« Esta
medida era deseada por Roma » (Le Figaro, 24 de Octubre)
Notamos con interés que Monseñor
Williamson (72 años) era el profesor de Monseñor Fellay mucho más joven que él
(54 años) en el seminario de Ecône. Notemos también, para ser completamente
objetivos, que Monseñor Lefebvre agregó en su carta que los obispos debían
permanecer
« sometidos
al Superior General en la Fe Católica de siempre, acordándose
de esta palabra de San Pablo a los Gálatas (c. I, vers. 8 y 9): “Aún si nosotros
o un ángel del Cielo os anunciara un evangelio distinto del que os anunciamos,
sea anatema.
Y para estar bien seguro de ser
comprendido en materia tan grave, agregó inmediatamente:
“Como ya os lo dijimos, os lo
volvemos a decir: si alguien os anunciara un evangelio distinto del que recibisteis,
sea anatema”. (Monseñor Lefebvre
citó este llamado en latín). ¡De ahí nuestra perplejidad!
Hace mucho tiempo que esta
unidad ya no existe: Monseñor Fellay le puso término. Los tres obispos no
fueron consultados durante las negociaciones secretas que él mantenía con Roma,
la prueba fue proporcionada por la carta común que los obispos le dirigieron el
7 de abril del 2012.
“Monseñor,
Padres, pongan atención, ustedes conducen a la Fraternidad a un punto sin
retorno, a una profunda división sin marcha atrás y, si ustedes llegan a un tal
acuerdo, a poderosas fuerzas destructivas que Ella no soportará.(…) escuchen a
su Fundador. El tuvo razón hace 25 años. Todavía tiene
razón hoy”.
No es una cuestión de inmiscuirnos,
como laicos, en la administración de la FSSPX. Monseñor Fellay siendo el
Superior General, es él quien responderá. Pero es nuestro deber conocer, aunque
sea por los “ruidos”, cuál es su objetivo. En la conferencia de Villepreux el
13 de octubre pasado, Monseñor de Galarreta declaró que él
« Considera la normalización de la FSSPX
sin exigir que Roma regrese completamente a las normas tradicionales ».
¡Está claro!... Se pueden
adherir a la Roma apóstata… sin que ella reniegue de sus herejías! Pero no
olvidemos que Monseñor Lefebvre nos advirtió cuando nos lo recordó dos veces en
su carta a los obispos:
« Si
alguien les anuncia un evangelio diferente etc.… »
¿Y Ratzinger no está anunciando
un « evangelio diferente » ?... ¡Qué él sea anatema!... Y es
posible el ponernos bajo su dirección… sin ser también reputados como
anatemas?...
También nos gustaría saber si
todos nuestros sacrificios financieros, nuestros trabajos, nuestras inversiones
humanas van, o no, a ser llevadas en la carreta de la « normalización”? Porque
en ese caso, nos concierne directamente. ¡Y cómo nos concierne por la doctrina
que será enseñada en las capillas “normalizadas”! ¿Será enseñado todavía el
Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Monseñor Tissier tendrá que
abjurar de su declaración solemne por la cual él acusaba a Joseph Ratzinger de
ser
« un modernista perfeccionado, un súper-modernista escéptico”?
(Conferencia de noviembre de 2007 en París)
Por lo tanto, ¡un hereje !
Pero Monseñor Fellay respondió con desprecio y desdén a los tres obispos,
haciéndolos sospechosos de sedevacantismo (crimen imperdonable) haciéndoles una
pregunta más que ambigua y llena de sobre-entendidos: “¿Para ustedes, Benedicto XVI todavía es papa?” ¿Cómo osa hacer esta
pregunta, si Monseñor Lefebvre se la hacía también pero con otro espíritu? “Es posible que estemos en la obligación de
creer que este papa no sea papa. Yo no quiero decir todavía de una manera
solemne y formal, pero parece, a primera vista, que sea posible que un papa sea
pública y formalmente hereje” (Fideliter” n°51 –mayo-junio 1986) Por lo
tanto es indiscutible: se han olvidado
completamente del fundador de la FSSPX… ¡tienen el camino libre!