Utinam! Que el cielo hubiera querido que el Consejo General hubiera tenido al Catecismo del padre Gaudron como su lectura de cabecera. ¡No estaríamos aquí!
Se ha estado mencionando últimamente entre los padres de la Resistencia el "Catecismo Católico de la Crisis en le Iglesia" escrito por el Padre Matthias Gaudron, FSSPX en 1997. Este catecismo fue publicado en francés en la revista "Le Sel de la Terre" de los Dominicos de Avrillé en sus números 48 a 57. Más adelante fue publicado un libro con este material.
Les presento a continuación el apartado al que se refiere el sacerdote que escribió la "Breve reflexión sobre el texto del Preámbulo Doctrinal del 15 de Abril" y que nos mostrará claramente lo que la FSSPX predicaba anteriormente sin censuras. Si desea leer todo el capítulo (cap. X) lo he subido aquí en donde también lo puede descargar para difundirlo.
Al final de la entrada, damos los enlaces para descargar otros capítulos.
■100.- ¿No ha sido posible continuar
caminando con Roma?
El sentido común indica –y la
experiencia lo confirma- que actualmente es imposible vivir plenamente y
defender la fe católica siendo aprobados por la Roma conciliar. Luego de las
consagraciones episcopales de 1988, Roma concedió la celebración de la antigua
liturgia a algunas comunidades, pero en contraparte tuvieron que reconocer la
nueva misa como un rito plenamente legítimo y abstenerse de cualquier crítica
al Vaticano II. Particularmente han tenido que aceptar (o por lo menos, no
criticar) la libertad religiosa y el ecumenismo. Un silencio tal constituye,
por sí mismo, una complicidad culpable.
+ ¿Cuáles
son las comunidades que han obtenido la liturgia tradicional a cambio de su
silencio sobre los errores del Vaticano II?
Las comunidades que obtuvieron la
liturgia tradicional a cambio de su silencio sobre los errores del concilio
Vaticano II son en particular la Fraternidad San Pedro (originada de una
escisión de la Fraternidad Sacerdotal
San Pío X en 1988), el Instituto Cristo Rey (fundado por el padre Wach en
Gricigliano, cerca de Florencia), la abadía benedictina de Barroux (reunida
desde 1988), la Fraternidad San Vicente Ferrer en Chéméré (la cual cambió
bruscamente del sedevacantismo a la adhesión conciliar en el momento en que
Monseñor Lefebvre negociaba con Roma en 1987), el Instituto Opus Mariae (del
padre Wladimir), los dominicanos educadores de la rama de Pontcallec (fundada
por el padre Berto) y el más reciente, la Fraternidad San Juan María Vianney de
Campos, Brasil (dirigida por Monseñor Rifan, adherida desde el año 2002). Estas
comunidades son designadas bajo el nombre global de “comunidades Ecclesia
Dei”.
+ ¿Por
qué todas estas comunidades llevan el nombre general de “comunidades Ecclesia Dei”?
Estas comunidades llevan el nombre
genérico de “comunidades Ecclesia Dei” porque la mayoría de ellas
dependen de la comisión del mismo nombre, fundada en Roma luego de las
consagraciones episcopales de 1988 para recuperar a los desertores de la
Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
+ ¿Qué
manifiesta el nombre “Ecclesia
Dei”?
Las palabras “Ecclesia Dei” constituyen
el título del documento que excomulgó a Monseñor Lefebvre: se puede decir que
todas estas comunidades fueron establecidas sobre ésta excomunión,
beneficiándose así, según ellas dicen, del acto heroico de Monseñor Lefebvre el
30 de junio de 1988. Si el fundador de Ecône no hubiera anunciado (el 29 de
mayo de 1987) y luego efectuado (el 30 de junio de 1988) estas consagraciones
episcopales, la Roma conciliar no hubiera acordado nunca la liturgia
tradicional en todas estas comunidades.
+ ¿Por
qué la Roma conciliar está tan molesta por estas consagraciones episcopales?
