz de la
Tradición y la Tradición
a la luz del Magisterio. En efecto, solo el Magisterio puede establecer el
significado exacto de la
Tradición y de la Escritura a la luz de la Tradición.
De
esta Revelación forman parte los Dogmas, la Moral , la Liturgia y el Ordenamiento jerárquico de la Iglesia. El autor
sacro humano que recibe de Dios el "Depositum
Fidei", lo custodia y lo
transmite, pero no es el propietario que
puede cambiarlo a su placer, es solo el instrumento o el "Ministro"
de aquel que se lo ha consignado para que lo conserve íntegro y puro. El
"Depósito de la Fe " viene de Dios y está confiado a los hombres a
los cuales está asegurada una particular asistencia del Espíritu Santo (2 Tim.
I, 14). En lo que respecta a la Sagrada
Escritura , es la "Divina Inspiración" es la Revelación divina por
escrito; mientras para la
Tradición apostólica ella es transmitida a viva voz de Cristo
a los Apóstoles y, más allá de ser
transmitida oralmente, la
Tradición es puesta también por escrito (v. Padres
Apostólicos, apologistas y Eclesiásticos), no es escrita por "Inspiración
divina", sino es consignada o
transmitida de Dios a los Apóstoles y de éstos a sus sucesores con una
asistencia no menos fuerte llamada "Consejo Docente del Espíritu Santo" ("El Espíritu
Paráclito os enseñará cada cosa y os sugerirá todo aquello que os diré",
Gv, XIV, 26). En breve, la
Tradición no está escrita bajo "Divina Inspiración", sino es
enseñada oralmente bajo "Sugerimiento divino" (cfr. Santo Tomás,
III,q. 64, a .2,ad.2;
I.B. Franzelin, De Divina Traditione,
Roma, 1887).
El
"Depósito de la Fe "
no puede sufrir alteraciones, puede ser profundizado homogéneamente "eodem sensu, eademque sententid" (Conc.Vat.I,
sess. III, cap.4; DB 1800) para transmitir a los fieles la riqueza de la Sapiencia divina y para
encontrar las armas con las cuales combatir a sus empuñadores (cfr.F.
Marín-Solá, L´évolution homogène du dogme
catholique, Friburgo 1924, I vol., pp.299-341).
Efectivamente, no se puede enseñar la Fe sin condenar los errores.
Por lo tanto, las fórmulas dogmáticas o las
Definiciones infalibles declaran solamente que la Verdad definida ( por
ejemplo: La Asunción
de María Santísima al Cielo) están ya contenidas en el depósito de la Revelación o de la Fe y son solamente Definiciones
más explícitas y claras de aquello que estaba contenido en el Dato revelado o
en las definiciones anteriores implícitamente (cfr. Santo Tomás, II-II,
q.I,a.9, ad 2; ivi, a.10,ad.1; G. Ameri, voz "Depósito de la Fe ",
en "Enciclopedia Católica", Ciudad del Vaticano, 1950, vol. IV,
coll.1442 ss).
(5) San Luis M. G. de Monfort en el "Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María " habla de "dos partidos: aquél de Satanás
y sus secuaces y aquél de María, Jesús y sus fieles".
(6)San Ignacio de Loyola, en sus "Ejercicios Espirituales" habla de "dos campamentos y "dos banderas"; aquellas de Jesús contra aquellas de Lucifer.
(7) San Agustín de Hipona, en "De civitate Dei" escribe respecto a "dos ciudades; esta de Dios y aquella de Satanás.
(8) Cfr. nota n.4.
(9) Cfr. M. Pinay, Complot
contra la Iglesia ",
Roma, 1962.