« Los fieles tienen un derecho estricto a saber que los sacerdotes a los que ellos se dirigen no están en comunión con una falsificación de Iglesia, evolutiva, pentecostalista y sicretista”. (Carta abierta a su eminencia el cardenal Gantin, Prefecto de la Congregación de los Obispos. Ecône, 6 de julio de 1988, Fideliter N° 64, julio-agosto de 1988, págs.. 11-12)
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No se
trata de un «celo amargo » ni « actuar con una dureza continua »,
sino de constatar un cierto liberalismo en la Fraternidad. Los hechos están
allí y nada se puede contra los hechos.
No
se trata de culpar a todo aquel que no esté de acuerdo con nuestro ideal, se
trata de constatar y de interrogarse sobre el hecho que los sacerdotes de la
Fraternidad no actúan según el ideal de la Fraternidad. La conducto doctrinal
excelente de tal o cual superior, o el celo de tal prior puede esconder esta
realidad ante nuestros ojos, pero es un hecho que, influenciados por los
ejemplos y los discursos de nuestro Superior General, ciertos cofrades,
teniendo la etiqueta “Fraternidad Sacerdotal San Pio X”, se conducen en la
práctica como los que ya se han adherido a Roma, y esto incluso antes de la
adhesión a la Iglesia conciliar.
Los
fieles tienen el estricto derecho a saber que un prior, durante una sesión de
teología, hizo notar que no podía decir: “Benedicto
XVI es un modernista”. Este prior le confió también a un cofrade de ya no
poder, en conciencia, hacer rezar a los fieles por “la conversión de Roma y de los obispos”, intención que es parte de
las intenciones de la Fraternidad (Cor Unum n° 35)
Los
fieles tienen el derecho estricto de saber que dos priores le confiaron al
Superior de un Distrito importante, que estaban listos para celebrar la Misa
Paulo VI (1er canon). Lo que se une a la observación de Monseñor Fellay
al cardenal Cañizares durante una visita de una abadía “Novus ordo” cerca de
Florencia”:
«Si Mons. Lefebvre hubiese conocido como se celebraba allí, no hubiese dado el paso que dio”.
¿Es celo amargo escandalizarse de estas reacciones ?
Los cardenales Bacci y Ottaviani, ¿no hubieran aprobado el “breve exámen
crítico”, por invitación de Monseñor Lefebvre, si hubieran visto “cómo se
celebraba la Misa allí?
Los
fieles tienen un derecho estrico a saber que en Kansas City, un sacerdote
reprendió a un fiel, el señor B. por hablar mal del “Novus Ordo”. Este
sacerdote le dijo “ahora ya no se habla
así”.
Los
fieles tienen un derecho estricto a saber que en Post Falls, un prior declaró
recientemente que el papel de la Fraternidad no era combatir al Vaticano II
sino el de velar por la santificación de los sacerdotes, como si estos dos
deberes pudieran oponerse.
Los
fieles tienen el derecho estricto a saber que en Chartres, un prior, para
tratar de justificar la política de Monseñor Fellay, trató de convencer a un
cofrade de que la beatificación de Juan Pablo II no fue tan grave porque “es al hombre que se ha exaltado” y no su
doctrina, y que la iniciativa de Asís III no fue tan escandalosa porque “el hecho que Benedicto XVI haya invitado
ateos, manifiesta que no se trató de una reunión religiosa”. ¿Es celo
amargo estar escandalizado de estas afirmaciones?
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que en Florida, un prior ha impedido
un pedido de libros contra el Concilio Vaticano II por la encargada. Denunciado
públicamente, debió, encolerizado, dar marcha atrás a su orden y llenar sus
estantes con estos libros. Lo mismo sucedió con el catálogo de Angelus Press
gracias a la vigilancia de los sacerdotes de la Fraternidad de estricta
observancia. Así, “Yo acuso al Concilio” y un fascículo sobre la jurisdicción
de suplencia que habían sido oficialmente descontinuados, reaparecieron en el
catálogo.
