EL CERROJO HA SALTADO !
¡Se atrevió ! Despues de
haberle quitado todo ministerio, de haberlo confinado a una buhardilla en Londres,
de haberlo aislado de sus cofrades, de haberlo querido convertir en un muerto viviente,
Monseñor Bernard Fellay ha expulsado oficialmente a Monseñor Richard Williamson
de la FSSPX. El mensaje es claro. Si un obispo escogido y consagrado por
Monseñor Lefebvre puede ser expulsado, lanzado a la calle sin dinero ni
seguridad social, a los 72 años y medio, después de 40 años en la Fraternidad,
después de haber sido profesor y luego rector de varios seminarios, con mayor
razón los sacerdotes que osen criticar al tirano de Menzingen serán cazados despiadadamente.
Es verdad que Monseñor Fellay, el de la voz hipnótica, es un orfebre en materia
de expulsiones y de procedimientos estalinianos: El envió los guardias y los
perros al padre Laguerie al priorato de Brujas, él despidió por medio de un
simple fax al padre Aulagnier que fue durante 18 años el superior de distrito
de Francia, el castiga despiadadamente a los sacerdotes que osan denunciar
abiertamente su vergonzosa política de adhesión a la Roma modernista, sus
mentiras, su duplicidad, su hipocresía.
Política de adhesión que, no lo dudemos, no ha
sido jamás interrumpida verdaderamente y que será retomada después de la
evicción de Monseñor Williamson. Esta es la cerradura que faltaba de saltar
para complacer a los ocupantes del Vaticano y a nuestros “hermanos mayores en
la fe”, que traen la lluvia y el buen tiempo a Roma, siendo la Shoah hoy en día
la religión mundial que substituye al sacrificio del Gólgota. Ya no es la
Pasión y muerte de Cristo en la Cruz que es el episodio central de la historia,
es el “Holocausto”. Hay que ser un tonto para no ver las implicaciones
teológicas de esta contra-religión, verdadera máquina de guerra contra el
catolicismo, arma de destrucción masiva de la fe católica.
El Congreso judío mundial lo ha
dicho, están contentos de la expulsión del “obispo negacionista”, el Vaticano
saluda también esta “buena noticia”. El portavoz del distrito alemán de la
FSSPX junto con la Roma apóstata, considera que esta noticia va a favorecer, a
facilitar las discusiones entre Menzingen y el Vaticano. Todo hace pensar que
la expulsión de Monseñor Williamson ha sido una moneda de cambio entre Monseñor
Fellay y la Roma modernista, los treinta denarios de Judas.
Los sacerdotes de la FSSPX
tienen que cuidarse. Si no, ellos saben que serán expulsados a la calle. Ya
algunos sacerdotes nos han confiado que el clima es irrespirable en los
prioratos, que tienen que desconfiar de todo mundo, que la delación funcionaba
a gran escala. Sacerdotes han cambiado su dirección de correo electrónico del priorato
a la casa de fieles por miedo de ser espiados por agentes del déspota de
Menzingen. Un sacerdote recibió recientemente una monición canónica porque
había dirigido un texto anti-acuerdo a algunos cofrades y uno de ellos lo
denunció. Aquí es donde estamos en la FSSPX de Monseñor Fellay. Cuando no se
sigue la verdad, aparece la tiranía. Un liberal es débil con los enemigos pero despiadado
con los anti-liberales. Monseñor Fellay es verdaderamente el obispo Cauchon del
siglo XXI, el que vendió a sus hermanos.
Como es previsible, los
liberales, mundanos, traidores, arribistas quieren congraciarse con el iluminado de
Menzingen, el mismo que en Cor Unum de febrero de 1997, haciendo caso a una
falsa mística suiza, se desencadenó en contra de Monseñor Williamson. El hombre
está por tierra, casi abandonado de todos. Y todavía lo insultan y lo calumnian.
Incluso si no comparto todas
las posiciones de Monseñor Williamson, yo quisiera decirle esta tarde, en estas
horas tristes, cuando está abandonado de todo el mundo, comprendidos sus dos
cofrades en el episcopado que muestran una vez mas, que son unos cobardes, yo
quiero expresarle mi simpatía, mi afecto. Decirle que si usted es una víctima
de la injusticia de un tirano sin corazón, sin principios y sin honor, el amigo y asociado del sionista
Maximiliano Krah, gran donador del ejército de Tsahal que masacra a los
palestinos, el propagador de las cruzadas sacrílegas el Rosario, odiosos
insultos a la Madre de Dios, y acepta cristianamente esta prueba, se acerca forzosamente a Cristo Sufriente.
Después de todo vivimos hoy mas que nunca el Sábado Santo de la Iglesia
militante. Todas las resistencias, verdaderas o aparentes, ceden, traicionan.
Esto es verdad en la política, en la religión, en todos los dominios. No
podemos confiar en ninguna estructura, en ningún jefe. La Iglesia está
eclipsada, por todas partes Satanás está a la cabeza, pero nosotros sabemos que
un día cercano, el Cristo vendrá en gloria y majestad a dar a cada uno lo que
se merece, y a poner término a este mundo satánico en el que de alguna manera
tenemos que sobrevivir.
Petrus.
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