12 de Diciembre de 2013
R. P. Christian Bouchacourt:
Debido a la falta de respuesta a nuestro email remitido a Ud. sobre el
mismo asunto, decidimos hacer pública esta carta. Creemos que la importancia
del tema, así como el interés de muchos fieles que no se animan a hablar por
temor a represalias, lo justifican.
Desde el domingo 1° de diciembre, en que saliera publicada una
entrevista suya en el matutino Clarín, el escándalo, la polémica,
la crítica y la duda se han instalado entre los fieles, haciéndose eco de tales
declaraciones suyas diversos sitios y blogs de Internet, favorables o
contrarios a la FSSPX, de cuyo Distrito América del Sur es Usted responsable.
No es sorprendente la repercusión dada la masividad de la publicación
donde Usted habló, el diario de mayor tirada de Argentina. En cambio, sorprende
a algunos, y confunde y escandaliza a muchos (a otros los confirma en sus
opiniones previas) el hecho de que Usted oficialmente no haya tenido nada que
decir, aclarar, confirmar o desmentir, sobre tal entrevista. Y a nadie puede
escapársele que la gravedad del tema lo exige.
Por eso le dirigimos esta carta para hacerle las siguientes preguntas,
concernientes en este caso al principal tema que ha suscitado la atención y el
escándalo:
¿Dijo Usted en la entrevista que “El pueblo judío no cometió el
deicidio”?
Si no lo dijo, ¿por qué hasta la fecha no realizó el desmentido e inició
la correspondiente acción formal y legal contra el medio periodístico que lo
tergiversó? ¿Le parece un tema banal e intrascendente?
Si lo dijo, ¿se da cuenta que contraría la teología católica de veinte
siglos, la enseñanza de los Santos Padres, de Santo Tomás, coincidiendo además
con la declaración innovadora del Vaticano II Nostra aetate: “Aunque
las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de
Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo, no puede ser imputado ni
indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy.
Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los
judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las
Sagradas Escrituras”?
No podemos dejar de observar lo siguiente:
Si Usted hizo estas declaraciones, está traicionando la doctrina de la
Iglesia, presumiblemente con intenciones acomodaticias con la iglesia conciliar
-lo que coincidiría con sus elogios a Francisco y su condena a los sacerdotes y
fieles que protagonizaron el episodio reciente de la Catedral de Bs. As., cuando
antes en una entrevista radial (13 de noviembre) no lo hizo; curiosamente
coincidente esto con nuevas declaraciones de Mons. Fellay donde en parte se
desdice de cierta declaración condenatoria sobre Francisco.
¿Acaso es posible pensar que concedió la entrevista para decir las cosas
que dijo y de ese modo calmar una presión o amenaza que pudo haber recibido la
FSSPX? Si fuera así, ¿entonces puede negarse la doctrina de Cristo para
conservar elstatu quo de la Fraternidad? ¿Tan poco valdría la
doctrina católica? ¿La paz y tranquilidad de la FSSPX, su buena imagen ante
Roma y el mundo, permiten adulterar la doctrina católica? ¿En adelante es
lícita la mentira oficiosa? ¿Entonces Mons. Lefebvre se habría equivocado al
aceptar ser “excomulgado” por los liberales de Roma?
Si usted no hizo estas declaraciones, pero se prestó primero: a realizar
una entrevista con un medio anticristiano y al que no le interesa la verdad,
segundo: no hacer la correspondiente aclaración y/o desmentida, y tercero:
acusar a los sacerdotes y fieles subordinados a Usted de actuar estúpida y
estérilmente, nos parece que el que principalmente habría actuado de esa forma
sería Usted, admitiendo además de manera indirecta que los sacerdotes a su
cargo son rebeldes y/o imprudentes, con lo cual su conducción resulta
deficiente e imprudente, ya que habría cometido un acto “estúpido y estéril”
tal como acusa a sus subordinados. Por otra parte, Usted antes (entrevista de
Radio la Red) se manifestó de acuerdo con la protesta en la Catedral. ¿En qué
quedamos?
Podrá darse cuenta, P. Bouchacourt, que juzgar acertada su decisión de
conceder esa entrevista para decir lo que allí dijo sólo puede sostenerse a la
luz de un posible acuerdo con Roma. De lo contrario, deberá concluirse que fue
un grosero error que daña a la FSSPX aún más de lo que lo está. En
consecuencia, usted debería dar un paso al costado, no sin antes hacer un mea
culpa por los grandes daños ocasionados.
Agradeceremos se sirva contestar a esta carta, para bien de todos y en
la Verdad a quien deseamos servir, Cristo Rey.
Dios lo bendiga
Carmen R. Fernández
Flavio Mateos
Diego A. Tomas
Rodrigo Tomas