"Si mi pueblo no quiere
someterse estoy forzada a dejar libre la mano de mi Hijo. Es tan grave y pesada
que no puedo retenerla más.
¡Hace cuánto tiempo que sufro
por vosotros! Si quiero que mi Hijo no os abandone, debo rogarle sin pausa. Y
en cuanto a vosotros, no hacéis caso de ello. Por más que roguéis, por más que
hagáis, jamás podréis recompensar la pena que me he tomado por vosotros.”