La Roma conciliar está muy molesta por
estas consagraciones episcopales porque garantizan la supervivencia de la
Tradición. Se puede pensar que la reacción tradicionalista se apagaría por sí
misma si no hubiera obispo para ordenar sus sacerdotes. Monseñor Lefebvre,
siendo ya anciano, no sería más que cuestión de tiempo –y la estrategia de Roma
conciliar consistía en ganar ese tiempo. Las consagraciones de 1988 invirtió la
balanza de fuerzas. Aunque hayan abandonado a Monseñor Lefebvre, las
comunidades Ecclesia Dei lo han aprovechado. Roma les otorgó la liturgia
tradicional para desligarlos de Monseñor Lefebvre.
+ ¿Las
comunidades Ecclesia
Dei reconocen que deben su prosperidad a las consagraciones de 1988?
No siendo toleradas mas que en la
medida en que son ostensiblemente separadas de él, las comunidades Ecclesia
Dei evitan generalmente reconocer que se deben a Monseñor Lefebvre. Ciertos
laicos tienen, sin embargo, una mayor libertad de palabra. En el 2006, el
director de Remnant periódico del movimiento Ecclesia Dei en los
Estados Unidos- reconoció públicamente que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
era como el contrapeso que permitía a las comunidades Ecclesia Dei
existir y desarrollarse. En consecuencia, lógicamente declaró no desear en
absoluto un acuerdo entre la Roma conciliar y la Fraternidad San Pío X, porque
este desplazamiento de contrapesos podría debilitar a todo el movimiento
tradicionalista.
+ Todas
estas consideraciones tácticas ¿no son demasiado humanas?
Es inherente al Vaticano II el
reemplazo de la valiente afirmación de la fe católica por la táctica, la
diplomacia y el diálogo (los textos sobre la libertad religiosa y el ecumenismo
son su más clara manifestación). En cambio, Monseñor Lefebvre siempre se ha
conducido por consideraciones de fe. No procedió a las consagraciones
episcopales de 1988 más que para continuar transmitiendo la fe y los
sacramentos católicos. Conservando siempre esta misma perspectiva, se puede
constatar que la fe del fundador de Ecône –que nunca quiso hundirse en las
astucias humanas- resultó finalmente mucho más hábil que todas las maniobras de
los diplomáticos del Vaticano.
+ ¿Las
consagraciones episcopales de 1988 pueden entonces ser consideradas como una
gran victoria de la Tradición católica?
Sí, las consagraciones episcopales de
1988 constituyen una gran victoria de la Iglesia. Salvaron la misa tradicional.
La progresión lenta pero real de la misa en el seno de la Iglesia es un fruto
irrebatible.
+ Entonces,
si la victoria se ha conseguido ¿Qué impide actualmente la reconciliación con
las autoridades romanas?
Las consagraciones de 1988
contribuyeron a salvar la Tradición católica no solamente asegurando la
transmisión del sacramento del orden –y por lo tanto de la misa y los
sacramentos tradicionales- sino también protegiendo de los errores conciliares
a una pequeña parte del rebaño de la Iglesia.
Ahora bien, estos errores conciliares
continúan asolando la Iglesia y reinan en la misma Roma. Para continuar
protegiéndola eficazmente, es necesario guardar la distancia con las
autoridades romanas. La victoria definitiva todavía está por venir.
+ ¿No
se podría continuar resistiendo a los errores conciliares sin estar
distanciados de las autoridades legítimas de la Iglesia?
En tiempos de epidemia, la prudencia
más elemental exige separar estrictamente los enfermos de los sanos. Una cierta
comunicación es indispensable (para curar a los enfermos), pero se limita lo
mas posible y se rodea de grandes precauciones. Sucede lo mismo en la situación
actual: No se puede frecuentar de manera habitual a las autoridades conciliares
sin exponerse a contraer sus errores. El ejemplo de las comunidades Ecclesia
Dei es la prueba manifiesta.
+ Los
miembros de las comunidades Ecclesia
Dei han admitido los errores conciliares o solamente guardan silencio
respecto a ellos?
Sin pretender juzgar su fuero interno
ni las excepciones posibles, parece que la mayoría de los miembros de las
comunidades Ecclesia Dei han
terminado, desgraciadamente, por adherirse a los errores conciliares. Empezaron
por un silencio que juzgaron prudente. Luego tuvieron que dar concesiones poco
a poco. Fueron sometidos sin darse cuenta a la presión psicológica del
liberalismo –tanto más eficaz cuando parece menos apremiante. Al fin,
terminaron por prohibirse pensar de manera diferente a como hablan y actúan.