Los fieles tienen el estricto derecho de saber que
el Superior de Distrito de Estados Unidos ha pedido al Angelus Press abandonar
la publicación en lengua inglesa de “Si, si, No, no” y vigiló, durante el
congreso anual de Kansas City, que los conferenciantes se sometieran a las
modificaciones impuestas por la nueva línea de Monseñor Fellay. El Padre
Rostand también pidió que se borre toda traza de Monseñor Williamson en el
seminario de Winona que todavía difundía sus sermones, sus conferencias y sus
artículos. Extraña actitud ya que el mismo Monseñor Fellay dijo tener por “Monseñor
Williamson admiración, por sus golpes geniales en la lucha contra el Vaticano
II”…
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que el Padre Cyprian, que es un
sobreviviente de Barroux, de paso por Denver trató de probar en un sermón que
la situación en la Iglesia oficial estaba arreglándose, declaración que,
gracias a Dios, horrorizó al sacerdote de la Fraternidad que estaba presente.
Los
fieles tienen el derecho de saber que el libro del padre Troadec sobre « la
familia católica” contiene numerosas citas “aceptables”
de Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pero desgraciadamente se olvidaron
de relatar que Benedicto XVI, el 15 de diciembre de 2010, recibió en el
Vaticano a los pervertidos del “Gay
circus” para que realizaran su espectáculo. Porque como lo dijo San Pio X:
en un modernista, una página es católica pero la siguiente es racionalista. La
página católica no prueba nada con esa gente, cuya inteligencia está
corrompida.
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que en Brignoles, una hermana
titular hizo rezar en su clase por “nuestro
buen papa que renuncia” y se inquietó que en las familias se pudiera decir
que este papa no era buena siendo que él es quien “liberalizó la misa”. Esto turbó a uno de sus alumnos ya que antes
la madre decía que este papa “enseñaba
errores”.
¿Cómo
es que estas tomas de posición objetivamente contrarias a la línea y a los
principios de la Fraternidad han podido extenderse entre sus miembros si no es
por el ejemplo que viene de arriba?
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que el hecho de afirmar, hoy en día,
junto a Monseñor Lefebvre que: “Decir “salir
de la Iglesia visible”, es engañarse asimilando la Iglesia oficial y la Iglesia
visible” lo que implica, para numerosos superiores, el sedevacantismo que
para ellos representa el pecado de los pecados, mientras que se trata de una
hipótesis que, según Monseñor Lefebvre, podría ser “un día confirmada por la Iglesia, porque ella tiene argumentos muy
serios”.
En efecto, los fieles tienen el derecho estricto de
saber que en San Nicolás, ante los priores de Francia, el 9 de noviembre de
2012, un cofrado pidió a Monseñor Fellay la aclaración acerca de los rumores en
los que se afirmaba que el día 13 de junio había ido a Roma para firmar.
Nuestro Superior General negó que tal firma fuera posible –porque esa no era “la
manera de hacerse” – el hubiera “enviado el texto para estudiarlo…”, luego
explicó que “el acuerdo hubiera sido en tres tiempos…” Pero los padres
Lorans, Nély, Pfluger, en esa época y a varias personas, confiaron con alegría
que el 13 de junio Monseñor Fellay fue a Roma para firmar. Monseñor de
Galarreta, aunque con tristeza y aprensión, el 15 de junio le dijo a un cofrade
que esperara el anuncio de la firma por la radio el 13 de junio por la noche,
ya que “El, (Monseñor Fellay) había ido a Roma para firmar”.
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que los superiores de Distrito de Bélgica
y de Suiza, los padres Wailliez y Wuilloud, antes del 13 de junio de 2012,
hicieron un viaje a España expresamente para convencer al Superior de este
Distrito, durante dos días, de la bien fundada política de la adhesión a Roma
de Monseñor Fellay. Y al mismo tiempo, el Secretario General llamó por teléfono
al Superior de Inglaterra para reprocharle sus declaraciones durante una
conversación privada pero que fueron transmitidas a Menzingen. El Padre Thouvenot
no olvidó, durante esta conversación telefónica, de evocarle a este superior la
posibilidad de su exclusión del Capítulo.
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que para el padre Pfluger « no es solamente el estado de la Iglesia
posconciliar que es imperfecto, el nuestro también lo es” (octubre de
2012). Y que en noviembre de 2012, Monseñor Fellay confió a un cofrade que:
1) él
quería un reconocimiento canónico,
2)
estaba perfectamente de acuerdo con el padre Pfluger.
Los
fieles tienen el derecho estricto de saber que el padre Schmidberger, que
trabajó durante más de un mes en Roma en el protocolo de acuerdo, piensa lo
mismo:
« Las discusiones nos revelaron una cierta debilidad en nuestros rangos. Nosotros debemos tener la humildad de admitirlo. Nosotros hemos experimentado igualmente un proceso de clarificación en el interior. Nosotros no estamos de acuerdo con aquellos que rechazan toda discusión con Roma”.
