RECONQUISTA.-
El Padre Pinaud sufrió ocho meses de aislamiento y de privación de todo ministerio, para que le dijeran que no podría en adelante ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa. Se le acusa de haber corregido las faltas de ortografía de una carta, de aconsejar en privado a un cofrade y de pensar que se podía oponer a una autoridad que pone la fe en peligro, autoridad que se llama Monseñor Fellay.
El Padre Pinaud sufrió ocho meses de aislamiento y de privación de todo ministerio, para que le dijeran que no podría en adelante ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa. Se le acusa de haber corregido las faltas de ortografía de una carta, de aconsejar en privado a un cofrade y de pensar que se podía oponer a una autoridad que pone la fe en peligro, autoridad que se llama Monseñor Fellay.
El 15 de noviembre de 2013, el día
anterior de abandonar Jaidhof, su prisión eclesiástica en Austria, el Padre
Pinaud escribió la siguiente carta al Superior General.
Carta del Padre Pinaud a Monseñor Fellay.
Monseñor,
La sentencia del 28 de octubre de
2013 que me condena, me fue entregada el 8 de noviembre de 2013 por el Padre
Frey.
Por medio de la presente, presento
apelación por las siguientes razones:
1°- El abogado que escogí fue
recusado sin motivo suficiente.
2°- La acción canónica que usted
emprendió en contra mía, así como el proceso que siguió, se basan de manera
exclusiva en correos privados, sin hablar de las usurpaciones de identidad de la
cual fui víctima.
3°- El acto del tribunal que me
condena no responde a mi defensa mas que de manera parcial.
4°- La sentencia dictada es desproporcionada
respecto a los actos que se me incriminan. Si agregamos la circunstancia que el
Superior General es a la vez juez y parte, escandalizará a los cofrades y a los
fieles.
5°- El punto 6 muestra que fui
condenado por haber sostenido las declaraciones siguientes durante mi comparecencia
el 19 de octubre de 2013: “en razón de las numerosas concesiones que hizo al
concilio y a las reformas conciliares inaceptables, por sí misma la Declaración
doctrinal del 15 de abril de 2012 constituye un peligro para la fe que legitima
la revuelta, pues esta Declaración doctrinal no es “un texto minimalista”, como
escribió Monseñor Fellay en el editorial de Cor Unum N° 102”.
La privación de mi abogado originó
que dejara escapar algunas torpezas, yo quisiera reemplazar el término “revuelta”
por el de “resistencia”, que es más conforme a mi manera de pensar; pero ¿cómo
puedo expresar arrepentimiento por haber estimado que el favorecer un acuerdo
práctico sin acuerdo doctrinal sería una gran desgracia para la FSSPX?
Con usted, doy gracias « de que hemos sido preservados de
cualquier clase de acuerdo el año pasado ». Pero no puedo dejar de
pensar hasta hoy, que las causas principales que nos condujeron a la desgracia
son por una parte el no respetar las prescripciones del Capítulo de julio de
2006, que excluían un acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal, y por otra parte,
la negativa de tener en cuenta las numerosas, sabias y legítimas advertencias de
aquéllos que le suplicaron no persistir en este camino del acuerdo práctico. Solo
la opinión favorable a un acuerdo práctico fue expuesta en nuestras
publicaciones. Los cofrades que manifestaron, de una u otra manera, su
desacuerdo, fueron reprimidos o sancionados.
Además, los juicios tan desfavorables
expresados por superiores mayores que tuvieron conocimiento confidencial del
contenido de la Declaración Doctrinal del 15 de abril de 2012, favorecieron las
graves sospechas respecto a las concesiones inaceptables que habían sido
hechas.
La publicación de esta Declaración,
en la primavera de 2013, confirmaron estas sospechas. Monseñor Tissier de
Mallerais me escribió el 20 de mayo de 2013: “No me extenderé respecto al contenido del último Cor Unum, demasiado
deplorable para ser comentado, demasiado evidentemente insatisfactorio para ser
aprobado, demasiado escandaloso como para no avergonzar a quien corresponde”.
Está claro que todo este asunto gira
alrededor de las posiciones doctrinales que son expresadas por esta Declaración
del 15 de abril de 2012, las cuales no fueron retractadas durante el Capítulo.
Vuestras declaraciones subsecuentes, si bien retiran este texto, no reniegan de
su contenido y no aportan las correcciones doctrinales necesarias.
-¿Mantiene usted su aceptación de la
nueva fórmula de la Profesión de fe y el Juramento de fidelidad para asumir un
cargo ejercido a nombre de la Iglesia? (DD, nota 1)?
-¿Mantiene usted que la nueva misa y
los nuevos sacramentos fueron promulgados legítimamente por los Papas Paulo VI
y Juan Pablo II (DD III, § 7)?
-¿Mantiene usted que Monseñor
Lefebvre aceptó en 1988 “la legitimidad o
legalidad de la promulgación del NOM” (en su nota de presentación de la DD,
publicada en Cor unum 104)?
-¿Mantiene usted su aceptación del
nuevo Código de 1983 (DD III, § 8)?
El hecho de haber mencionado la
Constitución dogmática Pastor æternus en DD III, no suprime la
aceptación de la nueva Profesión de fe que fue realizada en el párrafo
precedente, ni quita la ambigüedad de las otras afirmaciones mencionadas
arriba, pues no hay ninguna ambigüedad en esas afirmaciones.
Asegurándole mis oraciones, le
ruego acepte, Monseñor, mis respetuosos
saludos.
Respuesta de Monseñor Fellay.
Menzingen, el 25 noviembre 2013
Padre,
He recibido su correo del 15 de noviembre por el
cual interpone recurso contra la decisión del tribunal del 28 de octubre. Usted será informado posteriormente del seguimiento que se le dará a
su recurso.
Como le escribí en el fax que mi
secretario le hizo llegar el 15 de octubre, lo autorizo a tomar dos semanas de
vacaciones con su familia. Al finalizar estas dos semanas, le pido dirigirse a
Montgardin.
La ejecución de la pena prevista en
el juicio del 28 de octubre queda suspendida por su recurso. A cambio, lo que
le ordené en el fax del 15 de octubre pasado se mantiene, a saber, que durante su
estancia con su familia, debe usted evitar pasar por nuestros prioratos y debe
contentarse con celebrar su misa en privado.
Le aseguro mis oraciones por sus
intenciones.
+ Bernard
Fellay.
Última respuesta del Padre Pinaud.
8 de diciembre de 2013
Monseñor,
He recibido su respuesta a mi carta
del 15 de octubre y le doy las gracias.
Las medidas que usted me impone no
son de ninguna manera necesarias a título precautorio, constato que ellas
tienen un carácter de castigo, lo que va contra la presunción de inocencia.
He sido condenado antes de ser
juzgado.
En estas condiciones arbitrarias, mi
recurso ya no tiene objeto y por lo tanto me desisto.
Asegurándole mis oraciones, le ruego
acepte, Monseñor, mis respetuosos saludos.
*
Desde entonces, Monseñor Fellay
aplicó, por contumacia, el castigo decretado por el padre Wuilloud. Monseñor
Fellay le hizo saber al Padre Pinaud que sus vacaciones con su familia habían
terminado, que estaba suspendido a
divinis, que debía estar ya en Mongardin y que, por lo tanto, se dirigiera
allí para purgar su pena por un tiempo indeterminado…
El Padre Pinaud no ha ido a
Montgardin y celebra todos los días la Misa, tanto en privado como en público.