Los
anti-acuerdistas son los contra-revolucionarios. Los acuerdistas, ellos son los
subversivos y los revolucionarios porque se esfuerzan en disculpar y minimizar
el Concilio, sus “super herejías, su libertad religiosa, muy, muy limitada”
frente a las situaciones “mucho mas graves que aquejan la Iglesia: la Iglesia
es mucho mas que el Concilio”, según las expresiones de Monseñor Fellay. Ahora
bien, el Concilio es la Revolución en la Iglesia, y la Nueva Religión, como lo
dijeron sus padres: Congar, los Cardenales Suenens y Ratzinger: “adoptar los
valores de los dos siglos que siguieron a 1789; la Iglesia ha hecho su
Revolución de Octubre de 1917”. Por las mismas razones, Monseñor Lefebvre fue
tildado de subversivo, rebelde, soberbio, desobediente.
La Revolución de
Octubre de 1917 en Moscú fue profetizada cuatro días antes por Nuestra Señora
en Fátima. Esa fue verosimilmente la razón por la cual Juan XXIII “El Bueno” se
negó a revelar el secreto de Fátima como tenía obligación de hacerlo en 1960
por mandato de Nuestra Señora de Fátima y prefirió invitar en el mismo momento
a los “observadores” comunistas de Moscú prometiéndoles que el Concilio no iba
a condenar el Comunismo. Promesa cumplida en contra del pedido expreso y
reiterado de 400 obispos en el Concilio. Al hacerlo, Juan XXIII declaró que
“debía absolutamente contradecir a estos profetas de desgracias” (a los cuales
acababa de referirse, sin incluir a Monseñor Williamson) “que anuncian siempre lo peor, como si se
avecinara el fin del mundo” (tal como lo anunciaban León XIII, San Pío X, Pío
XII y otros Papas y Santos). Al contrario, Juan XXIII profetizaba la próxima
primavera que el Concilio engendraba en la Iglesia y en la historia de la
humanidad. Sin hablar de los falsos profetas, no podemos dejar de constatar que
se trató de una falsa profecía. Siempre el optimismo bobo de los liberales.
Entonces, ¿quienes
son los subversivos, revolucionarios, desobedientes? Los que nos quieren hacer tragar el Concilio
Revolucionario por obediencia a la autoridad o los que se resisten a tragarlo
resistiendo a la autoridad?
Nota:
SOLEMNE
APERTURA DEL CONCILIO VATICANO II
DISCURSO DE SU SANTIDAD MONSEÑOR FELLAY,
perdón, JUAN XXIII. Jueves 11 de octubre de 1962
“En el cotidiano
ejercicio de Nuestro ministerio pastoral llegan, a veces, a nuestros oídos,
hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo
ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Ellas no ven en
los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que nuestra
época, comparada con las pasadas, ha ido empeorando; y se comportan como si
nada hubieran aprendido de la historia, que sigue siendo maestra de la vida, y
como si en tiempo de los precedentes Concilios Ecuménicos todo hubiese
procedido con un triunfo absoluto de la doctrina y de la vida cristiana, y de
la justa libertad de la Iglesia.
Nos parece justo
disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre
infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente.
En el presente momento histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo
orden de relaciones humanas que, por obra misma de los hombres pero más aún por
encima de sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes
superiores e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquélla lo
dispone para mayor bien de la Iglesia”.