Vamos a explicar algunos pasajes del Evangelio de hoy según la Catena Aurea, selección de los mejores
comentarios de los Santos Padres a los Evangelios, hecha Santo Tomás de Aquino.
La Segunda Venida de N. S. Jesucristo es el hecho al que se refiere principalmente
el Evangelio que acabamos de leer. Ahora bien, es muy importante tener claro
que para que se produzca la Parusía es necesario que sucedan antes las
siguientes 4 cosas:
1.- Se predique el Evangelio por
toda la tierra (Ev. Mateo). No
es claro si esto se ha cumplido.
2.- Se produzca la apostasía
general (II Tesalonicenses). Desde
el vaticano II hay un proceso de apostasía general, esto es, de abandono de la
fe por parte de los católicos.
3.- Gobierne el Anticristo sobre
toda la tierra (II
Tesalonicenses).
4.- Se conviertan en masa los
judíos (Romanos). La
conversión de los judíos será masiva: “no
quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios:
el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la
totalidad de los gentiles, y así todo Israel será salvo…” (Rom 11, 25 – 26).
En consecuencia, la Parusía no es inminente porque no ha sobrevenido el
gobierno mundial del Anticristo ni se han convertido los judíos. Esto no quiere
decir que nuestros tiempos no sea apocalípticos. Todo lo contrario: vivimos en
el corazón del Apocalipsis, pero con todo, la Segunda Venida de Nuestro Señor
no puede suceder antes de que ocurran los grandes acontecimientos mencionados,
según lo que el mismo Dios ha revelado.
Dice el Evangelio: Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y se abatirán las naciones en la tierra por la confusión del rugido del mar y de las olas; quedando los hombres yertos por el temor y expectación de lo que sobrevendrá a todo el universo; porque las virtudes de los cielos se conmoverán. Anuncia lo que sucederá cuando se cumpla o acabe el tiempo de las naciones, es decir, de los no judíos (San Beda). San Agustín:
San Agustín: cuando Cristo dice "y en la tierra
consternación (o abatimiento) de las
gentes", quiso designar con la palabra gentes, no las que serán benditas en la descendencia de Abraham,
sino las que estarán a la izquierda. En el juicio final, los elegidos están a
la derecha y los condenados a la izquierda. En el Calvario el ladrón de la
derecha se salvó y el de la izquierda se condenó. Esta palabra “izquierda”
resulta profética, pues en estos los últimos tiempos -y desde la Revolución Francesa- ella es usada para designar al conjunto de
hombres hijos del diablo que en política adhieren a las ideas socialistas y
desprecian a Dios y a la moral.
Se conmoverán las potestades de los cielos, porque -dice San Agustín- los fieles
más fuertes se turbarán por la persecución de los impíos.
Y entonces verán al Hijo del
hombre que vendrá sobre una nube con gran poder y majestad.
Cuando comiencen, pues, a
cumplirse estas cosas, mirad y levantad vuestras cabezas, porque cerca está
vuestra redención. San Gregorio: habla ahora para consuelo de sus
escogidos, como diciendo: cuando las calamidades abrumen al mundo, levantad vuestras cabezas, esto es,
alegrad vuestros corazones, porque mientras el mundo (de quien en realidad no
sois amigos) se acaba, se aproxima
vuestra redención (o liberación), que tanto habéis buscado.
Y les dijo una semejanza:
"Mirad la higuera y todos los árboles: Cuando ya producen de sí el fruto,
entendéis que está cerca el verano. San Gregorio: así
como se conoce que está próximo el verano
por el fruto del árbol, así se
conocerá la proximidad del Reino de Dios por la destrucción (progresiva) del
mundo. En esto se manifiesta que el fruto
del mundo es la ruina, la destrucción. San Ambrosio:
cuando los frutos reverdecen en
todos los árboles y la higuera
aparece fecunda, esto es, cuando toda lengua confiese al Señor y le haya
confesado el pueblo judío, debemos esperar la venida del Señor, porque entonces
se cogerán los frutos de su
resurrección, como en tiempo de verano.
Así también vosotros, cuando
viereis hacerse estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad
os digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sean hechas. San Beda: llama generación a todo el género humano, o
en especial la raza de los judíos. San Eusebio: también llama así a la generación nueva de la Iglesia santa,
manifestando que habrá de durar el pueblo de los fieles hasta el tiempo en que
habrá de ver todas estas cosas y contemplará con sus propios ojos el cumplimiento
de las palabras del Salvador.
El cielo y la tierra pasarán, mas
mis palabras no pasarán. Teofilactus: como les había predicho perturbaciones, guerras y trastornos… para
que no se sospechasen que la misma cristiandad habría de perecer, añade estas palabras,
como diciendo: y si se conmueven todas las cosas, mi fe no faltará; en lo cual
da a entender que la Iglesia
será preferida a toda criatura, porque la criatura sufrirá alteración pero la Iglesia de los fieles y la
predicación del Evangelio subsistirán.
La Epístola nos dice cuál debe ser nuestra
conducta en estos momentos… y en todos:
Es ya hora de levantaros del sueño; pues la salvación está más
cerca que cuando abrazamos la fe.
La noche está avanzada. El día se acerca. Despojémonos, pues, de
las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz.
Como en pleno día, procedamos con decoro: nada de comilonas y
borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias.
Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne
para satisfacer sus concupiscencias.