Comunicado
del Superior de Distrito de Alemania
Queridos
amigos y benefactores:
La
expulsión de Monseñor Williamson de la Fraternidad San Pio X puede parecer
sorprendente e incluso incomprensible vista desde el exterior ; pero para
aquellos que conocen la situación, es al contrario, el resultado doloroso de
una evolución que dura ya algunos años y que ha aumentado dramáticamente estos últimos
meses.
-En
efecto, se ha pasado de una antipatía por el Superior General y su consejo a un
rechazo, de un rechazo a la oposición, y la oposición se convirtió finalmente
en rebelión abierta.
El
no dejó pasar ninguna ocasión para oponerse a la dirección de la Fraternidad,
para hacer públicos documentos confidenciales y para terminar exigiendo
abiertamente la dimisión del Superior general.
Antes
del capítulo general de julio, dijo textualmente en una conferencia filmada :
« Si
la Fraternidad lograra por milagro separarse de Monseñor Fellay y de su banda,
eso significaría una limpieza sagrada”- “hay una esperanza, una verdadera
esperanza de que los buenos elementos, con ocasión del Capítulo General, retiren
la mayoría a Monseñor Fellay. En el caso de que lo hagan, lograrían deshacerse
de Monseñor Fellay. Es una esperanza, un sueño”.
29
de junio 1976, en su ordenación, y al igual que todos los candidatos al
sacerdocio, el obispo Williamson ha prometido respeto y obediencia al arzobispo
Lefebvre y sus sucesores. Antes de la consagración episcopal, nuestro fundador
ha pedido, en una carta a los cuatro candidatos al episcopado, a permanecer
unidos bajo el liderazgo de cada Superior General. ¿Qué mensaje daríamos en el
exterior y en el interior si un obispo durante una ordenación sacerdotal,
exigió respeto y obediencia al superior general, pero él mismo se permite
insultarlo?
En
el Evangelio de San Lucas, Nuestro Señor dijo : « Todo reino dividido
contra sí mismo será destruido y se derrumbará”.
A
pesar de numerosos consejos, de exhortaciones amigables y de advertencias,
Monseñor Williamson no ha querido modificar su comportamiento. No queda otra
solución que la separación. La Fraternidad ha perdido un obispo. Esto me duele
más ya que Monseñor Williamson fue seminarista conmigo en Ecône y que fue,
durante un año, mi colaborador en Weissbad para la formación de jóvenes levitas
de lengua alemana.
Oremos
por el Superior General, afligido por ésta decisión, y por el que ha sido
expulsado, a fin de que comprenda su error y regrese a la casa del padre.