El
Superior de Distrito de Alemania parece ya no estar de acuerdo con Monseñor
Lefebvre cuando puso fin a las relaciones con Roma en estos términos:
“Si no aceptan la doctrina de sus predecesores, es inútil hablar. Mientras no hayan aceptado reformar el Concilio considerando la doctrina de estos papas que los precedieron, no hay diálogo posible. Es inútil”. Fideliter, sept.-oct. 1988)
Sin
embargo es verdad que la Fraternidad en su mayoría no busca la adhesión a Roma
pero la comisión Ecclesia Dei que recibió la visita del padre Nély a finales de
diciembre de 2012 bien dijo: Es necesaria “la
paciencia, la serenidad, la perseverancia y la confianza”. La “reconciliación” no es mas que cuestión “de tiempo”. Sería bueno que nuestros
superiores nos dijeran que no es una cuestión de tiempo sino una cuestión de
principios. Pero exigir eso hoy en día es considerado celo amargo.
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que para impedirles juzgar, no se
temerá ni el ridículo ni el sofisma. Un prior en Francia trató de convencer a
sus fieles de que ellos no podían hacer un juicio como acto de inteligencia que
constata la verdad de una cosa (el doble lenguaje de Monseñor Fellay)
apoyándose en un tratado de santo Tomás hablando del juicio pero como un acto
del juez que dispensa la justicia. Se les recordó a los fieles que “Nuestro Señor fue compasivo, paciente,
condescendiente” con sus apóstoles tan imperfectos, que Él los “reprendió de una manera amable, paciente y
dulce, pero firme al mismo tiempo”. Pero esto es confundir y despreciar el “si si, no, no” de Nuestro Señor.
Los
fieles tienen el estricto derecho de saber que cuando un prior preguntó si la
negación de la ordenación de los dominicos y capuchinos estaba relacionada con
nuestras relaciones romanas, Monseñor Fellay le respondió:
« Es una falta de confianza personal que yo experimenté respecto a estas comunidades… y es una cosa tan grave el ordenar un sacerdote, que yo preferí esperar…” (9 de noviembre de 2012 en París)
Para
medir la grotesca y la soberbia inhumanidad de esta respuesta, los fieles deben
saber que los diáconos capuchinos estaban en retiro con los diáconos de la Fraternidad
cuando se les notificó la negativa a su ordenación. Ellos ahora pueden comparar
esta reacción de Monseñor Fellay hacia las comunidades amigas y la reacción de
Monseñor Lefebvre sometido a la presión romana:
« Ustedes saben que el nuncio vino a pedir que yo no haga las ordenaciones, entonces por supuesto que yo le dije : no es a diez días de las ordenaciones que se puede hacer una cosa semejante, no es posible. Yo diría, incluso hablando humanamente. Estos jóvenes sacerdotes han trabajado durante cinco años para prepararse a la ordenación, y a diez días de su ordenación, mientras que sus padres están listos para venir, mientras que las primeras misas han sido anunciadas en todas partes, es en este momento que me piden no hacer las ordenaciones. Ordenaciones que son legítimas. Estos seminaristas, que hicieron sus estudios de manera regular, tienen un derecho natural a tener el resultado de la preparación que han realizado” (Cospec 32A)
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« No se juega con las palabras. La situación actual de la Iglesia pide nuestro testimonio valiente e inequívoco para la causa católica. Las maniobras de una diplomacia dudosa, contraria a derecho así como a la simplicidad del Evangelio, no pueden mas que perjudicar a nuestra gran causa”.(Franz Schmidberger, 13 mayo 1985)
El
gobierno ambiguo de Monseñor Fellay indudablemente ha debilitado a la
Fraternidad. Está lejos el tiempo en donde la Fraternidad, de manera recta y
caritativa decía:
« Así que cuando se examinan las cosas de cerca, nos apercibimos que hay una camarilla de liberales, de modernistas que se conocen todos entre sí y que han tomado el poder. Si leemos el libro del cardenal Ratzinger “Fe cristiana ayer y hoy”, descubrimos una noción de la fe completamente acatólica. Es incluso simplemente herética.” (Franz Schmidberger, Superior general de la Fraternidad sacerdotal San Pio X. Fideliter N° 69. Mayo-Junio 1989. Pág. 6-7)
Pero
decir esto hoy en día será considerado como celo amargo.
Kyrie eleison.