Cardenal Ottaviani y Cardenal Bacci. |
Lunes 11 de marzo de 2013
Análisis
de la Declaración doctrinal del 15 de abril de 2012
La Declaración doctrinal que
Monseñor Fellay envió al Cardenal Levada el 15 de abril de 2012 se mantuvo en
secreto hasta hoy, y contiene un artículo 7 que debe retener la atención de los
fieles:
“7 Nosotros declaramos reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los Sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la Iglesia según los ritos indicados en las ediciones típicas del Misal romano y de los Rituales de los Sacramentos legítimamente promulgados por los papas Paulo VI y Juan Pablo II.”
I.- Este artículo 7 constituye
una negación escandalosa de las conclusiones del estudio teológico Breve exámencrítico de la Nueva Misa (presentado a Paulo VI por los cardenales Ottaviani y
Bacci).
En efecto, este estudio trata
del rito en sí mismo, independientemente de la falta de intención del
celebrante. Los teólogos autores del Breve Examen Crítico, siguieron a Santo
Tomás de Aquino, al Concilio de Trento y a León XIII, para estudiar un eventual
vicio intrínseco al nuevo Ordo Missae procediendo con el método
requerido. El estudio del vicio de forma es primero en relación al estudio de
la falta de intención, como lo precisó León XIII en la encíclica Apostolicæ
Curæ sobre la invalidez de las ordenaciones anglicanas.
II.- De este estudio del Breve
Examen Crítico, se pueden sacar dos conclusiones coexistentes sobre la “nueva
misa”, una relativa a la bondad eventual de este rito, la otra sobre la validez
eventual de este mismo rito.
Existen en efecto tres
condiciones imperativas para que se pueda asistir a un oficio: que la misa sea
válida, que sea buena y que el sacerdote quiera hacer lo que quiere la Iglesia
de siempre. Una sola de estas condiciones mencionadas que no sea cumplida,
impide en conciencia asistir al oficio en cuestión.
La
misa debe ser válida (es el problema de la validez del sacramento)
La misa es un sacramento, no es
una oración. En tanto que no se comprenda esta diferencia esencial, no nos
percibimos de la crisis en la Iglesia mas que en sus dolorosas consecuencias
pero en ningún caso de las causas. El sacramento es una cosa sensible que
significa y produce la gracia. Para que un sacramento sea válido, es decir,
para que la gracia sea producida, se necesita que la cosa sensible signifique
realmente, concretamente, públicamente lo que ella debe significar: el agua del
bautismo debe ser verdaderamente agua y debe correr. De esta forma –nos dice el catecismo del
Concilio de Trento- nuestros sacramentos “son muy claros y no dejan lugar a la
incertidumbre”. (1)
En el caso de la misa, debe ser
conocido que se trata de un verdadero sacrificio, el sacrificio de la Cruz. (2)
La
misa debe ser buena (es el problema de la bondad de la Misa). (3)
En el breve examen crítico del
novus ordo de Paulo VI, los dos cardenales que presentaron al papa este
documento escriben : El novus ordo missae « se aleja de manera
impresionante, tanto en su conjunto como en el detalle, de la teología católica
de la santa Misa”. Así, suponiendo que la misa de Paulo VI sea realmente una
misa, de lo que conviene dudar, esta misa favorece la herejía. Por su destino, no
es buena y por consecuencia no se puede participar en ella. (4)
III.- El fundador de la FSSPX
concluyó sobre este último punto, que el nuevo ordo « conducía a la herejía”,
que fue igualmente la posición de Monseñor de Castro Mayer (5). Monseñor Lefebvre escribió igualmente: La
nueva misa es “mala en sí misma” (6).
Sobre el primer punto, él
demostró la existencia de una duda fundada sobre la validez del rito. Hablando
de la nueva misa a los fieles, dijo: “La Misa a la cual ustedes acaban de
asistir ¿fue válida?” (7). Otros
teólogos como el padre M. L. Guérard y el padre Coache llegaron cada uno por su
lado a la conclusión de invalidez.
Pero existe otra dificultad que
el artículo 7 de la Declaración se guarda bien de evocar: el rito de Paulo VI
es evolutivo.
Jean Madiran recordó en su
editorial del periódico Présent del 22 de mayo de 2008: “No se trata ya de
cambios eventuales de la misa de Paulo VI en sus ediciones oficiales típicas.
Se trata de “misas salidas de la misa de Paulo VI”, de las cuales esta es la
responsable, porque ellas salieron de aquélla gracias al carácter evolutivo que
ha sido suyo desde el origen, pero que es mucho más difícil de corregir […]”.
Esta praxis litúrgica evolutiva fue muy bien descrita en su tiempo en el folleto Missus Romanus, La revolución
permanente en la liturgia, editorial Cèdre 1975.
Además ya no existe la certitud
concerniente a la intención del celebrante (intención que no puede ser conocida
por la feligresía mas que por el respeto de un rito válido y estable).
Ahora es fácil de constatar que
el artículo 7 de la Declaración de Monseñor Fellay falsifica completamente el
pensamiento del fundador de la FSSPX sobre la “nueva misa”.
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1 Capítulo 14 §V, Materia y
forma de los sacramentos.
2 Un verdadero sacrificio, es
decir, el sacrificio propiciatorio. Esto es lo que nos opone irreductiblemente
a los protestantes. El canos 3° de la sesión XXII° del concilio de Trento,
precisa que aquél que dice que el sacrificio de la misa no es mas que un
sacrificio de alabanza, de acción de gracias o una simple conmemoración y no un
sacrificio propiciatorio, sea anatema.
3 Recordemos que la Misa es una
acción. Como toda acción ella puede ser buena o mala.
4Los que se sorprenden de que
una verdadera misa pueda igualmente favorecer la herejía, o dicho de otro modo,
que ella no sea “buena”, deben recordar que la Iglesia prohíbe por este motivo,
por ejemplo, la participación de los fieles en las misas válidas de los
ortodoxos (cismáticos) y a fortiori a las misas “negras” que son misas válidas.
5
Mgr Tissier, Marcel Lefebvre - une vie, pp 489 et 441.
6
Mgr Tissier, Marcel Lefebvre - une vie, p 491.
7 Mgr Lefebvre, Carta Abierta a
los Católicos Perplejos, IV. El Santo Sacrificio de la Misa.
Bernard de Midelt
Para Stageiritès