(“A fuerza de no vivir como se piensa, dijo Paul Bourger, se termina por pensar
como se vive”). En poco tiempo, se
metieron enteros por el engranaje en el cual imprudentemente pusieron el dedo.
+ ¿Esta
aceptación de los errores conciliares es común a todas las comunidades Ecclesia Dei?
Sin duda existen matices, pero en
términos generales, todas las comunidades Ecclesia Dei están adheridas a
los errores conciliares. Desde su adhesión de julio de 1988, la abadía de
Barroux había públicamente puesto como condición: “Que ninguna rectificación
doctrinal o litúrgica sea exigida de nosotros, que ningún silencio sea impuesto
a nuestra “predicación antimodernista”. Ahora bien, desde el mes de
octubre siguiente, un monje constataba: “Una cierta relativización de la
crítica de Dignitaits humanae y de Asís” en el seno de la abadía. De
hecho, Le Barroux llegará incluso a tratar de justificar públicamente los
errores del Vaticano II.
-La Fraternidad San Pedro que
pretendía, al principio, continuar exactamente lo que hacía la Fraternidad
Sacerdotal San Pío X (excepto las consagraciones episcopales) ha sufrido la
misma suerte.
+ ¿Las
comunidades Ecclesia
Dei continúan firmes al menos en la liturgia?
-Lejos de resistir firmemente, todas
las comunidades Ecclesia Dei han mas o menos aceptado la nueva liturgia
a la cual evitan de atacar con decisión: Dom Gérard (abad de Barroux) tuvo que
concelebrar la misa nueva con el papa (el 27 de abril de 1995). El padre Wach
(superior del Instituto Cristo Rey) ya había hecho lo mismo (el 21 de diciembre
de 1991). Monseñor Rifan también tuvo que concelebrar la nueva misa (8 de
septiembre del 2004). La Fraternidad San Pedro debió aceptar el principio de la
concelebración de la misa de los crismas (del Jueves Santo) con el obispo de la
diócesis donde está establecida (reunión de Rocca di Papa, 8 al 12 de febrero
del 2000). La Fraternidad San Vicente Ferrer es un poco mas reservada: predica
“solamente” la asistencia en hábito de coro y la comunión en la misa de los
crismas del Jueves Santo (pero aquí ya existe participación litúrgica y por lo
tanto, una aceptación de la nueva misa).
+ ¿En
compensación de este compromiso, las comunidades Ecclesia Dei obtienen al menos vastas
posibilidades de apostolado?
-La situación es diversa dependiendo
el país (y en Francia, según la diócesis), pero la mayoría de los obispos
continúan muy restrictivos con respecto a las comunidades Ecclesia Dei .
Incluso los que no son muy hostiles dudan admitirlos por temor a las reacciones
del clero y de laicos “comprometidos”. Roma teme por su parte las reacciones de
los obispos. La situación de las comunidades Ecclesia Dei sería de suma
fragilidad sin el contrapeso de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
+ ¿Qué
manifiesta, en definitiva, esta situación?
La situación de las comunidades Ecclesia
Dei son obligadas de abandonar poco a poco la doctrina tradicional y que,
sin embargo, no son aceptadas mas que con muchas restricciones en las
diferentes diócesis confirma la evidencia de que realmente existe el “estado de
necesidad” invocado por Monseñor Lefebvre para justificar las consagraciones
episcopales de 1988. Hoy en día, como entonces, es imposible para los que
quieren defender la fe católica hasta el final colaborar con Roma. Pero esta
situación no durará indefinidamente. Nuestro Señor lo ha prometido: Las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mat.16, 18).
Otros capítulos del mismo libro para leer o descargar:
Capítulo I y II.- La Crisis en la Iglesia. La Fe
Capítulo III y IV.- El Magisterio de la Iglesia.- El Concilio Vaticano II.
Capítulo V .- La Libertad Religiosa
Capítulo VI.- El Ecumenismo
Capítulo VII.- La nueva misa.
Capítulo I y II.- La Crisis en la Iglesia. La Fe
Capítulo III y IV.- El Magisterio de la Iglesia.- El Concilio Vaticano II.
Capítulo V .- La Libertad Religiosa
Capítulo VI.- El Ecumenismo
Capítulo VII.- La nueva misa.