lunes, 4 de febrero de 2013

DE NUESTROS LECTORES: CARTA AL PADRE JEAN MICHEL FAURE


      



                                                                 Buenos Aires  04-02-13

Reverendo Padre Jean-Michel Faure.

 Estimado Padre,

                                                                  Ya hace muchos años que lo conozco, y aunque usted sepa el aprecio que le tiene mi familia en general y yo en particular, creo que es momento de manifestárselo mas formalmente.

         Usted conoció de muy cerca al querido fundador de la Fraternidad San Pio X Monseñor Marcel Lefebvre, y también fue un sacerdote de confianza para él. Baste decir que fue usted quien lo acompaño en sus viajes a Latinoamérica, en donde el arzobispo lo dejo como superior del distrito y director del seminario de La Reja.

         No hace falta decir que su celo sacerdotal fue infatigable, toda la Tradición Católica de América del Sur lo puede testimoniar. Sin embargo no es mi intención ahora  recordar todo lo que hizo por el bien de las almas. Le escribo esta carta para manifestarle mis felicitaciones mas sinceras, al mismo tiempo que mi alegría, frente al acto que usted viene de hacer.

         Es del dominio público que la obra fundada por Monseñor Lefebvre está sufriendo una crisis muy grave. Los superiores, detentores de la autoridad, no parecen estar siguiendo los pasos del arzobispo Lefebvre en el combate por la Tradición Católica. Y sin embargo todo continua, o parece continuar, como si nada ocurriera. Son muy contadas las reacciones de sacerdotes frente a esta invasión neo-liberal; y quizás se deba justamente a esa doble cara característica de la peor de las herejías.

         Es por eso que quería decirle que su acción, además de ser muy valiente al mismo tiempo que respetuosa, será un ejemplo que vendrá a iluminar tanta confusión dentro de la Fraternidad San Pio X.  Es de esperar que la mayoría de los sacerdotes de esta misma Fraternidad, de los que estoy segura que comparten y se regocijan de su actitud, sigan su ejemplo de fidelidad tanto a la Iglesia de siempre como al sendero trazado por Monseñor Lefebvre, lo cual viene a ser lo mismo.

         Continúe Padre en el camino de la verdad, y que Dios y la Virgen María lo protejan.
                                                  
                                                     Luisa Frei  Hostench de Masuda